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Estafadores por Pikacha-sama

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen son de Kishimoto.

 

Notas del capitulo:

¡Holis!

Este es un pequeó one-shot que dividé en varias partes y un epílogo.

¡Disfruten!

Estafadores.

NaruSasu.

 

[1]

 

Sus nombres debían ser el concepto perfecto de la palabra estafador; era su escuela, su origen y su personalidad. 

Sasuke no recordaba un momento en que sus senderos no hubieran sido así. Desafortunadamente, sus padres fallecieron cuando Itachi tenía apenas 15 años, a partir de ahí todo cambió.

 

— Hermanito...

 

—No estoy de humor, Itachi.

 

—Este tipo te encantará... — no hacía falta decir nada más, su hermano ya había encontrado a su próxima víctima.

 

— ¿Nombre?

 

— Es complicado.

 

Antes de cometer una estafa, ambos tenían mucha precaución con su victimario quién era seguido por varios días por alguno de los dos; por fortuna Sasuke sabía mucho sobre programación, un hacker para muchos, pero aquello quedó en su adolescencia. El menor acechaba ingresos, egresos e información.

 

— Una presa fácil de gran cuantía económica.

 

— Piensas pasar al siguiente nivel...

 

Por un segundo Sasuke quitó la vista de la lectura del libro. Estaban en la habitación de un hotel de lujo, hace apenas unos días que Itachi tomó la decisión de cambiar de alojamiento. Una semana en que no le dejó salir de la habitación, asegurando el perímetro por completo; habían dado nombres falsos en la recepción. Demasiada precaución.

 

— Necesitamos esa cantidad.

 

—¿Estamos en números rojos? — preguntó tratando de no mostrarse impaciente. Estuvieron dos largos meses de vacaciones y sabían que tenían que regresar a Japón pronto; su última víctima parecía no haber caído del todo en sus encantos.

 

—Tom Riddle te busca — el loco de las serpientes, le dio un escalofrío de sólo recordar a ese tipo.

 

—¿Cuál es el siguiente paso? 

 

— Desaparecer.

 

—¿Nombre?

 

—Weasley Naruto.



[2]

 

Sasuke lo miraba con suave disimulo por arriba de la laptop. El estereotipo básico de un yanqui: rubio de ojos azules, 190 centímetros, abdomen plano, músculos marcados, piernas tonificadas... y esa cara de idiota. La perfecta víctima ¿cuántos millones habrían en su cuenta de banco?

 

Estaba sentado en la terraza de su habitación, mirando hacia el área de la piscina, tenía alrededor de una hora admirando el cuerpo de su siguiente atraco. 

 

Verificaba su cuenta bancaria a través de Internet y no tardó en dar con lo que quería exactamente; eran bastantes millones.

 

—Un pez grande ¿eh, Itachi?

 

—¿No te interesa ver la mercancía desde cerca? — se posicionó a su lado, observando la cantidad de ceros que más le interesaba.

 

—¿Un yanqui japonés? — preguntó con burla, ese bobalicón estaría a sus pies en menos de un cantar.

 

—¿Demasiado fácil para ti?  — dijo con sarcasmo. Sasuke siempre subestimaba a los demás, pero para ser su hermanito a quien siempre había protegido estaba demasiado seguro de sí mismo.

 

—Demasiado dobe para ambos —aclaró sin apartar la mirada del monitor.

 

—Podríamos hacerlo más difícil — lo tentó captando su atención.

 

—¿Qué tienes en mente?

 

—Una sana competencia — confesó con una sonrisa “made Uchiha”.

 

—No hablarás en serio… —Itachi era el más maduro de los dos,, sin embargo, se daba la oportunidad de divertirse. Sabían que pasaría un tiempo en que volvieran a ir por un alguien de más alto prestigio, era hora de volver a Kioto y visitar la tumba de sus padres. Pronto se cumpliría un año más de su muerte.

 

El recuerdo de un niño de diez años le pasó por la mente y decidió despejarse, lo mejor sería aceptar la propuesta de Itachi ¿qué era lo peor que podía pasar?

 

—¿Tienes miedo a perder?

