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Aprendiendo a amar por aisaka-san

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—¿Por qué diablos no puedo olvidarlo? —Se preguntaba Valt mientras se hallaba en algún lugar del bosque, con las piernas flexionadas sobre sí mismo mientras miraba una pequeña mariquita volar haciendo pequeñas curvas en el aire.

 

Y es que estaba cansado de estar rodeado de personas, simplemente su trato tan especial hacia Shu lo confundian en sobremanera, quería alejarse de todos ellos y olvidar que alguna vez sintió algo especial por Shu. Ya que en efecto, se mantenía en la misma postura de que Shu ya no era nadie especial para él, le negaba a su mente y su corazón reconocer ese sentimiento que no había cambiado.

 

Escucho algunas hojas moverse detrás suyo, sabía de quién se trataba y a que venía pero él no estaba dispuesto a entrar en su juego por el momento.

 

—Free, ya te dije que no me interesa hablar de Shu así que mejor lárgate —dijo en un tono poco agradable, volteo con la misma agresividad a encarar al rubio pero para sorpresa suya él no estaba ahí.

 

En cambio una confundida e indignada Shasa lo miraba desconcertada.

 

—¡Ah! Yo… lo siento, creí que eras Free —Se disculpó Aoi poniéndose apresuradamente de pie a la vez que sentía como su rostro empezaba a calentarse por la vergüenza.

 

El rostro de Shasa se torno de molesto a una sonrisa divertida en un solo instante, pronto estalló en carcajadas ante la confundida mirada de Valt.

 

—Debiste ver tu rostro, de verdad pensaste que me enoje contigo —dijo la chica divertida mientras que Valt se confundía más y más.

 

Pues si bien la reacción de Sasha ante su error fue positiva y natural no era nada característico de ella, ya que en cualquier otro momento y en cualquier otra temporada del año la chica se habría enojado irreparablemente con él y le hubiese echado en cara su mala actitud.

 

En cambio la Shasa que tenía enfrente era inusualmente dócil y serena.

 

Pobre Valt, su ingenuidad varonil no le dejaban ver a ciencia cierta las verdaderas intenciones detrás del comportamiento de la chica, solo se limitó a seguirle la corriente a Shasa para averiguar más.

 

Por su lado Shasa le sonrió tiernamente y se sentó donde Valt antes se hallaba, lo jaló de la mano y lo obligó a sentarse a su lado.

 

—Y cuéntame —habló juguetona, Valt se sintió nervioso ante su nuevo trato inusual—, ¿porque estás aquí tan solo? ¿Te perdiste o algo?

 

Mientras hablaba acercaba su cuerpo al de Valt quien solo se limito a verla extrañado, miró a otro lado pensando en una buena excusa que dar.

 

—No, yo… solo quería pasar un tiempo a solas, últimamente ha sido una locura estar con los demás —respondió a medias la situación pues por nada del mundo le comentaría sobre Shu.

 

—Cierto aunque no los culpo, el nuevo chico es bastante lindo.

 

Valt rodó los ojos molesto, nuevamente Shu se colaba a la conversación.

 

—Aunque ¿Sabes? —Shasa acercó más y más su cuerpo al de Valt quien solo la miraba incómodo, no sabía si retirarse o no—. Ese tal Shu no es mi tipo, prefiero a los chicos extrovertidos, de mirada brillante y actitud divertida.

 

Shasa miraba al menor de una extraña manera que no le gustaba para nada, por lo que cuando ella empezó a acercar su rostro peligrosamente al suyo no tuvo más opción que alejarse rápidamente.

 

—Vaya —comentó Valt lleno de nerviosismo a la vez que se ponía de pie—. Creo que tengo algo de sed así que mejor voy al comedor… yo tengo que irme.

 

Y salió corriendo a toda velocidad ante la mirada de Shasa, quien no replicó ninguna palabra del menor ni cuestionó su actuar. La chica escuchó claramente un arbusto moverse detrás de ella y soltó un bufido frustrado.

