Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Magic Works por endora

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: los peronajes de Sainte Seiya no me pertenecen son propiedad de Masami Kurumada. Harry Pottery el mundo magico no me pertenecen son propedad de J.K. Rowlin. Hago este fanfiction sin fines de lucro y con respeto.

Magic Works






Capítulo 1




Habían pasado cerca de tres meses desde que Afrodita y yo llegamos a Hogwarts… Todo había sido por Saga y Dumbledore…


Saga nos regañaba nuevamente, que estábamos desperdiciando nuestra segunda oportunidad, que no habíamos sido revividos para estar como perros y gatos, sino para aprender a hacer trabajo en equipo, que debía ser como en el muro de los lamentos o Asgard…


¿Cómo llegamos a esta situación de estar en la cámara del Patriarca? Shion y Aioros habían ido en una misión con Athena y los caballeros de bronce y dejado a cargo a Saga ¿Buena idea o Mala idea? Aun no lo sé. Supongo que, si Saga sigue apuntándonos con su dedo índice a Afrodita y a mí, otros cinco minutos más, lo sabremos.


“¿Pero es que acaso no toman en serio esta nueva oportunidad?” había puesto sus brazos en jarra sobre su cintura “Podemos vivir nuevamente para 88 caballeros, para demostrar lo que de verdad valemos y nuestras verdaderas lealtades” su cara estaba empezando a enrojecer, Aldebaran y Dohko estaban sentados en una esquina de la oficina con sus brazos cruzados a la altura del pecho, su postura relajada y los ojos cerrados de Tauro me indicaban que ninguno abogaría por nuestra situación, quizás pensaban que en verdad nos lo merecíamos.


“Saga…” Afrodita tomo la palabra y yo no pude más que voltear a verlo, había estado mordiéndome la lengua precisamente para que este regaño no durase más, pero ahí estaba de nuevo el petulante rubio arruinando algo, bueno por lo menos sería motivo para seguir enemistado con él. “Fuimos revividos” continuo con un aire bastante calmo “Sí, ¿Pero para qué, para morir de nuevo?” ahora sí tenía toda mi atención. “Lo sé” levanto la mano en el aire cortando el reproche de Saga, eso me impresiono “Sé que somos guerreros, sé que para eso nos criaron… Todo lo sé. Pero ya no sé si pueda lidiar con esto de nuevo. Vivir para morir…” apretó sus puños tensionando los hombros al decir estas palabras, algo completamente diferente a la reacción que tuve yo al escucharlas, mis hombros cayeron y mis brazos se sintieron algo lánguidos.


“Afrodita… somos guerreros, no podemos darnos el lujo de sentir capricho” Saga tenía una mirada de profunda comprensión y por el rabillo del ojo vi que Aldebaran había abierto los ojos y junto a Dohko prestaban completa atención a Afrodita.


“Caprichos… ¿El enojarme por la vida que me tocó vivir es un capricho? Quizá sea algo innecesario dado que no se hacer otra cosa, pero no creo que sea un capricho” ahora era él quien estaba rojo.


“Comportarse como chiquillos y pelearse en cada entrenamiento por qué ‘me siento frustrado’ es un capricho”


“Mira quien lo dice” las palabras brotaron de mi boca sin siquiera darme cuenta “Habla el que vivió encaprichado trece años y por el que murieron muchos hombres e incluso niños, por su capricho” Saga y los demás abrieron los ojos con asombro, ese era un tema tabú del cual ya no hablábamos más. Mi cerebro me decía que le dijera que lo sentía, pero la realidad era que no lo sentía en absoluto.


“Y cargo con mis culpas, por eso quiero que demos lo mejor de nosotros ahora…” Saga se tocaba el puente de la nariz, no sé si con fastidio o como excusa para no vernos a los ojos.


“¿Y qué tenemos que ver nosotros con tus culpas, por qué tenemos que cargar con ellas también?” Afrodita bajo la mirada “Yo tengo mis propias culpas, y ni siquiera se me permite reflexionar sobre ellas”


“No tienes quince años Afrodita, ¿Quieres reflexionar sobre algo? Hazlo en tu templo a solas” Saga tampoco quería mirarnos.


“Ni siquiera sé qué demonios se siente tener quince años”


“¡Bueno, ya basta!” Saga al fin levanto la vista.


“No te atrevas a decirme que me calle” Afrodita lo encaro, y ya podía sentir el aire de una pelea de verdad ahí. Aunque los demás seguían sin decir nada, los vi erguirse en su asiento, a la espera de intervenir si se disparaba algo, supuse.


