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El funeral de mi padre por yuhakira

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Notas del fanfic:

Este fic esta escrito par participar en el concurso de la pagina en facebook SasuNaruSasu... puede que no cumpla con las normas, nunca habia intentado escribir un fic con esa tematica y esto fue lo que salio, aunque estoy bastante satisfecha con el resultado, aun si no cumple con las normas del concurso espero lo disfruten y les guste tanto como a mi. 

"Be my soulmate"... Por cierto el fic gano. 

Declaimer: los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto, yo los uso como medio de entretenimiento sin animo de lucro. 

Hoy es el funeral de mi padre. Murió ayer. 

Ya estaba viejo, por lo que cuide de él los últimos meses. Deje mi trabajo para hacerlo, se lo debía, el viejo lo dio todo por mí, y cuando me llamó no pude decirle que no.

Eso fue hace tres meses. Estaba atareado con mis cosas cuando el celular sonó, no conteste, estaba ocupado. Había sido mi padre, así que esa noche al volver a casa lo llame. Una fuerte toz salió de su boca. Cuando reconoció mi voz se alegró.

Hacía ya veinte años que me había ido de casa. No tengo hijos, no tengo tiempo para eso, pero si una esposa. Luego de cortar la llamada con mi padre, le comunique a mi esposa que iría a verlo. Ese fue el plan inicial. Como era de esperarse él no me había dicho todo, o mejor, no me había dicho nada. Hice el viaje en coche. Lo llamé para avisarle que iba en camino, que le dijera a mamá que yo llevaría la cena… entonces empezó a soltarse.

—No hijo, no estoy viviendo con tu madre, estoy en lo de tu tío.

Yo no tenía tíos realmente. Papá había sido hijo único. Más si hubo alguien a quien llamé y sentí como un tío durante mucho tiempo, tío Sasuke, papá estaba allí.

—¿A qué te refieres, porque no estás con mamá?

—Es una larga historia, te la contaré cuando llegues.

Sin embargo, después de hablar con él, como era de esperarse la llame a ella. Mi mamá no me dijo nada, sólo que estaba muy preocupada por él, no me dijo que había pasado, ni tampoco parecía disgustada. 

Recuerdo que hacía calor en el auto, abrí la ventana y encendí un cigarrillo. 

Ellos vivían lejos. Nunca quisieron salir de Konoha. Les ofrecí que vivieran conmigo, pero se negaron. “Tengo negocios que atender con tu tío”. Me dijo mi padre una vez. Viejo loco. Le dije que debía dejar de trabajar, pero era una maldita máquina, no dejo de hacerlo, sino hasta que el tío Sasuke murió, ya un año de eso. Cáncer, seis meses de dolor y a la tumba. Fui con mi esposa al entierro, pero no encontré a papá por ningún lado. La gente lo juzgo mucho por eso, pero en el fondo lo entendía. Sasuke era su socio, debió ser una pérdida muy grande, supongo que nunca pude entender cuánto lo fue.

Me costó recordar el camino a su casa. Siempre que volvía de visita no solía ir hasta allí. Sasuke me llamaba para saludarme, luego nos encontrábamos en el lago y nos dábamos un chapuzón, con papá por supuesto. Mamá nunca iba, a ella no le gustaba el lago.

Llegue a su casa después del mediodía. Como le había dicho lleve el almuerzo. Me detuve en un restaurante poco antes de llegar a su casa; dudé unos minutos en que comprar, sin saber lo que el viejo podría comer. Ramen… no, seguramente llevaba días sin comer nada más. Vegetales, decía el tío Sasuke, más vegetales. Eso fue lo que elegí.

