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Media hora por Aurora Artemiva

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Notas del fanfic:

Advertencia: contiene spiolers para quienes esten desactualizados de la tercera temorada (tomo 14 del manga en adelante)

Notas del capitulo:

Declaración: Shingeki no Kyojin no es de mi autoría. Todo es obra del maestro Hajime Isayama

Es un placer crear un fanfic con dialecto argento, asi que para quienes no lo comprendan, les dejo algunas aclaraciones:

-boludo: tonto.

-garchar: tener relaciones sexuales.

-maricon: gay.

-orto:trasero/culo.

-joda:chiste.

-agrandado:querer sentirse superior.

-chamuyar: engatusar, seducir.

-trompadas: lesiones fisicas.

-pelotudo: semejante a boludo, pero mas despectivo.

Si se lo mira con detenimiento, es fácil traslucir la gran semejanza que tienen tanto capitán como subordinado. Ambos, con muchas pérdidas, con muchas angustias, con muchas convicciones e ideales que los aferran a la lucha por una libertad sin condicionamientos.

Claro, así como se los puede ver tan similares, también se los puede ver antagónicos.

Eren Jaeger es  pura impulsividad, un desenfreno de emociones y determinación latente. Vamos a lo obvio, es solo un chico de 17 años actualmente y todo aquello va acorde a su edad; pero tales características se moldearon con el pasar del tiempo, de las expediciones, y  con la muerte corriendo tras suyo a gran velocidad. No mide consecuencias, se entrega por completo al instinto y así termina el boludo.

Levi Ackerman carga con pesares y responsabilidades que decide enterrar en lo más profundo de su consciencia, a modo de poder seguir día a día y no arrepentirse de ninguna decisión; se libera en campo de batalla, deja que lo consuman sus demonios más violentos y regresa a su estabilidad emocional y psíquica. No es fácil, obviamente no lo es. Aprendió a ser calculador, frio y estratega gracias a su difunto amigo Erwin a quien le debe demasiadas  cosas.

El tema es que Erwin pudo hablarle de política, de guerra, de vida; hasta de prostitutas hablaron, pero nunca llegaron a conversar sobre lazos afectivos entre las personas. Y Ahí estaba el problema, porque ahora, a dos años ya de tener a Eren bajo su custodia, le era demasiado difícil descifrar la razón por la que el mocoso vivía dentro de su cabeza.

Se dio cuenta de ello cuando Eren fue secuestrado por Kenny, porque si bien le preocupaba las condiciones en las que estuviera, también sintió  un dolor de cabeza de la puta madre todas las noches al estar preocupándose demasiado; como si el chico fuera uno más de las filas del escuadrón cuando en realidad era un titán cambiante capaz de defenderse a sí mismo.

Pero, no dejaba de ser  Eren, y eso conllevaba su ingenuidad, impulsividad y terquedad. Todo eso era capaz de matarlo como también de salvarle la vida.

Lo conocía. Lo conocía muy bien. Con mirarle los gestos adivinaba sus estados de ánimo. Si esquivaba la mirada, sentía culpa o frustración; si la confrontaba era por orgullo o pasión. Si no contestaba era porque sabía que todo iba a pudrirse. Si maldecía era porque no podía aguantar la situación en la que estuviera; y de esa forma Levi podría seguir dando características de Eren.

Ellos eran opuestos muy parecidos, tanto que a Levi comenzaba a gustarle eso. Y cuando se encontró a si mismo teniendo ganas de compartir más que una relación capitán-subordinado con el chico, se rió de sí mismo. Era alguien grande como para flasharla con un hombre 15 años menor, responsabilidad suya y encima un amigo; porque con Eren ya hasta había forjado eso: una amistad. La verdad es que no le preocupaba la situación, sabía comportarse y con el tiempo lograría dejar de pensar en él. Igualmente tendría que dejar de hacer chistes con doble sentido, porque si bien hay confianza entre ellos para joder así, Levi un día no va aguantar y puede terminar arrinconándolo en la pared del cuartel.

Era cuestión de olvidarse de él.

Y dentro de cinco meses va llevarse a cabo la expedición más allá del mar. Una misión bastante compleja, así que para ese entonces, planea tener sus sentidos bien agudizados y sin distracciones, como lo hace ahora mientras está sentado en el piso de la terraza del cuartel, como lo viene haciendo cada vez que Eren le pregunta sobre sexo.

 Es de noche y el cielo destella vida, luces, y logra no pensar en Eren durante más de dos horas. Lo está haciendo muy bien.

-Capitán

Ya no le fue tan bien.

