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Un baile para dos. por mikan beloved

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Notas del fanfic:

Hola.

 

Nuevamente estamos aquí con un nuevo escrito de Harry Potter, es que da tanto material y si la inspiración llega uno debe disfrutarla antes que se vuelve caprichosa y quiera huir.

 

Este es un escrito basado en la tercera generación, ocurre estando en Hogwarts y me baso en lo ocurrido durante la fiesta acontecida en el torneo de los tres magos.

 

Este es un escrito de chico x chico por lo que si no te gusta este género te sugiero no continuar con la lectura.

 

Espero les guste y disfruten de la lectura.

 

Saludos.

Bailar no se le daba bien y por más que había huido de aquella tortura sabía que se vería obligado a hacerlo para el baile de los campeones por el torneo de los tres magos, aunque fuera su culpa por aceptar salir con la primera chica que le invitó y todo para no pasar la noche solo como su hermano Albus.

 

Ahora para colmo su salvación venía en un envase rubio y cinco centímetros más bajo que él.

 

—¿Estás listo? —Preguntó Scorpius mientras le ofrecía una mano con una clara intención que él se la tomara

 

—Estaras muerto si mi hermano se entera de esto —Amenazó James mientras le picaba el pecho con su dedo índice

 

—Tranquilo —Le sonrió el rubio con aquella sonrisa Malfoy, picarona y casi de chico malo que hacía a las chicas reír como tontas— Será nuestro secreto

 

La sala de menesteres era solo de ellos dos en aquel ensayo y aún así no pudo evitar sentir vergüenza en cada paso que daba, más al estar tan cerca del rubio y que este pareciera tan seguro.

 

Sus manos juntas.

 

Sus pechos cercas.

 

Sus pelvis casi rozándose.

 

¿Cómo los bailes de salón podían ser legales y de clase? Eran una clara Oda a la sensualidad y el mundo lo veía como algo de elegancia y estatus. ¡Qué locura!

 

A pesar de todo al terminar aquella sesión Scorpius se veía tan orgulloso que asumió que habían hecho un gran avance, aunque lo único que deseaba era salir corriendo de ahí y olvidar todo eso.

 

—Aprendes muy rápido —Alabo el menor mientras se secaba con una toalla de mano el sudor en su nuca— Si prácticas así todas las tardes serás la envidia de la fiesta.

 

—¿Tu iras? —Preguntó sin darse cuenta y golpeándose mentalmente luego de hacerlo— Digo... Para saber si es por ti que Albus no quiere ir...

 

—Sí iré, Rose me pidió que la acompañara —Comentó el menor aunque le quitó importancia al asunto— Albus no quiere ya que dice que no quiere pasar sentado en la mesa como le pasó al señor Potter en su época

 

—¿Tu padre como lo paso esa ves? —Preguntó mientras se acercaba a la salida de los menesteres fingiendo que vigilaba si había alguien pero en verdad ocultaba el pequeño rubor que se había formado en sus mejillas, tan solo pensar en el Malfoy mayor sentía expectación— Él es un gran bailarín

 

—Lo pasó bien, bailo toda la noche —Respondió casi de manera tajante el pequeño Scorpius— Al menos eso fue lo que dijo, no hablamos mucho del asunto.

 

Luego de aquello se formó un frío silencio donde ambos simplemente salieron de lugar y caminaron por los oscuros pasillos hasta separarse y cada uno dirigirse a sus respectivas habitaciones sin siquiera despedirse.

 

James se recostó rápidamente y cogiendo su almohada la golpeó un par de veces. ¿Como siempre lograba arruinar todo? ¿Cómo siempre terminaba diciendo algo estúpido? Pero no podía evitarlo, el ver al pequeño Scorpius hacía que recordara al mayor, Draco Malfoy, un hombre sumamente atractivo y tan elegante como valiente que no había podido evitar sentir una atracción hacia él cuando los primeros años de adolescencia comenzaron a embargar.

 

Aunque eran muy distintos y con los años lo pudo apreciar. Scorpius era firme y seguro de sí mismo, tenía el porte y la elegancia de todo un Malfoy pero su corazón, sus sueños y su deseo de hacer lo correcto era distinto al del señor Draco.