Aún no empieza a llegar la gente a la funeraria. Estoy solo sentado en una silla. Estoy lejos del ataúd, pero, desde aquí puedo verlo. Da un poco de miedo. Tengo esa sensación de que algún momento va a levantarse. El silencio es abrumador. Siempre fue extraño estar en la misma sala con él y que hubiera silencio, siempre tenía algo que decir, alguna anécdota que contar, cualquier cosa. Hace unos minutos intente poner música con mi celular y uno de los encargados se acercó a decirme que por favor tuviera un poco de respeto. Olvide los audífonos en el auto que deje en casa, podría ir a buscarlos, pero podría encontrarme con alguien en el camino y todavía no quiero ver a nadie.

El médico había dicho que estaba bien. Dos días después de mi llegada fuimos a verlo. Él seguía tosiendo, una tos seca que parecía que le rasgaba el pecho. Una de las enfermeras se acercó y le dio algo de agua, nada más. Recuerdo haberme enojado, porque al verlo así, debieron atenderlo más rápido. Pero al entrar al consultorio la situación fue aún más ilógica. El doctor tomó sus signos vitales, le leyó el resultado de sus últimos exámenes, hicieron incluso algunos ejercicios respiratorios. Estaba mejor que yo. Me paré detrás de él frente al médico, escuche con atención, lo único que le dijo era que debía dejar de fumar. Papá no fumaba, nunca lo había visto hacerlo, me sorprendió cuando lo descubrí la misma noche que volví. Lo encontré sentado en la hamaca colgada en el balcón del pequeño apartamento, lo vi encender un cigarrillo. Se supone que yo ya dormía. Lo vi aspirar el humo con calma y luego expulsarlo con suavidad, después tosió. Me pareció escucharlo llorar, pero en realidad no veía su rostro, el que solía fumar era el tío Sasuke, de allí el cáncer.

El teléfono en mi bolsillo vibra y me trae a la realidad. Es mi esposa. Contestó por inercia, al escuchar su voz no puedo evitar que las lágrimas salgan, así que solo la escucho y respiro hondo cada que ella siente que habla sola. Viene en camino, pero no llegará sino hasta después del mediodía. Como dije antes, el viejo estaba bien, así que el que nos dejará fue toda una sorpresa.

Después de verlo fumar la llamé y le conté que no volvería hasta escuchar lo que tenía que decir el médico. Ya me encargaría del trabajo. 

Después de salir de la consulta volvimos a casa en silencio. Me detuve a comprar el almuerzo, vegetales obviamente, y al llegar empezó la discusión.

—Subamos por las escaleras —sugerí.

—Son siete pisos.

—Según lo que escuche del médico, puedes subirlos.

Su cuerpo era fuerte y robusto, no había ganado peso de más tampoco, su postura seguía siendo tan erguida como siempre, aún me sentía pequeño a su lado, como si todavía fuera un niño. Recuerdo que me miró orgulloso y empezó a subir a buen ritmo. En el tercer piso lo vi agarrar la barandilla para ayudarse, en el cuarto sus pasos se hicieron más lentos, a mitad del quinto se detuvo.

—¿Porque me llamaste? —le pregunté con la respiración entrecortada— Antes ni siquiera habrías pensado en tomar el ascensor.

—Tu padre está viejo.

—Apenas pasas los sesenta te ves mejor que muchos otros. Vuelvo y te pregunto ¿qué hago aquí?

—Soy tu padre. Hace meses que no vienes, quería verte.

—No tienes que fingir estar enfermo para eso.

—No finjo estar enfermo, tú insististe en llevarme al médico.  

Seguí mi camino delante de él. Luego de unos minutos me alcanzó antes de terminar los últimos peldaños del séptimo piso. Nos sentamos uno delante del otro en el comedor. Estaba agotado, yo más que él. No había subido esos siete pisos nunca en mi vida, ni siquiera cuando de niño venía a visitar al tío Sasuke. Él subía por las escaleras diciendo que me ganaría en llegar, y así era, llegaba antes que yo. Siempre culpe al hecho de que él arrancaba antes de que el ascensor llegara. “En el momento en que lo llamas el tiempo empieza a correr, lo pierdes tú esperando a que llegue". Papá llegaba unos minutos después, no subía corriendo, no preguntaba por el resultado, sabía que el tío Sasuke era quien ganaba.