 

—Ya hice lo que quisiste, ahora dame mi paga —dijo a la nada, sin embargo detrás del arbusto salió cierto chico rubio de mirada apagada.

 

—No eres muy buena coqueteando ¿Te lo han dicho? —preguntó Free con un tono indiferente a lo cual Shasa se sonrojó en indignación.

 

—¡Cállate! Si tanto te quejas de mi método entonces tú debiste hacerlo —reclamó furiosa por el insulto de Free más el chico no parecía perturbado.

 

Shasa extendió su mano frente a Free en señal de esperar algo, el chico la miró y sacó de sus bolsillos la punta de un bey que después lanzó hacia la chica.

 

—¡¿Qué?! ¿Solo esto? —preguntó indignada Shasa atrapando la pieza en el aire, Free extendió una sonrisa amplia y algo aterradora lo cual no le dio un buen presentimiento—. ¿Do-Donde está el resto?

 

—Escondido —respondió Free sin descaro alguno, Shasa parecia perder cada vez más y más los estribos.

 

—¡¿Cómo que está escondido?! Esto no fue lo que acordamos.

 

—No acordamos nada en específico —respondió el rubio cortante, Shasa guardó silencio—. Si quieres el resto entonces tendrás que hacerme otros dos favores.

 

—¿Y cuales serian? —preguntó la chica temerosa de saber la respuesta, quizás aceptar los pedidos de Free por una nueva actualización no fue la mejor de las ideas.

 

—La primera fue coquetear con Valt, así que las otras dos peticiones tienen que ir más allá, ¿no te parece?.

 

Shasa tragó saliva, tenía una mala sensación al respecto.

 

—¿Qué tan lejos?

 

—Lo suficiente para que Shu Kurenai salga de sus pensamientos.

 

Por otro lado, un avión aterrizaba a poca distancia de la locación donde Free y Shasa hablaban. Entre las personas que bajaron de aquella máquina aérea se hallaba un rubio cuya actitud era poco amigable.

 

Estaba consciente de que nadie lo recibiría pues Valt le comentó que estaba algo ocupado, además de que le pidió que no se lo comentará a nadie más del equipo pues no quería advertir su presencia.

 

Y es que si en un inicio su intención era llegar directamente al BC Sol a confrontar a Silas y Wakiya con la noticia que recibió apenas el día anterior, sabía que esa no era la mejor opcion, prefirio estar de incógnito en las calles de España y atrapar a aquellos dos en medio de una de sus citas.

 

<<Es estupido>>, cruzó repentinamente ese pensamiento en su mente pero decidió ignorarlo.

 

Después de todo ya lo había perdido casi todo, lo único que le quedaba era ese amor por el rubio de mirada tan azul como el cielo.

 

Quizás estaba exagerando ¿no?, ¿que tal si era mejor opción acercarse a Wakiya y platicar las cosas entre ellos dos?

 

¿Pero dónde quedó el daño que le causó? ¿De verdad el rubio lo dejaría acercarse nuevamente a él, después de todo lo que hizo?

 

¿Y qué tal Silas? El también estaba incluido en la ecuación, ¿que tanto sabía él del tema? ¿porque se acercaba a Wakiya justo ahora donde su relación era incierta?

 

Su mente estaba revuelta con tantas variables, definitivamente tenía mucho que pensar pero no había tiempo, sentía que Wakiya se le escapaba de las manos con cada segundo que pasaba. Por lo que no tuvo otra opción más que dejarse guiar por su primer instinto.

 

Se alojaría en un hotel cercano al BC Sol pero tampoco muy vistoso, no quería llamar la atención después de todo. Luego esperaría a que Valt lo llamara para avisarle que Silas y Wakiya han salido a algún sitio, o al menos eso esperaba pues el chico de cabello azulado no estaba muy de acuerdo en participar en su juego, sin embargo le debía favores así que no tenía muchas opciones de todas formas.

 

<<¿Qué estoy haciendo?>>, le reprimia su mente cuando pagó un cuarto en un hotel barato, sin embargo las intenciones de seguir con su plan no disminuyeron ni un poco.