“Yo también quiero vivir” salió de mi boca “Saber lo que es un amigo… compañero de armas, lo sé. Pero un amigo…”


“Basta los dos, si quieren saber que es un amigo intenten serlo, por lo menos” Saga comenzaba a irritarse con los dos.


“Deja de huir de esto Saga…” Afrodita de nuevo levanto la voz.


“Huir… Los estoy escuchando ¿No?” apretó los ojos “Si de verdad quisiera huir de sus idioteces haría esto…” abrió los ojos de repente provocando que Afrodita y yo diéramos un respingo “A otra dimensión”


Lo último que vi fue a Aldebaran y Dohko levantarse de sus sillas de un rápido movimiento y después sólo un vacío, un fondo negro pero iluminado por lo que parecían estrellas.
Gire a mi alrededor, sentía como si flotase en el medio de la nada. Vi a Afrodita al lado mío.


“¿Dónde estamos?” le pregunte a la vez a él a la vez al vacío que se extendía delante de mis ojos.
}

“La otra dimensión” suspiro “Se hartó de nosotros supongo… ¿Ya te había trasportado con él no?”


“Si…” una profunda voz de hombre mayor resonó de repente, claramente no era Saga “¿Oyes eso?”


“Si… Parece Latín…” la voz se escuchaba más claramente “Habla de una ayuda… va en rima…”


“Una luz…” señale atrás de nosotros, la vi cuando gire, era una luz verde “De ahí viene la voz…”


“Espera, no vayas ¡Milo!” Afrodita me tomo del brazo e intento jalarme “¿No sientes que debemos ir?”


“No”


Muy tarde, la luz nos engullo como si de un agujero negro se tratase. Al final de la luz lo primero que vi fue a un chico de gafas de montura redonda y a dos adultos con vestido.


“¿Quiénes son ustedes?” pregunte poniéndome en guardia, el hombre alto y de pelo negro que frunció el entrecejo en cuanto me vio, se puso frente a chico y me apunto con un palo.


“Eso es lo que yo quiero saber ¿Quién demonios son?”


“Baja ese palo” casi le gruñí.


“Milo… cálmate. ¿Dónde estamos? O mejor dicho ¿Dónde y en que época estamos?” mire por el rabillo del ojo a Afrodita dirigirse al anciano de larga barba que en su mano sostenía otro palo tallado a manera nudosa.


“Nosotros hacemos las preguntas” siseo el hombre de negro asiendo más fuertemente su palo, apuntándolo a mi cara.


“Calma Severus, seguro hay una explicación a todo esto” le hizo un gesto con la mano para que bajara su palo.


“Deja de apuntarme con eso amigo, o esto se pondrá feo” le dije activando mi cosmos y mostrando a Antares.


“Milo, deja eso. Necesitamos saber todo por las buenas, nosotros somos quienes llegamos aquí” Afrodita tomo mi brazo.


“Así es” volvió a sisear el hombre de negro, que de verdad comenzaba a exasperarme.


“¡Cállate!” me solté del agarre de Afrodita y di un par de pasos decidido a mostrarle quien era yo. Le regale una sonrisa de medio lado mientras me acercaba a él.


“Petrificus totalus” un rayo salió del palo ese y me dio directamente al pecho.


Y no sentí más nada. Vi vertiginosamente el camino de la pared al techo, pero no podía moverme o hablar, sólo veía el techo qué rayos era ese palo…


“Lamento lo de su amigo” era la voz del anciano, poniéndole atención ahora, era la voz que escuche provenir de la luz verde.


“Si… no está muerto ¿Verdad?” acaso estaba ¿asustado?


“No, sólo lo petrifique” vi que el niño se acercaba a mí, pero una mano pálida lo tomaba del hombro y lo quitaba de mi campo de visión.


“Ahora… ¿Gusta tomar té?” el anciano volvía a hablar… té, si claro Afrodita no caería en eso.


“De rosas, si no es molestia” ¿Qué? Voy a matarte pez. ¿Cómo se te ocurre jugar al té con quienes me dejaron así? ¿Qué sigue, ponerte un vestido al igual que ellos?


“Claro que no” sólo escuche un chasquido. Y los pasos de todos fueron hacia mi lado derecho.


“Quienes son ustedes?” de nuevo el anciano.


“Invasores, es lo que son”


“Severus, por favor”


“Mi nombre es Afrodita y mi amigo… es Milo” hubo una especie de puff… ¿puff, qué rayos estaba pasando? “Oh… vaya” Afrodita sonaba sorprendido “El té ha aparecido, solamente así…” sospechaba que esas palabras no las decía solamente de sorpresa, sino para que yo lo supiese.


“Usted pregunto la época… ¿De qué año vienen?” el anciano sonaba extremadamente amable, si hubiera podido me habría estremecido.


