El pequeño y tranquilo diluvio se habíatransformado en cuestión de tiempo en una tormenta violenta y despiadada, el viento rugía con toda su furia logrando que hasta el árbol más firme temblara ante el, los rayos iluminaban el paisaje y los enlodados caminos cómo si por unos instantes el sol estuviera a lo alto.
El suelo había perdido su forma, pero aúnasí ellos seguían y seguían.
Detrás de ellos podíanoírlos gritos de los cazadores furtivos que se habíanmetido a sus tierras.
No sabían cuánto tiempo llevaban corriendo pero lo que si sabían era que no debían ni podían parar,no hasta estar completamente seguros y lejos de aquellos hombres.
Al final del camino ambos se encontraron con un pequeñobarranco y por debajo de el un río furioso que los mataría al instante si cayeran en el.
Se miraron con la duda y el miedo en sus ojos dorados cual oro fundido con atisbos de un suave naranja como los que tiene un amanecer.
¿Qué debían hacer?
Un disparo y una bala perdida rozando la oreja de uno de ellos les alertó a tomar una decisiónrápidamente, claramente morir en manos de esosasquerosos humanos no estaba entrealguna de esas decisiones, así que con las fuerzas que les quedaban tomaron impulso y saltaron.
Milagrosamente habían logrado pasar pero como el terreno era inestable a causa de la lluvia uno de ellos casi cae al río.
Su hermano lo cazó del cuero de su nuca y lo jaló como pudo hasta tenerlo a salvo.
Siguieron corriendo mientras escuchaban el caer de un árbol producto de un rayo bloqueando así todo paso hacia el otro lado.
Habíanperdido a los cazadores,estaban a salvo por el momento.
Un golpe seco se escuchó detrás de uno de ellos y cuando este se volteó a ver se topó con que su compañero estaba desplomado en el suelo con la respiración agitada y sus ojos completamente perdidos.
¡maldición! Volvió hacia el e intentó mantenerlo despierto, sonidos de absolutadesesperación comenzaron a salir de él. Su hermano se estaba muriendo y ellos estaban completamente solos....o eso es lo que pensó.
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Hello darkness my old friend...
Vamo a llorar. Resubiendo desde 0 esta historia tan significativa...
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Capítulo 1:
Jimin,jimin reacciona.
Jadeante golpeaba el cuerpo de su hermano con su hocico,necesitaba que reaccionase, no podían quedarse allí mucho más tiempo.
Un ruido entre los árboles captó su atención, alguien estaba allí, se paró firme frente al cuerpo de su hermano a modo de escudo, no importaba lo que estuviera a punto de ocurrir, él lo protegería hasta el último de sus alientos.
Aguanta un poco más.
Las pisadas se hicieron más fuertes y claras a cada segundo, podía sentirlo, leves y atemorizantes gruñidos llegaron a sus orejas.
Sombras gigantes comenzaron a asomarse borrosas por entre los árboles, ojos brillantes clavados en él comenzaban a ser visibles.
Lobos,era una maldita manada de lobos,los cuales a decir verdad no parecían estar muy felices por su intromisión al territorio.
Aquel era su fin, su único consuelo fue pensar que al menos no morirían a mano de los cazadores. Un quejido por parte de su hermano lo trajo de nuevo a la realidad, no podía perder más tiempo.
Así que usando lo poco que le quedaba de energía volvió a su forma humana,quizá si se dejaba ver en su estado más vulnerable los lobos considerarían tenerle algo de piedad.
-Por favor, necesito de su ayuda. Se que no está bien que estemos aquí sin permiso alguno. Puedo ver que es su territorio,pero no teníamos a dónde más huir. Unos cazadores nos han estado siguiendo desde hace un par de días y no hemos comido ni bebido correctamente desde entonces. Mi hermano está muy mal, por favor, Ayúdennos - suplicó con desesperación.
Sus ojos, ahora marrones derramaban lágrimas de desesperación, podía sentirlas cálidas bajando por sus mejillas en contraste con el agua fría de la lluvia-. Por favor...
Uno de los lobos se adelantó y se transformó,dejando ver a un hombre bastante alto y musculoso a la vista, de piel canela y de un curioso cabello del color de las uvas que hubo alguna vez en sus territorios.
Su semblante no era agresivo pero podía sentir que su mirada seria y calculadora clavaba hasta lo más profundo de su ser.
-¿Cómo te llamas?- preguntó, su voz fue profunda y suave pero el zorro no era tonto y sabía que había una sutil demanda camuflada.
-Taehyung y mi hermano es Jimin - respondió con sus dientes castañeando, si era por el frío o por los nervios y el miedo primitiva, no lo sabía con claridad.
-Haste aún lado.- Taehyung tragó en seco, no se encontraba en postura de no hacer lo que aquel lobo le estaba pidiendo que hiciera pero...miró con pesar a su hermano,ni siquiera tenía la fuerza necesaria para volver a su forma humana,se estaba muriendo.
