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Tiempos obscuros por Bleryaoi

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Notas del capitulo:

Hace mucho qu eno uso amor yaoi, pero no esta demás poner mis fics aquí también 

El cuerpo de Dick estaba sudoroso, algo pegajoso y definitivamente sucio…en tantos sentidos… Estaba recostado boca abajo en su propia pieza, en una posición incomoda para el acto que acaba de realizar. Su brazo derecho estaba bajo su frente, levantando un poco su rostro de las sabanas y la otra mano en un sitio mucho más personal…Pero no era el acto en si lo que le aquejaba, tantas veces lo había echo y con tantas otras personas que no era extraño para él…sin embargo, y aún con toda la experiencia a sus espaldas, su cuerpo no temblaba por el corto éxtasis, no…se sacudía a momentos por toda la rabia que tenia contra si mismo, deseaba llorar, gritar, pero más que nada se odiaba a si mismo por el sentimiento tan repugnante que lo llevo a ese momento. Lamentablemente, era el hijo de Batman, cada uno de sus entrenamientos lo había llevado a soportar terribles dolores, cargas que a cualquier otro hubieran derribado y lidiar con las consecuencias de sus errores.

 

Se levanto para limpiarse y ducharse con el clima helado de la madrugada, esperando que las gotas de agua desvaneciera el rastros del delito y, también, que castigaran un poco su piel por semejantes pensamientos.

 

—¿Por qué?—Su voz sonó baja. También estaba molesto con ese chiquillo. ¡Nunca podría odiarlo! No, definitivamente no a él, pero ese pequeño mocoso, o mejor dicho, muchacho, lo obligo a cruzar la línea—¿Por qué Damian?—Se maldijo nuevamente, tocando con la yema de sus dedos sus labios, recordando su misión encubierta.

 

En uno de los callejones más sombríos de BludHaven una fiesta se llevaba acabo. Una banda de mujeres estaba causando alboroto en la ciudad portuaria, celebrando con alcohol y dudosos brebajes otro de sus crímenes. No era un caso especialmente peligroso y mucho menos algo de lo que preocuparse, pero era un favor personal de Kane y debían investigar como infiltrados.

 

Todo iba bien, “excelente” de hecho. Grayson coqueteaba buscando información y Damian, de una manera un poco más brusca, hacia lo mismo. Dick lo miro un momento cuando la chica con la que hablaba se retiraba, apreciando la fría sensualidad que Thalia le había heredado para seducir, no era como “Los Wayne” con una sonrisa deslumbrante y una carisma de casanova, era algo más cercano a la realeza, soberbio, engreído, inalcanzable en definitiva alguien que no podía ignorarse pero demasiado enigmático para poder desifrarlo. Estaba totalmente orgulloso de su crecimiento y debía admitir también embelesado…No espero que luego de dos de horas, Damian estuviera totalmente arto de aquella, misión de cuarta,  según sus propias palabras y se dirigiera a él para hacérselo saber.

 

—¿Por qué haces estos favores Grayson?—Damian se quejo acercándose a la barra, ahuyentando a una de las mujeres que pretendía acercárseles. No era usual ver a dos hombres bien parecidos en una fiesta callejera de mala muerte.

 

—Porqué me lo pidió una amiga—Le sonrió condescendiente y pensó un momento en lo mucho que Damian había madurado, más tranquilo que cuando joven, paciente era la palabra, aunque aún manteniendo su toque de hostilidad y sarcasmo que tanto lo caracterizaban.

 

—Después de que me tomo el tiempo de venir a visitarte es así como me agradeces, llevando a una misión de pacotilla—Volvió a quejarse y echarle en cara. Se suponía que habían quedado de pasar unos días juntos para ponerse al día y platicar de “algo” importante. Pero Dick repentinamente acepto una misión intrascendente, como si quisiera retrasar el momento de su charla.

 

Podías esperarme en casa, puedes hacerlo ahora—Le dijo, no como una respuesta hostil a sus quejas, más como un atenuante y derecho a retirarse si se sentía aburrido.

 

Grayson…—Damian, quien había estado mirando todo el tiempo hacía adelante en la barra se giro para verlo de frente—Richard…—Dick trago saliva. No se dio cuenta cuando él había empezado a llamarlo por su nombre, pero siempre que lo hacía se sentía inmediatamente obligado a prestarle atención, como si pusiera su voluntad sobre la suya, acorralándolo—Yo vine a decirte que…—Apenas la boca de Damian empezó a hablar la misma mujer que se había retirado ante su presencia regreso para tocar el hombro de Dick. Robándose la atención de mala manera.

 

Lo siento, ya regrese—La mujer le guiño el ojo. Estaba tal vez en sus treintas, tal como Dick. Era hermosa, atrevida, o al menos eso logro deducir Damian por su vestimenta tipo Punk y desgraciadamente…pelirroja, como las favoritas del gimnasta.

 

—Pensé que tenías algo que hacer—Dijo Dick tratando de ser educado, pero accediendo con su lenguaje corporal a que ella lo siguiera tocando.

