Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi hermosa flor dorada [UF!SansXMaleReader] por paunina12

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Espero que les guste

Lo único que te pido es que no perezcas en mis brazos, te veo cansado, con el rostro cubierto de flores doradas. Recuero que aquellas flores nunca significaron nada para mí, es más. Cuando algún monstruo la padecía me causaba algo de gracia. ¿Cómo podía una simple flor dorada acabar con tu vida? Era algo ilógico, pero real y eso lo tuve que vivir por cuenta propia, porque cuando empezaron a crecer en tus manos y en tu rostro, me di cuenta de que esta enfermedad se llevaría dos vidas esta vez. La tuya y la mía, por supuesto, porque silenciosamente me comencé a notar lo mucho que significabas para mi cuando empecé a perderte.

Periodos largos de sueños llenos de pesadillas, horrores nocturnos que no te dejaban dormir, aunque siempre aparenté que solamente eras una mascota que hacía lo que yo pedía, con solo mirarte se puede entender que te necesito entre mis brazos.

¿Recuerdas cuando caíste a este mundo? Eras solo un chiquillo asustado que temía por su vida, un humano inocente rodeado de monstruos con altos niveles de AMOR. Caminaste por las ruinas con la ayuda de esa demacrada flor, que bajo unas palabras amables trataba de seguir viviendo a costa tuya. Conociste a Toriel, la antigua reina del Underground. Una mujer que sufría las secuelas de la muerte de sus amados hijos y el maltrato de un esposo que supuestamente la amaba, pero que acabó desterrándola a las ruinas para castigarla por sus actos. Ella trató de ser dulce y amable contigo, pero la locura ya se había alojado en su mente y  constantemente oscilaba entre la cordura y la locura. Por ello, con la flor enredada en tu brazo escapaste de las ruinas para jamás volver. Dejando todo lo que conociste allí y aquellos peligros que la rodeaban..

Fue ahí donde te conocí, cuando nos dimos la mano y la tuya comenzó a sangrar por la pequeña broma que tenía en mi mano, esos ojos llenos de temor que pusiste, me hicieron sentir grande. Por fin entendía lo que sentía Papyrus cuando me trataba de esa forma.

Tuve que mantenerte en secreto, y te dejé encerrado con un collar en tu cuello, el cual te impedía escapar, ya que era lo suficientemente largo como para que te pasearas dentro del cobertizo pero no lo suficiente como para que pudieses alcanzar la puerta. Siempre tratabas de escaparte. Eras realmente obstinado.

Con el tiempo la confianza entre nosotros creció, parecías un perrito abandonado cuando me contaste tu historia. Alguien que nunca había sido tratado con amor, fuiste olvidado y desechado, los humanos no te querían y te lanzaron a tu suerte a sabiendas de que no tendrías un buen final. Rompiste en llanto al darte cuenta de que nadie te extrañaría y mucho menos lloraría por ti. Me encontraba distraído cuando te acercaste a mí y me diste las gracias. ¿Por qué me darías las gracias?  Me pregunté, tu respuesta me dejó sin habla.

“Porque no me has matado y estás cuidando de mi”

Una sonrisa apareció en tu rostro, sentí algo extraño y me marché. Sentí…algo, que no estaba para nada bien.

Pero entonces Papyrus te descubrió y me dio una tremenda golpiza, no me asesinó simplemente porque era su hermano y necesitaba alguien que le sirviera incondicionalmente. Lleno de cólera entré al cobertizo dispuesto a dejar caer toda mi ira sobre ti, todo era tu culpa. Mi vida se había ido a la mierda por haber querido jugar a ser el jefe, quería ser el que mandase y decidiese en la vida de alguien sin que este pudiera evitarlo. Un golpe, dos golpes, tres golpes…perdí la cuenta, solo me detuve cuando contemplé tu cuerpo lleno de moretones y marcas. Me niego a aceptar que me detuve porque me dio lastima, fue simplemente porque me entretenía amaestrarte para moldearte y convertirte en lo que yo quisiera.

Pero tú no te dabas por vencido, tratabas de ver algo en mí que nunca existió, tratabas de encontrarte con mi lado bueno, el lado que te había dejado vivir, el lado que necesitaba el amor de alguien, cualquiera, que simplemente me hablase con cariño y notara que en mí existía algo que valía más que mi diente de oro.

Incluso cuando me aprovechaba de ti y te maltrataba, tu sonrisa nunca desaparecía y trataba de calar en mi alma vacía y mi existencia sin sentido.

Pero entonces comenzaste a actuar extraño.

Cubrías tu cuerpo de mí, rechazabas mis caricias y tratabas de mantenerme alejado de ti, eso me pareció realmente extraño, comencé a preocuparme hasta el punto de despojarte de tus ropas, entonces pude ver, como bajo una de las tantas marcas de besos que te había dejado en nuestros encuentros tenía una flor dorada encima. Mientras más partes de su cuerpo descubría, más flores aparecían.

Investigué como un loco sobre el tema y quedé completamente pasmado al enterarme de que no tenía cura. Ya que esto era causado por cada reset que habías hecho a lo largo de toda tu vida, y solo yo podía recordar un poco de los anteriores.

Y fue así como fueron avanzando los días, hasta que las flores comenzaron a crecer en tu ojo izquierdo, el que fue perdiendo color y visión hasta quedar completamente cubierto, esa noche inolvidable me contaste tu mayor temor, no querías olvidar mi rostro. Así que por ello te encargarías de tenerlo para siempre en tu memoria.

