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Aprendiendo a amar por aisaka-san

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El lago resplandecía por el reflejo del sol y el cielo en el atardecer, sentía su mano ser apretada delicadamente por otra llenándolo de una extraña sensación de alivio. Jamás se había sentido así de calmado y tranquilo.

"No me importa lo que pase, quiero volver a verte" escuchó decir a la persona que tomaba su mano, no volteo a mirarla ya que estaba fascinado con el panorama frente suyo.

"Yo también" respondió con el deseo más puro y sincero saliendo de su alma. "Nunca voy a olvidarte, ¡Lo juro!"

Cuando quiso observar de cerca su rostro solo se encontró con un enorme borrón negro, quizas no podia apreciar los ojos de esa persona pero su sonrisa estaba intacta en su memoria.

"¡Yo tampoco voy a olvidarte jamás!" La sonrisa de esa persona pasó a ser una mueca que se esforzaba en no llorar "Prometelo Shu, ¡Promete que siempre vas a recordarme! ¡Que vas a volver y me harás esa rica comida que siempre haces!"

Los pequeños brazos de esa persona lo envolvieron en un fuerte abrazo, sentía sus lágrimas derramarse sobre su ropa. Él también le correspondió el gesto y se echó a llorar como el pequeño niño que era.

"¡Lo prometo, volveré, no voy a olvidarte…"

—… Valt….

Abrió los ojos ligeramente aturdido, los rayos del sol aparentemente inofensivos golpeaban su rostro resultando en una enorme molestia.

Sintió algo húmedo surcar en su ojo, tocó sus pestañas retirando una lagrima diminuta. Luego reaccionó.

"¿Estoy llorando? ¿Porque? Mencioné a Valt, creo que fue por mi sueño"

Cerró los ojos un momento, intentando recordar de qué se trataba ese sueño pero fue inútil. Se escapó demasiado rápido de sus manos.

"¡Aagh! Quizás lo recuerde más tarde…"

Resignado se arreglo para la escuela con calma pues tenía tiempo suficiente, pronto esa inquietud de despertar llorando quedó en el olvido.

Llegó a la escuela temprano como era habitual para él; dejó sus cosas en su pupitre y subió a la azotea donde no había nadie. Asumió que se trataba por la hora en la que llegó así que espero tranquilo, pero por más tiempo que pasaba nadie llegaba.

Cuando notó que faltaban menos de dos minutos para que las clases comenzarán se retiró a su salón, extrañado por no encontrarse a nadie del club. Cuando estuvo a poco de entrar se encontró con Wakiya, respiraba agitado y sudaba ligeramente.

—Wakiya… —Lo llamó cuando paso frente a él, al parecer estaba distraído y no lo notó. El rubio finalmente lo miró, acomodó su coleta de la misma forma orgullosa que hacía, intentando parecer casual.

—Shu, que bueno que si viniste a la escuela —dijo mientras entraba al salón, el albino lo siguió de cerca, extrañado por su comentario.

—Claro… —contestó con simpleza, el rubio se acomodó en su asiento.

—Es bueno saberlo, sin Valt cerca creí que…

Se vio interrumpido por el timbre y al instante la profesora entró, sin más opción la conversación terminó abruptamente y tuvo que irse a su lugar.

Miró el asiento vacío de Valt de a ratos, al parecer el chico no iría a la escuela ese día.

"Espero que este bien…" pensó descuidadamente, sentía una enorme inquietud cuando se detenía a pensar sobre el chico.

"Quizás es por lo que paso ayer"

De nuevo recordó los eventos del día anterior, ni siquiera él mismo podía asimilar lo que pasó y lo que aceptó hacer, ahora no tenía otra opción más que encarar a Valt. Su corazón latió rápidamente, llenó de nerviosismo.

—… si usted no puede resolverlo siéntese. Joven Kurenai.

Escuchó ser llamado, se levantó en su lugar intentando parecer calmado.

