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LA CASONA por juda

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El auto paró frente a la casona que estaba a un costado de la Ruta 9.

Era una casa antigua de 3 pisos y un ático pequeño. Desde donde estaba podía ver flamear una pequeña cortina.

Daniel bajó y quedó apoyado en el auto, con la mano en el pecho.

Francisco apagó el motor y se puso junto a él, sosteniéndolo por la cintura.

-Es bella, no?

Daniel no contestó, miró alrededor: la vegetación en la zona era hermosa y tranquila, se podía escuchar el sonido de un arrollo que cruzaba por detrás de la vieja casona. Era el lugar ideal para emplazar el hostal y albergar a turistas que estaban de paso. La había visto por internet y se quedó enamorado ni bien vio las fotografías... pero ver la casona de frente era distinto.

Francisco tenía una sonrisa ancha. Era el comienzo de una nueva vida con su hombre, volteó a verlo y se sorprendió cuando le encontró la cara mojada por las lágrimas.

-Amor!!! -susurró abrazándolo.

-Fran! esta casa llora -gimió sobre su hombro y el hombre alto se separó para mirarlo.

-Qué?

-Ésta casa llora! Dios, Fran, ¿no estás sintiendo la tristeza? ¿Qué te dijeron de ella? ¿Quieren eran sus dueños?

-Tuvo varios. El último fue hace 5 años. Una pareja de ancianos.

-Varios dueños? Por qué la vendían si está en un lugar estratégico?

-No sé.

Daniel miró el lugar, quería tener esperanzas, por dios que quería ver a Francisco feliz junto a él y prosperar, quería que todos los sueños que ambos tenían se hicieran realidad. Eran jóvenes y fuerza no les faltaba... pero llegado el momento, frente a la vieja casona, solo pudo sentir dolor y miedo. 

Miedo. 

Mucho miedo!

-Por el precio en que la conseguiste me imagino que tendremos que hacerle numerosas reformas! 

Fran sonrió.

-Sólo mínimas. Más que nada estéticas. Hace 5 años que está deshabitada pero los techos no tienen filtraciones, las paredes están en perfecto estado y las tuberías funcionan a la perfección. Comprarla fue una ganga.

Daniel aun no entendía, era chef y tenía tanto trabajo en el restaurant que durante los últimos tiempos había abandonado a su hombre en el tema de la casona, la eligieron juntos por internet y luego dejó todo lo demás en manos de Francisco.

-Cuando me dijiste el precio pensé que era porque tenía daños por la edad!

-No! no! es una casa antigua, tiene casi 100 años pero todos los dueños que la poseyeron a lo largo del tiempo la cuidaron muy bien. En un primer momento perteneció a un hombre que se creía que era narcotraficante. -dijo y cortó la historia porque conocía a Daniel, sabía que era supersticioso y que si le contaba que en un ajuste de cuentas entre narcos habían matado a la pareja de aquel hombre y luego se había suicidado, no querría vivir ahí y no podían desaprovechar la oportunidad. La casona estaba casi regalada. No encontrarían nunca otra chance así, había que tomarla sin dudar.

-¿Ya entraste?

-Si, vine con el hombre de la inmobiliaria. Tiene polvo... mucho! -dijo riendo y abrazándolo fuerte. Lo tomó del rostro y lo obligó a mirarlo, con los pulgares le limpió las lágrimas.

-Amor! amor es nuestra oportunidad...

-Pero Fran... estaremos usurpando un lugar que no nos pertenece -gimió regresando la mirada hacia el ático, hacia la cortina que se movía levemente.

-Usurpando? es nuestra, la compramos, es nuestra!!! -repitió haciendo que girara nuevamente el rostro, que lo mirara a él.

-No! somos extraños, la casa ya está habitada -jadeó llevándose la mano al pecho, de reojo miraba como un suave viento hacía mover la copa de los árboles que la custodiaban.

-Por favor, amor, no me hagas esto! la casa es nuestra, es nuestro sueño, nuestro porvenir. Por favor, Daniel,

-Las casas son los humanos que la pueblan, las casas laten a través de ellos. Ésta está muerta y se pudre en su tristeza y odio.

Fran abrió grande los ojos, Daniel se lo había dicho con la mirada perdida en el ático y parecía que por un breve momento hubiese quedado sumergido en algún recoveco del limbo.

-Dany!!

El hombre hermoso parpadeó y regresó a mirarlo, le imploraría que no abrieran la puerta, que devolvieran la llave porque la casa ya estaba habitada y ellos eran extraños en un lugar que no les pertenecía... pero sus ojos!!! Fran no se merecía esto. Fran tenía todas las ilusiones puestas ahí.

Francisco se acercó y le besó los labios gruesos. Daniel intentó devolverle el beso y sonreír.

Estaban juntos desde hacía muchos años y habían podido con numerosos contratiempos... éste también lo superarían. Verdad?

Lectora, una pareja que se ama... puede luchar contra el odio deambulando solitario en una casa de 100 años! Verdad?