“1990”


“1996” el anciano hizo una pausa “No es tanto ¿De dónde vienen?”


“Atenas… Grecia”


“¿Qué buscan aquí?” de nuevo ese sujeto irritante.


“Nada, ni siquiera sabemos dónde estamos” un gruñido por parte del tipo, vaya la pedantería de Afrodita estaba comenzando a agradarme. “Eso me hace llegar al siguiente punto, ¿En qué lugar estamos? Es casi la misma época y ustedes llevan ropas medievales, además, este debe ser una especie de castillo” en ese momento note los muros de piedra.


“Claro, claro. Le responderé lo que quiera. Sólo una última pregunta. Me ha dicho sus nombres, pero no quienes son…”


“Así que lo noto. Bien, supongo que lo sabría de todas maneras. Somos caballeros de Athena.”


“¿Caballeros?” el anciano parecía sorprendido.


“Athena es una Diosa Griega, pero no sé qué sea eso de caballeros” El hombre de negro sonaba un poco perplejo, quizá creía que le mentíamos.


“¿No saben de los Caballeros del Zodiaco?” sentí más que asombro, algo de temor en su voz.


“Lo que sé es que tienen una energía poderosa… ¿magia, quizá?” el anciano seguía calmado, pero se escuchaba profundamente intrigado.


“Magia… yo no le llamaría así, aunque podría ser… nosotros manejamos nuestro cosmos, la fuerza interior que viene del universo y podemos manejarla en diferentes planos para que se manifieste de diferentes formas… ¿ustedes? ...”


“Ya entiendo, es algo parecido a la magia. Este es el colegio Hogwarts de magia y hechicería” ¿Magia… hechicería? “Estamos en una parte de Londres cercana a Escocia.”


“Ya veo…”


“¿No lo duda usted?”


“No tengo por qué hacerlo, siento algo. Y no es el hecho de que su amigo de negro haya dejado como piedra a mi compañero, o el té apareciendo, así como así… aquí hay algo, en este lugar… lo siento.” Casi podía sentir el estremecimiento de Afrodita, el cual se notó en su voz.


“Profesor…” interrumpió de nuevo la profunda y seseante voz del hombre de negro “Creo que va siendo hora de que Potter se retire a la torre”


“¿Qué?” por primera vez desde que estaba ahí escuche la voz del crio, que debería estar cerca de la adolescencia o en ella ya que su voz denotaba ese estado entre dejar de ser niño y los quiebres de voz adolescentes. “¿Por qué?”


“Porque es hora de discutir por qué ha pasado esto y qué haremos ahora señor Potter, algo en lo que usted no puede ayudar”


“Pero Profesor Snape, yo estuve aquí todo el tiempo” el tono era por demás suplicante e indignado.


“Error mío…” el hombre de negro bajo un poco el tono.


“¿Profesor Dumbledore?” su voz sonaba suplicante.


“Lo siento Harry, pero el profesor Snape tiene razón, ya es hora de que subas con tus amigos a la torre” su voz era tranquilizadora, pero firme. En definitiva, sabia como hacer que los demás le hicieran caso.


Escuche como una silla era arrastrada abruptamente y unos pasos molestos se dirigían al sur.


“Buenas noches Harry” de nuevo el anciano, supuse era otra estrategia para calmar al chico.


“Buenas noches profesor”


La puerta se cerró. Todo quedo en silencio por unos segundos.


“Tendremos que averiguar cómo fue que llegaron aquí…” el anciano suspiro.


“Puedo sentir una energía emanar de ustedes similar a la que despedimos los magos, si estaban en el medio de una explosión de este tipo de energía quizá hubo un choque entre esa energía y la magia del director al hacer el hechizo convocador…”


“Eso Severus, es lo más posible…”


“Si, creo que fue así, estábamos en el medio de una técnica de un compañero y hemos escuchado su voz en latín, vimos una luz verde y Milo” hizo énfasis en mi nombre y casi juraría que sentí su mirada sobre mi “La siguió y fue cuando cruzamos su… ¿chimenea?... ¿Esas son llamas verdes?” Afrodita pareció percatarse en el detalle de que atravesamos fuego sin quemarnos… algo en lo que yo tampoco había reparado. No había tenido el suficiente tiempo de analizar esa situación, que por demás me parecía absurda e imposible. Quizá Saga nos mandó a su versión del infierno donde viviremos eternamente confundidos.


“Si entraron por ahí al crearse un portal entre las dimensiones, quizá se pueda hacer lo mismo, o por lo menos comunicarnos con alguien de allá, si la conexión sigue abierta… otra cosa seria si ya se hubiese cerrado.”


Escuche el sonido de la porcelana chocar entre sí, ¿De verdad alguien podía tomar el té en esas circunstancias?


