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Noche de copas por YUSUchan

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Notas del fanfic:

Una pareja poco común pero que según mi parecer se merece mas créditos ,ManigoldoXSage ...oh si bb!

El Santuario es luminoso. El sol se complace en bañar los templos, las esculturas, en deslizarse por los hermosos jardines y hacer crecer los pastos y árboles. Mientras vigilaban sus templos, los santos disfrutaban del radiante sol, que al caer sobre sus hermosas armaduras las hacían brillar aun más de lo usual.
En el cuarto templo un caballero no disfrutaba de aquel hermoso día, yacía en su habitación acostado en su cama, boca arriba observando el techo, pensativo. No hacía mucho tiempo Manigoldo, caballero de oro de Cancer había terminado su relación con Albafika de Piscis, aquel joven al cual lo describían como el más hermoso de entre los 88 caballeros de Athena.
Todo el Santuario sabia de la relación entre Cáncer y Piscis pues se los veía a ambos muy unidos, según muchos eran la pareja perfecta. Pero es cierto que lo que se ve desde afuera no siempre es completamente verdadero. La relación de ambos había caído en picada cuando la infidelidad destruyo la relación.
- ¿Cómo pudiste? ¡¡Yo…jamás te falle!!- grito Cáncer con la voz temblorosa, sus ojos estaban rojos conteniendo las lágrimas, sentía una profunda tristeza, pero más era la furia la que inundaba su ser.
- yo no te engañe, lo nuestro termino desde hace mucho tiempo- Contesto Piscis de una manera fría, tan fría como el solía ser. Suspiro y luego continuo
-tu…siempre fuiste demasiado frio, jamás decías que me amabas, llegue a pensar que solo me querías por el sexo, esto no es amor -
Manigoldo rio de manera irónica, llevo su mano temblorosa a su rostro como si quisiera ocultar lo que sentía, - ¿Qué quieres que haga? “ dijo de manera desesperada mirando a su amado a los ojos y continuo
- ¿quieres flores o un beso todos los días? -
- ¡Ves! ¡Eso es lo que haces! Te estoy terminando y te ríes, te engaño y te ríes, te digo que te amo y te ríes o respondes de manera graciosa. No te tomas nada enserio. Se acabo Manigoldo, olvídate de mí-
Albafika se retiró del templo de cáncer con pasos firmes y completamente decidido, todo había acabo entre ellos.
Esta escena se repetía una y otra vez en la cabeza del Santo Cancer , sin duda su corazón estaba roto, pero no era lo único que le preocupaba. Aquellas frases “siempre fuiste demasiado frio, jamás decías que me amabas, esto no es amor…” resonaban en su mente una y otra vez
-esto no es amor… ¿entonces qué es? - Susurro Manigoldo mientras continuaba observando el techo. Y murmurándose a sí mismo
-siempre te protegí cuando se burlaban de ti por parecer una chica y me acerqué a ti a pesar de que tu sangre ponía en peligro mi vida, ¿acaso es tan importante un simple “te amo”? “
Sus lamentos y murmullos continuaban hasta que alguien los interrumpió bruscamente.

- ¿Ahora le hablas al techo en vez de trabajar? ¡guardián de la cuarta casa! “
Manigoldo se incorporó rápidamente de su cama, había reconocido al instante esa voz.
El gran Patriarca Sage apareció sorpresivamente frente a la puerta de su habitación con un semblante enojado. Manigoldo lo conocía bien como para saber que aquel hombre estaba realmente furioso
-disculpe patriarca yo…-

-no quiero escuchar más escusas, ya es el segundo día que no te veo cumplir con tu función-
El joven no respondió nada, solo se quedó en silencio con la mirada al suelo esperando a que su maestro se retirara para así continuar de mala gana su trabajo. Esto no era usual en aquel caballero, siempre solía ser rebelde y contestar a cada llamada de atención de su tutor, por lo que Sage comenzó a preocuparse.