 

Dejando la almohada en la cama se acostó e intento dormir, aunque su mente no dejo de repetir cada uno de los momentos de aquel ensayo de baile.

 

****

 

—Hermanito —Llamó mientras pasaba el brazo por sobre el hombro del pequeño Albus quien intentó mantener su cuerpo erguido aunque se notaba cuanto se le dificultaba— ¿Te molesta que te robe un ratito a tu amigo? Te lo devuelvo después del almuerzo

 

—Solo no lo molestes James —Amenazó seriamente, algo que ella menor casi nunca hacía, salvo cuando se trataba del otro Slytherin— Ni hagas que pierda su tiempo

 

—Palabra que Gryffindor —Confirmó mientras cruzaba su corazón para luego tomar la muñeca del rubio— Vamos, no será mucho

 

—De acuerdo.... —Murmuró este para luego sacudir su mano para despedirse de su amigo mientras era jalado por el otro Potter.

 

James jalo de la pequeña serpiente hasta uno de los pasadizos secretos donde entraron los dos quedando en un ambiente más tranquilo e íntimo. Soltando a Scorpius lo primero que hizo fue cruzar sus brazos sobre su pecho y mirar de forma acusadora al rubio, quien tan solo parpadeo en su dirección.

 

—¿Por qué has contando de los ensayos? —Preguntó de golpe totalmente ofendido— ¿No quedamos que sería un secreto?

 

—Yo no he dicho nada —Scorpius se defendió alzando sus manos como si se rindiera— Ni siquiera a Albus le he dicho y dudo que alguien me haya visto llegar, me asegure de entrar cuando no hubiera nadie

 

—¿Entonces como se ha corrido el rumor que nos estamos viendo a escondidas? —Preguntó ya sin ocultar su desesperación, no habían pasado más de dos días y ya había un enorme y jugoso cuento de él rondando en los pasillos— ¿Quién más podría saber?

 

—¿Y qué me preguntas? —Preguntó a su vez molesto el rubio colocando sus manos en sus caderas— Yo ya estoy en suficientes chismes por ser un Malfoy como para estar dando más material, además a ti te gusta ser el centro de atención, no a mí

 

—¡Pero no por estas cosas! —Se exasperó mientras comenzaba a pasear por la habitación, una mala manía que había heredado de su padre— ¿Acaso siquiera sabes de lo que se dice ahí de mi?

 

—Pues ¿Qué tan malo ha de ser? —Pregunto el rubio elevando a su vez la voz mientras su penetrante mirada observaba al mayor detenerse y mirarle de la misma forma— ¿Eso no es lo que siempre le dices a Albus? Pues bienvenido al Club, de nosotros ya han inventando tantas cosas que ya da igual

 

—¡Pero yo no soy ustedes! —Replicó nuevamente haciendo que el rubio girará los ojos burlándose

 

—Pues si tanto te molesta ya no te ayudaré más —Finalizó el menor— Yo solo lo hice en un acto de buena voluntad por la amistad de Albus y por ti, pero si es un problema que más da... —Luego se volteó y se acercó a la salida, para luego mirar sobre su hombro y preguntar con un tono frío, casi muerto—  ¿Algo mas Potter?

 

Toda respuesta fue una negación de cabeza cosa que para el rubio fue suficiente y salió del lugar, caminando de forma segura hasta llegar al salón donde Albus se encontraba comiendo prácticamente solo.

 

Nuevamente eran ellos dos contra el mundo. Y dedicándole la sonrisa más cálida que le podía otorgar se sentó a su lado y comenzaron a comer.

 

—¿Qué quería James? —Preguntó Albus mientras buscaban los libros para un informe— ¿Sucedió algo? ¿Acaso te dijo...?

