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Wrong por TiaRyu

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Notas del fanfic:

Pareja: Karamatsu Matsuno & Ichimatsu Matsuno
Serie: Osomatsu-san

Notas del capitulo:

¡Hola!

 

¡Gracias por darle una oportunidad a mi historia!

 

Atte. Tía-Ryu

Las cosas entre el segundo y el cuarto hermano habían cambiado y Choromatsu se había dado cuenta. La verdad es que no había que ser especialmente inteligente para notarlo. Las miradas cómplices, los sutiles roces de sus manos ocultos bajo la mesa y el trato preferencial que se daban mutuamente los dejaba en evidencia.

Y estaba mal.

Lo que ambos hermanos hacían estaba jodidamente mal. Era sucio e inmoral, no se supone que los hermanos tengan ese tipo de relación. Lo peor era que todo eso estaba pasando frente a los ojos de toda su familia y nadie hacía nada. Era inaceptable.

—Karamatsu —Choromatsu llamó a su hermano mayor.

—Dime brother —el aludido respondió con su siempre amable y amplia sonrisa.

—Necesito hablar contigo —pudo notar por el rabillo del ojo la pesadez de la mirada de Ichimatsu—, a solas —recalcó aquellas últimas dos palabras.

— ¿Será que quieres algo de tiempo de calidad con tu querido hermano mayor? —sonrió.

—No seas doloroso ahora —el tercero hizo una mueca de desagrado y con un simple movimiento de su mano apuntó a la puerta.

Apenas traspasaron el umbral y la puerta fue cerrada tras de ellos, el ambiente cambio. El ambiente apacible y relajado que había antes pasó a ser hostil. Caminaron por el pasillo y salieron por la puerta principal, si querían hablar tranquilamente tendría que ser lejos de casa, cualquier lugar donde sus hermanos no pudieran molestarlos estaría bien.

—Brother… ¿Hasta dónde piensas caminar? —el nivel de ansiedad dentro del cuerpo de Karamatsu iba en aumento. Le asustaba lo cuidadoso que estaba siendo su hermano con la situación. Esa conversación claramente no iba de cosas mundanas, iba de algo muy serio.

—Aquí está bien —habían llegado a una plazoleta olvidada.

— ¿Entonces? —Karamatsu a esas alturas había dejado de sonreír, estaba casi cien por ciento seguro del tema que quería tocar su hermano.

—Se tiene que terminar —soltó Choromatsu de forma tajante—. Es enfermizo y repulsivo, ¡no puedes estar con uno de tus hermanos!

El mundo de Karamatsu se derrumbó. Siempre había tenido la ilusión que cuando algún miembro de su familia se enterara de lo que pasaba entre Ichi y él, no dudarían en apoyarlos, nunca se le pasó por la cabeza que sus hermanos podían tener sentido común. Y claramente para alguien con sentido común, lo que ellos hacían estaba mal.

Estaba muy mal.

—Yo… —tenía la garganta seca y las palabras se atoraron en alguna parte de su garganta. Karamatsu estaba tan lleno de sentimientos contradictorios que se había hecho un lío.

—La verdad es que no sé en qué estabas pensando cuando decidiste dar un paso así. Y te culpo a ti, tú eres el segundo mayor y se supone que debes velar por la seguridad de los menores, no deberías implantar ideas raras en sus cabezas… No deberías hacerles creer que hacer algo así es correcto —Choromatsu habló sin mirar a su hermano—. Karamatsu, lo que están haciendo no está bien —el menor tenía una sensación extraña en su pecho. Era asco, realmente sentía asco al pensar en sus hermanos de esa manera, es más, ni siquiera quería pensar en si ellos ya habían tenido sexo. Si era así… Ya habían cruzado una línea demasiado peligrosa.

—Choromatsu, creo que estas malinterpretando las cosas —excusas, excusas… excusas. El cerebro de Karamatsu había comenzado a trabajar a mil en busca de las palabras para salir de aquella situación—, Ichimatsu y yo no tenemos esa clase de…

—Yo nunca mencione a Ichimatsu —el menor sonrió al ver la expresión atónita de su hermano. Él era mucho más astuto que Karamatsu.