—¿Recuerda usted cómo se resuelve este problema?

Miro la pizarra donde una integral de forma extraña yacía escrita, a pesar de que no estaba poniendo tanta atención en la clase sabía bien la respuesta.

—Por integración por partes —respondió seguro de su respuesta, la profesora lo miró con aprobación.

—Pase a resolverlo por favor.

Y así como dijo lo hizo, tuvo que dejar de lado sus pensamientos alrededor del chico para concentrarse en ese problema por el momento.

Después se la pasó más concentrado en lo que restaba de la clase de cálculo; cuando terminó llegó la hora del almuerzo donde saco su comida que siempre hacía. Poco después repentinamente Wakiya acercó una silla y se sentó frente suyo, no le dijo nada pero se le quedó viendo seriamente.

—Finalmente, ya tenía hambre —comentó el rubio mientras abría su propia comida, luego dibujó una sonrisa ya antes de empezar a comer agradeció— ¡Buen provecho!

Por su lado, Shu no podía estar tan tranquilo con ese rubio frente suyo, era incómodo ya que él no era Valt y no estaba tan acostumbrado a su cercanía.

—No es que me moleste tenerte aquí ni nada de eso… —dijo calmado capturando la atención del rubio— pero, ¿Porque no fuiste a comer con el club?

Wakiya no contestó al momento, pico con fuerza su comida como si tuviera la culpa de algo.

—Desde que salgo con Ranjiro estar cerca de Rantaro ha sido un fastidio —dijo molesto, Shu suspiró comenzando a comer al poco tiempo.

—Pero según lo que se, Rantaro siempre se va a comer con su novia, el no está en la azotea —dijo descuidadamente, sin embargo Wakiya rompió uno de sus palillos por la fuerza que ejerció.

—¡Ni me lo recuerdes!

No comento nada más por el momento, parecía que Wakiya estaba muy enfadado con el mayor de los Kiyama por alguna razón.

Siguieron comiendo en un silencio incómodo, cuando terminó no sabía qué más hacer y miró alrededor sin alguna razón en particular. Fue cuando su mirada se topó con el asiento vacío de Valt que de nuevo sintió esa mala sensación, Wakiya notó su distracción.

—Si que es más silencioso cuando él no está aquí ¿verdad? —comentó el rubio algo divertido por la expresión de Shu, quien parecía inquieto sin el menor.

—Si, es raro que falte… Quizás deba pasarle la tarea más tarde.

Comentó aún ido, después de un rato sin recibir respuesta volteo a mirar a Wakiya encontrándose con una expresión de total sorpresa, incluso había dejado caer sus palillos inconscientemente. De nuevo sintió que algo andaba mal pero está vez con más fuerza pero intento disimularlo.

—¿Acaso paso algo? —preguntó inseguro de querer conocer la respuesta.

—¿Tú…? ¿No te lo dijo?

La cara impresionada de Wakiya y su pregunta alrededor de Valt lo puso aún más alerta y nervioso, ¿se enfermo? ¿que tal si tuvo un accidente?

Negó con la cabeza lentamente, contestando así a la pregunta del rubio; este suspiro pesado y se llevó una mano a la frente, parecía fastidiado por algo.

—Eso explica porque no fuiste a su casa en la mañana…

Susurró bajo pero Shu alcanzó a escucharlo, el rubio se llevó una mano a la nuca, intentando pensar en la mejor manera de decirle al albino lo que pasaba.

—Shu, verás… Valt se fue a España está mañana —El albino se sorprendió y sintió su corazón oprimirse— Me llamó muy temprano en la mañana y dijo que ya tenía todo listo, los demás y yo fuimos a despedirlo rápido en su casa antes de las clases. Su vuelo ya debió haber partido hace horas… tal vez no regrese hasta que termine el año escolar.

Sintió su rostro palidecer, no podia ser verdad.

—Pero… ¿porque se fue? ¿porque no me lo dijo? —preguntó anonadado, Wakiya lo miraba con lastima.