Ni siquiera escucho cuando abrió la puerta  de allí, ni mucho menos sintió sus pasos.

-¿Qué paso Eren? Es de madrugada, se supone que tenés que estar durmiendo. Mañana  Hangie experimenta con vos bien temprano-y eso fue mas una orden que un comentario.

-Vengo hacerle compañía un rato- se sentó al lado suyo, con las piernas extendidas y los brazos como soporte, igual a él.

Ese salto de órdenes ya era común entre ellos. Cuando estaban solos, podían olvidar los rangos de jerarquía y compartir charlas, experiencias, secretos y hasta alcohol.

-Media hora y te vas- no iba dejar que lo desautorizara por completo, jamás.

Lo miro a los ojos por primera vez en ese cruce de palabras, y notó que el chico traía un semblante consternado, algo raro en él. Por más que volteara a ver las estrellas, era obvio que su cabeza estaba volando aun más lejos. Estaba evitando el contacto visual y eso ya era una señal.

-¿Qué pasa que estas así?

-La pregunta es, ¿qué le pasa a usted?, se esconde como una rata los días que intento sacarle charla sobre su vida sexual- Levi no contaba con que el otro también lo había estado analizando durante todo este tiempo.

No, no iba dejarse envolver.

-Yo no tengo por qué hablarte de eso. Si lo que querés es contarme alguna experiencia tuya, ahórratela. Ya sé lo que es garchar con una chica-esperaba, con eso, detener el interrogatorio de Eren.

-Ja, ni que me gustaran las chicas.

El chico miro de reojo a su capitán, quien disfrazó su asombro con desinterés.

Y claro, a Levi se le prendieron mil alarmas por dentro al notar una mirada profunda por parte del otro.

-Mira vos, terminaste siendo todo un maricón- se burló para ignorar la descargas eléctricas que le recorrían la espalda. Eso era emoción, eran ganas de encararlo y ponerlo a prueba.

-Que loco, ¿no?- el chico giro su cuerpo para hablarle- pensé que usted iba a querer comprobarlo. Por como mueve sus dedos, noto que está ansioso.

Eren ya no iba soportar tampoco la constante cercanía de Levi sin hacer una locura, sin romper las barreras que por ley estaban impuestas y más todavía en la condición de ellos. Pero, como casi siempre le sucedía, actuaba por impulso.

Se levanto del suelo bajo la atenta vista del otro para quedar apoyado contra el borde de la terraza. La incertidumbre lo carcomía, necesitaba enfrentarlo, y por cómo reaccionó el contrario, sintió que iba por buen camino

-¿Qué es lo que lo pone ansioso, Capitán?- le fue imposible no dar una media sonrisa al preguntar eso. Esa noche iba engatusarlo de una forma u otra.

Levi se reprendió mentalmente por sentirse a gusto con ese juego. Se maldijo internamente por encontrar seducción en esa sonrisa.

 No, no iba a pasar por alto el régimen militar el cual respeta en todas sus líneas.

-No te conviene manejar fuego de esa forma, Eren-ya estaba  a solo dos pasos del otro, y lo peor fue que no se dio cuenta de cuando se paró.

 No debía enredarse en tal peligro.

-Usted no le tiene miedo a quemarse, y yo soy demasiado impulsivo como para pensar en las consecuencias.

Levi ya no supo qué hacer cuando sintió el cuerpo contrario acortar esa distancia aun más. Carajo, lo tenía demasiado cerca, podía sentir su aroma, su respiración a centímetros de su cara, sus ojos atravesándolo con deseo. Esa actitud temeraria le despertó un lado enfermizo.

No, no iba pasar por alto las normas ni el cargo que la corte le dio sobre Eren.

-Sabes muy bien que esto no es lo correcto-le costaba hablar, el olor del otro era sofocante. Tenerlo cerca era sofocante-yo no puedo ignorar mi puesto ni vos el tuyo.

El mocoso fue rápido para agarrarlo por la cintura y cambiar lugares, dejándolo apoyado contra la frialdad del barandal, y el otro tuvo que sostenerse del borde para no quedar del todo expuesto. Ese borde de concreto bajo sus manos se parecía al borde de su sensatez, porque estaba a punto de yacer hacia el lado contrario.

-Con todo respeto, Capitán…- tomó su quijada para que lo mire; no se le iba escapar-métase sus excusas en el orto.

Fue en aquel momento que comprendió la razón por la cual Eren vivía dentro de su cabeza: el chico no le tenía miedo, lo encaraba, era capaz de no pensar en su reputación y eso hizo que lo pusiera a mil por hora. Lo enfermaba de ganas, de ansiedad, de gusto y de pura calentura.

