Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Blue Rose ~MALEC~ por Herloz_Kristallaugen

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este es el primer Fanfic con el que volví a escribir...

Le tengo un hermoso cariño y espero les agrade tanto como a muchos en su momento.

 

 

 

 

 

 

 

Notas del capitulo:

Este es un fanfic MALEC.

Los personajes pertenecen a Cassandra Clare, pero la historia es completamente de mi autoría.

 

Ojalá les guste.

 

 

 

 

 

 

 

...

 

 

 

No podía ser su peor día porque sabía que si lo decía en voz alta, las fuerzas del cosmos se burlarían de su persona y se esforzarían por ser aún peor.

Casualmente el momento en que salía increíble, estupenda e irresistiblemente vestido (y más aún, por no dignarse a manejar cuando sabía lo llevarían a casa) la tarde noche se venía abajo, justamente por que en esos momentos, a las 7:45:38 de la noche, había decido comenzar a llover.

 

 

 

 

 

Hasta cierto punto era inverosímil pues en su nada largo tiempo de vida, jamás había tenido tan mala suerte como ese dia:

 

 

Su adorable y a veces malvado e infernal gato, el encantador Presidente Miau, había dedicado su mañana a destruir su mas preciosa tasa de café (con líquido en el) sobre la alfombra persa NUEVA que acababa de comprar...

 

El arreglo de su hermosa y costosa gabardina de Valentino había sido retrasada en demasía (pero incluso él admitia que al diseñador se le había pasado por alto el no colocarle glitter a la prenda); su cabello no había quedado del color que lo había planeado y su asistente había salido de viaje, por lo que, a su mucho pesar, tuvo que pisar la oficina medio día...

 

Ahora como si todo eso no fuera suficiente, de camino a la fiesta que tanto esperaba ese fin de semana pudo notar como esta se comenzaría a ver opacada por la inminente lluvia que ahora caía queda, pero sin duda amenazaba con ser una tormenta. Igual, la fiesta no era al aire libre, pero:

Como perfecto idiota que ahora parecía, CLARAMENTE no llevaba una sombrilla.

 

 

 

 

 

 

 

 

—Todo lo que me pasa por ser endemoniadamente guapo— Sí... Era el rey del drama.

 

 

Nada le costaba llamar a alguien para que pasara por él, pero... La prioridad era refugiar esa carísima gabardina y su delicado ser de la lluvia. Corrió lo más lejos que pudo y se escondió bajo lo que parecía un amplio, grande, seguro  y principalmente SECO techo de entrada a un jardín.

Se sacudía sólo las pocas gotas que se habían atrevido a tocar su bello y (obvio) egocéntrico ser, para finalmente dirigir la vista a su alrededor y ver por dónde sería el camino más corto a casa. Sí, ya no quería llegar a la fiesta.

 

 

Para su sorpresa al estar maldiciendo a todo lo que pudiera ser maldecido, su mirada se posó en el jardín detrás suyo. Increíblemente aunque eran finales de la temporda de invierno, staba lleno de enormes hortensias, que formaban increíbles y bellos arbustos de colores blancos, verdes, malva, púrpuras y rosas.

Había una bella fuente y lo que parecía un pequeño lounge de esos de gente rica que no tiene nada que hacer para disfrutar de una tarde que claramente no era esa. Sin duda, era una casa de ricos lejos de su amado Brooklyn, pero no dudaba del exquisito (aunque algo vintage -por no decir rústico o viejo-) gusto del decorador.

 

 

Pero de entre todos esos bellos arbustos, pudo ver más cercano a él, unos rosales que amenazaban con abrir apenas el frío se fuera.

Para variar de blancos colores... Sin embargo, su vista fue redireccionada en automático por una muy bella (y afortunadamente cercana) rosa de color azul en medio de todo aquello. Y bueno... Magnus inalcanzable e indómito Bane, AMABA el color azul.

 

Sentía frío e incluso, el enojo de todo el dia pareciera haber desaparecido con tan solo admirar esa pequeña pero increíble flor. Se sintió como idiota, pero, aunque sabía que podría ser 99.99% probable que alguien llamara a la policía o los dueños lo acusaran de ladrón, se dispuso a intentar pasar su delgado (y sensual y trabajado y bronceado... recalcando este punto) cuerpo entre los barrotes, todo para alcanzar esa bonita flor.

 

 

Jodidos barrotes... 

 


Se sentían horrendamente fríos y su camisa de organza (porque obvio no iba a arruinar su gabardina) no ayudaba mucho a minorizar la sensación. Trataba de verdad entrar mas que el medio cuerpo entre los barrotes, pero estos parecían reírse de él en su cara...