—Estoy enamorado de él, ambos estamos enamorados. Al principio intente evitarlo porque sé que está mal. Te juro que intente que estos sentimientos desaparecieran —Karamatsu apoyó una mano en su pecho mientras hablaba, quería hacerle entender a su hermano que no tenía malas intenciones. Nunca dañaría a Ichimatsu de ninguna forma.

—Creo que no intentaste lo suficiente —en ese momento el menor se sintió más asqueado—. De todas formas no te traje hasta aquí para que me cuentes cómo pasó, solo quería hablar contigo y decirte que eso se debe terminar —Choromatsu notó como su hermano pasó de tener un semblante emotivo a estar enojado.

— ¡Tú no eres nadie para obligarme terminar con él! —Karamatsu se había sulfurado. Su hermano no tenía derecho para venir y decirle lo que podía y no podía hacer. Respiró hondo, si no se calmaba iba a perder el control.

—Créeme que sé que no soy nadie —tomó aire, sabía que Karamatsu no lo tomaría en serio—. Es tan simple como hablar con papá y mamá, ellos si pueden hacer algo —se cruzó de brazos mientras sonreía con superioridad.

—Choromatsu —Kara bajó su tono de voz—, por favor… no me apartes de él —enojarse no le ayudaría, así que el mayor cambió su estrategia.

— ¿Me estás pidiendo que sea cómplice de su relación enfermiza? —el menor retrocedió dejando en claro que todo eso le daba asco.

—Pero…

—No busques más excusas, ¿acaso no eres capaz de entenderlo? Es inmoral, es sucio… Es tu hermano, tal como yo o cualquiera de los otros. No entiendo cómo pudiste —apretó sus manos con ira—. Tienes una semana.

— ¿Una semana?

—Sí, sí en una semana no terminas con todo esto, le diré a nuestros padres, ¿entiendes? —luego de esas palabras el ambiente se llenó de un profundo silencio. Choromatsu miraba en una dirección indeterminada mientras que Karamatsu había bajado su cabeza.

—Entiendo —el mayor apretó sus ojos tratando de contener las lágrimas. Estaba acabado, Choromatsu lo había puesto entre la espada y la pared.

Ya no había nada que hacer.

Karamatsu echó a correr. Ya todo estaba perdido, el sueño que siempre había tenido de su familia apoyándolos había sido destrozado. La esperanza de llegar a ser como una pareja normal, ir andando de la mano y celebrar fiestas juntos. El mundo idílico de felicidad, flores y dulces que se había montado en su cabeza se había visto quebrado por aquel choque con la realidad que le había dado su hermano. No podían ser felices, la moralidad y las leyes del sentido común no se los permitiría nunca.

Estaban jodidos. Él estaba jodido, Ichimatsu estaba jodido.

—Todo se fue al carajo —Karamatsu golpeó la mesa, mientras murmuraba palabras incomprensibles.

— ¿Estas bien Karamatsu? —Chibita no le había quitado el ojo encima desde que llegó. Hoy no parecía ser el mismo Karamatsu de siempre.Sin mencionar que ver al Matsuno beber solo era completamente extraño.

—Si —fue la respuesta seca del Matsuno, la cual demostraba que no estaba para nada bien.

— ¿Y tus hermanos?

—No lo sé.

—Qué extraño, ellos siempre te acom…

—Hola Chibita —Ichimatsu había llegado —, una cerveza por favor —dijo mientras se sentaba junto a su doloroso hermano.

—Enseguida —le entregó una lata fría y decidió que lo mejor era preocuparse de sus propios asuntos. No quería meterse en problemas ajenos.

—Kusomatsu —posó una de sus manos en el hombro del mayor—, ¿estás bien? —durante la tarde cuando vio a sus hermanos salir no pudo evitar sentirse angustiado. ¿Qué se supone que tenían que hablar esos dos? Claramente nunca se habían llevado bien, así que de todas las teorías que Ichimatsu había imaginado, la que tenía más sentido era aquella donde Choromatsu lo había descubierto. Y su simple teoría se confirmó en cuanto vio a su hermano volver solo. Así que el preguntarle a su hermano si estaba bien, era una mera formalidad… sabía que no estaba bien. Desde ahora nada iba a estar bien.

—No —Karamatsu sabía que no valía la pena mentirle, a fin de cuentas aquel problema los involucra a ambos.

— ¿Choromatsu lo sabe todo? —Ichimatsu internamente ya sabía la respuesta, pero tenía la minúscula esperanza de que no fuera así. Una estúpida ilusión.

