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INMIGRANTES por Garriando

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Notas del fanfic:

Espero les gusté. La escribo con mucho amor. No puedo negar que hay cosas y sucesos en esta historia que son basados en hechos reales. Pero en su mayoría son "ficticios " o algo así, creados simplemente para enriquecer la historia.

Notas del capitulo:

Disfruten. 

El día había llegado, podía percibir el dolor que me transmitía mi madre en cada abrazo mientras esperábamos que llegase el bus. Ver las caras tristes de todas las personas que estaban aquí, despidiendo a sus familiares que partíamos a otro país es tan triste y doloroso que nunca imagine que yo, me tendría que enfrentar a mi mayor temor, alejarme de mi familia, de mis hermanos, de mi madre... pero tengo que hacerlo, necesito encontrar la mejor manera para ayudarlos, y la mejor manera es irme a otro país. Comenzar una nueva vida, trabajar sin descanso, solo para el bienestar de mi familia, para que no vuelvan a tener que dormir sin haber comido

-Solo falta un pasajero y nos vamos- informó el encargado de la excursión.

Mis latidos aumentaron después de escuchar. Me acerqué más a mi madre y le di un último beso en la frente- ¡Todo esto es por ustedes! - sollozo antes de continuar

- Estoy orgullosa de ti... te mereces todo lo mejor de este mundo, mi hijo noble y sincero, te voy a echar tanto de menos- repetía una y otra vez mi madre mientras me abrazaba. Después de comenzar a subir el bus, mi alma jamás volvería a ser la misma.

Todos aún después de estar instalado en sus asientos continuaban despidiéndose de sus familiares. Yo no, simplemente saca de mi pequeño bolso mi libro preferido y comencé a leer. Me era imposible continuar leyendo, mis ojos se llenaron de lágrimas, indetenible después que el bus entró en marcha, ya no había vuelta atrás.

Segundos después el bus se detuvo y alguien subió, como era de imaginarme, era la persona que ocuparía el asiento vacío que estaba junto a mi. Era un hombre, bueno un joven, debe de tener la misma edad que yo, solo que tiene unos músculos un poco más marcados, mientras que los míos son flácidos como una paleta de helado. El bus volvió a entrar en acción y todo volvió a ser como antes, mi compañero de viaje sacó sin iphone y se colocó los auriculares, seguramente estaría escuchando algún tipo de música metálica, lo digo por su aspecto ( tatuajes, piercing...) y todo lo demás que lleva en su cuerpo, por un momento entre en pánico cuando nuestras miradas se encontraron y él se dio cuenta que yo lo había estado mirando, de forma abrupta desvíe la mirada y él solo sonrió.

Era inquietante para mí no saber que hora era, ya habían pasado muchas horas desde que salimos del terminal de Valencia (Carabobo- Venezuela) lo digo porque ya el solo no estaba sobre nosotros, a pesar de que todas las ventanas del bus estaban cerradas el frío se colaba dentro de las sabanas y suéteres de todos los pasajeros. Me giré un poco y pude ver el celular de mi acompañante, él tenía los ojos cerrados, seguramente dormía y de pronto la luz de la pantalla de su teléfono se iluminó, era una llamada, "Papá " era el hombre que se visualizaba en su celular después de 5 llamadas seguidas, pude ver la hora después que se cayó la primera, intenté de despertarlo pero no pude hacerlo, la pena me invadía, pero no sé si él se dio cuenta o sintió la luz del celular y se despertó y volvieron nuestras miradas a encontrarse

-¿Qué sucede? - me pregunto de forma abrupta

Contento la respiración antes de responder - Yo... estaba por despertarte, tu padre a estado llamando- le digo sin respirar.

Él analiza mi expresión antes de retirarse los auriculares de sus oídos. - ¿Qué diablos decís?

Me asusté. Quizás no debí decirle, seguramente le recordé todo el dolor que nos causa alejarnos de nuestras familias

-Alguien te estaba llamando- atinó a decirle

-¿Tomaste mi iphone? - me preguntó

-No, no- le dije - Solo estaba mirando por casualidad y la luz se encendió y en la pantalla pude leer "Papá", supuse que era una llamada-

-No es asunto tuyo si alguien me llama o no. Deja de mirarme- me dijo y yo quedé estupefacto.

