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Nuestro maldito dulce pasado (Stony) por KaiLuShipper

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Notas del fanfic:

*Fanfic Stony.

 *Mpreg (No omegaverse)   

*AU.   

*En esta historia Tony es más joven, y por ende menor que Steve.

 

Uno

 

El sol comenzaba a esconderse, dejando a su paso un paisaje siendo bañado por un cielo entre rosado y anaranjado. Aquella sin lugar a duda era una maravillosa imagen para las dos personas que se encontraban paradas bajo un árbol, contemplando la mágica imagen que les era obsequiada.

 

—Ha pasado un tiempo, unos preciosos cuatro años desde que puedo abrazarte y besarte todo lo que yo quiera —había dicho el rubio alto que tenía atrapado en sus grandes brazos al amor de su vida—. Cuatro años desde que te pedí que seas mi novio.

 

El más bajo elevó su cabeza, buscó con la mirada la impropia, encontrándola a los segundos mientras esta venía acompañada con una sonrisa, de esas que podían enloquecer su corazón de forma frenética en tan sólo un segundo.

 

—Cuatro años de haber tomado la mejor decisión de tu vida.— Su tono de voz salió serio, pero en el fondo era con humor, Steve entendía a la perfección a Tony, y amaba cada una de sus características. —Pero gracias a ello también salí beneficiado yo.

 

—Tony...— no podía deshacer su sonrisa, el castaño frente a él lo atrapaba tan magnéticamente, tan perfectamente, que simplemente su alma se sentía en completo regocijo—. Te amo.

 

—Lo sé. — respondió asintiendo, en tiempo que sus manos subían hasta atrapar el rostro adverso entre ellas, siempre con mucha delicadeza. —También te amo, mi Steve.

 

Los ojos del aludido brillaron, y poco tiempo después apartó las manos de Tony suavemente, así poder separarse. Llevó su mano a uno de los bolsillos de los pantalones que traía puesto, y de allí pronto sacó una pequeña caja de terciopelo blanco. Bajo la confusa mirada de su novio, Steve se arrodilló frente a él y se limitó abrir la pequeña caja, regalando a la vista un hermoso anillo de oro blanco, que poseía tres zafiros incrustados.

Entonces fue ahí que el más bajo pudo sentir como su corazón se iba a salir disparado del pecho, y de sus ojos comenzaban a asomarse lágrimas con aparentes intenciones de salir; no podía creer lo que estaba viendo.

 

—Rollito... Tony, mi Anthony Stark, quiero pedirte de la forma más humilde y sincera, abriendo mi corazón para ti, dejando fluir mis sentimientos así demostrar lo mucho que anhelo esto, que te cases conmigo.— tomó aire antes de continuar — Tony, ¿me concederías el honor de ser mi esposo?

 

—Stif... — la mano derecha se posó sobre sus labios en una expresión de conmoción, al tiempo que pestañeaba incontables veces para asegurarse que no fuera un sueño, captando enseguida que no lo era. Fue hasta entonces que no tardó en lanzarse literalmente a los brazos de su rubio, siendo bien recibido por los mismos con sumo cuidado de no dejar caer el anillo. — ¡No preguntes cosas absurdas! ¡Claro que me quiero casar contigo! — se aferró más a él, y su rostro se hundió en el hueco entre el cuello y el hombro. —Mi Steve, es lo que más deseo...

 

La noche ya se podía contemplar en todo su esplendor, la despedida del sol dejaba en manos a la Luna que los bañara dulcemente con su luz, mientras infinidad de estrellas le hacían una buena compañía, siendo todos testigo de los dos amantes fundiéndose en un abrazo desbordante de cariño, emociones, y algunas lágrimas causadas por la misma felicidad.

 

El soldado buscó los labios de su ahora prometido, y depositó en ellos cortos besos con amor. Uno de sus pulgares ayudó a empujar la humedad de los brillantes ojos castaños de su amado, y luego allí también dejó un beso, justo en sus párpados. Posteriormente tomó su mano, y sonrió cuando Tony otra vez lo miraba, para ahora deslizar suave y delicadamente el anillo por el dedo anular.

 

—Te amo.

 

—Y yo te amo a ti, mi amor.

 

Dulces sonrisas y un nuevo beso comenzó para los futuros esposos, en un momento tan brillante que hubieran deseado detener el tiempo justo ahí.

 

 

 

༺۵༻

 

 

 

«¡No permitiré que te cases! ¡Sabes muy bien que no apruebo esa relación!»

 

«Mientras vivas bajo este techo harás lo que yo diga, ¡Y ahora digo que no te casaras!»

 

«No importa tu edad, es un no.»

 

«¿A dónde irás? No te daré ni un sólo centavo, no tienes a donde, estás perdido.»

 

 

Apretó sus puños y dio dos golpes a la puerta de madera dura frente a él. Su entrecejo estaba fruncido y en todo el trayecto hasta ahí, no pudo parar de llorar, ¿Cómo hacerlo sí constantemente las palabras frías y odiosas de su padre lo golpeaban una y otra vez sin darle tregua?

