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Suegro vs Yerno por KattyKatty2

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Notas del fanfic:

Realmente, sólo se me ocurrió, y quise escribirlo. Será random, como casi todo lo que hago, esperando hacer reír, y, ¡cómo no! Satisfacer mis propias necesidades como fujoshi, y alegrar a amantes del yaoi. Dudo escribir incesto —ya saben, Ging x Gon, y es que realmente pensé en incluirlo xD—, pero es una posibilidad, considerando las jealous-situations que habrá en este fic de probablemente varios mini-capítulos... Será la sustitución de otro fic que ya no me animé a hacer, debido a que todo era muy OoC, y con una trama ridícula —probablemente placentera para muchos... Me incluyo, ¡pero no! ¡Ya me dio pena!—.

¡Disfruten! -huye lo antes posible-

Notas del capitulo:

Y falta otro fic por subir, eh -c va-

—Ah, Gon, no estoy muy seguro de esto —sus ojos azules denotaban la inseguridad, mientras intentaba no ser arrastrado por su contrario que le jalaba del brazo hacia, algo que podría ser perjudicial... Para él.

—Vamos, Killua, sólo te presentaré a mi padre —la voz de ese niño sonaba sonriente, incluso ligeramente emocionada, girando su rostro para mirarle. Aflojó su agarre y se acercó más al albino—. ¿No crees que sería divertido? Opino que se llevarían muy bien —sonrió con dulzor, y Killua desvió ligeramente sus azules ojos hacia otro lado con un ligero sonrojo por tan bonitos labios reluciéndose curvos en una bella expresión de alegría.

—Ya... ya sabes —balbuceó nervioso al inicio, y aclaró su garganta arrastrando su voz roncamente sobre ella un par de veces, y volvió a hablar—. Tu padre, es una especie de, "rechaza-sociedad" o algo así. No creo caerle bien —se excusó—. Además, ya sabes lo que dicen de los suegros, ¡me va a odiar! —Honestamente, eso es algo que más bien diría Gon.

—Oh, Killua —Gon sonrió y luego rió, divertido por la manera aterrorizada en que Killua abrió sus ojos y el dramático tono que utilizó al final—. No va a odiarte —calmó sus risas y habló suavemente—. Te presentaré como, ¡mi mejor amigo en todo el mundo! ¿Así estarás más tranquilo?

—Ah... Sí, supongo... ¡¿Pero y si se entera?! Ya sabes, somos muy ruidosos...

—Pues ahí no lo haremos —negó Gon sonriendo—, nos gritaremos "¡te amo!" cuando estemos completamente solos, ¿qué te parece?

—Ahá... Pero... ¿Y si a mí no me cae bien?

—Oh, bueno —aquella pregunta le tomó desprevenido, así que pensó—... Pues... Tal vez no te caiga mal, dicen que él se parece a mí, puede que te parezca lindo —bromeó sacando su lengua y cerrando uno de sus ojos juguetón. Killua enrojeció.

—Si serás idiota... —murmuró sonrojado, para después sonreír y menear su cabeza ligeramente—. Está bien, daré lo mejor de mí, ¡y caeré bien a tu padre!

—¡Así se habla!

—¡Pero...! Antes, necesito, necesitamos —recalcó— compensar.

—¿Uh? ¿Compensar?

Su pregunta salió confusa, y Killua sonrió. Llevó sus manos suavemente hacia el rostro de Gon y ahí las acomodó, mirándolo fijo, y con ternura. Acarició sus mejillas, de manera linda y relajante para el niño de verde, que entrecerró suavemente sus ojos, y jamás miró otra parte más que la mirada opuesta.

Y, de nuevo, a Killua se le venían los nervios encima, siempre le pasaba cuando estaba por besar a Gon. ¿Será porque hace apenas unas semanas comenzaron a salir? Sí, realmente llevaban muy poco. Gon notó esto, nunca lo pasa por desapercibido. Se acercó más, y notó que Killua se sonrojaba aún más. Al menos esta vez no se le erizaba el cabello por la electricidad que producía su cuerpo ante los nervios.