 

—¿Podrás seguirme el paso, nii-san? — cuestionó con cierta burla, después de todo se llevaban cinco años. Itachi rondaba los treinta; ¿podría con la competencia?



[3]



¿Qué personaje interpretaría su hermano en esta ocasión? Ninguno de los dos había dado el primer paso para tener contacto con el rubio. Eran cautelosos, pero no era como si su víctima diera muchas oportunidades. 

 

Se comportaba como un torpe, Sasuke lo observaba atentamente y no le quedaba más que confirmar la cara de idiota que tenía. Lo miró tropezar tres veces ese día ¿qué era? ¿un niño? Según sus datos bancarios, tenía 25 años, sería fácil atraerlo con su belleza.

 

Su víctima era muy buen nadador, lo más probable es que en su adolescencia estuvo en algún club o alguna clase extracurricular. 

 

Caminó alrededor merodeando a su presa sin mirarlo directo, sólo de reojo. ¿Cuál sería la mejor manera de acercarse a él? Llevaba un short azul y una camisa de manga corta, nada extravagante, pero ya llamaba mucho la atención su belleza asiática. A pesar de que era el centro de interés de varios hombres, Weasley no le había dedicado ni un segundo y eso le pegaba directo en el orgullo.

 

Estaba planeando su siguiente movimiento cuando alguien más jugó su carta.

 

—Somebody help him! — gritó una mujer por el otro lado de la piscina.

 

Naruto ni siquiera lo pensó antes de avanzar entre en medio del agua hasta adentrarse a los más hondo. Giraba hacia varias partes buscando su objetivo, la gente se acumuló por el otro extremo donde se había escuchado el alarido. Por el clamor y el chapoteo supuso que alguien se estaba ahogando, a Sasuke no le quedó más que asumir el papel de víctima.

 

¡Maldito Itachi!, no hacía falta que lo mirara para saber que era él ¡eso era cliché! Pero sí así quería jugar su hermano mayor, le enseñaría porque se consideraba el mejor alumno.

 

—He´s my brother!

 

Habló con su acento inglés, corriendo hacia el escándalo, la gente se apartó al escuchar que era su hermano. El rubio no le prestó la menor atención, estaba inclinado sobre el azabache mayor dándole respiración de boca a boca ¡joder, qué buen actor! 

 

—Itachi! —gritó fingiendo angustia en su voz, mientras se arrodillaba ante la escena, una escueta lágrima escapó de su ojo izquierdo tocándose el pecho.

 

Era el tercer toque de labios que se daban cuando Itachi escupió el agua. Tosía tocando su garganta con demasía, sus ojos buscaron el enfoque de su hermano y brillaron de triunfo cuando Naruto se agachó de nuevo sobre él.

 

—Are you okay? — preguntó con un acento británico. No era un yanqui después de todo, tal vez un inglés acaudalado.

 

—Y-yo…

 

— Sorry, my brother doesn't speak English— confesó Sasuke siguiéndole el juego a su hermano; Itachi hablaba el inglés mucho mejor que él, pero quería quedar como un desolado asiático incomprendido que casi muere. —¿Estás bien? — preguntó fingiendo que lo revisaba, por un segundo no pudo evitar pellizcarlo por su atrevimiento. Itachi fingió no sentirlo y lo abrazó al borde del llanto regresandole el pellizco.

 

—Y-yo.. l-lo siento, Sasuke.

 

—Tranquilo, no pasa nada… — le dijo en medio del abrazo. El gerente se acercó entre el escándalo, uno de los empleados le llamó para controlar el gentío y prevenir problemas. 

 

—Señores, Sharingan ¿se encuentra todo bien?

 

—Sí, lamentamos las molestias señor.

 

—¡Eso no es verdad! Este joven se resbaló caminando por la orilla de la piscina, el piso de este lugar no es anti-derrapante y no evitó que el joven cayera sobre lo más profundo. Además…

 

Los dos hermanos se quedaron sorprendidos, Itachi había llamado la atención de Naruto por el reflejo de las gafas de sol que traía en ese momento, creando el ángulo correcto en el que sus lentes dieran directo en las azules pupilas de su víctima, ya tenía varios días tratando de ser el foco de su interés y tuvo que recurrir a otro tipo de medidas. 