 

 

 

 

 

 

—¿Se puede saber, más o menos que demonios tratas de hacer?— Genial. El momento en que debería dar cuentas de lo que estaba haciendo había llegado...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ese día había sido el peor de su corta existencia.

 

El había salido con SU hermano a un café... Y el muy idiota había invitado a su estúpida nueva NOVIA con ellos (si, le caía muy mal la chica). Y, no ocultaba ese sentimiento de molestia, pero le chirriaba la pelirroja desde el momento en que Jace había dejado de salir y entrenar con él en casa para pasar todo el tiempo admirando el arte de aquella niña de enormes e incómodos ojos verdes.

Decidió simplemente dejarlos en el café y retirarse a su exilio en casa (algo dramático pero podía culpar a su pubertad) por lo que decidió tomar el atajo a la entrada trasera de la enorme casa y evitar el inmenso interrogatorio de sus hermanos o sus padres.

 

 

Odiaba el frío y el estupido presentimiento de que podía nevar o llover en cualquier momento, le hacía entrar en peor humor. Y por obra del señor, comenzó a llover.

 

...

 

Siempre era bueno cargar un paraguas (sombrilla es sólo para la resolana y no para el agua y era algo que se había empeñado en aprender desde niño) y sin más siguió caminando por las ahora húmedas calles de la ciudad, en las que ya no había gran cantidad de gente y podría andar sin problema.

Eran cerca de las 8 pm cuando comenzó a apretar el paso a casa, pues el frío que comenzaba a sentir en la nariz y en las rodillas se estaba volviendo más que molesto. Rodear la manzana entera para llegar por el frente de la casa le parecía una soberana estupidez (nuevamente) por lo que procedió a sacar las llaves poco antes de cruzar la calle que daba a su jardín o al menos hasta que se quedó quieto.

 

 

Cerca de la entrada de la casa podía claramente observar a alguien tratando de entrar, pero... Si observaba mejor, no trataba de forzar la entrada o algo similar. Pareciera querer tomar algo. Se acercó un poco más, sin embargo sin cruzar aún. Y se percató de un muy extravagante gusto en ropa se impresionó de que no pareciera sufrir por el clima:

La parte superior de la vestimenta de ese "ladrón" pareciera más bien una segunda piel, algo traslúcida al ser una tela muy fina de esas que su hermana también adoraba comprar. Usaba unos increíblemente ajustados pantalones rojo quemado, con unas botas tipo militar en negro, y en brazo lo que pareciera ser un abrigo o gabardina (no hablaría de que pareciera que un unicornio vomitó purpurina sobre ella)...

 

 

Su cabello era de un tono oscuro, pero al estar de lado, podía observar pequeñas luces escarlata entre los mechones algo mojados. Bueno: Si era un ladrón, era uno que se preocupaba por su apariencia y quizá en demasía.

Podía pasar mirando al tipo por mas tiempo pero el mismo sabía que no era normal ver a alguien así. Optó al final cruzar la calle y como el mayor de los hermanos, decidió hablarle finalmente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—¿Se puede saber, más o menos que demonios tratas de hacer?— La voz de este salía algo más grave de lo normal, pero se encontraba tenso y nervioso. El chico en cuestión olía delicioso, y ver esa aparente espalda muy bien trabajada no ayudaba mucho.

 


—... Sólo trato de obtener algo de belleza de la naturaleza—

 

 

—...— Era la peor excusa jamás dicha.

 

 

—...— 

 

 

—... Y si tocas la puerta?—

 

 

—Dudo que le abran a un extraño, por muy guapo que sea este— Y humilde el joven al parecer...

 

 

—Pues yo soy el dueño de esta casa y te aseguro, guapo como dices o no, si necesitas algo justificable y sensato te puedo ayudar— Y maldito ese momento en que habló por impulso con esa enorme boca que siempre solía meterlo en problemas.

 

 

 

 

 

El de mechas escarlata se giró, dejando ver un muy atractivo chico de piel canela, y de ojos extravagantemente verdes con dorado enmarcados con unas pestañas rizadas (casi como si fueran los de un gato) y labios... Bueno.

Ellos prometían más que solo buenas noches... Sus facciones eran asiáticas (no lo decía por lo rasgado de sus ojos, pero) sin embargo, muy varoniles. Si no fuera porque estaba frente a su casa, habría suspirado quizá... 

 

 

Por su lado, el moreno veía frente suyo a un precioso chico de ojos azules cual celeste cielo y de cabello tan ébano como la noche: Wow... Esa combinación simplemente lo dejaba fuera de combate y más al ver que, aunque pareciera que su estilo era de un vagabundo o de alguien con ropa de segunda seguía siendo muy atractivo:

Usaba un enorme suéter tejido azul oscuro, con lo que parecieran ser agujeros (ENORMES) un pantalón gris con varios cortes en diferentes lados y tenis negros. A su lado sin duda, cualquier reafirmaría que era un vago... O más bien, él se arreglaba demasiado. Bueno, en realidad nunca es demasiado.