 

Pues ya no, regrese por ti, quizá podríamos hacer algo lejos de este lugar—Le sonrió un poco descarada y Dick le regreso el gesto, fresco, brillante y carismático, como siempre. Por el contrario, Damian no pudo hacer lo mismo, se notaba el disgusto ante la grosera interrupción.

 

Lo siento, pensaba retirarme en unos minu…—La chica ni siquiera lo dejo terminar, jalo su hombro para hacer que se pusiera de pie y miro a Damian con un poco de… ¿ternura? ¿Lastima?

 

No te preocupes por él, estarás bien solo, ¿No chico?—Era obvio para la mujer que Damian estaba apenas tocando sus veintes, su piel brillante y lisa lo delataban. Damian no contesto, solo emitió un bufido y se giro para ignorarla.

 

—En serio lo siento…es que…bueno…—A Dick no se le ocurrían demasiadas formas para rechazar su insistencia, no porque no lo hubiera echo antes, pero…en ese momento ¿De verdad quería alejarla o quería una excusa para alejarse de Damian?

 

—Dile que se vaya de una vez—Exigió su compañero con una voz cada vez más irritada.

 

—¡Dami!—Dick le llamo la atención como un reflejo avergonzado por sus palabras.

 

—Vamos—La chica ni siquiera le presto importancia al comentario, se notaba que llevaba tiempo sin estar plenamente en sus facultades—Tu hermanito ya es grande para cuidarse solo—Insistió ella tratando de convencerlo, pero sus palabras tocaron fibras demasiado sensibles para el último robin.

 

—¡Yo no soy su hermanito! Y deberías aprender cuando estas siendo rechazada—Le dijo en alto, esta vez, logrando una mueca en la mujer.

 

—¡Dami, alto!—Dick se puso en medio de ambos, Damian, en un reflejo de ira, se había levantado de forma brusca—¿Qué te sucede?—Preguntó erróneamente, ganándose la mirada enfadada que anteriormente había sido dirigida a la mujer.

 

—¡¿Qué me sucede?!—Damian le grito a Dick dando un paso hacía él, amenazante—¡Me has estado evitando desde hace casi cuatro meses!—Le grito de repente, ganándose la mirada de las personas alrededor.

 

Dami, yo no, eso no es lo que paso…—Intento excusarse torpemente, en vano.

 

No soy idiota Grayson, sé por qué lo haces—Dijo de nuevo avanzando más hacía a él empezando a acorralarlo ente el muro de personas—Y ya no voy a ser más paciente contigo, te diré esto de una vez por todas y más te vale poner atención—Damian finalmente cerro la distancia.

 

Los ojos de Dick se ensancharon a pesar de todas las múltiples luces de colores y su boca se abrió un poco, en una expresión a punto del pánico en cuanto sintió las manos de Damian sobre su rostro, acercándolo a sus labios y besándolo en lo que fue uno de los tactos más dulces que hubiera probado…lento, suave, pero a la vez profundo y lo suficientemente apasionado para hacer que su estomago diera un vuelco por completo.

 

Duro casi un minuto completo que pareció absorber totalmente su mente. Correspondió. Lo beso de vuelta, sintió sus labios frescos atrapar los suyos, una y otra vez, e, incluso, por un momento sintió la punta de su lengua tocando la suya pero sin atreverse a entrar. Sus ojos se cerraron por un momento, parpadeando apenas cuando fue liberado. Una de las manos de Damian se había colocado en su nuca, acariciando su cabello. Dick lo miraba entre aterrado, sorprendido y angustiado, algo que Damian resintió tan pronto lo notó, pero aún así, no se retiró y mucho menos se arrepintio. Haría lo que ya había decidido hacer.

 

—¿Ni siquiera una palabra, eh Grayson?—Damian miro al suelo suspirando ante el tartamudeo mudo de Dick. Acercándose y levantándola de nuevo para declarar a su oído con paciencia—Te amo—

 

“Te Amo”. Un puño se estrello contra la pared de su bañera, de tan solo recordar aquel encuentro se sentía culpable. Damian no había regresado a su departamento después de eso, ni siquiera cuando acordaron estar juntos, pero jamás abandono su mente y tampoco los “acosos” constantes que había tenido en el pasado. Un roce en una misión, una caricia casual en una reunión familiar, una simple mirada en un encuentro con los titanes, en cada momento se volvía más y más palpable la emoción que tenían al verse y eso, eso ya no lo podía soportar.

 

Dick salió de la ducha dispuesto a limpiar el desastre que sus sueños traidores habían provocado, observando a otro de sus viejos compañeros de pie, con el traje de Nigthwing en las manos.

 

Vístete y vámonos, tenemos problemas…otra vez…—La voz gruesa voz de Jason Tood hizo ver la seriedad del asunto. No pregunto mucho, o mejor dicho nada acerca de la cama desecha, ni de los golpes que había escuchado en el baño, aunque, posiblemente, en ese momento no le interesaran en lo más mínimo.

 

Al llegar a la baticueva, toda la familia estaba reunida, cada uno con su traje de batalla observando una jaula de vidrio blindado con suelo metálico para descargas fuertes, y, dentro de ella, un hombre vestido con un peculiar traje de Batman.