 

—Nada —Lo interrumpió Scorpius mientras le dedicaba una sonrisa dulce— Solo me quería advertir que si bailaba con tu prima Rose debía ser todo un caballero

 

—Por favor, eres un Malfoy —Contestó Albus como si tan solo el tener aquel apellido significará elegancia y educación— Además, yo creo que Rose es más peligrosa que tú, ella es una Weasley, es cosa de saber el pasado de mi mamá y mis tíos

 

—Sí pero tú sabes, puedo ser el chico malo que se hace pasar por chico bueno para poder obtener a dulces doncellas y luego cambiarlas —Jugó el rubio mientras mostraba una expresión maliciosa— Tu sabes, lo típico

 

Ambos chicos rieron ante aquello y Albus quedó más tranquilo, le encantaba ver cómo Scorpius le buscaba la gracia a cada una de las situaciones conflictivas que les rodeaban y como se burlaba de ellas.

 

Aquella noche antes de irse a la cama le mandó una lechuza a su hermano dejando un pequeño mensaje, lo que menos esperaba era que este sospechara de Scorpius, así que con letra caligráfica y manuscrita escribió unas pocas palabras:

 

«Sin importar lo que digan, Scorpius es un gran chico y jamás haría nada para dañar a nadie».

 

****

 

Los rumores se fueron tan rápido como llegaron y a James le empezó a carcomer la conciencia, como acto reflejo había atacado al rubio y se había alejado de él sin siquiera prestar atención si este también se veía afectado. Era un idiota.

 

El rubio siguió su vida y tal como le dijo ya no le esperó más en la sala de los menesteres, al contrario parecía evitarlo, hasta en el comedor había tomado la costumbre de sentarse dándole la espalda.

 

¡Ni siquiera cruzaban miradas!

 

Ahora más que nunca se había dado cuenta que había sobre actuado y en el proceso había dañado a alguien que solo mostraba buena voluntad y que hasta entonces no le había dado razones para dudar de él.

 

Aquella noche era el baile de los tres magos y quería tener la oportunidad de al menos demostrarle al rubio que había valido la pena el tiempo que ocupó ayudándole demostrando ser buen bailarín, se vistió con la mejor gala que su padre le había enviado y leyó varias veces los consejos que su madre le había escrito.

 

Pero en aquel momento, cuando pensaba que demostraría todo lo que aprendió y que eso haría que el rubio le mirase no sucedió. Piso más de dos veces a su compañera de baile, Stephany, sin mencionar la cantidad de veces que perdió el ritmo ¿Por qué no era como con Scorpius? ¿Por qué los pasos tan solo no se movían siguiendo el ritmo de la música mientras observaba a su pareja de baile?

 

No pudo evitar observar donde se encontraba su prima Rose quien alegra danzaba en compañía a Scorpius quien la guiaba por todo el salón. El rubio vestía un traje negro que resaltaba su piel pálida y su cabello rubio y sus ojos, resaltan haciendo lucir más atractivo su rostro, era como alguna vez se imaginó que eran los príncipes de los cuentos que su padre les contaba del mundo Muggle.

 

Luego de un par de canciones término tal cual había terminado su padre y su hermano había evitado, sentado en la mesa observando como su pareja iba a bailar con otro chico de Ravenclaw y viendo como el rubio seguía divirtiéndose con su prima.

 

—Te dije que esto pasaría —La voz de Albus lo sacó de sus pensamiento y lo miró, el chico estaba con el uniforme pero a esas alturas ya a nadie le importaba— Los Potter no somos de galas ni fiestas pomposas como los Malfoy, es cosa de ver a papá cada vez que tiene una fiesta en el Ministerio de Magia

 

—¡Estupendo! —Se quejó el mayor mientras bebía de su jugo de calabaza

 

—Ves, te dije que es un buen chico Scorp —Siguió hablando Albus indicando donde su prima parecía encantada entre los brazos de Malfoy y varias chicas parecían querer cambiar de lugar con la peli-roja— No tenías por qué preocuparte de que saliera con Rose

 

—¿De qué hablas? —Pregunto confundido mirando a Scorpius y luego a su hermano sin entender— ¿Por qué me preocupa que saliera con ella?

 

—¿Acaso no es por eso que te lo llevaste a hablar el otro día? —Ahora era Albus quien mostraba total condición y James entendió la mentira que el rubio había dado a su hermano y quiso golpearse una vez más— Ese tonto rubio oxigenado me mintió ¿Cierto?