 

 

En fin, eso sólo resaltaba la belleza natural de aquel bello chico de largas pestañas y labios carmín. Su piel era pálida, quizá mucho, pero podía verse tersa y suave, como si alguien le dedicase tiempo aún si esa cara de amargado dijera lo contrario.

Su cuerpo, aún debajo de esos andrajos podía adivinarse trabajado y en forma, y, aunque fuera un poco más alto que él: Le gustaba mucho lo que veía...

 

 

 

 

 

—¿Hola?— El pelinegro le llamaba, pero de verdad: Wow... Esos ojos.

 

 

—Perdóname querido... Me perdí en ese inmenso cielo que tienes por ojos—

 

 

—... — La única respuesta fue un estúpido sonrojo.

No dijo nada más. El pelinegro pasó por su lado y abrió la puerta del jardín, tomando lo que ahora sabía buscaba ese chico. Le extendió la única rosa azul que existía en su jardín...

 

 

— ¿... Me la obsequias? —

 

 

— ... Esto es lo que tratabas de tomar si no me equivoco. Dudo que alguien con ropa de marca haya intentado entrar a robar—

 

 

—Si fuera a robar una mirada tuya, creeme capaz de lo que sea—

 

 

—... — No habíá nada que pudiese contestar a eso.

 

 

—Mi nombre es Magnus Bane, y es un placer invertir mi tiempo mirando tu ser—

 

 

—S-soy Alexander Lightwood... D-debo irme, así que toma, fue un placer haberte podido ayudar. Adiós— De nuevo le extendió la flor, porque no pareciera ahora querer tomarla a propósito.

El de ojos verdes tomo esta y sin dejar de mirarlo, aspiraba el aroma de la flor dedicando un soslayo de ebriedad. Y sin más, dijo algo que dejó helado y fuera de combate al de azules ojos.

 

 

—Dije que soy Magnus Bane y... Espero ser quien se adueñe de tu corazón— No le dió tiempo al pelinegro de reaccionar cuando ya tenía una tarjeta en la mano y en la misma, recibía un beso por parte del otro.

Sintió una descarga eléctrica y sin ser grosero, separó su mano de los suaves y cálidos labios del otro.

 

 

—D-Debo irme... —

 

 

—¿Me llamarás, cierto...? Para agradecerte por tan bello obsequio—

 

 

—No es... Necesario agradecer nada— Quería que la tierra se lo comiera y no lo escupiera.

 

 

—Lamento decirte que lo es, porque necesito una excusa para ver de nuevo estos, tus maravillosos ojos—

 

 

—¿Eh?—

 

 

—Lamento decirte que, es inexplicable la sensación de perderse en ellos...— El tipo no pareciera tener mentira o malicia en sus palabras, pero estaba seguro que era usual para él actual así de coqueto.

 

 

—... — Pero admitía que no podía ser cortante como con otros, si ese chico tan galante le seguía mirando con los brillantes ojos verde entre cerrados. 

 

 

—... —

 

 

—T-tú debes ser un Don Juan— Obviamente, Alexander idiota Ligthwood.

 

 

—Lo soy... Pero por ti, sería o dejaría de ser lo que quisieras—

 

 

—... Debo irme— No soportaba ese sentimiento de asfixia. Era demasíada emoción encontrada con su depresión previa como para no darse una ducha helada ahora mismo.

 

 

—Por favor... Dime que me llamarás— !Y ahora sonreía tan dulce! Era una burla de la vida.

 

 

—No lo sé...— Estaba comenzando a inquietarse porque aunque le gustaba la actitud del chico, detestaba no ser sociable ni tampoco ser agradable.

 

 

—... ¿Tengo una oportunidad al menos?— Lo que quisieran esos ojos, lo haría realidad, o se dejaría de llamar el Gran Brujo de Brooklyn Magnus Bane. 

 

 

—... Puede que— No sonaba convencido. Pero eso era un avance y el moreno lo agradecía. Necesitaba saber de él y ahora que había luz verde sin ser taaaaaaan insistente ni acosador... Quería saber cómo podia ganarse su corazón...

Notas finales:

 

 

 

 

 

 

 

Bueno... Esta es la reedición de mi primer capítulo y primer fanfic MALEC.

¿Les ha gustado?

 

Ojalá se tomen un momento para comentar y seguirme.

 

Mi perfil en Wattpad es: 

https://www.wattpad.com/user/Herloz_Kristallaugen

 

Ojala me sigan hasta el final.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).