 

—¡Dick!—El hombre, nada mas al notar a Nightwing en la cueva, le grito llamando su atención, recibiendo una descarga cuando Damian presiono el botón sin miramientos.

 

—¡Ey! ¡Ya habíamos quedado en que no harías más eso!—Barbara se interponía entre Damian y la mesa de control, agachándose para ver al hombre más de cerca, preguntándole por su bienestar.

 

—No lo hicimos—Damian comentito con la voz  más amenazante que tenía. Mirando fijo como el hombre apenas recuperaba el aliento y cambiando su atención a Dick, quien unos apeas cedió cuenta, lo ignoro deliberadamente.

 

—¿Quién es él?—Preguntó el recién llegado, pasando a un lado de Damian y concentrándose en memorizar los rasgo del intruso. Le habían arrebatado la mascara, tez blanca, cabello obscuro, ojos profundos, demasiado familiar debía admitir.

 

Por última vez, yo soy Batman, al menos de donde vengo lo soy—Dijo mientras miraba rencoroso al otro hombre vestido de murciélago mientras se apoyaba con las manos, pero solo recibió un gas dentro de la jaula, mareándolo y haciéndolo callar.

 

Un par de horas pasaron en lo que la discusión se llevaba a cabo. Según las palabras del muchacho, venía de otra dimensión y por motivos que no comprendía, el Bruce de su mundo deseaba intercambiarse con el de ellos, pero, gracias a un error suyo, habían terminado en esa situación.

 

El dice que nos conoce a todos, a ti y a mi especialmente, incluso parece tenernos algo de aprecio—Habló Barbara observando al convaleciente.

 

Y las pruebas de ADN verifican el parentesco con Bruce, su versión parece cierta—Tim comento sin quitar la mirada de un aparato extraño que escaneaba el traje del muchacho.

 

Entonces, ¿Qué hacemos con él? Si es quien dice ser, necesita nuestra ayuda para regresar—Dick habló y sintió como el hombro de Damian rozo el suyo por un momento, colocándose a su lado.

 

—No pienso permitir que vague por la ciudad sin más, aún no estamos seguros de que nos este diciendo toda la verdad—Damian se quedo a un lado, interponiéndose posiblemente de manera inconsciente, entre el hombre enjaulado y Dick.

 

Es por eso que lo traje conmigo—Dijo Jason refiriéndose a Nightwing—ya que balbucea tanto el conocerte, creo que eres el más  indicado para vigilarlo—En ese momento Dick y Damian lo miraron, el último, desaprobando totalmente la idea.

 

—…ah…ustedes son buenos peleando, ¿Pero en serio cuentan todos sus planes enfrente de un desconocido?—Una voz burlona salió de la jaula, nuevamente el hombre se levantaba, esta vez, apenas arreglándoselas para recargarse en una de las paredes transparentes y tocar su cabeza como si hubiera sido golpeado con brutalidad—Si me quieren vigilar, adelante, yo tampoco estoy aquí para vagar solo en la ciudad, aunque no se muy bien que es lo que debo hacer…—Un silencio incomodo inundo la habitación.

 

—¿Como es que sigues despierto?—Pregunto Dick esquivando a Damian y acercándose a la jaula se agachó para estar a su altura. No parecía peligroso sin la mascara, su actitud le recordaba más a la de su mejor amigo que a la familia murciélago. Es decir, más hablador de lo que debería.

 

El traje…—Murmuro Tim observando su escáner—Filtra la mayor cantidad de gases, apenas si lo inhalo…—El chico se había quedado en silencio para escucharlos.

 

Ya veo, desde joven eras un genio ¿no?—El hombre dijo refiriéndose a Tim.

 

¿Eres el hijo de Bruce?—Pregunto Dick y una punzada en el corazón de Damian se enterró, su padre no podría haber tenido otro hijo a parte de él.. ¿O sí?

 

—¡Dick!—El muchacho reacciono nuevamente, enfocando su mirada en el nombrado—Puede que lleves el traje puesto y que seas mucho más joven, y muy atractivo si me permites mencionar, pero sigues siendo Dick—Sonrió con cierta admiración, ignorando las palabras y miradas dirigidas a su persona.

 

Tú…—Los pasos de Damian se apresuraron a la mesa de control con una intención bastante clara, lo que puso en alerta al prisionero.

 

—¡Esta bien, esta bien! Les diré lo que necesiten, confió en ustedes, no necesitan drogarme…más—Ofreció levantando las manos en señal de rendición—Vamos Dick, te conozco, tu no eres de los que juzga sin dar una oportunidad…—Las palabras tensaron aún más los hombros de Damian y estuvo a punto de volver a lanzar gas sobre su persona, pero la mano de Dick lo detuvo antes de hacerlo.

 

—De acuerdo, yo me haré cargo de el—Declaro con confianza mirando directamente a los ojos del intruso, buscando una señal de engaño, pero sin encontrar nada que pudiera persuadirlo de retractarse—Repíteme tu nombre…—pidió al extraño familiar.

 

Terry…mi nombre es Terry McGinnis…

 

Notas finales:

Ojala les guste esta historia!


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