Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

TWERK KING por fujoshiloca

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Después de mucho tiempo sin usar este web, vuelvo a él.

Este fanfic está originalmente publicado por mí en Wattpad, mi user allí es @nohezuma.

Espero que os guste y si sois tan fanáticos del yoonmin como yo, estoy segura de que así será.

<3

Notas del capitulo:

Konichiwaaa!!!~

  Cuánto tiempooo!!! (; ??–??)/  *le tiran tomates*   Ok-ok... Sé que llevo muchísimo tiempo sin estar por aquí y me dije bueeeenooo mientras recupero inspiración para escribir esta novela en Wattpad por qué no pasarla aquí también? Pues al fin y al cabo Amor Yaoi fue el web que más influencia tuvo en mí en cuanto a fanfics uwu   Espero que disfrutes la lectura y bueno... que me dejes tu linda review, estaré encantada de leerla... publicaré  2 capítulos hoy!    Así que deja tu review pls!! (o sea, tu comentario, no es necesario tener un usuario aquí para eso jeje)   AHORA A LEER uwu  

Aún caminaban por el solitario pasillo de la segunda planta de aquella academia tan enorme. 
Solo se oían sus pasos haciendo eco y el sonido de la música o voces provenientes de varias clases cercanas, unas más lentas y otras más movidas.
Llegaron por fin a una puerta de madera oscura barnizada con una pequeña ventana que permitía ver su interior. YoonGi observó desde fuera, admirando lo grande y agradable que lucía la sala.
Oyó las llaves girar y a continuación el rechinar de la puerta al abrirse, haciendo llegar a sus ojos una gran blanquecina luz que se colaba por los grandes ventanales del lugar. Se acerca hasta allí y admira cómo se ve todo desde ahí, divisando algún que otro edificio conocido para él, ya que vivía relativamente cerca.

—¿Te gusta?—escuchó la repentina voz de la muchacha que se había encargado de enseñar a YoonGi la gran academia.

Él sonrió levemente, volviéndose hacia ella.
—Sí, me gusta. Es...cálido. Es genial. Gracias por traerme, SuRan.

Rió levemente y asintió.

—Es un placer tenerte con nosotros. Se te da muy bien tocar el piano, y claro, trabajando yo aquí cómo no te iba a dar la oportunidad de ingresar.

Él solo asintió también y volteó su rostro hasta dar con el instrumento que tanto amaba tocar.

Frente a él, tan solo a unos metros, se encontraba un hermoso piano de cola color negro, tan intenso y reluciente que daba miedo tocarlo por temor a ensuciarlo. Tenía unas partituras sobre él, clásicos para aprender en un comienzo. Pero a él ya no le hacía falta aprender.
Tocaba el piano desde los 3 años y bien, ahora que tenía 24 le apetecía comenzar a destacar para el público su arte, pues, aunque podría haber empezado a dar conciertos a temprana edad, sus padres decidieron que esperara un poco más a acabar los estudios por si acaso lo del piano no funcionaba. Así su hijo no se moriría de hambre en un futuro ya que tenía sus títulos académicos conseguidos y un trabajo para apoyarse.
Y allí estaba ahora. Feliz.

—YoonGi, voy a acabar el trabajo que empecé ayer, ¿vale? Me voy a mi oficina. Si necesitas algo, por favor no dudes en venir a mí, intentaré ayudarte en lo que pueda.

—Ah, está bien.

Ella le sonríe y se dirige hacia la puerta para salir.

—Esto...

Se detiene y voltea al oír a su nuevo compañero.

—Gracias... SuRan noona.

Ella le regala una sonrisa de nuevo y se va finalmente tras despedirse de él otra vez con un asentamiento de cabeza.

YoonGi suspira, y de nuevo se gira para admirar la bella obra de arte que era aquel instrumento; miles de sentimientos asaltaron su corazón, cuando por fin se acercó y deslizó su mano sobre la superficie brillante de la pieza. Sonríe emocionado, y no espera ni un segundo más para sentarse en la banqueta, crujir sus dedos y acomodarlos sobre las teclas.
Comenzó a tocar una de sus canciones favoritas, una compueta por él mismo. Nadie sabía que esa canción existía, pues él hasta ese entonces no había trabajado con nadie y no había recurrido a medios para darse a conocer. 
La melodía empezó a resonar por toda la sala, era agradable estar allí. ''Butterfly'', la había llamado; había imaginado el vuelo de una pequeña mariposilla tras haber escapado del tarro de cristal en el que se había quedado prisionera. Pero la persona que había atrapado a la mariposa ahora estaba triste, pues se hallaba preocupada por esta. Esa persona solo no quería estar sola, por eso no soportaba imaginar que haría si la mariposa se iba. Se iba volando de la tibieza de sus manos...