Kakashi entró en la sala fúnebre y se sentó unos lugares lejos de mí. No se acercó al ataúd ni me dijo nada. Para cuando entro, yo ya había secado mis lágrimas. Tenía deseos de un cigarrillo, pero unos días antes le había prometido a mi padre dejarlo. Las manos me temblaban, no supe si era por la ansiedad o porque todavía no digería el hecho de verlo ahí.

El apartamento de Sasuke lucía igual a como lo recordaba en mi niñez. Había una habitación donde yo podía quedarme y esa también se mantenía igual. De las paredes colgaban los símbolos de la familia Uchiha, y algunos de la Uzumaki. En casa también solían haber símbolos de la familia Uchiha. El abuelo alguna vez me dijo, que eran la representación de la unión de las dos familias.

—Quiero que heredes el negocio familiar, Sasuke… —su voz se cortó un poco al decir su nombre, asumí que aún estaba agotado por subir las escaleras— él, como sabes no dejo descendencia, Itachi, murió muy joven también, eres el único que la puede heredar.

—Papá yo…

—Es el legado por que el tanto trabajaron tus antepasados, por el que nosotros trabajamos.

—Esa es la verdadera razón por la que quieres que esté acá.

—En necesario.

—Papá, todavía puedes mantener el negocio por no sé… veinte años más.

Una enorme sonrisa salió de sus labios, asegurando que no viviría tanto. No le preste atención, el médico había dicho que estaba bien.  

Luego de que apareciera Kakashi empezaron a llegar una a una las personas que lo habían conocido. Trató de ser amable, de sonreír cuando me hablan de lo buena persona que era, de su amor por la comunidad y lo mucho que había trabajo por todos. No me daba cuenta cómo la gente se iba acumulando, no hasta que me vi fuera de la estancia. Allí estaba Kakashi, me llamó a su lado y dude en hacerlo.

La noche anterior hable con él, con Kakashi, no mucho después de que el viejo muriera. 

Colocó su mano sobre mi hombro y presiono un poco, sin usar mucha fuerza, yo aún estaba en shock.

—¿Sabes lo que quería tu padre para su arreglo funerario? —me pregunto la noche anterior, cuando fue a ver lo que había pasado con papá. Sus palabras revolotearon en mi cabeza sin sentido. No había pensado en la posibilidad de que era yo quien debía hacerse cargo. Lo mire asustado, nervioso, no muy seguro de saber que hacer, por dónde empezar—. Tu padre quería que su cuerpo fuera enterrado junto al suyo.

—¿Junto a quién?

—Junto a Sasuke por supuesto.

La noche después de la visita al médico volví a llamar a mi esposa. Sentía que debía quedarme, aunque sabía que mi presencia no era realmente requerida. Aún era muy pronto para tomar las riendas de la familia, había estado huyendo de eso. El viejo y el tío siempre lo habían hecho bien por ellos solos, Kakashi, su mano derecha podría hacerse cargo, tal como lo había hecho el último año. Aunque él estuviera mucho más viejo que papá.

—¿Entonces por qué te quedas? —me pregunto mi esposa. 

—No lo sé, siento que no debo irme. Aún no sé qué pasó con mamá, y por qué está viviendo aquí. Todo en este lugar es del tío Sasuke, duerme a rienda suelta en su cama, fumando sus cigarrillos, bebé de su taza… Es como si viera al tío a través de él, incluso cuando hablamos me siento hablando con Sasuke.

—¿Crees que le afectó tanto como para volverse loco?

—Quiere que empiece a hacerme cargo de la empresa, no estoy preparado para eso, me gusta mi trabajo, incluso tú podrías hacerlo mejor que yo.

