Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Santo por DanyNeko

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Día 26 del Fictober

Santo

“Ser Santo transmite la idea de mantenerse separado de lo impuro. La palabra hebrea que se traduce “santo” proviene de un término que significa “separado”. Por eso, lo que es santo se aparta del uso común y se considera sagrado, especialmente debido a su condición limpia y pura”

Yami leyó con curiosidad la lista que Yugi estaba recopilando para su tarea de literatura.
Según lo que había entendido, escogían palabras de una lista larga que la maestra les había dado, buscaban algunas definiciones, y con eso debían hacer una composición, ya fuese un poema, un cuento o un par de párrafos -con sentido- dónde utilizaran dichas palabras.

El pequeño se había quedado dormido sobre el escritorio de su habitación, con los brazos cruzados para hacerse de almohada, a un lado de la laptop que estaba utilizando para los deberes. Él, durante las últimas dos horas, había estado dormitando en la habitación del alma del menor, acostumbrado a retirarse mientras Yugi hacía sus deberes escolares, para no distraerlo o molestarlo, a no ser que Yugi pidiese lo contrario.

Eso último, sucedía con más frecuencia de lo que el espíritu se esperaría. Yugi parecía, según entendía por su nexo mental, ya bastante acostumbrado al sonido de su voz en cualquier momento y a sentir su presencia sombría repetidas veces durante el día; tanto así, que se sentía incómodo cuando esto se detenía durante cierto tiempo.

Yami pensaba que su dulce compañero no quería hacerlo sentir solo o despreciado, por eso buscaba involucrarlo en cada momento del día que podía. Era tierno y considerado de su parte, pero Yami no quería acaparar la vida de Yugi de ningún modo, su vida era suya para vivirla, no para desperdiciarla cuidando de un ser que a duras penas sabía algo de sí mismo.

Y aun así, Yugi encontraba la forma de hacerlo sentir importante y útil. De vez en cuando pedía su opinión cuando debía presentar un trabajo dónde diera una conclusión critica del tema, o si necesitaba preparar un debate, o una exposición.
En esas ocasiones, Yugi abriría su mente a él para que recogiera los conocimientos básicos del tema y luego le enseñaría lo que previamente había preparado para proceder a conversar sobre el asunto; o practicaría su exposición frente a Yami, lo cual era casi como hacerlo frente al espejo -como siempre aconsejaban los maestros- con el extra de que obtenía correcciones y comentarios para mejorar, así como de palabras de aliento y motivación que siempre le subían los ánimos.

Yugi había mejorado mucho en cuanto a presentaciones escolares desde que él y Yami eran más unidos.

Y a Yami le encantaba poder ayudar a su protegido de cualquier forma que pudiera. Adoraba las sonrisas que Yugi le obsequiaba cuando lo alentaba y/o tranquilizaba ante y durante sus presentaciones.

Mientras pensaba en eso, el destello dorado del rompecabezas del milenio llenó la habitación cuando cambió de lugares con el estudiante. Yugi ya estaba usando el pijama mientras hacia los deberes, así que no tenía que cambiarlo, simplemente bajó la pantalla de la computadora, desconectó el cargador y recogió los útiles que había en el escritorio en una pila ordenada antes de apagar las luces.

Había escuchado los pasos del abuelo por la casa había más de media hora, por lo que el hombre ya debería estar durmiendo a pierna suelta.

Miró por unos segundos la, ahora espectral, figura de su pequeño protegido, en la misma posición sobre el escritorio, sin haber notado el más mínimo cambio. El pobre debía estar muy cansado.

Yami sabía que bastaría con meterse en la cama y volver a cambiar para que Yugi pudiera descansar su noche cómodamente… pero no pudo contenerse.
Tomó al adolescente en brazos, cuidadosamente, sintiendo su aura en lugar de peso entre sus brazos. Amaba el aura dulce y brillante de su aibou, era sencillamente tranquilizante y arrulladora.
Caminó hasta la cama, retirando las sabanas con una mano antes de acomodar al oji-amatista y recostarse él mismo en el lecho.

Esto iba más de un paso más allá, de simplemente mirarlo mientras dormía, pero no pudo luchar contra sus deseos esta noche. Yugi no lo sabría. El pequeño no recordaría nada de esto a menos que mirase directamente en la mente de Yami. Él podía permitirse este pequeño capricho.

Se acomodó y acomodó al menor en un abrazo, acurrucándolo contra su cuerpo. Dejó escapar un suspiro de placer mientras cerraba los ojos y dejaba que la luz de su adorado protegido lo envolviera y le diera esa paz que tanto lo arrullaba.
Admiró el rostro durmiente del menor, tan tierno, tan inocente, y no perdía su encanto aun luciendo traslucido. El movimiento automático del subir y bajar de su pecho, aun cuando no le hiciera falta en esa forma… y el modo en que se acurrucaba instintivamente hacía él.

¿Qué no daría por saber, aunque fuese una noche, lo que era acurrucarse junto a su luz? ¿Poder ambos compartir el calor y la comodidad de un abrazo?

Debía ser magnifico.

Pero un deseo tan lejano e inalcanzable. Ellos no podían tocarse realmente, más allá de estar dentro de sus habitaciones del alma, y sí bien las sensaciones allí eran mucho más intensas y significativas, el deseo de contacto físico siempre estaba ahí.

“Se aparta del uso común y se considera sagrado” recordó sin querer, de la tarea de Yugi, mientras lo observaba “su condición limpia y pura” pensó que esa descripción iba muy bien con su hikari.
Un ser de luz, una luz tan limpia y pura que podría compararse con el mismo sol si quisiera, y debería ser venerado por el simple hecho de existir y compartir esa luz indiscriminadamente.

Algo que debería estar completamente fuera de su alcance, él, un ser de sombras y lleno de preguntas sin respuestas.

Aun así, Yugi lo quería a él, más de lo que Yami podía comprender, y eso lo hacía el ser más feliz del mundo, saber que su luz lo quería con él.

“Estar contigo, siempre” se habían dicho.

¿Qué podría haber mejor en el mundo que vivir disfrutando de la luz, las sonrisas y la atención de Yugi?

Notas finales:

Contador de palabras: 1.026


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).