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ORFANDAD (Lésbico, Época Victoriana) por Bessekai

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Notas del fanfic:

Saludo:

¡Hola a todos! ¿Cómo están? Ojalá todos se encuentren bien con el tema del coronavirus y espero sus familias estén muy bien también. Cuidense mucho. 

Espero por favor puedan dejarme sus reviews en esta nueva obra ya que las reviews son realmente muy muy importantes para mí y de verdad me ayudan mucho para poder continuar y mejorar cada día. Me interesa saber lo que piensan de mi historia, así que animense, las leeré encantada. 

En esta historia he puesto un gran esfuerzo y es en una de las que más me estoy concentrando actualmente. 

Mi historia también está disponible en Wattpad por si te interesa y por si quieres seguirme, publico siempre allí primero:

Mi Perfil en Wattpad: https://www.wattpad.com/user/Bessekai

Tiempo de actualización: Aproximadamente una vez por semana. 

 

 

 

La orfandad. Ese abandono triste y culposo que marca la vida entera de una víctima. Una pobre vida que es desechada a manos del destino, odiada desde sus inicios... una indigente y débil existencia que no tiene culpa de nada y aún así es aplastada por el desprecio y la indignidad. Esa pobre vida que sólo produce lástima, que con sus ojitos extraviados e inocentes busca un seno del cual nutrirse y no encuentra nada más que la añoranza de un pecho que jamás le alimentará. Estos niños crecen enfermizos y debilitados, algo vacíos, pero con esperanza. Esperanza de ser amados. Y también crecen con mundo. Ya saben muchas cosas, más de las que un niño debería saber. Son diferentes.

Las monjas a cargos de los críos los enseñaban como se les era indicado en la época antigua, debían de fomentar la disciplina, el orden y respeto. Según las normas de los recintos debían orar sagradamente y sin falta antes de comer, debían confesar ante el cura todas sus siniestras y malas travesuras y no tenían permitido decir groserías o los golpes serían dados en el nombre de Dios. Las monjas eran ciegas y mudas. Lo que pasaba en el Grace of God; Girl's Orphanage, se quedaba ahí.

El Grace of God; Girl's Orphanage (La Gracia de Dios; orfanato de niñas) fue fundado en 1842 por Andrew Gibbs, un alto ministro de la Iglesia Católica reconocido por sus grandes estudios de teología y obras dedicadas a los necesitados. Un hombre respetado, un salvador de la miseria y la corrupción humana. Él velaba por todas las niñas del Orfanato Grace of God.

Un invierno de 1861 dos almas gemelas sin ninguna relación fueron abandonadas durante el mismo mes de noviembre a tan sólo los 12 meses de nacidas. Fue una gran coincidencia de la mano del Señor, que decidió poner a estos pobres espíritus etéreos e inocentes en auxilio de la misma institución. Fueron bautizadas con el nombre de Mirabelle y Glory respectivamente. Sin apellidos, por supuesto. Sólo tenían la identidad falsificada que les había dado una institución religiosa, mas no la identidad real que le podrían haber dado sus auténticos progenitores.

Las dos niñas fueron amamantadas por nodrizas, sin embargo, la pequeña Glory fue las más gruñona de las dos porque sollozaba y se negaba a mamar la leche. Las monjas no sabían qué hacer con ella. La pequeñita parecía buscar un seno en específico con el que había estado acostumbrada. Lástima que ese pecho nunca más podría amamantarla. Glory estuvo a punto de morir cuando era bebé, como se negaba a comer, pero gracias a su instinto de supervivencia ganó y rápidamente se recuperó... todos en el orfanato creyeron que fue un milagro de Dios, que éste se había compadecido de la pobre bebé. Quizás eso fue. Nunca lo sabremos.