—Tengo entendido que desde hace tiempo solicitaban su presencia en BC Sol, el bey club al que pertenece desde hace años; aceptó la invitación ayer en la noche —miró a Shu quien parecía no importarle tanto eso, Wakiya suspiro— y sobre lo otro… no lo sé, creí que él te había dicho que se iría.

El timbre sonó, el tiempo del almuerzo había terminado y debían retomar su asientos. Shu ya estaba en el suyo así que fue Wakiya el que tuvo que retirarse, no sin antes lanzar una mirada preocupada al de ojos rojos.

Ya no le prestó atención al resto de las clases, sentía una enorme punzada en el corazón por todo de lo que se enteró en tan pocos instantes.

"¿Porque no me dijiste que te ibas Valt? ¿En serio te enojaste por lo que dije el otro día?"

Ahora se sentía tan mal por haberle dicho que ya no quería ser su amigo, al parecer Valt si lo tomó en serio.

Las clases terminaron, caminó lentamente a la salida siendo visto desde lejos por un par de azabaches.

—Creo que no le cayó bien la noticia —comentó Daigo, algo preocupado por cómo se estaban dando las cosas.

—Se lo merece —dijo molesto Ken a su lado, Daigo volteo a mirarlo sorprendido, era raro ver así de enojado al chico— No debió jugar así con Valt, él no tenía que pasar por algo así…

Daigo no comentó nada más, pero aun así estaba muy preocupado por sus amigos.

Wakiya salió de la escuela pensando en si debía intervenir entre Shu y Valt, era obvio que algo malo había pasado entre ambos y eso los estaba alejando.

—Hola mi amor —escuchó que lo saludaban, fue tomado de la cintura y un beso superficial se plantó en sus labios a lo que apenas correspondió.

—Hola Ranjiro —contestó con simpleza, inmerso en sus pensamientos.

—¿Sucede algo? —preguntó el de apellido Kiyama sin recibir una respuesta, pues el de ojos azules no le contestaba en absoluto— Si es por que te deje caer saliendo del torneo ya me disculpe mil veces, fue un accidente… no pense que estarias tan pesado…

—¡No tiene que ver con eso! —respondió Wakiya después de reaccionar a su comentario, era estúpidamente vergonzoso lo que pasó— Además, manchaste mi reputacion ¡Todos en el club creen que hicimos cosas pervertidas! Y todo porque eres un débil y me golpeé la cadera.

—¡Yo no sabía que ibas a caer sobre tu teléfono! —intentó defenderse el menor de la furia de Wakiya, este rodó los ojos irritado.

—Ya no me recuerdes eso, me metiste en muchos problemas y ya no pude pararme ayer por aquí con calma —Wakiya se llevó la mano a la frente fastidiado.

—¿Crees que haya venido a buscarte también hoy? —preguntó con seriedad Ranjiro mirando a todos lados.

—No lo sé, pero es mejor que nos vayamos, no me lo quisiera encontrar de nuevo.

Wakiya tomó la muñeca del menor y se fueron de ahí lo más rápido posible siendo vistos por Rantaro quien iba acompañado de Kaoru, los miro irse juntos y sintió de nuevo su sangre hervir en ira.

—¡Maldición!

Kaoru a un lado suyo se asustó por su grito repentino y también porque el rubio pateó con una fuerza descomunal un bote de basura cercano.

Miro a Rantaro quien estaba mucho más enojado de lo habitual, ya había notado que su tolerancia cada vez iba disminuyendo alrededor de la nueva relación de su hermano pero ahora se contenía mucho menos.

Cada día se ponía más violento con cosas que se encontraba a su alrededor y ahora había terminado por descargar su furia con un bote de basura.

Parecía un demonio.

Por su lado ni Ranjiro ni Wakiya estaban lo suficientemente cerca para escuchar el alboroto que Rantaro había armado algunos metros detrás de ellos. Tenían sus propios problemas en que pensar.