Adelante vacaciones para poderme quedar con él. A la mañana siguiente como los días anteriores y como los días venideros, lo encontré sentado frente al comedor leyendo un periódico con una taza de café, un periódico sobre economía, él solía leer las tiras cómicas y la parte cultural, Sasuke era él que leía la editorial sobre economía. Le pregunté si entendía algo de lo que leía, dio la vuelta a la página y dio otro sorbo a su café, mientras me decía que sí. No le creí. Luego del medio día se vistió, se enfundó en un elegante traje negro que lo hizo verse mucho más joven de lo que era. Me pidió que fuera con él a la empresa. Allí me encontré con Kakashi, y con Sakura, pieza primordial de su equipo. Seguía sin decirme nada acerca de mamá, todo lo que salía de su boca tenía relación, sólo, y únicamente con la empresa. Me mostró las instalaciones, el personal, las oficinas y el área de producción.

Fue extraño. No fue hasta que entramos en la empresa que volví a reencontrarme con él, con mi padre, el viejo loco que hacía reír a todos, riéndose de los chistes de sus empleados, dejándose alabar por las más jóvenes que se acercaban con regalos para él, mientras reía amablemente. Fue como si hasta ese momento no hubiera recordado su nombre, ni reconocido el dorado grisáceo por los años de su cabello.

—¡Naruto! —grito Sakura desde uno de los pasillos para invitarnos a tomar las onces. Caminaron uno al lado del otro, dando esa sensación de vieja amistad y camaradería.

Mamá me había contado una vez que ella estuvo enamorada en un tiempo del tío Sasuke, pero él por alguna razón nunca le prestó atención.

Sus ojos se iluminaron cuando llegamos al comedor y sobre la mesa un tazón hirviendo de ramen resaltaba llamativamente. No pude evitar reír a carcajadas cuando lo vi limpiarse las lágrimas de la emoción saboreando cada cucharada de ramen. Eran las cuatro de la tarde, pero no importaba, para él cualquier hora era buena.

—Actúas como si llevaras mucho tiempo sin comer ramen.

Su rostro perdido su brillo por un momento.

—No salgo mucho del apartamento.

—¿Y eso que tiene que ver?

—Le prometí que comería más que ramen, así que trato de que mientras esté en su casa cumplir su deseo.

—Tu padre teme que Sasuke venga en sus sueños y lo regañe por no comer nada más, así que solo come ramen cuando viene de visita.

Dijo Kakashi acercándose desde atrás de mi padre, quien tomaba la última cucharada de sopa en el plato.

Volvimos a casa después de eso. Y a medida que nos acercabamos era como si se volviera más taciturno y se refugiara solo en su mente.

Esa noche lo encontré de nuevo fumando en el balcón. No pude más y me acerque a él, me paré al lado de la baranda y encendí un cigarrillo para mí.

Después de la conversación de esa noche supe que no podía volver a mi vida anterior.

“Sasuke siempre estuvo a mi lado”. Fue la forma en la que empezó luego de que el humo abandonara sus pulmones y el cigarrillo en su mano se apagará. Vi el reflejo de la luna en sus hermosos ojos azules y sentí mi corazón encogerse.

El viejo estaba enfermo, pero no era una enfermedad física lo que tenía. Estaba esperando en el apartamento que su momento llegará, que pudiera partir, porque tenía rota el alma, su otra mitad se había ido y solo esperaba el momento de reencontrarse con él.

Luego de que Kakashi hablara conmigo sobre los detalles de su funeral pude llamar a mamá. La escuche llorar al otro lado de la línea, llore con ella, pero las lágrimas se silenciaron cuando le conté sobre los deseos de mi padre. 

A pesar de la unión que se había celebrado simbólicamente entre ambas familias, cada una, la Uchiha y la Uzumaki tenían su propio mausoleo. Lo correcto era que el cuerpo de mi padre terminara debajo de los abuelos, a su lado el de mamá cuando se uniera con él y al final el mío, dando terminación al linaje. Sin embargo él había arreglado todo antes morir, para que su cuerpo quedara justo al lado de Sasuke, como miembro de los Uchiha. 

Mamá no fue a la funeraria si no hasta muy tarde, después incluso de que llegara mi esposa.

