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Realidad. por Tsuki no Megami

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Notas del fanfic:

                   Participa en el Santa Secreto

                              Del grupo KagaKuro

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Notas del capitulo:

Espero no me odien por hacer esto. En verdad es la primera vez que escribo algo de este género. 


Los personajes de Kuroko no Basket pertenecen a su creador Tadatoshi Fujimaki. 

 

Hoy es un hermoso día para disfrutar, Kuroko y yo les contaremos nuestra historia de amor, el como fuimos capaces de superarlo todo con tal de estar juntos.


Comencemos por el principio, yo Kagami Taiga era el segundo a cargo de una organización criminal, me encargaba de limpiar el piso con aquellos que intentaban pasarse de listos, fueran compañeros o enemigos me daba igual. Un día fui llamado por mi jefe, Aomine Daiki, una persona cruel, frío sin emociones, podía masacrar a una persona sin cambiar la expresión en su rostro, él estaba molesto pues un tal Akashi había frustrado un buen negocio y eso solo significaba una cosa, ese mes no habría bono extra.


Me ordenaron acercarme al sujeto, averiguar todo sobre él y eliminar su grupo desde adentro. Usando mis habilidades logré infiltrarme fácilmente, al principio me dejaban a cargo de "sacar la basura" en otras palabras deshacerme de los cuerpos mutilados o bien enterrar lo que no se pudo derretir con el ácido. Poco a poco fui subiendo de nivel, conseguí ver por qué decían que Akashi Seijiru era una mente retorcida y sanguinario, aquellos que lo traicioaban sufrían de las peores torturas, cortaba sus lenguas con tijeras oxidadas, sus testículos se amarraban con cable de luz recibiendo fuertes descargas, en otras ocasiones los pobres diablos servían como carne de placer les inyectaban una dosis fuerte de heroína y los penetraban varios hombres hasta que morían, ya sea por las drogas o el daño que recibían.


Así estuve por meses, mis ojos se acostumbraron al color de la sangre y otros fluidos que salen de los cuerpos cuando son torturados a su límite. Cerca de cumplir un año me llevaron al fondo de una bodega ahí estaba la oficina del jefe, del lado derecho había otra puerta pero ella estaba prohibida para todos, Akashi me ordenó buscar y eliminar a una rata que fue con la policía en busca de un trato y una mejor vida para su esposa e hijo. Encontrarlo no fue difícil, matarlo tampoco, confiar en sus palabras antes de morir me hizo cuestionarlo todo, el tipo dijo que nunca fue de soplón, sino que descubrió lo que hay detrás de la puerta en la oficina de Seijiru y trataba de salvarlo. — Una bellísima criatura habita en ese cuarto, Akashi lo cuida tanto que el pobre chico no sabe lo que es un teléfono o un televisor, lo único que conoce bien es complacer a su "padre", cuando le conozcas tu también querrás ayudarlo.


Esas fueron sus últimas palabras, la duda me acecho por días, una noche decidí romper la regla de no entrar, me escabulli a la bodega y abrí la puerta prohibida, en verdad me sorprendí, el chico de piel pálida parecía un ángel con ese cabello azul claro y sus ojos del mismo color, su rostro sin expresión alguna me hizo dudar en acercarme pero su dulce voz tuvo el efecto contrario.


— Mi padre te envía para que juegues conmigo, ven acércate quiero verte mejor. Con calma me aproxime a él, estando tan cerca pude notar la desnudez en que se encontraba, la tenue luz de una lámpara daba la complicidad adecuada para que dos amantes hiciesen de las suyas, mi mente divago en ello hasta que sentí un gran calor recorrerme el cuerpo, ese bello ángel me masturbaba con la boca, algo muy dentro de mi me decía que no era correcto, pero mis ganas de poseer tan exquisito cuerpo mando todo rastro de sensatez muy lejos de ahí.


Al poco tiempo mi ropa estaba en el suelo y yo devoraba cada milímetro de piel mientras le escuchaba suspirar, en medio del jugueteo conocimos nuestros nombres, llegado el momento de penetrarlo fue como entrar al paraíso, se sentía tan cálido que no quería parar, escucharle gemir pidiendo por más, pronunciando mi nombre con tanto vigor me hizo terminar dentro por varias ocasiones en esa misma noche, antes que se durmiera prometí volver y así lo hice, durante dos semanas fue mi amante.


Un fin de semana luego de un viaje por negocios, Akashi nos reunió a todos en la bodega, nos dijo que alguien había entrado y robado algo valioso, frente a mi se encontraba el bello Kuroko sin nada que lo cubriese, fue puesto en cuatro como un animal y penetrado tantas veces que perdió el conocimiento, en verdad quería quitarlo de ahí, para fortuna de ambos Akashi lo vendió a un prostíbulo, con ayuda de un amigo lo compré llevándolo a una casa de seguridad que hice gracias a los muchos trabajos que logré concretar. Lo veía a escondidas y le mostraba aquello que le había sido negado, pude ver que comía muy poco, pero cuando le di su primera malteada de vainilla se enamoro de ella y no podía dormir sin antes beber unas tres de ellas.


Mi trabajo con Akashi concluyó cuando le entregue la información recolectada por esos dos años a Aomine, él me dejó unos meses de vacaciones los cuales disfrute junto a mi conejito, ese tiempo fue el mejor de todos, pues casi no salíamos de la recamara, comíamos cualquier cosa para volver al cuarto y amarnos. El fin de semana antes de regresar a trabajar salimos a comprar un poco de leche al regresar un auto nos esperaba fuera de nuestro hogar, desde ese día hasta hoy, seguimos en este hotel encerrados viviendo completamente enamorados, cierto Tetsuya.


— Midorima-sensei porque ese joven le habla a la puerta mientras se columpia con un balón entre brazos.


— Es un pobre sujeto, quedó loco después de presenciar la muerte de su pareja— colocándose bien sus anteojos, el doctor Midorima Shintaro le explicó a su compañero Kise Ryota todo acerca del paciente. — Ese día según sus vecinos, del auto descendieron dos personas con capuchas sobre la cabeza, los metieron por la fuerza a su casa, dentro hicieron cosas terribles al joven de nombre Kuroko Tetsuya, desde sodomia hasta la mutilación, Kagami lo vio todo sin poder defenderlo, cuando la policía llegó le encontraron amarrado a la mesa con cadenas y en brazos la cabeza de su amado, mientras el resto de su cuerpo estaba regado en todo la sala.


— Ahora entiendo por qué está así, su mente se niega a aceptar la realidad, él cree que esto es un hotel y ese balón es su pareja— mirando con pena atravez de la ventanilla, sus ojos dorados derramaron unas lágrimas antes de entrar y dejarle sus alimentos. — Kagamicchi es hora de comer.


— Disculpe señor se olvida de Kuroko, él también quiere algo de comer.


El doctor dejó la charola y salió dejando al paciente en su delirio. — Dime Midorimacchi atraparon a quien hizo algo tan horrible.


— No, los nombres que el menciona no aparecen registrados, es como si él hubiese inventado todo, los culpables permaneceran a salvo, pues el único testigo no es capaz de reconocerlos.


Con la mirada triste ambos médicos caminaron por el pasillo visitando a sus otros pacientes, en el centro de psiquiatría de Japón.

Notas finales:

Gracias por leer y espero haberles sacado una lagrimita nada más. 


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