—Si —fue lo único que el mayor pudo decir. Karamatsu se sentía impotente, había fallado como hermano, como pareja y lo único que le quedaba ahora era tener el valor de terminar las cosas y no fallarle a su hermano como protector—. Ichimatsu, se acabó —pocas palabras, si decía algo más probablemente lloraría.

—No me importa lo que te haya dicho, o que te haya obligado a terminar esto —tomó a su hermano por los hombros—. No quiero, no puedo aceptar tus palabras —pegó su frente a la de Karamatsu—… No me dejes.

—No quiero dejarte —Karamatsu cerró sus ojos con fuerza—, pero si no lo hago... él le dirá a papá y a mamá… y yo… yo no podría soportar que nos odiaran por esto. No podría soportar que te odiaran Ichimatsu —gruesas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, los apretó con más fuerza en un intento de detener ese río salado, pero fue inútil.

—No me importa que me odien... sólo quiero estar contigo —su voz estaba llena de determinación. Al carajo su familia, al carajo la moralidad, él amaba con locura a ese hombre frente a él. ¿Qué importaba si eran hermanos? No iba a dejar que los demás intervinieran en su felicidad.

— ¿Entonces? —Karamatsu estaba completamente perdido. No sabía qué decisión tomar. No sabía qué era lo mejor. No sabía nada.

—Vamos a seguir juntos, nos largaremos a alguna parte —Ichi lo dijo aun sabiendo que no tenían dinero, no tenían trabajo, no tenían nada. Pero aun así para el menor era una solución viable con tal de seguir junto a Karamatsu.

—Ichimatsu, no tenemos nada —Karamatsu había logrado centrar sus ideas. Tenía que ser un buen hermano y velar por Ichimatsu. La idea de irse juntos sonaba bien, pero siendo sincero consigo mismo, no podían pretender irse de su casa y quedar a la deriva. No permitiría que su hermano la pasara mal.

—Pero...

—No tenemos salida… sólo pasemos estos días juntos y acabemos con esto antes que Choromatsu nos delate —eso era todo, no había otra opción. Esa semana sería la última.

— ¿Cuántos días tenemos? —no quería llorar, no iba a llorar. Karamatsu ya había decidido por ambos y no iba a desobedecer a su hermano mayor. En el fondo entendió que aquella decisión era mucho más sensata y realista.

—Una semana a contar de hoy —ya tenían un día perdido. Que lástima.

—Vámonos de aquí —Ichimatsu se puso de pie y dejó un par de billetes en el mesón—. Gracias Chibita —el aludido sólo hizo un leve movimiento con su cabeza.

—Espero nos guardes el secreto —Karamatsu se puso de pie para seguir a su hermano.

—Yo no oí nada —le sonrió con complicidad y siguió en lo suyo.

Caminaron a la orilla del río, en algún punto se detuvieron para tomarse de las manos y admirar el flujo del agua en medio de la noche. Todo estaba tan tranquilo, todo era tan pacífico y sin embargo, dentro de sus cabezas, no había nada más que caos, dolor, ansiedad y una pila de sentimientos que flotaban en sus entrañas entremezclándose con el amor. El amor más impuro y dulce que habían sentido en su vida.

—Sabes Ichimatsu —el mayor llamó la atención de su hermano con un ligero apretón en su agarre —, nunca pensé que fueras una persona tan dulce —se inclinó hasta apoyar su frente en el pecho del menor.

—Es tu culpa —sonrió de forma melancólica—, tu provocas todas estas cursilerías en mi... Es asqueroso —pudo escuchar una ligera risa venir de Karamatsu. Él ya lo conocía, sabía que era un asco expresando sus sentimientos con palabras.

—Lo siento —elevó su rostro y le dio un beso ligero en los labios—, lo siento mucho —le dio otro beso—, de verdad lo siento —rompió a llorar soltando el agarre que aún mantenían para llevar sus manos hasta el pecho de su compañero. El dolor era inenarrable.

—Yo... —no sabía qué decir, quizás nada de lo que dijera aliviaría ese corazón angustiado que se deshacía frente a él, así que sólo apretó ese cuerpo en un abrazo y se unió a su llanto.

 

Notas finales:

¡Gracias por leer!

Atte. Tía-Ryu


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