“Nuestras familias siempre fueron muy unidas”. Una sonrisa complacida salió de sus labios antes de decir lo siguiente: “cuando tenía quince tu abuela me dijo, que antes de que yo naciera ya habían arreglado nuestro matrimonio. Ninguna de las dos familias espero que ambos fuéramos hombres, así que se olvidaron del asunto”. No pensé que fuera a mirarme a los ojos al decir lo siguiente: “ese mismo día, antes de que tu abuela me contara eso, yo… lo bese en las duchas. Ni siquiera espere a que él dijera algo solo lo hice y después me fui corriendo, estaba todo rojo y me temblaban las manos” Botó la colilla entre un tarro metálico que dejó a un lado de la hamaca y volvió a la habitación.

—Espera… ¿Qué?

Pero él no me escuchó. Esa noche pasé en vela, ni siquiera tuve forma de volver a mi habitación. Afortunadamente no fue una noche fría, me senté en la hamaca donde él se había sentado antes y allí me quedé. A la mañana siguiente cumplimos la misma rutina; él se tomó su café y fingió leer el periódico de economía. Luego del almuerzo fuimos hasta la empresa, esta vez Kakashi compartió más tiempo con nosotros y en la tarde Sakura nos buscó para darle un enorme plato de ramen. Esa fue nuestra rutina nuestros dos primeros meses desde que volví. Algunas noches mientras fumaba su cigarrillo a la luz de la luna, volvía y empezaba hablar. Nunca tuve la sensación de que hablara conmigo, tal vez recitaba su historia de memoria, tal vez le hablaba a la luna y yo solo interrumpía.

Las personas empiezan a mirarme extraño. He estado toda la tarde fuera de la estancia, saludo a las personas antes de que entren, pero no les sigo el paso. Kakashi me habló de los últimos detalles, luego me buscó para pedirme que firmara algunas cosas. Al final fue él quien se hizo cargo de todo. Papá había dejado todo listo, pero igual hacía falta que alguien vigilara los detalles.

Yo no sé cuánto dura un funeral, cuando vine al del tío Sasuke solo alcancé a llegar al entierro. Por ahora Kakashi me ha dicho, que el entierro no podrá llevarse a cabo si no hasta el día siguiente.

"Es difícil no acostumbrarte a la presencia de otra persona cuando estás con él todo el tiempo" Yo no podía entender eso, no sabía si era una justificación del porque sentía lo que sentía. 

De nuevo parecía que hablaba solo, o intentaba ignorar mi presencia. No contestaba a mis preguntas o a mis comentarios. "Cuando mamá me dijo que antes de nacer, querían que nos unieramos en matrimonio fue como si todo cobrara sentido en mi cabeza, así debía ser, era con él con quien debía estar". Pregunté una y otra vez porque se había casado con mamá, pero no tenía interés en responderme. "Aunque al principio fue muy difícil, siempre creyéndose mejor que yo. Era él quien debía heredar la presidencia de la compañía, lo merecía más que yo. Desde niños no hizo sino recalcarlo una y otra vez, luche mucho para que no fuera así…" 

"La guerra estalló después de graduarnos. Nos reclutaron a ambos, pero por cosas del destino terminamos en sitios diferentes. A pesar de todo lo que estaba pasando, tuve mucho tiempo para pensar, mucho tiempo para remplantearme qué era lo que quería en la vida… Itachi murió a la mitad de la guerra, fue enterrado con honores. No lo supe sino un par de meses después, no pude darle mi pésame a la familia ni a él. Le envié una carta, pero se que no fue suficiente… Él volvió antes que yo, volvió herido por una bala en el cuello, no dejó cicatriz, solo una marca roja" Estiró el cuello de su camisa y una marca roja se dejó ver. "Volví casi medio año después de él, con una herida en el cuello que no dejó cicatriz solo una marca roja… Hasta entonces él no había mencionado nada del beso que le di en las duchas, hizo como si nada hubiera pasado y yo no tuve otra opción que fingir lo mismo. Pero cuando volví, él me abrazó tan fuerte, que supe de inmediato que me había necesitado incluso más que yo a él".