 

—Lo siento, me estaba protegiendo —Aclaró James tranquilizando a su hermano— Cometí un error y creo que me descargue con la persona equivocada

 

—¿Crees? —Pregunto el menor colocando la misma mirada con la que su padre le reprendia— Más te vale que te disculpes con él, siempre termina arrastrado en nuestros líos como para más encima descargar nuestras frustración en él —El menor se levantó y le miró una última vez— Y dile que mañana hablaré con él sobre no mentirle a su mejor amigo

 

El mayor tan solo asintió viendo como su hermano se alejaba, aquello le había tomado por sorpresa, jamás pensó que el rubio le encubriera sobre todo de su hermano con quién era prácticamente inseparable. Luego observó nuevamente al rubio y se dedicó a observar sus pasos, como guiaba a Rose y disfrutaba de la danza. Aún era temprano, sabía que si iba a hacer lo correcto debía esperar a que su prima quisiera despertar de su sueño y dejará ir al rubio, aquello no sucedería luego ya que todo el mundo sabía que estaba locamente enamorada de este, aunque el rubio no la veía más que como una hermana.

 

****

 

Era ya de madrugada y los profesores se aseguraban que todos los alumnos se dirigieron a sus respectivas habitaciones, pero como siempre James se había escapado y con él se estaba secuestrando a cierto rubio quien se dejaba guiar por el mayor sin hablar, hasta llegar a la sala de menesteres donde luego de pasar tres veces ingresaron a un hermoso y gran salón, con candelabros encendidos en el techo, un piso tan blanco y brillante que se reflejaba el techo, los ventanales estaban cubiertos por largas y pesadas cortinas de un color vino y en una especie de escenario habían unos instrumentos que tocaban con magia.

 

—¿Qué es todo esto, James? —Pregunto el rubio mirando a su alrededor algo extrañado— ¿Que planeas?

 

—Tengo que disculparme contigo —Murmuro mientras rascaba su nuca con incomodidad— Fue un idiota y me descargue contigo por algo que no era tu culpa

 

—¿Te refieres al chisme qué pensaste que yo ayude a esparcir? —Pregunto el rubio observando con los brazos cruzados— Ya te dije que no haré nada para dar pie a esas cosas

 

—No, fue mi culpa —Se disculpó mientras comenzaba a pasearse desesperado por un pequeño camino imaginario— Yo no debí haber actuado así antes los rumores, es solo que...

 

Y de nuevo aquella sensación de terror lo embargo, él podía con cualquier chisme, incluso le gustaba estar de boca en boca.

 

—¿Era porque hablaban de tu orientación sexual? —Pregunto el rubio y el mayor tan solo pudo asentir con lentitud— James, eso no es nada del otro mundo, la gente siempre va a hablar tonteras y...

 

—¡Es que no son tonterías! —Grito interrumpiendo al rubio para luego bajar la mirada mientras sus manos se enredaban en su cabello— Yo no... No debería... Es decir, qué diría papá... Y mamá...

 

—¿Que podrían decir? —Pregunto el rubio acercándose y con una de sus manos hizo que el mayor alzara la mirada— ¿Dejaras de ser James Severus Potter si te gusta un chico? ¿Acaso te volverás el próximo señor tenebroso? ¿Te volverás un asesino profesional? —James negó y Scorpius le sonrió— Claro que no, tú eres y serás siempre el mismo, siempre lo has sido y eso jamás cambiará, tus padres te querrán sin importar quien te guste

 

—Gracias —Agradeció el peli-negro y luego le tendió la mano— Puedo compensarte la estupidez que hice demostrando que al menos se guiar en una pista

 

—Será un placer —El rubio le sonrió mientras sus mejillas se sonrojaron levemente mientras sus cuerpos se juntaban.

 

Una vez más estaban ahí.

 

Pecho contra pecho.

 

Sus ojos observándose.

 

Las pelvis rosándose.

 

Y simplemente era perfecto, quizás el baile si era lo suyo, solo faltaba la persona correcta.

Notas finales:

Espero les gustará. 

Saludos. 


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