 

—¿Tony?— la puerta frente a él se abrió, y rápidamente abrazó a su novio mientras se permitía humedecer la ajustada camiseta de este con sus lágrimas —¿Qué sucedió? — con evidente preocupación lo hizo ingresar a la casa, cerró la puerta y sin perder más tiempo lo guió hasta un sofá para que se sentara.

 

—Discutí con Howard— comenzó tratando de secar sus lágrimas y que su voz no saliera rota—. Él no me permite casarme contigo, no está de acuerdo con esto. —explicó para después levantar la vista y encontrarse con el desconcierto de su novio, quien en ese momento estaba en cuclillas frente a él mientras acariciaba sus manos. — Dijo que mientras viva con él, no lo iba hacer.

 

—Entonces tú...

 

—Me fui —se apresuró a responder —Sí para casarme contigo debo dejar de ser su hijo, entonces lo haré.

 

—Tony...

 

—No, Steve, no hace falta que digas nada, esta es mi decisión.

 

Pronto el sentimiento de culpa se manifestó en todo el ser del rubio, pero finalmente optó por asentir y besar sus manos.

 

—Tengo algo que decirte.

 

—Te escucho.

 

—He sido llamado para llevar a cabo una misión en Rusia, tengo que viajar allí —la carita que había colocado Tony, rompió su corazón, más ya estaba acostumbrado a los constantes viajes de su rubio—. He pensado en buscar un lugar, Rusia es un país frío, pero bonito y creí que después de casarnos, sería genial la idea de comenzar de cero ahí, en nuestra propia casa y... —se detuvo y de sus labios salió un efímero suspiro—. Claro que no quiero separarte de tu padre, no vayas a pensar en eso, cariño.

 

—Entiendo perfectamente tu punto. — respondió confundiendo al alto, y después asintió. —Quieres que comencemos nuestra vida de casados allí, para no estar separándonos contestemente por tus viajes.

 

—Exactamente, pero obviamente sí no lo deseas, puedo renunciar y...

 

—Stiff —lo llamó cariñosamente interrumpiéndolo, al mismo tiempo que su mano acarició la mejilla suave del soldado—. Sé más que nadie cuanto luchaste por cumplir tu sueño de ser parte de las fuerzas armadas, nunca te pediría que renuncies a lo que amas.

 

—Tony, no sé que hacer. Yo no quiero que nos separemos más, por esto es que se me ocurrió esa idea.

 

—Y me parece perfecta —finalmente lo dijo y Steve lo observó con asombro—. Es una buena idea mi amor, no hay nada más que pensar.

 

Rogers continuaba inseguro, pero de pronto los labios del castaño empujaron lejos esos pensamientos, reemplazándolos por sentimientos llenos de amor por él. Correspondió el beso de la forma más dulce que podía existir, básicamente brindando caricias a los belfos adversos, hasta que Tony fue quien dio la iniciativa de cambiar lo suave por lo frenético. Introdujo su lengua en la cavidad bucal contraria, en una búsqueda excitante de la suya, y fue entonces que Steve se vio envuelto en la pasión, dejando atrás la suavidad anterior, correspondiendo de forma ardiente.

Sus manos sujetaron a Tony por la cintura, y se puso de pie para levantarlo, haciendo que enredara sus piernas en su cuerpo, sin romper con el sediento beso.

 

Los pies de Rogers se movían por sí solos en un trayecto hasta la habitación, cuya puerta fue cerrada una vez que ambos ingresaron, para entregarse al calor del amor.

 

 

 

 

———

 

 

 

Murmullos y mucho ruido habían invadido todo el lugar. Familias de todo tipo se hallaban despidiendo a sus seres queridos, entre abrazos y llantos.

 

—Encontraré un buen hogar, y vendré para llevarte. —había musitado Steve, y besó la mejilla de Anthony. Los brazos de su novio abrazaron su torso, dejando descansar el rostro en su fornido pecho. —Tony. — lo llamó y el aludido sólo dejó salir un sonido dando a entender que lo escuchaba. —Te amo.

 

—Y yo te amo a ti, hermoso. — se separó al fin levemente para mirarlo a los ojos, y Steve juntó sus frentes en tiempo que embozaba una sonrisa.

 

—Regresaré.

 

—Te esperaré.

 

De pronto una voz dando aviso que era hora de embarcar se dejó escuchar, entonces ambos supieron que la hora de separarse había llegado. Tony se había acostumbrado a esto, pero lo esperaba porque al final Steve siempre volvía.

Un abrazo más fuerte, y un beso de despedida fue lo último que ambos obtuvieron del otro, antes de que el rubio tras despedirse con su mano, subiera al barco que lo esperaba junto a sus compañeros.

 

—Ya vamos, Tony. — habló un castaño detrás suyo, amigo y confidente de la futura pareja de casados.

 

—No, espera. Quiero quedarme hasta que desaparezca de mi campo de vista.

 

Él no tenía idea que esa sería la ultima vez que vería a Steve.

 

Notas finales:

Gracias por leer <3

 

Nota: También pueden hallar la historia en Wattpad bajo el mismo titulo, allí esta más avanzada.


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