Nos fuimos de la funeraria pasadas las nueve de la noche, cuando el lugar empezó a quedarse vacío. No supe a dónde ir, mamá se había ido una hora antes. Mire a mi esposa buscando su opinión. Ella esperó que yo tomara una decisión, pero yo seguía en estado de shock, con la cabeza confundida. 

Al medio día se sentó a comer. No había querido volver a la empresa los últimos días. Su cuerpo empezó a encogerse, no de forma literal, fue más bien como si su presencia se hiciera más pequeña, su voz se escuchaba más débil, y su espíritu se fue apagando. Almorzó y dijo que quería recostarse un rato en la cama del tío Sasuke. Llevaba puesta una de sus sudaderas, se abrazó a las cobijas y no volvió a despertar. No me di cuenta sino hasta muy tarde, cuando su ausencia se me hizo incómoda y el silencio abrumador. Lo mecí lo más que pude, lo llame por su nombre, lo abrace con fuerza pero no despertó. Me quedé a su lado mirándolo, me enoje de verlo tan tranquilo y apacible. Se atrevió a abandonarme cuando más perdido me sentía. Lo odie. Pero al escuchar la voz de Kakashi al otro lado dela línea me desmorone. No sé porqué fue al primero que llamé. Era un nombre recurrente en la historia de mi padre, había sido su cómplice en la pequeña y dura mentira que había sido su vida, pero fue al único que se me ocurrió llamar. 

—Vamos a un hotel —dijo ella.

Su voz interrumpió mis pensamiento. Estábamos de pie aún lado de la avenida. No había despertado en condiciones para conducir y en la mañana luego de salir del apartamento había caminado hasta la funeraria. No quería ir a un hotel. No quería ir a casa de mi madre y tal vez sentir lástima por ella, no soportaría verla con pesar, ella me odiaría si lo hiciera. No quería ir a casa del tío Sasuke, no quería encontrarme con su imagen en las fotos, la imagen de mi padre a su lado. Los recuerdos mezclados entre sí, el recuerdo de mi padre, el de toda la vida y el que se destapó delante de mí los últimos meses, desnudando su alma y la de Sasuke de forma tan cruda. 

—Sólo caminemos un rato ¿te parece?

Empecé a andar en silencio. Ella siguió mis pasos consciente del dolor que ahora acunaba mi alma. 

"Habíamos tomado la decisión consciente de hacer una vida juntos… Tal vez si hubiera dicho algo mis padres lo hubieran permitido, pero tuvimos mucho miedo, habían memorias que debíamos honrar y leyes tontas que seguir. Hasta entonces hubieron tres herederos, Itachi era el verdadero destinado a recibir el mando, la pelea con Sasuke eran solo juegos… peleas de niños, pero el maldito murió y condenó a Sasuke a sus deseos, y Sasuke… no podría juzgarlo, pero era su deseo seguir con su legado, y esa tonta ley dejada por ancestros tontos" 

Caminamos hasta que sus pies no pudieron más, me obligó a detenernos y a tomar una decisión, ella no iba a dar un paso más hasta que lo hiciera. Me abrazó con fuerza cuando me descubrió a punto de romper en llanto. 

Había heredado todo, ya había tomado la decisión de que ella se haría cargo, tenía más experiencia y más actitud para hacerlo. Kakashi estaría a su lado para apoyarla al igual que yo. El apartamento de Sasuke ahora era mío también, la fortuna de ambas familias. ¿Quien hace algo tan estúpido como dejarle todo a una sola persona? Solo mi padre haría algo así. No soy capaz de entender cómo pudo confiar tanto en mi, si ni yo mismo me tengo esa confianza. Pudo haber sido culpa, pero la herencia de Sasuke está desde hace un año, yo no lo sabía, supongo que él esperaba el momento de ponerme a prueba de ver mi valor. 