 

Sasuke prestó atención a la escena, Naruto regañaba al gerente de la poca seguridad que tenía el lugar ¿Un caballero de armadura brillante? Era todo un estereotipo, ya tenía ganada esa batalla, Itachi caería antes de que se diera cuenta.

 

—Disculpe… —carraspeó interrumpiendo.

 

El rubio le sonreía nervioso, mientras se rascaba la parte trasera de la nuca.

 

—Lo siento, sólo que me molestó un poco que tu hermano no lo mencionara, puede que la próxima vez sea un niño…

 

—Muchas gracias por salvarme — susurró Itachi, al momento que Sasuke lo ayudaba a ponerse de pie.

 

—¡No hay de qué! 

 

—Tomaremos las medidas necesarias para que no vuelva a pasar señor Weasley.

 

—Nos alegra escuchar eso — murmuró el azabache mayor temblando levemente, Sasuke intentó no girar los ojos y apoyar a su hermano en todo momento.

 

Naruto no tardó en traer una toalla de la silla más cercana y atenderlo, incluso lo había quitado de sus manos, todo un caballero ¿no? El menor no dudó en arrebatarlo, pero de nuevo el gerente los interrumpió.

 

—Les ofrezco una disculpa, repararemos los daños. Quisiera ofrecerles una noche más en nuestro hotel con los gastos pagados como compensación.

 

—Por el momento sólo quiero llevar a mi hermano a descansar.

 

—¿No desea que lo revise un médico del hotel?

 

—No, gracias, creo que ya han hecho demasiado por él — soltó altanero tomando a Itachi por los hombros y apartándose de los demás, sabía que podía conseguir más que una noche gratis con el rubio de su parte. El gerente tenía entendido que Itachi era un prestigioso abogado de Japón, con ello asustaría un poco.

 

Ambos hermanos avanzaron por el hotel, evitando tener contacto con alguien más, a pesar de que Sasuke quería decirle que estaba jugando sucio, se abstuvo; todavía no estaban en la privacidad de su habitación. Mientras a Itachi le adornaba una pequeña sonrisa de triunfo.

 

—¡Itachi-kun, espera! — gritaron desde sus espaldas justo antes de entrar al cuarto.

 

—¿Naruto-kun? — preguntó con una falsa esperanza.

 

—Y-yo… disculpa, quería asegurarme que estuvieras bien.

 

—Estará bien, yo cuidaré de mi hermano...—sí, estaba sonando receloso, pero Itachi tomó mucha ventaja en un solo momento.

 

—Lo siento, no quisiera incomodarte…

 

—Sasuke siempre ha sido sobreprotector conmigo, no hay de qué preocuparse.

 

—¡Nii-chan! — exclamó con un pequeño puchero en los labios.

 

Los ojos del rubio se iluminaron un poco al ver a los hermanos e Itachi pensó que era cuestión de tiempo para que cayera en sus garras ¡cómo amaba la ingenuidad de los rubios! Ha decir verdad, podría asegurar que tenía una pequeña debilidad por ellos.

 

—Me gustaría invitarte a desayunar mañana, Itachi-kun, claro, sí a Sasuke no le molesta.

 

—Mi hermano necesita descansar — argumentó.

 

—Me encantaría, Naruto-kun — declaró Itachi haciendo con su cabellera un apreciable movimiento.

 

—Pasaré por ti a las diez — comentó con un sonrojo en las mejillas. Alzó su mano con un movimiento de despedida y desapareció justo por el pasillo que había ingresado.

 

Sasuke giró los ojos, mientras entraba en la habitación completamente frustrado con Itachi detrás de él. Naruto apenas le dirigió una mirada y su hermano ya tenía una cita ¿es que tenía que tomar medidas desesperadas?

 

—Estoy seguro que pronto unos cuantos millones pasarán a nuestra cuenta, ototo.

 

—Eso no lo dudo.

 

—¿A caso detecto celos?


—¡Es un usuratonkashi! — debatió cruzándose de brazos.

Notas finales:

Nos leemos por ahí.


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