Su respuesta me hizo recordar aquella vez en la que seguí a mi madre hasta el bar donde solía estar papá, y los escuché discutir y al interrumpir para que papá no siguiera ofendiendo a mamá, el solo se dignó a decirme "que no era asunto mío " y desde esa noche, comencé a convencerme que todo lo que le pasara a mi madre era asunto mío, solo lo referente a ella y a mis hermanos, de resto no seria asunto mío.

-Si tienes razón, pero yo fuera tú y tuviera un celular y tenlo por seguro que me gastaría la carga hablando con mis padres y no escuchando estupidas canciones, y más si sé que pasare mucho tiempo sin volverlos a ver. - le dije - Pero cada quien hace con su vida lo que quiera.

-¡ Por eso, deja de mirarme! - espetó


Minutos después el bus, se detuvo. Las personas comenzaron a descender de el para ir al baño y comprar comida antes de continuar. Yo baje lo más rápido que pude, y me dirige al baño, después de salir de eso tome un poco de aire fresco y regrese al bus. Mientras subía, lo miré, a él, a mi acompañante, estaba sentado en una de las mesas del restaurante comiendo y fumando un cigarro, no me extrañaba que fumara, su actitud lo dejaba al descubierto desde el principio. No quise volver a encontrarme con su mirada y me encamine a seguir subiendo en el bus, regrese a mi asiento y saque entre mis cosas la pequeña taza donde estaban las dos últimas arepas que comería, hechas por mi madre. Solo estaban preparadas con un poco de queso y pequeñas untadas de margarina.

No recuerdo en qué momento me quedé dormido. Solo sentí la brisa chocar en mi rostro, cuando desperté ya era de mañana. Alguien había abierto la ventana, seguramente fue él. Tome de mi bolso de frasco donde guardaba el poco de café, que mi madre me había preparado con tanto amor. Recordarla todas las mañanas mientras se levantaba a preparar el poco o mucho que fuera de desayuno para mis hermanos y sentir el aroma del café por toda la casa, me devolvían las ganas de llorar que ya se habían calmado.

Él me vio llorar, pude sentir su mirada en mi mientras me secaba las lágrimas. No habían pasado ni 24 horas desde que dejé a mi familia y ya me sentía destrozado, es muy fuerte y difícil, ahora sí puedo entender a todos los que se han ido a otro país, no es fácil y duele mucho, lloras mucho.

El bus, se detuvo. Todos comenzaron a bajarse, habíamos llegado a San Antonio (Táchira Venezuela). Estábamos justo frente a la frontera de mi país con Colombia, que sería de mi vida después de cruzar, cuanto tiempo pasaría para yo regresar, nada seria igual, otra ciudad, otro país, yo nunca había salido de mi estado, nunca me imaginé tener que salir de mi país, nunca imagine dejar a mi familia.

Todos tomaron sus cosas del autobús y comenzamos a caminar. Mi corazón estaba mil por horas, mi nervios se hicieron más frecuentes, más después que la mayoría de los que estaban a mi alrededor llevaban consigo su pasaporte, yo no. Yo solo tenía mi cédula venezolana y el carnet fronterizo que mi primo me había sacado. Estaba muy asustado, tres personas detrás de mi estaba él, mi "compañero de bus" no vi nada en sus manos, no tenía la cédula, ni el carnet, ni el pasaporte. Que le estaba sucediendo, como pretendía pasar, ya casi llegábamos a migración y ¡boom! Alguien me había empujado para que mirase al frente y cuando mire, era mi turno de mostrar el carnet


El corazón se me aceleró cuando vi tomaban mi carnet y lo cortaban en dos.

-¿Porqué?- fue lo único que pregunte

-Largate ahora mismo ante que te metamos a la cárcel- fue la respuesta del militar.

Era mi primera vez, no entendía que estaba pasando. Ni que sucedía en estos casos, solo sé que mis instintos de supervivencia me hicieron regresar hasta casi donde nos había dejado el bus y de pronto mi mundo se estaba desmoronando. No tenía a nadie, no sabía que hacer, ¿cómo regresaba a casa? ¿qué había que hacer en estos caso?. Tantas preguntas sin respuesta, ¿cuál era la siguiente alternativa? No había ni un Bolivar en mis bolsillos, estaba sin nada, y todo no podía ir peor hasta que comenzó a llover. La lluvia me estaba empapando, mis cosas estaban mojadas, vi un pequeño lugar donde poder estar mientras la lluvia y me acerque, al llegar ahí, estaba él.