"Un aliado muy importante de la familia son los Hyuga, por orden de nacimiento el siguiente en heredar la compañía sería Sasuke. Para dejarla debía contraer matrimonio". Volvió a mirarme, como si en su corazón se repitiera ese mismo sentimiento: "él de cierto forma era diferente a mí, él no podía soportar la idea, a pesar de querer cumplir los deseos de su hermano. El tener que ceder ante una condición tan… no, no podía, y yo tampoco podía ver que lo hiciera". Desde que empezó su historia, fue la primera vez que sentí deseos de llorar. "Decidí tomar su lugar, aún en contra de sus deseos la convencí de que se casara conmigo, todo porque no quería verlo con alguien más, todo porque eran una reglas tontas" 

Volvimos al apartamento. No había comido nada desde que ella llegara. Me preparo un sándwich y comimos a las luz de la luna sobre la hamaca. Ella me abrazo y pronto se quedó dormida, yo no pude conciliar el sueño. 

"Se enojó como era de esperarse, pensó que lo había traicionado por el control de la compañía, pensó que mi único deseo era tener todo el poder de la familia, no fue hasta que se dió cuenta que perderíamos todo que se puso al frente, y que me creyó que todo lo había hecho por él. De esa forma podía cumplí los deseos de su hermano sin obligado a casarse… y cuando naciste, porque debía haber otro heredero… él… se enamoro de ti". Rompió en llanto, porque a pesar de amarme, Sasuke no pudo perdonarlo, me crío como si fuera un hijo suyo también, siempre pendiente y al tanto de mi, me apadrinó bajo su brazo, todo porque era hijo de quien amaba. 

Luego de dejarla en mi habitación, entré a la que hasta el día anterior había ocupado mi padre. Me senté en la cama en la que había muerto. Sobre el armario encontré una foto de los tres. Mi padre detrás de los dos, a una distancia prudente, mientras Sasuke sostenía mi pequeño cuerpo entre sus brazos. Usaron la compañía para mantenerse uno al lado del otro, pero yo terminé convirtiéndome en un vínculo mucho más grande. En la foto encontré la marca de la herida de bala en Sasuke. No había deparado nunca en ella. Era una marca idéntica a la de mi padre, por no decir que la misma. Llegué a pensar incluso, que aún si hubieran querido separarse del todo, no habrían podido hacerlo, el destino no lo hubiera permitido. Al final solo la muerte pudo hacerlo, por eso el afán de mi padre por morir, por volver con él, lo único que quería era estar a su lado, así fuera en el otro mundo. 

En la mañana no alistamos para el entierro. Salimos directo para el cementerio, una hilera de carros con coronas en sus frentes inundó la vía principal hasta la entrada. Kakashi había dispuesto sillas alrededor del mausoleo. Esta vez trate de no saludar a mucha gente, por fortuna respetaron mi deseo. Nadie hizo preguntas de porque se enterraba un Uzumaki en el mausoleo de los Uchiha y lo agradecí. No se si a mamá se lo preguntaron. Se sentó a mi lado con una dignidad que le envidie, de sus ojos no salieron lágrimas, aunque expresaban mucho dolor. Me pregunté si lo había sabido siempre o si solo hasta que padre se había ido de casa lo supuso. Cuando se lo dije, que sería enterrado en el mausoleo Uchiha, no pareció sorprendida aunque tampoco creo que lo esperara.