 

Un suspiro pesado abandonó sus pulmones, de la misma forma en la que abandonó los pulmones de cierto castaño que miraba constantemente hacia el cielo azul sin darse cuenta de que estaba siendo llamado desde hace un rato.

 

—¡Aigaaaaa! —gritó enérgicamente el pequeño Drum a unos cuantos centímetros de la oreja del mencionado logrando asustarlo por completo.

 

—¡Wah wah wah! ¡¿Qué pasa?! —preguntó el castaño saltando casi un metro en el aire, Drum lo miró sorprendido por su hazaña.

 

—¡No me mates! —gritó el rubio de mechas azules antes de hacerse bolita en el suelo, Aiga lo miró aun alterado por el susto pero también indignado por la jugarreta del menor.

 

—¡Drum! ¿Por qué hiciste eso? —preguntó reflejando la misma emoción que su rostro, más intento controlarse un poco.

 

—Y-Yo… este… —tartamudeó el menor jugando con sus dedos, alzó la mirada y vio a Aiga con ese rostro severo que ponía cada vez que se portaba mal. Drum al instante se enderezó como un soldado y habló aceleradamente—. Es que casi no me hablabas cuando te comente sobre la nueva evolución de Dragon a pesar de que me habías dicho que te interesaba mucho hacerle una evolución igual a Achilles, así que pense que quizas te habias dormido pero cuando te vi tan pensativo hacia el cielo pensé que ya habías imaginado el diseño, pero como no me respondiste…

 

—¡Bueno! Ya entendí —interrumpió el castaño al menor, si Drum seguía así se iba a quedar sin aire y él sin paciencia.

 

—Perdón —susurró el pequeño en un tono más bajo, aún así su curiosidad no había muerto por completo—. Esto… Aiga, ¿en que tanto estabas pensando?

 

Aiga lo miró de reojo, no sabía si contarle a Drum sus inquietudes era lo más adecuado, sin embargo no perdía nada intentándolo.

 

—En varias cosas —respondió el castaño a lo Drum alzó una ceja aun confundido—, ¿alguna vez te has enamorado?

 

El menor no se esperaba aquella pregunta por lo que se sonrojó y retrocedió un par de pasos, no sabía si hablar con Aiga al respecto de sus sentimiento era buena idea.

 

—Yo pues… 

 

—Conozco a varias personas que están enamoradas pero por más tiempo que pasa lo niegan, ¿tú qué harías?

 

Bueno bueno, aquello quizás era demasiado para el pequeño Drum cuya única experiencia en el amor había sido enamorarse de cierto chico de mirada rojiza cuya ausencia brillaba en este instante.

 

Antes de que su cabeza le empezara a dar vueltas por la confusión pensó en una rápida respuesta lógica.

 

—Pienso que deberías dejarlos tranquilos —dijo con rapidez a lo que Aiga lo miró un tanto sorprendido—, es que… ¿no es mejor dejar que ellos solucionen solos sus problemas?

 

Aiga se lo pensó en corto instante, pero después de eso llegaron rápidamente las inseguridades que tenía.

 

—Pero ¿tú qué harías si la persona que amas en secreto se va con alguien más? ¿te quedarías sentado a aceptar que eso pasara?

 

—Y-Yo… —tartamudeó el pequeño Drum sin saber que responder en específico, Aiga parecía tomarse demasiado personal lo que aquellas “dos personas” fueran a hacer.

 

—¡Agh! Olvídalo —dijo Akaba antes de emprender camino de regreso al BC Sol, Drum se quedó en aquel lugar bastante confundido con las preguntas de Aiga, aun así no tenía las intenciones de ir tras él para aclarar la situación.

 

Pero cuando Aiga estaba a punto de llegar, visualizó algo inusual a lo lejos, cerca de la entrada lateral de la mansión. Se escabulló entre los árboles para que no fuera notado y se acercó lo más posible a ver lo que estaba pasando.

 

Y su corazón dio un vuelco cuando vio a Cristina abrazar a Shu con tanta felicidad, de una forma demasiado íntima.

 


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