- ¿Qué te sucede hoy? No te veo bien- El tono del gran maestro había bajado, su voz autoritaria se convirtió en dulce y pacifica tal como solía serlo la mayor parte del tiempo. Sage era un hombre difícil de enojar, su personalidad siempre fue muy serena, siempre tratando de buscar la paz. Lo único que lo enfada era la falta de compromiso hacia el santuario y la santa diosa Athena.
Manigoldo en cambio, tenía un carácter fuerte y solía ocultar sus sentimientos. Posiblemente haya desarrollado esa forma de ser desde que era niño, en aquellos tiempos en donde no había espacio para lagrimas ni cualquier sentimiento “débil”, cada día era una lucha por sobrevivir, sea como sea.
-No pasa nada, estoy bien “ dijo levantando la cabeza y mirando a los ojos al antiguo santo, luego le mostro una gran sonrisa. Pero Sage no caería en aquel engaño, podía ver que esa sonrisa era falsa, sabía que mientras sonreía su corazón estaba roto, lo podía ver en sus ojos.
- te conozco, se que me estas mintiendo ¿Por qué eres así Manigoldo? “
Cancer cambio su sonrisa a una mueca de enojo al escuchar esas palabras. Cansado de tantas quejas a su persona la furia creció nuevamente en su interior y sin darse cuenta comenzó a levantar la voz, descargando al fin todo lo que sentía.
- ¡¿porque siempre se quejan de mí ?!, ¿porque no me pueden querer por cómo soy?, ¿es tan necesario que diga lo que siento a cada rato? “ Las lágrimas comenzaron a derramarse por sus mejillas
-!!maldita sea!! “ fue lo último que pudo decir antes de romper en llanto. Furioso consigo mismo por no poder ocultar más lo que sentía, el joven solo se tapó el rostro tratando de no mostrar debilidad ante su maestro.
Sage lo conocía demasiado como para percatarse de que en verdad su discípulo estaba roto y que no servirían de nada palabras de consuelo en ese momento, por lo que solo se llamo al silencio y se acercó lentamente extendiendo sus brazos para abrazarlo mientras que el joven preso de su orgullo intentaba ocultar su cara mojada por las lagrimas con sus manos, hasta que no pudo contenerse más y acepto el abrazo.
Manigoldo se sentía contenido, a los pocos minutos ese cálido abrazo lo había calmado casi por completo. Había dejado de llorar, pero su tristeza y aún más su furia seguían estando dentro de sí. Al no escuchar mas sollozos Sage supo que era el momento de hablar, así que lo guio hasta sentarlo a la orilla de la cama junto a él.
-Ahora dime hijo ¿Qué sucede? - pregunto con una voz serena.
El joven santo no quería responder, su orgullo nuevamente lo limitaba. Pero Sage sabia como hacerlo hablar. Puso una de sus manos sobre el hombro de su discípulo mientras que con la otra mano lo tomo del mentón obligándolo a levantar la cabeza que hasta en ese momento la tenía mirando hacia el suelo. Ahora sí, frente a frente volvió a preguntar ahora con una voz mucho mas fuerte y autoritaria.
- ¿Qué sucede?, dímelo ya.
Sin más remedio Manigoldo tuvo que responder, prefirió no dar vueltas y decirlo directamente
-Albafika me engaño porque según él no fui lo suficientemente atento y cariñoso -
El silencio invadió la habitación por unos segundos, el antiguo santo había quedado impactado por tales palabras. No podía creer como un hombre como Albafika podría llegar a hacer algo tan cruel.
- ¿Cómo es posible? ¿ya sabes con quién?
-sospecho que con Kardia o talvez con Shion...la verdad no sé y tampoco tengo ganas de saberlo “ Contesto aun mas desganado.
- no fue tu culpa Mani…tu siempre has sido una buena persona con él, la verdad no me cabe en la cabeza como Albafika pudo llegar a eso.
- dijo que no le gustaba como soy, que jamás le decía “te amo” o demostraba afecto. Fue por mi culpa que se fue con otro-
-no te atrevas a decir que fue culpa tuya, él no tiene derecho a decir eso ni a tratarte así, cuando te conoció sabia como eras-
Sage estaba sumamente indignado, no sabía cómo consolar a su alumno en este momento. Así que solo se mantuvo en silencio hasta que una idea se le vino a la mente.
-se que no es el mejor de los consejos, mejor dicho, es el peor consejo y ejemplo que te puedo dar, pero …se dé algo que podría ayudarte en este momento-