“Aunque le insistí durante mucho tiempo, que me permitiría amarlo, él  se negó, nunca me negó su compañía a su cariño, pero no me dejo amarlo de la forma en que los hombres se aman, le ofrecí incluso romper mi matrimonio con tal de que me diera la oportunidad de recuperar su amor”. Me gustaba cuando me miraba, sólo entonces tenía la sensación de que si era a mí a quien le contaba su historia. Pero no iba a responder mis preguntas, por que por más que fuera sangre de su sangre, no tenía derecho de juzgar su amor, o su vida. “Nunca estuve seguro de si realmente me amo, nunca lo dijo con palabras, pero incluso tú debes saber que nunca estuvo con alguien, que nunca se comprometió con nadie, ni su cabeza se distrajo con alguien más. Aún si no lo decía, lo podía sentir en la forma en la que me miraba, en la forma en la que me escuchaba y prestaba atención a lo que decía, aún si era una estupidez, incluso en su forma de regañarme y discutir. Todos sus actos para conmigo estaban llenos de amor, su destino estaba a mi lado, y él lo aceptó. Fui yo quien cometió errores, fui yo quien estuvo dispuesto a perderlo, y ahora que no está, lamento haber tomado decisiones sin tenerlo en cuenta”

El sacerdote dijo sus palabras, y un grupo de hombres, yo incluido, levantamos el ataúd. Sería la última vez que lo vería. No pude evitar llorar. El féretro descansa por un momento frente al lugar vacío donde permanecerá para siempre. Lo miró, su rostro plácido, feliz. Soy consciente de que ya no está ahí, que donde sea su espíritu está con él. Puede que esta vez sasuke no se niegue a querer a mi padre, y le dé la oportunidad de por primera vez ser feliz a su lado, comos siempre debió ser. 

Un llanto desconsolado se escucha detrás de mí. El ataúd finalmente entra en el espacio vacío. A su lado, el ataúd de Sasuke se deja ver antes de que los hombres del cementerio tapen con cemento la barrera que nos separará para siempre. Me di vuelta y los brazos de mi esposa me recibieron. Mi madre se levantó en silencio y atravesando las personas salió de mi vista. Después supe que había estado en su auto llorando. Kakashi y Sakura me abrazaron también. La gente empezó a distanciarse después de unos minutos, en un silencio incómodo. Trate de que mi llanto no fueran más que susurros. Al final me quedé solo. Observe el mausoleo ya cerrado, el nombre de mi padre no será puesto sino hasta dentro de unos días, por ahora, sólo el nombre del tío Sasuke puede verse, el de sus abuelos, sus padres y su hermano. 

“Te quería como un hijo, tu felicidad era prioridad para él, y sabía que parte de esa felicidad era que me vieras feliz con tu madre. Después de que murio me fue difícil cumplir muchas promesas que le hice en silencio. El peso de mis errores me destruyo. Su partida, tan prematura como fue; me abrió los ojos. ¿Como podria darte felicidad hijo, si yo nunca lo fui?, sólo lo era a su lado, mientras me dirigía esa sonrisa sólo a mí, mientras tenía palabras amables solo para mi”. Sus palabras retumban en mi cabeza mientras intento ponerme de pie. Debo irme, volver con mi esposa, cobijarme bajo su brazo y dejar que sea ella quien me proteja. “No pude ir a su entierro, el dolor de mi alma era muy grande como para pensarselo, había perdido mi mitad, a quien mi vida había sido destinada desde antes de nacer. No tuve el valor para despedirlo, no después de haberlo visto luchar por su vida, de pelear con garras y dientes contra una enfermedad cruel y desgarradora. Me mostre fuerte ante él. Sino llore frente a él fue porque no quise que se sintiera peor de lo que ya se sentía. Quise mostrarme fuerte para darle valor, aunque cada día moría con él. No soportó estar más en esta tierra sin él. Nada de esto tiene sentido, la empresa, la familia, todo perdió su valor con su partida. Pero en honor a su nombre y sus deseos, en honor a mi que soy tu padre, tu deber es heredarlo todo, y velar porque nuestros nombres y deseos sigan vivos en nuestro legado. Muchas familias dentro de esta comunidad dependen de eso. Kakashi está pronto a jubilarse aprende de él todo lo que haya por aprender y hazte cargo, será tu carga ahora”. 

Hoy fue el entierro de mi padre. Murió por que la mita de su alma se fue antes que él y no lo soportó. Era un viejo loco, loco de amor.

 

Notas finales:

Espero lo hayan disfrutado, un abrazo para tod@s, espero leer sus comentarios. 


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