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Let me let you go. por Alixia

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Me gustaría decir que ya no pienso en ti.

Que por las mañanas no apareces en mis pensamientos.

Las voces retumban en la habitación, unas más calmadas que otras, algunas cuantas risas y dramas merodeando por el lugar como si niños pequeños estuviesen jugando animados un domingo por la tarde. Corren y se divierten, Baekhyun es capaz de hacer un melodrama con JongIn y las discusiones no parecen tener fin mientras se acusan constantemente, los demás no se meten, mañana estarán mejor piensan, y YiFan solo observa por el rabillo de su ojo, quizás está un poco apartado y pocas palabras escapan de sus labios que disimulan una sonrisa torcida.

-¿No somos amigos?

Aquella chillona voz lo devuelve a la tierra, Baekhyun lo está mirando con sus manos en la cintura y un ceño fruncido pronunciado. -¿No deberías decirme?

-¿De qué hablas?- cuestionó curioso y confundido. -¿No estabas peleando con JongIn hace, no sé, dos segundos?-

Lo señala con el dedo índice, molesto. -¿Por qué ese niño de JongIn dice saber un secreto que yo no?

El pánico hizo que su mirada se desviará hacia el moreno que reía desvergonzado y simulaba decir lo siento con los labios; Ese mismo que días atrás le había causado un interrogatorio con una amenaza de por medio y la insistencia de un cachorro, quizás debería haberle cosido los labios cuando tuve la oportunidad.

-No es nada malo.- la mano del más alto agitando los cabellos, haciendo a Baekhyun bufar. –Algún día te diré, lo prometo.- miente.

Quiere contarlo de alguna manera, su garganta pica por las frases atoradas y el corazón enloquece, si tan solo se pudiera callar, nos van a descubrir, aunque sabe que no le dan mucha importancia a un asunto que creen perdido pero para YiFan, que se siente como en un interrogatorio sin fin, se imagina acorralado; Claro que son amigos pero ¿cómo decir aquellas tres palabras sin morir? Deseaba imaginar que era valiente y la confesión huía con tanta naturalidad, a veces correspondido, a veces todo igual que antes sin la incomodidad presente, aun así, en ocasiones el amor dolía y le costaba respirar.

Mentir que mi corazón no se acelera por ti

ni que tampoco mis ojos te siguen por la habitación

deseando el día que me notes.

Cada vez que lo veía y la atención se desviaba hacia él, creía que el sonido de su corazón lo delataría, aquellos golpeteos de un enamoradizo y tonto corazón que se ilusionaba con cada acción, incluso el cerebro con las innumerables razones por las que debía deshacerse de aquellos sentimientos no podía evitar estar pensando de más en él; en aquellas perlas negras que parecían adormiladas y el suave cabello despeinado como si hubiera estado dormido todo el día.

Era un típico cliché de un amor unilateral y perdido en la oscuridad de frases no dichas, recuerdos acumulados y acciones que transcurrían en su mente como una película, aquellas donde el protagonista imaginaba los escenarios con anhelos para negar con la cabeza y deshacerse de esos tontos pensamientos.

-Así que, te gusta él, eh.- habló el moreno, sentándose a un lado suyo en el césped. -¿No se lo dirás?-

YiFan se encogió de hombros. –Mantén la boca cerrada, JongIn, nadie tiene que saberlo.

¿Cómo es que habían cambiado sus sentimientos? No podía recordar la primera vez en que su corazón enloqueció al verlo y sus ojos lo vieron de otra forma más que un amigo con el cual compartir como los demás. Si había sido algo tan disimulado que no se dio cuenta hasta que se encontraba soltando suspiros pesados o si siempre había negado sentir algo por él incluso cuando su corazón se lo advertía continuamente.

Era la tonta telenovela de la cual no quería ser participe pero de la misma en la que se ganó el papel protagónico sin quisiera pedirlo; No podía negar que no era como si gustar de alguien fuera algo ridículo, sin embargo, nunca se había encontrado con una persona que le hiciera cambiar sus pensamientos y preocupaciones, le causaba cierta incomodidad y hasta vergüenza admitirlo en su mente. Quizás por ello guardó tan recelosamente el nombre de esa persona en una caja con llave.

Deseando que se quedará por siempre allí, escondido.

Pero quiero aprender a dejarte ir.

No puedo, mi cabeza no me escucha

Y el corazón se pone en mi contra.

Una mala película, posiblemente una comedía cruel, podía definirse así a pesar del dolor en su pecho. Aquellas lagrimas cayendo en negro, los pétalos rosados esparcidos por la habitación y su corazón rodeado de espinas que lo mantenían prisionero, condenado a un amor que no pudo ni será, el temor de que las personas lo supieran, perderlo y mirarlo desde lejos.

Las migas de una amistad no eran tan malas, si con eso lo tenía cerca.

Era patético, demasiado tarde para alejarse y evitar caer de lleno en el amor cuando miró aquellos ojos y lo atrajeron, unas simples palabras, tan cliché el asunto, final dramático y el chico que era rechazado por el chico malo, pero siendo sincero, no quería saber si había otro más en el camino de dagas y pesadillas, no quería saber si su corazón podría soportarlo. Verlo tan feliz con alguien que no era él.

Era un gran torbellino emocional, esas conversaciones simples que comenzaron a enamorarlo durante los siguientes días, tan ocurrente y encantador, tan serio y misterioso, fue algo inevitable cada vez más y más. Demasiado bueno para ser verdad, quería estar con él.

-Es serio.

Sonrió -Tiene una personalidad bastante fuerte.

-Nunca le da la hora a alguien.

-Por eso nunca le diré.- respondió.

JongIn se inclinó en el césped, a pesar de estar acostado mirando distraídamente a la gente pasar; -¿Qué te gusta de él? Osea, lo que te llamó la atención.

-Su actitud, quizás, es amable, pero tiene su carácter.

-Harían linda pareja.

Los pétalos son dolorosos,

nunca quise saber que era el amor,

creo que no soy fanático del querer.

Un pequeño cliché, pensándolo mejor, a YiFan no le disgustaba demasiado la manera en que la comodidad se apoderaba de ellos al hablar, reír a su lado y molestarlo lo suficiente para ver aquellas distintas expresiones, incluso cuando el silencio se apoderaba del lugar y no había palabras que quisieran ser dichas.

Me muestras una sonrisa.

Sacudes mi corazón

Y te marchas.

-Hey.

El chico voltea, una pequeña sonrisa en sus labios mientras levantaba una mano en forma de saludo. –Hey ¿cómo estás, YiFan?

-Bastante bien ¿y tú?

 

Sí, ellos estaban bien de esa manera, Chanyeol nunca debería enterarse. 


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