Su problema tenía nombre y apellido, Silas Karlisle. Ranjiro ya estaba enterado gracias a Wakiya que el chico los había descubierto, eso era un embrollo para su plan pues el chico en cualquier momento podía delatarlos con su hermano. Además que el día anterior Wakiya lo llamó para decirle que el chico peliverde lo estuvo esperando en la entrada de la escuela antes de las clases, por lo que para evitarlo tuvo que faltar.

—¿Crees que se haya encontrado con Rantaro? —preguntó Wakiya en el camino, recordando su conversación del día anterior.

—Lo dudo, ayer cuando llegó a casa parecía igual de molesto conmigo. Si le hubiera dicho algo sobre nosotros ya estaría muerto —contestó Ranjiro con simpleza, Wakiya suspiro aliviado.

Caminaron un rato hasta llegar al parque que estaba en la dirección contraria a donde Wakiya se topó con Silas la última vez. Se sentaron un rato y esperaron a que se hiciera más tarde, solo lo hacían para guardar apariencias de que estaban en una relacion "seria", cuando se acercaba la noche Wakiya solía dejar unas cuantas marcas en el cuello de Ranjiro y este hacía lo mismo con él.

Parecía un juego de niños y en cierta medida lo era, sin embargo no tenían la intención de detener su rutina hasta que terminaran con la relación amorosa de las personas que habían capturado sus corazones, cuando eso ocurriera entonces ellos…

Wakiya se detuvo, titubeo en medio del acto y se quedó ahí, pensando en que pasaría cuando la relación de Kaoru y Rantaro se acabara.

—¿Qué tienes? —preguntó Ranjiro un poco sonrojado, a pesar de que parecía tan seguro y experimentado siempre se avergonzaba cuando llegaba el momento de dejarse marcas en el cuello.

—Ah.. nada, no pasa nada —respondió Wakiya deshaciéndose de sus pensamientos, de nuevo dirigió sus labios al cuello del menor pero se vio interrumpido por una tercera voz.

—¡Que sorpresa! Un par de tortolos impostores.

Al escuchar esa voz sintió su rostro palidecer, sus manos le temblaron ligeramente y se separó con rapidez de Ranjiro, este también se puso alerta y observó hacia donde la voz tuvo origen, en medio de la oscuridad brindada de unos árboles y de la noche misma.

De ella con calma Silas se dejó a la vista, parecía divertido pero pronto su expresión cambió a una seriedad inconfundible.

—Creí que detendrias esto por nuestra última charla —dijo dirigiéndose a Wakiya, este no se vio capaz de responder.

—Tú no puedes decirle que hacer —contestó Ranjiro lo más intimidante que pudo, pero eso no hizo efecto alguno en Silas quien solo sonrió.

—Deberías cerrar tu boca niño, no estas en la mejor posición para intentar amenazarme.

Ranjiro estuvo a punto de contestar pero Wakiya lo tomo con fuerza de la muñeca, volteo a mirarlo y el mayor negó con la cabeza. Rechisto bajo, había olvidado que Silas podía delatarlos en cualquier momento.

—Veo que lo entiendes —dijo el de cabello verde con una enorme sonrisa, Ranjiro solo lo miró con impotencia— Aunque a mi la verdad no me interesa arruinar sus estúpidos planes.

Tanto Wakiya como Ranjiro lo miraron sorprendidos.

—Entonces ¿porqué estás aquí? — preguntó Wakiya a su amigo, este dejó de sonreír y nuevamente expresó seriedad.

—No me quedé en Japón ni vine hasta aquí para arruinar sus planes, solo quiero que entren en razón. Lo que hacen está mal, terminaran lastimando a los que quieren y también a ustedes mismos, si continúan esto va a traer consecuencias irreparables.

—¿Y cómo lo sabes? —preguntó Ranjiro orgulloso— ¿Acaso puedes ver el futuro o algo así? No me hagas reir.