Mirabelle siempre fue más fuerte que Glory, desde bebé supo adaptarse bien a su situación de desamparo y mamaba sin cesar, inquieta por vivir. Las nodrizas tenían que despegarse de ella porque ingería con tal frenesí que parecía chupar la fuerza vital de las crianderas. Éstas le tenían cierto repudio a Mirabelle. La consideraban una bebé egoísta que de grande no iba a seguir buenos pasos. Además, Mirabelle era pelirroja y con esto era asociada a estigmas arcaicos e ignorantes que venían de la Edad Media. Después de todo, la ignorancia es la peor caída que pueden tener muchas personas.

El tiempo comenzó a pasar, Mirabelle y Glory fueron creciendo, cada vez iban definiéndose más en el mundo. Mirabelle seguía siendo fuerte, crecía sana y bella, mientras que, por el contrario, la pequeña Glory, rubia y de ojos azules, crecía un poco más lento pues era más enfermiza y más depresiva. Toda la atención era dirigida a la chiquilla Glory quien indefensa daba lástima y siempre Mirabelle era ignorada por mostrar asombrosa autonomía y vivacidad.

Mirabelle y Glory eran incompatibles a simple vista, pero al crecer, cuando adquirieron consciencia por primera vez, se hallaron con la contemplación curiosa y el rostro femenino e infantil de la otra. Entonces, en sus mentes ese fue el primer recuerdo que fue agregado. Otros niños, recordarían el rostro de sus madres o de sus padres... pero ellas sólo se tenían la una a la otra. Y se inmortalizaron respectivamente sus cabecitas. No pasó mucho tiempo hasta que comenzaron a hacerse amigas. Comían las dos, iban al baño juntas, ambas se peinaban su larga cabellera. Jugaban con otras niñas, claro, pero siempre eran un dúo y nadie podía separarlas.

A los 6 años hicieron su inaugural diablura juntas. Iban corriendo las dos, Glory seguía con paso torpe a la resuelta y ágil Mirabelle, quien por distraída chocó fuertemente con el trasero robusto y obeso de una vieja y muy malhumorada monja. Ésta con el bombazo de la pequeña perdió el equilibrio y cayó de cara al suelo. Para rematar se le rompieron los lentes. No hizo más de levantarse y girarse para agarrar el largo y ondulado cabello rojizo de la pobre Mirabelle quien intentó huir sin logro. La rabiosa monja dio un grito y con rapidez llegaron las otras hermanas quienes le ayudaron a llevar a Mirabelle a la sala de los castigos. Allí le aporrearía el trasero. Glory observaba desde atrás sin saber qué hacer y en un acto de amistad y de suma fidelidad gritó una insolencia que había aprendido hace tiempo atrás irónicamente de una de las monjas que, un día se golpeó un dedo del pie con la banca de la iglesia. "¡Por un demonio, monja horrenda!" Gritó sin pensar la arrebatada Glory. Se puso roja de la vergüenza y la culpa y sólo sintió el tironeo de sus rizos de oro mientras iba siendo arrastrada también a la misma sala que Mirabelle. Las dos ese día fueron golpeadas en las nalgas sin piedad. Entre lágrimas lloraron, muy tristes por lo sucedido, y fueron intensamente reprendidas, pero en el fondo estaban felices; habían sido castigadas juntas.

Luego, a los 7 años, Mirabelle fue obligada a ser cambiada a otra habitación por orden de una monja, quien decía haber notado un raro comportamiento. Resulta que ella había visto que las chiquillas habían estado demasiado tiempo juntas y tenían un "extraño" apego las dos. Temió que esto pasara a mayores, así que decidió pedir la autorización para que la niña se trasladara. Glory ese día lloró como condenada por su tan preciada amiga y les dijo que Mirabelle era como su mamá, que no la apartaran de ella, que se comportaría bien desde ahora y que nunca más haría cosas malas ni travesuras. Las monjas intentaron calmarla regalándole un peluche. Sin embargo, eso no fue capaz de tranquilizarla. No iba a cesar. Pasaron 2 días de total sollozo. Finalmente, Mirabelle fue regresada a la misma habitación. Todos se sorprendieron al ver que fue como santo remedio, Glory de nuevo estaba contenta y sin berrinches.

