Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hurto por addictyck

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

-Este fanfic es omegaverse.

-Es universo ninja pero cambiaré MUCHAS cosas.

-Y como última advertencia: es mi primer omegaverse. Y  sí, me leí las reglas. Pero las usaré a mi antojo. Así que si eres inflexible con ciertas cosas del omegaverse este fanfic no es para ti.

-Sí, en las advertencias está el Mpreg, considerando que es un omegaverse me pareció evidente que por ahí habría algún omega embarazado. Pero no quiere decir que la pareja principal tendrá cachorros. Escribo sobre la marcha, así que no prometo nada.

 

 

 

Algún lugar cerca de la aldea de la niebla

 

Para Naruto las cosas en su vida eran relativamente complicadas. A una edad temprana perdió a sus padres y tuvo que esforzarse en valerse por sí mismo. A diferencia de sus compañeros él no tuvo quién le enseñara los jutsus básicos y aprendió a punta de ensayo y error.

Contra todo pronóstico se graduó de la academia, luego de que se las arreglará para robar un pergamino de jutsus prohibidos. Era la primera vez en su vida en la que estuvo a punto de morir a causa de su estupidez, luego de que un ninja sociópata intentara matarlo después de engañarlo para quedarse con dicho pergamino. Desde entonces como nota mental decidió no meterse en más embrollos con pergaminos prohibidos.

Claramente, no puedes ser un ninja y evitar tener que ver con los dichosos pergaminos prohibidos. De hecho, para su desgracia los pergaminos de esa índole era su pan de cada día. Naruto ahogaba un bostezo, llevaba tres días sin dormir siguiendo la pista de un ninja escurridizo. Sus compañeros en cambio se encontraban frescos como lechugas.

El rubio cerró los ojos y los abrió de golpe al sentir un pinchazo en su cuello. Instintivamente se puso en alerta, pero bajó la guardia al ver a su compañera de misión a su lado guardando una jeringa en un estuche.

La chica, de cabello rosa y corto hasta los hombros le dedicó una mirada reprobatoria –No puedes olvidar tus supresores, idiota.

Los supresores eran sumamente necesarios a la hora de ser un ninja. De nada servía ser sigiloso si el enemigo era capaz de sentir tu presencia a kilómetros. La mayoría lograba controlar todo el lío de las feromonas, olores e impulsos al encontrar su destinado. Pero tratándose de Naruto y su mala suerte, no había podido encontrarlo.

El ojiazul soltó un suspiro suave lleno de frustración. Estaba escondido en un matorral, lleno de barro hasta la cabeza. Según los cálculos de su jefe de misión: Shikamaru Nara, el ninja debía pasar por ese camino en un promedio de diez horas. Diez horas, pero llevaban más de setenta y dos horas vigilando.

Shikamaru adivinando la frustración de su compañero le hablo por el radio transmisor –Parece que tus lamentos han sido escuchados. En guardia.

Efectivamente, no muy lejos del lugar una figura fue apareciendo. Era bajo y de cabello azabache largo, su rostro estaba oculto bajo una máscara. El escurridizo ninja detuvo su andar un segundo y miró directamente hacia el escondite de ambos.

Sakura fue la primera en hablar – ¡Nos detectaron! –Dijo antes de dar un salto de más de cinco metros.

El salto de la de ojos color jade fue a tiempo. Naruto sintió en su cachete un pequeño corte, giró la mirada. Unas agujas de más de treinta centímetros hechas de hielo macizo se clavaron en el suelo y en el tronco del árbol donde antes se hallaba su compañera.

La pelirosa aterrizó en el suelo y miró directamente al enemigo. El ambiente caluroso del lugar pronto cambió y en su lugar una niebla espesa los llenó – ¡Entrega el pergamino y no te haremos daño!

El ninja no respondió, lanzó más agujas de hielo. Sakura las esquivó con facilidad, frunció el ceño. Había algo que no encajaba en absoluto –Está distrayéndonos –Habló Shikamaru en el audífono –Continua esquivándolos ataques, Naruto a lo tuyo.

El rubio hizo un sello en sus manos –Jutsu multiclones de sombras –Murmuró para sí mismo. En ese instante, diez clones aparecieron debajo del suelo. Donde días antes junto con Sakura habían hecho túneles.

El plan era simple, la pelirosa estaría escondida junto con Naruto. Y ella mostraría el mínimo de su presencia alfa, lo suficiente como para que un ninja habilidoso sea capaz de detectarla. El ninja la atacaría directamente y escucharía que ella habla en plural. Tardaría segundos en darse cuenta que debajo de él hay diez presencias alfas y emprendería una huida. Los clones del rubio saldrían a su persecución. Antes de que haga un sello estará atrapado con el jutsu de sombras de Shikamaru que él realizaría a kilómetro y medio del lugar.