No pudo evitar acercarse junto a su compañera a oír aquella linda melodía, los había atraído como la flauta del flautista de Hamelín a las ratas. Aunque compararse con ratas no era muy bonito.

-Wao...-la chica se asomó como pudo a la ventanita, ya que esta estaba acaparada por la cabeza de su amigo.

—Aish, Jimin déjame ver...—hizo un puchero.

—Shhh...

Siguieron ahí hasta que la canción acabó. Ellos por fin salieron del trance del que habían sido prisioneros nada más oír aquello; pero ahora se sentían tan libres...

Jimin suspiró. Miró a su amiga y esta a él, acabaron sonriendose mutuamente.

—Ha sido mágico...

—Y que lo digas.

Dirigió una última mirada al interior de la sala.

—Más que mágico...

°°°


Las clases de primera hora había pasado volando para los que estudiaban allí, siempre pasaba; aquel lugar no permitía el aburrimiento, envolviendo a sus alumnos y alumnas entre oleadas de diversión, de encanto, de bellas melodías, de dulces minutos y hermosas vibraciones. Era casi imposible que el lugar desagradase a alguien.
Y YoonGi lo pudo comprobar por sí mismo. 
Todos los segundos, minutos y horas que estuvo allí le resultaron fantásticos, incluso escasos, pues aún no saciaba su apetito musical ese día. Pero ya era tarde y tenía que irse a casa, pues aún le quedaban cosas por hacer.

Bajó las escaleras de la primera planta para llegar a la baja y despidiéndose junto a una sonrisa de los secretarios abandonó el edificio, sintiendo el golpe de frescor que le asaltó de repente en aquella noche de verano.

°°°

Durante el trayecto a su hogar aún sentía las puntas de sus dedos cosquillear, cada vez que recordaba como había dado casi el aliento tocando Butterfly. Una agradable sensación de mariposas en el estómago le llenó, y no pudo evitar sonreír ante la ironía que su propio cuerpo había hecho.

Abrió la puerta de su apartamento y acto seguido entró, dejándose enredar en la suave fragancia varonil que emanaba. 
Tenía hambre desde hace rato, pero el piano le robó tanto la mente que se olvidó por completo de que necesitaba comida. 
Miró en su nevera para ver qué podía hacerse pero lo único que encontró fueron unos cuantos refrescos y cosas de picar que no le servía lo suficiente.

—Pues... habrá que hacer la compra.


°°°

La cajera ya estaba atentiendole para cobrarle. YoonGi suspiró mentalmente. Había sido un día emocionante pero agotador. Además por el día hacía calor y aunque una vez estuvo dentro de la Academia Art&You se sentía refrescante, el camino andando hacia allí no fue muy agradable que digamos.

Cierto rubio se encontraba tras YoonGi, a uno cuantos metros tras los estantes de comida para animales, viéndole. 
Observó todo de él. Desde sus deportivas nike blancas, subiendo hasta sus jeans negros y llegando a su camiseta holgada negra igual. Tenía el pelo blanco mezclado con... ¿menta? Ni idea, pero le gustó. Se fijó mucho en la lechosa piel del chico, parecía tan tersa que daban ganas de tocarla. Y cuando aquel muchacho agarró las bolsas de su compra notó perfectamente cómo se le marcaban las venas en las manos, muñecas y brazos. 
Se mordió el labio.
Finalmente le vio marcharse. Se había quedado hipnotizado mirando al chico, pero es que era tan guapo.
—«Es el chico del piano»—y, evidentemente, era el mismo.

°°°


Al siguiente día YoonGi también se dirigió a la academia, solo que esta vez sería el sabio profesor de muchos alumnos deseosos de aprender la maravillosa habilidad de tocar el piano. 
Sus alumnos eran todos pequeños, sí, le había tocado tratar con chiquillos y chiquillas de entre 5 y 7 años. YoonGi al principio no pareció estar muy contento con la idea, pero como el era un virtuoso, pensó que al fin y al cabo no habría problema.