Con cuidado se hizo a un lado para que aquel lobo pudiera ver mejor el estando en el cual se encontraba. Otro de los lobos se acercó y se transformó,este era casi igual de alto en su forma humana pero menos musculoso,su cabello castaño se pegaba a su frente,tenía unos rasgos muy particulares.
-¿Namjoon?
-Debemos llevarlo a la reserva, no hay mucho que podamos hacer por el aquí, se está muriendo- sin vacilar cargó el cuerpo del pequeño animal para luego mirar a su compañero-. No podemos perder más tiempo- con todo el cuidado que fue capaz de tener cargó entre sus brazos el frágil cuerpo del zorro.
-¿Y que pasará con Yoongi? Nos va a matar si se entera de esto sin su permiso - masculló uno de los otros a sus espaldas.
-El no tiene porque enterarse. No voy a cargar con la muerte de esta criatura sobre mis hombros si puedo evitarlo. Si nadie quiere verse involucrado lo entenderé,me responsabilizare de ellos hasta que hable finalmente con Yoongi.
El hombre castaño no perdió la vista de aquel sujeto llamado Namjoon, pero Taehyung no tuvo tiempo de tan siquiera escucharlo, lentamente fue consumido por la oscuridad hasta caer inconsciente.
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La puerta de aquella casa fue abierta apenas llegaron al umbral, dejando a la vista a un hombre joven con semblante preocupado.
-¡Nam! - exclamó al ver a su pareja, pero al percatarse de que no venía sólo y con equipaje de más no preguntó ni dijo nada más hasta tenerlos resguardado de la tormenta en la calidez de su hogar-. ¿Qué pasó? ¿Quiénes son ellos?- interrogó de inmediato mientras que ambos lobos dejaban a los hermanos en la habitación que era destinada a los huéspedes.
-Zorros, ellos entraron al territorio esta noche en busca de ayuda. Unos cazadores los obligaron a cruzar el río y por lo visto uno está muy enfermo.- respondió asomando su cabeza por la puerta.
-¡¿Y lo trajiste aquí?! - exclamó el tercer lobo y dueño de la casa-. Pudiste llevarlos a curación- prosiguió encaminandose hasta donde esos estupidos lobos estaban- ¿y qué hay de Yoongi? ¿Lo sabe?- ambos giraron su cabeza hacia otra dirección, respondiendo con su silencio la pregunta formulada.
-¡Teníamos que actuar de inmediato! Uno de ellos está muy mal Jin.- se defendió Namjoon al ver la mirada furibunda de su pareja.
Jin chasqueó la lengua y colocó sus manos en su cintura en una postura de total indignación ante el actuar tan precipitado de aquellos dos.
-Bien como sea, largo de aquí. Yo los atenderé.
Namjoon asintió, confiando plenamente en su pareja, después de todo, él era parte del cuerpo médico de la reserva y era muy bueno en lo que hacía.
Una hora más tarde Jin finalmente salió de la habitación donde estaban los hermanos.
-¿Y? ¿Cómo están? - preguntó con ansiedad Hoseok, había veces que la paciencia no era para nada su fuerte.
-Delgados, muy delgados. Es probable que lleven tiempo sin comer algo y quizá esa sea la razón por la que están así de deteriorados aún siendo cachorros. Pude curar la mayor parte de sus heridas pero el resto deberá hacerlo la regeneración y en sus estados actuales no se cuanto tiempo les tome - confirmó con seriedad y algo preocupado-. Son sólo unos cachorros Nam...- volvió a repetir en un tono triste.
-Ellos estarán bien. Si en esas condiciones llegaron hasta aquí entonces eso quiere decir que son más resistentes de lo que parecen. Sólo debemos esperar.
-¿Y que pasará con Yoongi?
-Hablaré con él. Pero cuando ellos mejoren. Si Yoongi decide no tenerlos en la reserva, que sea cuando ellos ya puedan valerse por su cuenta.
Hoseok asintió a lo dicho por su compañero, ellos podrían obedecer a rajatabla las órdenes de su alfa como lobos pero su parte humana y la más leal a cualquiera de su especie les impedía dejar que esos cachorros de zorros murieran en sus narices y completamente solos. Cargarían con el peso de sus acciones más tarde si Yoongi así lo deseaba y no se quejarían.
-Me adelantaré, entregaré un informe parcial a Yoongi mientras. Eso lo mantendrá ocupado por un rato. Espero...
-¿Y los de la manada?
-Ellos no pueden hablar sin nuestra autorización. Guardarán el secreto hasta entonces si saben que es lo que les conviene.- los tres hombres quedaron en completo silencio observando como los pedazos de leña crepitaban en la chimenea. ¿En qué demonios se habían metido?