 Eren no supo si el oxigeno se consumió por la sorpresa del momento o si fue por los labios del capitán, que actuaban con vehemencia recorriendo los suyos. Reconoce que el sabor es bastante agradable, siente los fluidos mezclarse con los suyos y ya no sabe donde comienza la anatomía de su boca, porque Levi no para de adentrarse aun mas en esa cavidad. Ni siquiera fue necesario entre abrirle los labios para meter su lengua; ya estaban a completa merced del otro, moviéndose al compás de quien lo besa.  Siente como lo toman por la nuca y la cadera para girar y quedar contra la baranda. Eso lo pone más energético todavía, porque estaba esperando ese arranque desenfrenado por parte de Levi desde que comenzó a seducirlo.

-Tu cuerpo me pone ansioso, Jaeger-no dudo en apresarlo con los brazos, dejándolo sin salida mientras aspiraba la esencia de su cuello. Le dio una satisfacción divina el olor a productos de limpieza; casi parecía que el chico fue preparado para la situación.

Esa confesión fue suficiente para que Eren decidiera actuar. Deslizó las manos bajo la campera de la Legión e hizo presión en los hombros contra sí; quería sentirlo más apegado, quería sentir su temperatura por sobre la ropa.

No llego a poder hacer más debido a la pierna intrusa que se instalo entre las suyas. Eso ya era deleite puro, y tuvo que controlarse para no quedar en evidencia de que era un mocoso caliente por los espasmos involuntarios de su cuerpo.

El gran problema fue cuando Levi descendió a su cuello, repartiendo besos hambrientos y moviendo suavemente la pierna. No pudo con tanto, comenzó a dar suspiros entrecortados, cargados de gusto y se dejó hacer, recostando el torso sobre el borde de la muralla para darle mayor acceso a seguir besando, a que bajara por su pecho, a que se anime de una puta  vez a ir más lejos.

Gozaba, se dedicaba a gozar. Por primera vez estaba teniendo este tipo de contacto con su superior y se asombró de lograrlo a la primera. Eso significaba que no era el único con ese tipo de pretensiones, y lo dejo feliz ese pensamiento. No pudo evitar reír de agrado.

-Si tan ansioso lo pongo, mejor bajemos al sótano- la forma en que sugirió aquello fue de total entrega, ya no podía esperar más. Con solo escuchar el ruido de los besos que Levi daba se le inflamaba la sangre, lo quemaba.

-Te estás mandando al frente vos solo Eren-rió  mientras escurría una mano por su cadera para apegar sus partes bajas-se te hace difícil controlar esto ¿no?

Era obvio a qué hacía referencia, si su erección no hacía más que palpitar por sobre la ropa.

-Pero para mala suerte tuya, vas a tener que bajarle a las ganas-detuvo todo tipo de movimiento, al igual que los besos por su piel-Te dije que solo media hora, y ese tiempo ya paso.

Dejo de aprisionarlo y se alejo de su cuerpo, no sin antes acercarse a morderle el labio inferior a Eren quien lo miraba con los ojos entreabiertos por el placer.

Tenía que ser una joda, no podía acalorarlo así y después borrarse.

-¿Es en serio? ¿Lo va dejar a medias? No se haga el agrandado, yo también sentí como se calentó- y no era mentira, la erección de Levi también había golpeado contra él

Estuvo cerca de seguir reprochándole mientras el otro se alejaba para adentrarse en el interior del cuartel. Iba a cruzar la puerta para seguirlo, pero recibió una respuesta alentadora

-Chamuyame un poco mañana y vemos donde termina esto-comenzó a bajar las escaleras, dejando al subordinado a solas que lo miraba desde la puerta de la terraza.

Eso significaba que le daba permiso de seguir con el juego, y no iba dejar pasar las oportunidades que se le presentaran para volver loco al capitán de excitación.

-¡¿Vio que yo no era el único maricón?!-grito sabiendo que Levi había bajado solo algunos escalones. Podía llegar a escucharlo. También sabía que podía escucharlo alguno de la tropa, algún guardia de turno nocturno. Su sonrisa no cabía en el rostro por animarse a tal atrevimiento.

Seguramente el capitán iba hacerlo sufrir por aquello.

Levi detuvo su andar, se echo a reír por lo bajo y Eren no supo si esa leve risa que escuchó era de diversión o de puro cinismo.

-Te voy a cagar a trompadas mañana en el entrenamiento, pedazo de pelotudo.

Sí, el chico tendría su segundo intento al otro día.

Notas finales:

Espero les haya gustado y estoy abierta a todo tipo de críticas. 


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