“Bueno, bueno. Muchachos. No hay por qué alarmarse todavía” ¿Todavía? En serio esos eran los ánimos del anciano. “Tendremos que hacer lo posible y lo imposible también para intentar llevarlos a su dimensión. Por el momento deben descansar, el efecto del hechizo en tu amigo pasará pronto Afrodita… comprenderás que no puedo quitárselo ahora, debe de estar alterado después de escuchar esto y después de todo este es un colegio, hay muchos alumnos aquí y no los pondré en riesgo a pesar de que no crea que representan algún peligro, no dejan de ser extraños”


“Claro…” sentí una mirada sobre mí.


“Pasarán esta noche en la enfermería y mañana que nos hayamos despejado y calmado, intentaremos que se vayan de la misma forma en que llegaron” hubo un pequeño silencio “Ahora permítanme llevarlos allá y hablar con Madame Ponfrey sobre su situación”


“Mañana todo Gryffindor sabrá lo que paso y si lo sabe Gryffindor lo sabrá todo el castillo Director, mejor hablaremos con Potter, si es que esto no se soluciona pronto habrá que tomar medidas al respecto, los padres y el Wizengamot estarán ansiosos de saber que hemos traído aquí a dos desconocidos los cuales no sabemos si siquiera sean magos”


“Oh pero Severus, hay algo de magia en ellos, si no, sólo verían ruinas”


¿Ruinas?


Lo siguiente que supe después de que el anciano dijera Levicorpus fue que flotaba sobre el suelo y me movía cerca de ellos. Pasamos pasadizos, pasillos, corredores, todo parecía tétrico, las pinturas roncaban y algunas murmuraban, las armaduras parecían tener vida y vigilarnos, cuando cruzamos un rellano sin techo, vi las estrellas y la luna, por lo menos, parecían seguir siendo las mismas que siempre contemplé.


Llegamos a otra habitación de techo extremadamente alto y sentí que me dejaban en algún lugar apartado del piso, si esa era la enfermería debería ser una cama.


“¿Pasa algo Director?” la voz de una mujer me sobresalto, parecía que tenía carácter.


“Ah, madame Pomfrey” su voz era tan jovial que me helo la sangre, escuche un gruñido detrás.


“Albus… ¿Qué es esto?” escuche unos pasos y vi un dedo apuntarme como si yo fuese un objeto repugnante.


“Ellos son mis invitados esta noche” ni siquiera se inmuto ¿Es que acaso le pasaban cosas así muy a menudo?


“¿Invitados? Espero me des más explicaciones que esa, o en mi enfermería no se quedan” vaya… que mujer tan interesante.


“Claro mi querida Poppy, vamos a tu despacho” más pasos que se dirigieron a mi derecha “Severus hazles compañía en lo que regreso, Afrodita puede ponerse cómodo” ¿Hazles compañía? Claro, como no, tan ameno que se ve el tipo, seguro ahorita nos cuenta chistes.


El tiempo paso en silencio, escuché un rechinido a mi izquierda y supuse que sería Afrodita tomando lugar en una cama. Nadie hablo hasta que los pasos y las voces del anciano y la mujer malhumorada se escucharon de nuevo.


“Mañana Albus, quiero este asunto resuelto para mañana. No quiero a ninguno de mis estudiantes en peligro.” Sentencio la mujer con un tono que no aceptaba reproches.


“Y no lo estarán Poppy, te lo aseguro” la mujer gruño. “Vamos Severus, debemos descansar para poder dar con la solución mañana” dar con la solución ¿Qué es esto la lotería? “Afrodita, Milo, ustedes también deben de descansar, los veremos mañana. Antes de irme ¿Afrodita desea usted algo de comer?”


“Eh… no, gracias” que educado parecía.


Los pasos se escucharon de nuevo y una puerta se cerró, todo quedo en silencio unos segundos.


“Ya que son los… ‘invitados’ de Albus, estaré disponible en mi despacho por si desean alguna cosa.” Escuche gruñidos de nuevo y finalmente pasos.


“Se fue…” dijo Afrodita “Movió su varita alrededor de nosotros y siento una energía aquí, debe ser algo para que no salgamos” yo también la sentía “Por ahora no nos queda más que estar tranquilos, así que cuando se te pase el hechizo no quiero escenitas, hay que ser muy inteligentes Milo” la cama rechino de nuevo y lo vi a un palmo de mi rostro “Deja de hacer tonterías” de nuevo rechino el colchón, supongo se acomodó para dormir, aun así eso le llevo casi una hora, escuche sus ronquidos al lado y como si estos fueran un arrullo consolador de que no estaba ahí solo, me dormí también.




Continuará...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).