Habia acusado a Near con Roger porque descubrió que el albino había metido un perro en el orfanato, todos sabían que las mascotas estaban prohibidas en la casa de Wammy.
Nunca había visto tan molesto a Near, el albino se le había tirado encima cuando descubrió que fue él quien lo acusó. Se había cogido a los golpes con Near por un tonto perro.
Normalmente Near solía ser todo frío y serio, parecía no tener sentimientos ni interés por nada, así más de uno se había sorprendido por la reacción del albino. Sobre todo mello, que no había dejado de pensar en Near durante toda la tarde desde que Roger los había castigado y los mando a su habitación.
Llevarían al perro a una perrera para que alguien más lo pudiera adoptar. Se hiria en la mañana, pasaría su última noche en el orfanato.
Mello estaba inquieto, por más que pensaba no podía dar con una explicación lógica del porqué Near había roto una de las reglas. Se lo podía haber esperado de alguien más, pero no de Near.
No podía dormir, tenia que resolver su duda, no había nadie más que Near para resolverlo, tenía que hablar con él por más extraño que eso sonara.
Salió con sigilo de su habitación, camino por los solitarios pasillos de la Wammy House hasta llegar al piso en el que se hallaba la habitación del albino. Se le revolvía el estómago con cada paso que cada, se sentía como un estúpido. ¿Qué más daba? De todas formas el perro se iría.
Las manos le sudaban y su corazón latía con fuerza, estaba frente a la puerta de Near, cuando iba a llamar a la puerta logro escuchar unos leves sollozos. Se había quedado estatico con el puño a escasos centímetros de la puerta. ¿Quién estaba llorando? ¿Acaso era Near?
— No quiero que te vayas... No quiero
Sí, era Near quien lloraba. Mello no podía creerlo
— No quiero quedarme solo
Sintió una pequeña presión en el pecho, Near nunca lloraba, nisiquiera cuando le golpeaba, nunca le había visto ni escuchado llorar y sin embargo ahora estaba llorandole a un perro pidiéndole que no le deje solo. Todo había sido su culpa.
Salió corriendo hasta su habitación, se arropo de pies a cabeza mientras lloraba con una horrible presión sobre su pecho.
Al día siguiente por la mañana, antes de que empezaran las clases, los de la perrera habían llegado, muchos niños se amontonaron frente a la entrada para ver como Roger les entregaba al perro. Busco con la mirada a Near pero nunca lo encontró. No estaba ahí como se lo había imaginado.
Cuando llegaron al salón de clases todos se sorprendieron de encontrar sentado como si nada a Near, al igual que siempre había sido el primero en llegar, los demás niños no hicieron mención del perro y actuaron como si nada hubiera pasado. La maestra entró y el día transcurrio con normalidad.
No era secreto para nadie que mello y near no se llevaban bien, así que nadie se sorprendió que fuera mello quien acusará al albino con Roger.
— Oye Mello, si sabes que todos están hablando de ti por haber acusado al pelusa con Roger — dijo Matt mientras jugaba con su consola acostado en la cama del rubio
— Tsk! Como si me importara lo que dicen esos idiotas — chaqueo la lengua con molestia
— Me sorprende que near haya ocultado a un perro en el orfanato, ¿Como crees que este ahora que no esta?
— No lo sé y tampoco me interesa — estaba mintiendo, pero nunca en su vida admitiría que le interesara algo que le estuviera pasando al albino. No señor, primero muerto que aceptarlo en público, pero muy fondo de él si podía aceptar que estaba preocupado por el "pelusa".
La tarde transcurrio con normalidad, para la cena no logro ver a Near, debía de estar encerrado en su habitación como solía hacerlo. Hizo las tareas del día, arreglo sus cosas para la clase del día siguiente, se ducho, se cepillo y se coloco el pijama para dormir. Las luces se habían apagado en el orfanato. Nadie podía ir merodeando cuando las luces estaban apagadas.
Estaba dándo vueltas en la cama, no podía dormir, su mente solo reproducía una y otra vez los acontecimientos de la noche anterior cuando escucho llorar a Near. Se preguntaba como se vería el albino llorando, de seguro se veía horrible. Se río por un instante pero nuevamente volvió a lo mismo. No iba a dormir si es que no hablaba con él albino.
Salió sigilosamente de su habitación, camino hasta llegar a la habitación del albino.
El pelusa estaba llorando nuevamente pero esta vez no se puso tan nervioso como anoche, no llamo a la puerta, giro con cuidado la perilla y asomo su cabeza por la puerta. Near estaba acostado sobre su cama llorando, terminó por meter todo su cuarto dentro del cuarto de Near.
El pelusa no se digno en girar, sabía que era Mello quien estaba en su habitación
— ¿A que has venido Mello? — dijo entre sollozos
— ¿Estas llorando por ese perro?
Near se levantó y se sentó sobre la cama dándole la espalda al rubio
— No quería que se fuera — near hablaba con un tono de voz que mello nunca antes había escuchado
Mello no dijo nada, el albino respiraba con espasmos por haber llorado tanto
— Mello — dijo el más pequeño llamando la atención del rubio — si habrías encontrado al perro con alguien más, ¿se lo hubieras dicho a Roger?
Mello sintió la culpa caer sobre él, sabía que Near no era un tonto, y tenía razón. Mello sólo acuso al perro porque se trataba de Near, porque pensó que sería divertido molestar al albino una vez más.
— Eso pensé — dijo Near al no escuchar una respuesta, y otra vez empezó a llorar
Mello se acerco con cuidado al albino, con pasos suaves se coloco frente a él, Near tenía la cabeza gacha, sus lágrimas caían sobre sus piernas mientras apretaba con dureza su pijama.
El rubio levantó del mentón a Near, la imagen del albino llorando solo podía se comparada con una bella obra de arte. El albino tenía las mejillas sonrojadas, sus ojitos estaban hinchados mientras más lágrimas caían de ellos.
"Hermoso" — fue lo primero que le vino a la mente a mello al ver a near
Lo tomó de las mejillas y seco sus lágrimas.
— No estarás solo Near
El albino se abrazo con fuerza al rubio, y este correspondió al abrazo mientras acariciaba sus cabellos. Iba hacer algo de lo cual estaba seguro se arrepentiria toda su vida
— Lo siento Near — le susurro al oído y el albino parecía llorar más.
Mello se había quedado con él toda la noche, debía de hacerlo porque se sentía culpable por estar haciendo sufrir de tal manera a Near. El rubio se había acostado a su lado para consolarlo hasta que Near se quedó dormido. Acariciaba con delicadeza sus mejillas, el albino soltaba espasmos esporádicos por el excesivo llanto.
— Ahora yo estare contigo — dijo en un susurro mientras le daba un beso en la frente.
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