Me vio llegar y no hizo nada. Bueno no tenía que hacer nada, ni siquiera nos conocíamos. Porque se iba a molestar en ayudarme, ¿Porqué?. La lluvia se había calmado, comencé a temblar del frío, podía cambiarme de ropa, pero para entrar a utilizar el año, había que pagar y yo no tenía ni un céntimo, solo estaba yo, y mis ganas de querer ayudar a mi familia.

-¿Que haces aquí. Porqué no pásate?

Me pregunto una voz, cuando levante mi rostro de entre mis piernas, lo vi a él. Era él el que me estaba hablando


-No pude... no me dejaron pasar - le respondí antes de que se acercara a mi

-¿Porqué? -

-Solo tomaron mi carnet y lo cortaron en dos. Y no sé porqué- le dije y se burlo en mi cara. -Si vienes a reírte de mí, es mejor que te marches!

Alzo sus hombros en señal de que no le importaba y se marchó. Antes de continuar su caminar se detuvo y volvió a dirigirse a mi ¿ De verdad no sabes porqué te cortaron el carnet?

No quería seguir siendo la burla de alguien que no conocía y estaba decido en no responderle pero el frío, el cansancio, me traicionaron y terminé exclamando un ¡no! Como respuesta

- ¡Alguien te engaño - fue lo primero que dijo - ... quien te haya hecho el carnet, lo hizo falso por eso te lo rompieron en tus narices, porque es un carnet falso! -

Me costó un poco asimilar sus palabras. Pero después entendi que eran verdad. Mi primo me había engañado, como pude creer que de un momento a otro le iba importar el bienestar de mi familia, ni mucho menos el mío. Se había quedado con el dinero y me hizo un carnet falso, ahora lo único verdadero era mi cédula, pero ¿ de que me servía? Con eso no podía cruzar frontera.

-¿y tú, porque no has cruzado? - me atreví a preguntarle, puesto que me acaba de decir que tiene su pasaporte -¿ No estás decidido aún?

-¡No!- me respondió- Bueno si estoy decidido pero voy a cruzar por la trocha-

-¡Pero es peligroso, además te van a cobrar mucho dinero y tu tienes todo legal, puedes cruzar por puente! - le dije

Él se levantó y se fue. Al cabo de unos minutos regreso con su mochila...

-¿Me vas acompañar si o no? - me pregunto y yo quede muy desorientado con su pregunta. A donde le iba a acompañar, ni siquiera sabía su nombre, nada nos unía más que las ganas de ayudar a nuestras familias, bueno o eso creía yo hasta que le dije que no tenía dinero


-¿Acompañarte? ¿ A donde?-

- A cruzar por la trocha ( forma ilegal de pasar para Colombia) - me respondió

-No, no puede hacerlo, no tengo dinero- le dije cabizbajo

-Mira, eso es lo de menos - me dijo después de abrir su bolso y mostrarme todo los dolares ($) que tenía dentro de el.

Después de ver eso, me asusté. Nunca antes había visto tanto dinero junto. Solo en películas, ¿quién era el? ¿Porqué tenía tanto dinero?. Esas preguntas comenzaron a rondar por mi cabeza y antes de obtener respuestas me tomó por el brazo y comenzo a correr.

-¡Sueltame!, ¿ qué te sucede? - le grité mientras corríamos

-Despues te explico, después te explicó... solo que los oficiales de seguridad (Policía Nacional Bolivariana PNB) no me puede ver- me dijo y mis nervios se hicieron más fuertes.

Quería soltarme de él, no quería seguir corriendo. No sabía con quien estaba yo, ¿con un asesinó? ¿Con un ladrón, un terrorista? Me asusté tanto que no sé de dónde saqué fuerzas y me detuve.

-No voy a seguir corriendo, no sé porque estamos huyendo de la PNB, yo no soy un delincuente- le dije

-¡Yo tampoco lo soy, pero no puedo permitir que me atrapen!- me dijo - Confía en mí, yo puedo ayudarte...


-Yo no necesito tu ayuda, ni sé quien eres, ni porque huyes de la policía. ¡No seguiré corriendo!

Él me soltó de la mano y me miró fijamente. Pude ver sus ojos verdes completamente llenos de lágrimas, sus mejillas estaban rojas y sus labios completamente rosados. Sus cejas bien definidas y su creciente barba, sobre su piel, pero de pronto la lluvia comenzó a intensificarse y todo regresó a la normalidad

-Yo puedo ayudarte, sé por todo lo que me has contado que necesitas cruzar a Colombia, yo puedo hacer que cruces sin necesidad de un carnet o un pasaporte... - me dijo- pero tienes que confiar en mi, tienes razon no nos conocemos, pero yo después puedo explicarte todo.