Tomaste mi rostro con gentileza y depositaste un casto beso en mis labios, nunca creí que podía ser capaz de sentir algo tan dulce. Con un chasquido de dedos nos teletransportamos a mi habitación y sin dejar de besarnos, comenzamos a quitar nuestras prendas, esas que en ese momento parecían solamente molestarnos. Una vez completamente desnudos, pude ver tu piel blanca y las flores que crecían en ella. Pensé en arrancarlas de un mordisco, pero tú me lo impediste, estaba de más decirnos el uno al otro que el final llegaría tarde  temprano. Una fina capa de sudor cubría tu cuerpo desnudo y un color rojo se hizo presente en tus mejillas. Mordí y lamí una marca que en el lado más sensible de tu pierna. Soltaste un gemido exquisito que recordaré por siempre.

Luego estabas ahí, preparado para mí, te fui llenando poco a poco, hasta que estuve completamente en ti. Me moví lentamente, me pedías que por primera vez fuese gentil contigo, lo acepté a regañadientes. Con cada estocada sentía que estaba escapando de la terrible oscuridad en la que me había sumido todos estos años, sin darte cuenta, con cada mirada, con cada gesto me habías dado el amor que tanto necesitaba y pedía en silencio.

Desperté abrazando tu cintura, besé tu espalda y abriste tus ojos, sonriéndome como nunca lo habías hecho.

El tiempo pasó realmente rápido, desde ese día dejaste de ser mi prisionero  te convertiste en mi todo. Pero estaba en mi destino que jamás podría alcanzar la felicidad con nadie. Las flores cubrieron tus ojos y te dejaron completamente ciego, necesitabas mi ayuda para caminar y estabas cada vez más débil. Incluso Papyrus te había tomado cariño y había decidido no entregarte a Undyne ni a Asgore.

Esa fue la primera vez que pensé que era un gran hermano, porque sacrifico los sueños de todos los demás para poder verme feliz.

Pero las cosas no podían ser color de rosa. Cada día se te veía mucho peor que el anterior y me sentía desesperado. ¿Quién podría haberme preparado para lo que ocurriría las semanas siguientes? Ahora escupías sangre y no podías dejar de vomitar, no importaba la comida que te diese, ni siquiera el extraordinario espagueti de Papyrus podía evitar que te sintieras cada vez más cansado.

Poco a poco, la luz que me entregabas comenzaba a desaparecer y no estaba dispuesto a perderte. Una vez que entendí que no podría hacer nada para ayudarte, tomé medidas desesperadas. Te llevé en medio de la noche al laboratorio de la Científica Real, Alphys. Pensé que ella podría ayudarme, pero me pidió algo a cambio. Debía dejarte con ella sin rechistar y tendría que dejar que hiciese diversos experimentos contigo y tu alma. Al principio me negué, tenía bastante claro que ella podría llegar a matarte, pero prefería corres el riesgo al dejarte morir sin más. Tenía que intentarlo. Estuviste bajo su cuidado por algunos días, te iba a visitar cada vez que podía, pero Alphys no me dejaba verte, creo que temía por su vida, ya que dese un principio le ordené acabar con la enfermedad que te carcomía por dentro o sufriría las consecuencias. Traté de ignorar todos sus mensajes, temía que al abrir una de esas cartas y enterarme de qu tu fatídico destino te había atrapado. En unos pocos días de ser el jefe termine pasando a ser un cobarde. Un cobarde que atrapado entre la espada y la pared.

Nunca creí en dios, pero en mi desesperación traté de refugiarme en él, con triste intentos de oraciones que hace tiempo había olvidado, supliqué una  otra vez por tu vida, pero de algún modo no fue suficiente.

Alphys me llamó, me armé de valor para responder y mi mandíbula se desencajó con la noticia. Estabas en etapa terminal y ya no podía hacer nada para salvarte. Fui de inmediato al laboratorio, la chica me dejó junto a ti a solas. Creo que pudo entender lo que ocurriría a continuación.

Te tomé entre mis brazos y nos teletransporté al lugar donde caíste, te dejé sobre la cama de flores, las flores que tanto detestaba, aquellas que habían destruido mi vida y me habían privado el estar a tu lado para siempre.

“Debo parecer un jardín de flores”

Sonreíste con tu rostro casi completamente cubierto, entonces ya no pude soportarlo más. Entendí la dolorosa realidad y las lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas heladas, una a una, cayendo lentamente en tu rostro y bañándolo en dolor.

“No llores Sans, sé que volveremos a estar juntos…lo sé”

Tomé tu mano sin dejar de llorar, pero ya no respondías a mis acciones. La oscuridad te había devorado. Cerré mis ojos, y al volverlos a abrir, en donde había estado tu cuerpo había una hermosa flor dorada, mucho más brillante que sus compañeras, esta se alzaba orgullosa y sobresaliente. La arranqué suavemente con mis manos desnudas sin importar que sus pequeñas espinas pincharan mi piel.

Gracias a uno de mis atajos llegué rápidamente a casa, tomé un florero y lo llené de agua. Y así, lleno de melancolía dejé a flor en este y me quedé contemplándola durante horas. No tengo idea de cuánto pasó, pero al salir de la habitación ya nadie recordaba que una vez exististe. Solo quedaba yo, encerrado en mi habitación, fue entonces cuando sentí una punzada dolorosa en mi pecho, al quitarme la camiseta pude ver una pequeña flor naciendo justo sobre mi alma, sonreí lleno de esperanza.

“no puedo esperar para volvernos a encontrar”

                                            Fin

Notas finales:

Es primera vez que subo un fanfic x male reader, fue bastante diwficil y si gusta escribiré otros. Les pido su opinión.

Espero que les haya gustado, lo escribí con todo mi corazón y por ello apreciaría mucho que dejaran un comentario o review, ya que me motivan a seguir escribiendo y no saben lo gratificante y alentador que es que a alguien le guste lo que has hecho.
Espero que estén bien, y les deseo un buen día, tarde o noche.

PD: se vienenfanfics Fontcest


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).