Las clases transcurrieron tranquilas, cosa que agradó bastante al peliblanco, porque resultó ser que los nenes no eran tan molestos.

—Pues... Cuéntame, Yoongi, ¿qué te han parecido los niños?

El sonrió.

—Bien, bien, se han comportado fenomenal, casi no me creo que estos nenes con esa edad sean tan calmados y responsables.

SuRan río levemente.

—Eso es porque sus padres se encargan de educarles como es debido.

Pasaron un rato más hablando hasta que SuRan cayó en la cuenta de algo.

—¡Yoongi! Ya sé, voy a presentarte a unas personas que también son de gran importancia en este centro.

Él la siguió por los pasillos, hasta dar con un aula del que salía una música bastante rítmica, y potente.

—Aquí es.—la mujer tenía plantada en el rostro una enorme sonrisa, antes de abrir la puerta. 
Y cuando entraron, a YoonGi se le cayó la barbilla hasta el suelo.

Dentro de esa clase, usando unos MUY ajustados y CORTOS shorts, se encontraban unos cuantos chicos y chicas moviendo el trasero como si no hubiera un mañana.

TWERK.

YoonGi estuvo a punto de salir de allí de no ser porque su muy querida amiga le cogió del brazo y lo arrastró aún más al interior.

Una rubia de bonito cuerpo se encontraba al frente de todos dando ánimos y alguna instrucción que otra. 
Por fin captaron su atención, por lo que la mujer que seguramente era la que estaba al mando allí, apagó la música y con una gran sonrisa igual a la de SuRan se encaminó hacia ellos.

—¡Hola, SuRan! ¿Cómo estás mi vida?—dio un beso en cada mejilla de la mayor. —¿Y tú eres... Yoongi? ¿El nuevo profesor de piano que se ha vuelto tan popular aquí? ¡Qué guapo eres, cariño!—y plantó otros dos besos sonoros en las mejillas de este, dejando la marca de sus pintalabios rojo en ellas.

—¡Ups! Perdona cariño, deja que te lo quite. -dijo mientras pasaba su pulgar por encima limpiando las manchas.

YoonGi mostró una sonrisa forzada, porque no quería ser maleducado, pero el saludo de la chica no le había agradado en absoluto.

—Es un placer.

Se fijó en los ojos súper delinados de negro, el rímel alzando como abanicos sus pestañas, las capas de maquillaje en su cara y el fuerte color rojo en sus labios. Y qué hablar de su playera tremendamente escotada y mallas azules con rayas blancas a los laterales ajustadas a sus delgadas piernas.

—Soy, Hyuna, la profesora de twerk más divina de esta Academia.—sonrió coquetamente masticando un chicle.

Dios, juraría que si no le hubiera dicho que es profesora, la habría confundido con una alumna coqueta más.

YoonGi sacudió la cabeza, no quería tener prejuicios de nadie.

—Ya ves, YoonGi, iré a presentarte a todos los profesores, pero la elegí a ella antes porque, bueno, es mi mejor amiga.—le sonríe.

—Ay sí, mira Yoongi, también quiero presentarte a mis mejores alumnos.

Hizo un gesto con la mano, llamando a algunos chicos y chicas de allí.

—Estos son: Lee SunMi, Jeon JungKook, Lalisa Manoban y... de quien me siento más orgullosa... Park Jimin.

Los ojos de ambos se encontraron, y YoonGi no sabe porqué, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo cuando el menor le sonrió de aquella forma tan... ¿Coqueta?

—A veces pienso que Jiminie debería de darme clases a mí porque, ¡este nene es genial! ¡Tú no lo has visto mover el culo!—la rubia dio una carcajada.

El rubio bajito soltó una risita nerviosa mirando tímido al suelo. Pero luego volvió a mirar al mayor.

—Encantado, YoonGi hyung...

Notas finales:

Bueeno :D

Eso fue el primer capítulo. ¿Verdad que Yoongi y Jimin juntos son una preciosura? unu

Por fiss dejad vuestros reviews >//<!! Los contestaré muy happy c:

Por cierto, ¿cuál fue tu primer MV de BTS?? El mío Spring Day, poco después de que lo publicaran jeje...

Espero tus respuestas!! 

Sayonaraa!!~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).