-¡Tengo miedo!- exclame y no sé porqué lo hice

-Yo también los tengo, pero puedo dejarte aquí si quieres o puedes seguir conmigo, pero debemos hacerlo ahorita porque so sigue lloviendo y crece el río de la trocha, no podremos pasar-

Mi subconsciente me repetía una y otra vez que me alejara, que no me atreviera a seguir con un desconocido que estaba huyendo de la policía. Pero yo quería arriesgarme, quería continuar esta era mi única oportunidad de poder cruzar, de llegar s Colombia, de ser yo, de ayudar a mi familia, pero el miedo me detenía, me mantenía ahí, sin poder responder. Hasta que escuche los gritos detrás de mi,

-¡AHÍ ESTÁN! - GRITO EL POLICÍA y comenzaron a correr hacia nosotros y tan pronto como pude yo también estaba corriendo, detrás de él, de un desconocido que me había ofrecido la ayuda que necesitaba y sin pensar el lo que pudiera suceder después yo la había tomado. Me caí varias veces mientras corría por una especie de montaña selvática, mis piernas me dolían de tanto correr, a lo lejos se pudo escuchar unos disparos al aire de la policía para intentar detenernos pero fue en vano, él sabía que yo en cualquier momento podía detenerme y me volvió a coger de la mano, algo sentí, ahorita no puedo explicar que siento pero es una sensación nueva. ¡Corre, corre! Le escuchaba decir, y yo seguía haciéndole caso a un extraño, a un completo desconocido, ignorando los consejos de mi madre, " no confíes en nadie, se cuidadoso con quien se acerca a ti". Estaba haciendo todo lo contrario, corría detrás de quien no conocía, confié en quien podía ser un criminal, no se por cuanto tiempo corrimos hasta que llegamos a la tan nombrada trocha, ¿qué más podía yo hacer que no hubiera hecho antes?

-¡Debemos cruzar!- me dijo

-¿ Por dónde? - le pregunté y él señaló el río. Un inmenso rio, pero eso no era lo peor, lo peor era que estaba comenzando a subir, estaba careciendo.


La tarde ya estaba cayendo sobre nosotros para cuando comenzamos a cruzar por el pequeño puente construido con sacos llenos de arena y otras cosas. La lluvia caía sobre nosotros pero ya no con la misma intensidad, él habló con un grupo de Paracos o trocheros ( personas que ayudan a cruzar por la trocha y viven de eso) y estos nos guiaron por una pequeña selva, eran solo 3 personas y nos guiaron hasta llegar a el centro de Cucuta (Colombia), al llegar ahí, pude sentir el cambio de clima inmediatamente. Todo es aquí, tan distinto a mi ciudad, a mi Valencia querida, no pude contener mis ganas de llorar, ya estaba en otro país. Ya no había vuelta atrás, ya estaba por comenzar una "nueva vida "

-¡Ya paso todo! - me dijo exhausto de tanto correr y con la ropa empapada por la lluvia - Ya estamos en Colombia-

Él se dejó caer al suelo. Su respiración era agitada, seguramente por el cansancio.

-¿Como te llamas? - le pregunté por lo menos debía saber su nombre, ya me había convertido en su "cómplice " lo monimo era conocer quien era él.

-¿Quieres saber mi nombre?- me pregunto con una cínica sonrisa

-Es lo mínimo que puedo saber después de haber huido de la policía por ti.!

-Nadie se había arriesgado tanto por mi, así. Ni siquiera sin conocerme - me dijo y tuve que esconder mi rostro, mirar para otra parte, para esconder mis mejillas ruborizarse por su "cumplido "si era un cumplido

-¿Como te llamas ? - le pregunté sin mirarlo

Se levantó del suelo y se puso frente a mi.

-¡Mucho gusto. Me llamo, Alejandro!- me dijo - ¿y tú?

-¡Christopher!- le respondí y nuestras miradas volvieron a encontrarse

-¡Bueno Christopher, soy Alejandro. Oficialmente ya somos inmigrantes! - después de eso volvió a tomarme de la mano y obligarme a caminar por Cucuta.
Notas finales:

¿Que tal les parecio? 

 

Se que es el primer capítulo pero espero y puedan dejar sus comentarios 

 

¡Un beso!


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