Gon, por mera diversión —y conociendo a la perfección cierto punto débil—, sacó su linda lengua extremadamente cerca de los labios de Killua, a quién esta vez si se le erizó el cabello y casi le da toques a Gon, que de hecho sí le dio... Pero era tan leve que, Gon lo disfrutaba. Miró tentativo esa adorable lengüita, que incluso se movía sutilmente en busca de provocarlo, y... ¡Por Dios! ¡¿Acaso una pequeña gota de saliva desprendió de ella?! Simplemente, no tuvo más tiempo de sentirse tímido, y abalanzó su boca abierta a esa lengua, acariciándola ávidamente con la propia, y pasando también por los labios opuestos que comenzaban a abrirse ¡Simplemente le sabía a gloria!

Se relajó gracias a Gon, que posó sus manos sobre sus hombros y masajeó suavemente, cerrando con ligereza sus dedos, 'amasando' la piel del albino de manera disfrutable, y él estaba dispuesto a devolverle el favor. Descendió sus manos de esas bonitas mejillas sonrosadas y acarició el cuello de su dulce Gon, escuchándole resoplar con un suave quejido por las cosquillas que le provocaba. Continuó bajando, acariciando su cintura, pasando a su espalda y acariciando sutilmente, uniéndole más a él y presionando más su piel, pellizcándola sutilmente, de manera placentera que igualmente relajara a su novio.

Quería bajar más, definitivamente necesitaba hacerlo. Descendió un poco más, llegando a la cadera ajena y acariciando nerviosamente, deseando tocar más allá... Pero no debía hacerlo, no porque no se atreviese, sino porque, ¿podría contenerse? ¿A Gon le molestaría? Él antes ya le había dicho que no se sentía preparado para esa clase de caricias, y no quería hacer algo que él no deseara, pero realmente le recorría una gran ansiedad de cometer actos "impuros". Por suerte logró controlarse, abrazando con fuerza la cadera del moreno, estando justo sobre el arco que se formaba entre su espalda y trasero. Gon pasó sus manos más hacia el frente, apegándose más al albino y abrazando su cuello, separándose brevemente, inhalando un poco, y volviendo a besarle con ternura.

Y continuaron besándose por varios minutos, para así compensar todo lo que no podrían hacer en casa de Ging —porque sí, ese vago tenía casa, varias, de hecho, pero fue casi obligado por Gon para quedarse ahí más de algunas horas—.

[...]

—¡Él es Killua! ¡Mi mejor amigo en tooooodo el mundo!

Ging miraba callado, desde la puerta. Sus ojos en una forma curiosa gatuna y sus pupilas contraídas con aburrimiento, pero por dentro, estaba más que interesado. ¿Y cómo no? Ese chiquillo de cabello blancuzco tenía un suave rubor en las mejillas y su mirada estaba para otro lado. Incluso pudo notar una muy ligera y fugaz mueca de dolor.

—Y éste es Ging, Killua, ¡mi padre!

¿Eh? ¿Acaso no diría algo como "El mejor padre del mundo" o algo así?

Él mismo se rió al pensar eso. Pero igual, la molestia persistía.

—Un gusto, eh... Ging —extendió su mano algo nervioso, ¡por Dios! ¡Estaba frente a su suegro! ¡Y éste no sabía que lo era!

Pero Ging no se movió, de hecho, pasaba su mirada una y otra vez a Gon y después a Killua. Algo andaba mal...

Y finalmente, paró su mirada en Killua. Killua sudó frío. Ging entrecerró su mirada sobre él.

Killua alzó las cejas con sorpresa al sentir, su mano ser tomada por la de Ging, pero la atmósfera, cambió por completo. Ya no eran nervios lo que sentía. Era como si el paisaje se tornase oscuro y dos bestias estuviesen a punto de enfrentarse. Killua bajó la mirada hacia su mano, notando como la presión que el opuesto ejercía era demasiada. Ese viejo no era débil. Frunció el ceño.

—El gusto es mío —devolvió Ging, sonriendo de manera un tanto... Torcida.

Le haría la vida imposible a ese mocoso.

Killua devolvió la misma fuerza, e igualmente sonrió, pensando, exactamente lo mismo.


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