El Patiarca se quitó el casco que llevaba puesto y se levantó de la cama bruscamente. El joven solo se mantuvo en silencio mientras veía a su maestro buscar algo detrás del respaldo de la cama, no tenía idea de que podría estar ocultando. Después de todo, ese templo había sido suyo en algún momento y sabía que Sage estuvo mucho más tiempo que el viviendo allí. Seguramente había secretos que Manigoldo aún no había descubierto.
El Patriarca busco tras el respaldo hasta encontrar una botella de un vino bastante viejo, se podía notar que había sido usado en algún momento.
-nada mejor que un buen vino para olvidar las penas, solo por hoy ¿sí? “ Dijo el anciano mientras agitaba la botella con sus manos.
El joven sonrió mas que nunca al ver aquella botella, tenía un gran gusto por el alcohol. Preferiría el sake, antes que nada, pero un buen vino no le vendría mal, muchos menos en compañía de su amado maestro. Mientras que Sage abría la botella Manigoldo se animó a indagar, comenzaba a olvidarse de su dolor con la distracción.
-cuénteme la historia de ese vino, seguramente también ahogo sus penas en algún momento-
El antiguo santo solo sonrío levemente al oír aquella pregunta, sin duda en su momento lo había utilizado por algo similar, pero sintió que no era el momento para contarlo. Tal vez porque pensó que entristecería aún más a Manigoldo. Así que solo se limito a servir hasta el tope las dos copas que había traído.
Ahora en la sala sobre un elegante sillón de una tela chenille bien suave y cómoda, ambos disfrutaban de aquel vino añejo, tras saborear la primera copa era inevitable no desear más.
El santo de Cancer había notado como su maestro ignoro aquella pregunta, hasta se atrevió a pensar que la razón de aquello fue la misma que la que hoy lo atormentaba a él, por lo que entendiendo la razón decidió cambiar de tema.
-si no me va a contar nada sobre la historia de este vino escondido dígame entonces como fue que lo consiguió-
Antes de hablar Sage se sirvió una segunda copa, luego de un sorbo se digno a decir
-Fue un regalo de mi hermano, me lo dio en un día muy triste para mí. No quiero hablar de eso, así que te contare como es su elaboración. Los vinos tintos son elaborados a partir de distintas variedades de uvas tintas que a través de su piel le dan al vino su color y le aportan los compuestos llamados taninos, esenciales en la composición del vino ya que le aportan su textura particular. Se dice que el consumo de vino tinto de forma moderada reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. Por eso con mis amigos decíamos que un buen vino ayuda a curar a un corazón roto-
Manigoldo rio nuevamente al escuchar eso, le recordaba a su niñez donde siempre se sorprendía al escuchar a su maestro hablar. Sin duda era un hombre sabio, cualquier cosa que el preguntara su gran maestro tenia una respuesta inteligente que dar.
Poco a poco, copas tras copa el joven iba olvidando los problemas que invadían su mente, sin duda el apoyo de su maestro no estaba de más. Estaba emocionado de que su inesperada compañía lo hiciera sentir tan bien en un momento tan triste para él.
El caballero siempre amo a aquel hombre de cabello plateado, había sido su mayor admiración desde que lo conoció. Pero nuevos sentimientos comenzaron a brotar en su interior
Quién sabe si era el poder del vino o eran sentimientos ocultos que por fin salían a luz, pero la atracción comenzó a aparecer entre ambos.
Cada vez que miraba a su maestro Manigoldo observaba detenidamente cada parte de su cuerpo, se tomaba el tiempo de recorrer las pocas curvas que se notaban sobre su túnica de Patriarca, hasta que se perdía en sus hermosos ojos verdes y brillantes.
Sage también se deleitaba con la belleza de aquel joven hermoso. Se sentía atraído por ese cuerpo esbelto y bello rostro.
-siempre tuve curiosidad de verte desnudo- Se limitó a decir Sage, ya no tenía restricciones, sabía que su discípulo quería lo mismo que él. Lo conocía tanto que podía verlo en sus ojos, sabía lo que Manigoldo estaba deseando. Este también había perdido el pudor por lo que sin pensarlo dos veces comenzó a quitarse la armadura dorada que hasta en ese momento llevaba puesta.