A los 9 años, Glory fue casi adoptada por un matrimonio de clase alta. El hombre, Mr. Henry, era estéril, pero decían las malas lenguas de las monjas que culpaba a su mujer. Se decidieron a adoptar porque aspiraban una hija y un hijo desesperadamente, ya habían apadrinado a un niño y buscaban a una niña que se pareciera a la madre. Glory era esa niña. La mujer era rubia y de ojos azules tal y como Glory. Esos días fueron espantosos para Mirabelle, quien lloraba y lloraba abrazada por las noches de Glory quien sollozaba perdida en lamentos también. "¿Por qué no nos pueden adoptar a ambas?" Se decían. A las dos niñas afligidas se les ocurrió un creativo plan. Glory actuaría tan mal en frente de Mr. Henry que éste decidiría no adoptarla y entonces no serían separadas. Esto les funcionó bien. Glory no fue adoptada por Mr. Henry. Comenzó a comportarse terrible en frente de él y éste concluyó retirando la solicitud de adopción. Así lo continuaron haciendo siempre cuando llegaba una solicitud de adopción para alguna una de ellas. Así el tiempo fue pasando y todas las demás niñas se iban yendo, iban siendo adoptadas y comenzaban una nueva vida, todas... menos ellas.

El tiempo continuó pasando como es natural. Cada día que pasaba ambas se apegaban más, la una a la otra, comunicando experiencias y descubriendo cosas dentro de ese insuficiente y limitado mundo que les brindaba el orfanato Grace of God.

A la edad de los 12 años descubrieron el amor que sentían. En un primitivo pensamiento sin haber jamás sentido el temprano amor, se tuvieron la una a la otra desde el día en el que nacieron y lo conocieron torpemente... ni siquiera sabían cómo llamar a lo que sentían. Habían escuchado de matrimonios, pero sólo entre hombres y mujeres. En la iglesia y en el entorno del orfanato (que poseía netamente una filosofía religiosa católica-cristiana) hablaban mal de los homosexuales, hablaban mal de los hombres que amaban hombres y de las mujeres que amaban mujeres. Decían que eso no era amor. Así que ambas jóvenes recién entrando a la pubertad no concebían qué podían estar sintiendo si estaban "mal", si todo eso era "carnal" y supuestamente no suponía sentimientos. Se sentían ajenas y no platicaban con nadie estas cosas. Pero ya a sus 12 años todo comenzó a tornarse diferente, eran totalmente autónomas porque desde niñas siempre habían aprendido a hacer sus cosas solas. Pero algo no encajaba. Las monjas las miraban de forma extraña, como analizándolas, les tenían los ojos encima... y las trataban desacorde a las demás. Con cierto menosprecio y distancia. Como si ya no les importaran.

Y todo cambió también cuando la pobre Glory fue violada... por un cura.

Glory fue abusada a los 14 años. Estuvo por meses abatida, cayó enferma y estaba con ojos agonizados. Nada la recreaba. La primera en saberlo naturalmente fue Mirabelle y gracias a eso todo cambió. Mirabelle juntó todas las ropas viejas, las mesadas míseras que había ahorrado desde hace años, la ropa de Glory y escaparon decididamente una noche de invierno del orfanato Grace of God con la ilusión de nunca más volver. De dejar ese fosco pasado atrás. Querían cambiar su destino para siempre. Mirabelle sabía que Glory era frágil y que podía continuar siendo abusada. Eran huérfanas, pero no tontas. Era hora de conocer el mundo real, al antiguo Londres y sus calles. A la vida en sí misma. Lo que no esperaban era... que la subsistencia ahí fuera fuese tan ardua. 

 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer! Por favor comenta qué te ha parecido este capítulo introductorio, ¡nos vemos en el próximo! 


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