Lectora, una pareja que se ama... puede revertir el sinsabor de la muerte aullando por los corredores en una casa de 100 años! Verdad?

-Tengo hambre -le dijo Daniel besando la boca de Francisco y mordiéndolo suavemente.

-Y yo, pero verás: la cocina también está llena de polvo. Sugiero algo, limpiemos un cuarto y la cocina. Sólo para tener un lugar para comer y dormir. Mañana a la mañana vendrá gente que nos ayudará a limpiar los 3 pisos y a la tarde llegarán los camiones con los muebles.

-Pido limpiar el cuarto! -gritó Daniel y Fran se sintió mejor, ver sonreír a su hombre le hacía olvidar las obligaciones, las deudas, las preocupaciones, la vida misma.

Volvió a besarlo pero esta vez el beso fue más intenso, Fran jadeo agitado cuando dejó de mordisquearle los labios y se fue directo a su cuello a lamerlo.

Daniel inclinó la cabeza para que su hombre hiciera de las suyas mientras le desabrochaba el pantalón cuando de reojo alcanzó a ver un movimiento en una ventana y por un segundo creyó ver que alguien los observaba desde el salón. Se le pusieron los vellos de punta. Fran le mordió un hombro y le chupó la clavícula, Daniel puso en blanco los ojos, ese hombre podía ponerlo a mil con solo pasarle la lengua por esos lugares.

Abrió la puerta trasera del vehículo, se metió y con una sonrisa de costado, invitó a su hombre a que hiciera lo mismo. Francisco miró en ambas direcciones de la ruta mientras se bajaba apenas el pantalón e ingresó, se sentó y sacó la pija babosa del boxer. Daniel se arrodilló en los asientos e inclinándose se dedico a chuparla. Fran se inclinó lo más que pudo para poder mirar, no había nada más erotizante que los labios gruesos de Daniel chupándole la polla.

Mientras su amado se dedicaba a elevarlo hasta el infierno... porque ciertamente esa boca lo hacía volar y estaba seguro que no era hacia el cielo, le bajó el pantalón y mojándose los dedos con saliva comenzó a dilatarlo con calma, prestando atención a los gemidos de su amor que iban en aumento cuando rozaba cierto punto en su interior.

Daniel estaba mojando el asiento con líquido preseminal sin haberse tocado, no aguantaría mucho así que se bajó lo más que pudo el pantalón y se sentó sobre él, dándole la espalda, porque sabía que Fran enloquecía si le permitía mirar con detalle como la pija se le introducía en el culo.

-Mierda, Dany!!! -susurró Fran y lo agarró fuerte de la cintura para poder bajarlo suavemente y observar como se iba empalando. -Mierda Dany!!! -volvió a decir con más fuerza cuando el pelinegro se sentó de golpe, metiéndosela entera -MIERDA DANY! -gritó cuando el hombre de labios gruesos, jadeando, comenzó a subir y bajar sobre su polla como si toda la vida dependiera de ese movimiento violento y pornográfico.

El auto se movió junto a las embestidas.

Fran aprisionó a Dany contra su pecho, lo elevó un poco y fue él el que comenzó a penetrarlo con fuerza, elevando las caderas, masturbándolo al mismo tiempo, mordiéndole la espalda.

-DIOS, FRAN!!! -Gritó Daniel cuando las estocadas fueron tan certeras que le taladraron la próstata y lo llevaron a un orgasmo demoledor. Tiró semen por toda la mano de Fran y quiso hacerse a un lado porque tenía todo el cuerpo sensibilizado por el orgasmo pero su hombre no lo dejó, lo aprisionó aun más a él y lo embistió con mayor fuerza, poniendo los ojos en blanco, mordiéndose los labios, hasta que él también pudo acabar en el interior de su amor.

Luego de 15 minutos salieron.

Sacaron del maletero las valijas con ropa y sus mochilas con las bolsas de dormir, esa noche tocaría limpieza y hasta que no llegaran los muebles, dormirían en el piso. Pero no importaba, si ellos estaban juntos, el piso también era un buen lugar para dormir.

Francisco sacó llave y entró.

Daniel lo hizo casi pegado a él.

La vieja casona se mostraba como un cadáver abierto y expuesto.

El salón era amplio, en un rincón había un piano y las escaleras antiguas con una arquitectura rococó muy de moda en aquella época, le daba elegancia a lo que parecía una cripta... porque Daniel no quería desanimar a su amor, pero él estaba seguro que esa casa era la tumba de alguien y el viviría, de ahora en más, en esa tumba, junto a esos muertos.

Un crujido se escuchó a su derecha y Daniel se aferró aun más a Francisco.

Fran lo abrazó.

-Es una casa vieja, amor.

-Ya sé, ya sé -intentó auto convencerse, pero no podía evitar sentir que lo observaban. 

Que un muerto lo observaba. 

Que un muerto estaba ahí. 

Que un muerto viviría con él.

Notas finales:

Será un fic corto de solo 5 capítulos, espero que puedan disfrutarlo.


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