Tras terminar de quitar esa pesada armadura Manigoldo se había quedado con su típica ropa de entrenamiento. Un atuendo de pantalón y remera muy ajustado al cuerpo que le permitían tener flexibilidad y comodidad.
Sage seguía mirándolo esperando a que continuara desvistiéndose, pero el joven santo se detuvo repentinamente y con una voz ronca por el efecto del alcohol y un tono más bien atrevido dijo
- me canse de desvestirme solo ¿Por qué no viene a ayudarme usted? -
En ese momento el deseo dejo sin aliento al antiguo Santo de Cáncer, la voz ronca de aquel joven le pareció increíblemente sexy y excitante. No tardó demasiado en incorporarse e ir hasta él.
Lentamente ambos se acercaron hasta dar lugar a un primer beso, tímido pero apasionado. Sus bocas sabían a vino, a lujuria y a pecado, y lo único que querían hacer en ese momento era beberse hasta la última gota.
Al tener a un joven tan bello en frente Sage se dispuso a darse un festín. Comenzó a recorrer el cuello de aquel chico con su boca, luego eligió saborear su pecho por lo que le quito su remera ajustada dejando desnudo a aquel torso tan increíblemente atractivo. Con la boca busco uno de sus pezones y lo saboreo lentamente. Manigoldo se quedo sin aliento cuando le paso la lengua por la punta. Estaba tan sensible, respondía a las caricias con sonidos de puro placer.
Sage continúo saboreando su cuerpo lentamente, sabía que el joven estaba completamente excitado, podía comprobarlo al ver el bulto que se formaba en su entrepierna. Temblaba a medida que su maestro bajaba acercándose cada vez mas a ese sector.
El Antiguo santo levanto su vista y se encontró con la de su alumno.
-te gusta mirar “ le dijo. Manigoldo con la voz agitada volvió a sonreír como lo era usual en el y le contesto
- y a ti te gusta que te miren ¿no? -
Sage le devolvió la sonrisa, se incorporó para estar nuevamente frente a frente, lo tomo del rostro y volvió a besarlo. Manigoldo siguió el juego, supo que ahora era su turno de devolverle todo el placer que aquel hombre le había dado. Lo empujo suavemente hasta hacer que se sentara en el sillón. Primero opto por quitarle aquella pesada túnica negra que solía llevar el Patriarca, sorprendentemente bajo ello no había nada mas que su torso desnudo y un pantalón más bien suelto, no tan ajustado como el que llevaba el joven de cáncer en ese momento. Comenzó a acariciar aquel pecho marcado mientras lo miraba con una expresión que hacía que Sage se estremeciera con tan solo imaginar lo que esa cara picara podía significar.
El italiano recorrió todo el cuerpo de su maestro primero con sus manos y luego con su boca. Sus caricias iban acompañadas de una sensualidad incomparable, era ardiente a tal punto que hacía gemir a su maestro de manera incontrolable. Las caricias se tornaron mutuas, el calor y el placer se habían apoderado de sus cuerpos completamente. Recostado sobre aquel sillón el joven santo admiraba aquel cuerpo que se encontraba sobre a él, mirándolo a los ojos pidiéndole que por fin se entregue al placer de hacerlo suyo. Manigoldo abrió sus muslos hacia su amante y pudo contemplar como este sumergía su palpitante virilidad dentro de él.
A partir de ese momento ya no existían problemas, ya no había dolor ni penas, era como si el calor de aquel fuego que frotaba de lo más profundo de sus cuerpos hubiera quemado todo sentimiento negativo. Solo había paz, placer y amor…
Notas finales:

Bueno solo queria aclarar que soy novata escribiendo. De hecho este me tomo meses , use gran parte de mis vacasiones  para escribirlo ,queria que fuese perfecto pero bueno ,nada es perfecto es este mundo ...excepto el bello rosto de Albafika de Piscis jajaajajaj 

Me cuesta mucho describir los escenarios y escenas de sexo -.- por lo que acepto criticas costructivas puesto que lo que deseo es mejorar en esto. Me encanta escribir y quisiera algun dia llegar a hacerlo de manera profesional, asi que su ayuda me vendria de 10! 

 

Gracias y Saludos! 


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