Silas suspiro ante la necedad del menor de los Kiyama, miró a Wakiya quien parecía inseguro.

—Vámonos, solo nos hace perder el tiempo —dijo el rubio más joven y tomó a Wakiya de la mano, pasando a un lado de Silas.

Este tomó a Wakiya de su mano que tenía libre, deteniendo el andar de ambos rubios.

—Detente, tú no harías algo como esto.

Wakiya lo miró, sintió su ritmo cardíaco acelerarse por la inseguridad y deshizo el agarre de la mano de Silas. Se fue a paso acelerado con Ranjiro, Silas solo los vió con lástima.

Mientras en otro lado no muy lejos de ahí, Shu camino lentamente. Aun continuaba pensando en Valt, sus motivos y si fueron suficientes para alejar tanto al menor.

No se dio cuenta como ni cuando pero ya estaba en el lago, ese donde Valt finalmente lo encaró y acepto ser su amigo.

"Entonces ¿qué dices? ¿Me das una oportunidad?"

Recordó esas palabras, de nuevo sintió una punzada en el corazón. Sacó su teléfono y abrió su lista de contactos, su lista era corta y rápidamente dio con el nombre de Valt.

Titubeó un poco, no sabía que tan buena idea era llamarlo.

"Toma. Es mi número, ¡cuando necesites algo puedes llamarme si quieres!"

El recuerdo se cruzó en sus pensamientos, sin darle más vueltas presionó la pantalla y llevó su teléfono a la altura de su cara, esperando a que contestaran del otro lado.

Sonó una, dos, tres veces y no contestaba; sintió su corazón latir más y más rápido mientras el tiempo pasaba. Después de lo que le pareció una eternidad la llamada fue atendida.

—¿Hola? —escuchó su voz, cansada y adormilada, al instante sintió un poco de alivio— ¿Shu? Eres tú ¿verdad?

—Oh sí, soy yo —respondió lo más rápido que pudo, del otro lado se escuchó un suspiro pesado— Yo… quería saber como estabas…

—Estoy bien, gracias.

No dijo nada, sintió que le contestó demasiado rápido y quizás un poco brusco, tal vez era producto de su imaginación.

—¿Era todo lo que querías decir?

Escuchaba su voz y parecía irritado por algo, inhaló profundo intentando armarse de valor para poder decir lo que quería.

—¿Porque no me dijiste que te ibas?

Por un rato no se escucho nada del otro lado de la llamada, sin tener otra opción solo se quedó esperando.

—Shu… pensé en lo que me dijiste y tienes razón. No somos suficiente…ni como compañeros, ni como amigos… o como algo más.

Su corazón le dolió al escuchar esas palabras, antes de poder replicar algo Valt continuó.

—Y..Yo… ayer te ví con Nika.

Se sorprendió, ahora sintió mucho miedo y su respiración se comenzó a acelerar.

—No estoy molesto con ninguno de ustedes, no debería. Solo… creo que tengo que alejarme un momento, no quiero fastidiarlos estando cerca. Sería incómodo que por mis tonterías… arruinará la relación entre mi hermana y ... mi nuevo cuñado.

Escuchó su risa ligera, simple, dolorosa y falsa. Shu negaba ligeramente con la cabeza, era una lástima que no pudiera ser visto por Valt.

"Valt, ya casi llegamos…" escuchó a lo lejos, reconoció esa voz.

"Si, ya voy Aiga" contestó Valt en un susurro.

—Lo siento Shu ya vamos a aterrizar, tengo que colgar. No hay ningún problema ni nada de eso… Bien..bienvenido a la familia.

—No, espera…

Pero antes de poder decir algo el menor ya había finalizado la llamada.

Desesperado intento llamarlo de nuevo, pero solo atendio la contestadora.

"Lo apagó"

Pensó lo más obvio, bajo los hombros y alzó la mirada a las estrellas, pensativo y con el corazón punzando.


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