Tal como predijo su superior, en cuestión de segundos el ninja de máscara dejó de atacar y dio un salto alto. Los clones salieron a la superficie haciendo diez agujeros en el proceso. Pero el plan falló, en cuanto el escurridizo saltó empleó una técnica a una velocidad veloz  y el piso quedó repleto de una gruesa capa de hielo tapando los agujeros. Además de eso, varias paredes de hielo se crearon encerrándolos en el lugar.

Con el jutsu de sombras incapacitado por el momento, comenzaron el plan B. Atacar y seguir distrayendo al de máscara lo suficiente como para que Shikamaru se acerque y realice otra posesión de sombras desde el exterior.

No le tomo mucho esfuerzo al ninja misterioso eliminar todos los clones. Sakura hizo el siguiente movimiento, con una fuerza bestial rompió una de las paredes de cristal. Los cristales salieron volando hacia el norte generando pequeñas sombras por el suelo. Sombras que Shikamaru aprovecho para alcanzar al escurridizo.

Con el ninja atrapado la pelirosa se acercó para arrebatarle el pergamino, sin embargo este se desvaneció como niebla en sus manos – ¡Es un clon! –Exclamó enfurecida. Se giró instantáneamente en busca del real y no encontró más que trozos de hielo derritiéndose.

 Naruto había visto en una fracción de segundo como el ninja enmascarado se dividía, una parte iba directo a huir por donde Sakura había roto el cristal  y el otro, a una velocidad increíble salía de su propio jutsu.

Sin pensarlo dos veces, el rubio salió tras él. Por cada metro que lo perseguía, el otro se alejaba dos más. Frustrado, empleó su voz alfa –Detente –Proyectó, si tenía suerte aquél que perseguía era un omega.

El escurridizo se tambaleó levemente y disminuyo un poco su velocidad. Naruto sonrió victorioso, aún que no lo haya atrapado lo ralentizó  lo suficiente como para alcanzarlo.

El perseguido se rindió deteniéndose –Tus tácticas son patéticas – Murmuró.

El ojiazul lo alcanzó –No es tan patético si te has detenido –No alcanzó a ponerle la mano encima cuando la figura frente a él se desvaneció.

A su lado otra figura idéntica a la que perseguía segundos antes apareció –Te lo ganaste –Le lanzó el pergamino –Fuiste el único que alcanzó a verme una fracción de segundo.

Naruto tomó el pergamino sin poder creérselo. Miró donde estaba el verdadero ninja, pero este ya se había desvanecido. Guardó entre sus cosas el objeto, quería ver la cara de alegría de sus compañeros cuando les enseñara el pergamino.

Ambos compañeros aparecieron casi de inmediato –Otra misión fallida –Dijo su capitán de misión Shikamaru Nara –Que molestia –Exclamo mirando las nubes.

Y no era para menos, ellos no eran el primer grupo que iba tras ese ninja. En efecto, seis grupos más fueron tras él esa semana. Debían evitar que el escurridizo saliera de los límites del país del fuego. Todos y cada uno sin falta fueron burlados en sus propias trampas, ningún ninja ha logrado capturarlo y mucho menos robarle sus artículos de contrabando.

El rubio aprovechó la ocasión para alardear –No diría que es una misión fallida –Le guiño el ojo al azabache.

 –Déjame adivinar –Interrumpió la ojijade –No lo atrapaste pero de alguna forma le quitaste el pergamino. O mejor aún, te lo entregó él mismo –Dijo con sarcasmo.

Naruto la miró con superioridad y sacó el pergamino –Exactamente Sakura – Dijo el nombre de la pelirosa lentamente saboreando el momento.

Sorprendida le arrebato el pergamino de las manos –No puedo creerlo murmuró –Y por primera vez en varios días sus facciones se relajaron y salió a flote una sonrisa.

–Eso complica más las cosas –Dijo Shikamaru pensativo – ¿Un ninja que nunca ha fallado de repente entrega el pergamino por el que ha huido durante días? –Arrugó el rostro aburrido –O es una trampa o nos toma por idiotas, que fastidio.

El azabache le devolvió el pergamino al rubio –No lo abriremos por si se trata de una trampa, iremos al pueblo más cercano a mandarle un mensaje al Hokague con los avances de la misión. De paso buscaremos a un experto en pergaminos que vive allá para saber su contenido –Su voz se tornó más seria de lo usual –Si lo entregó tan fácilmente quiere decir que otra persona llevaba el verdadero pergamino y él solo fue el cebo. Independientemente de lo que esté escrito en el interior de este nos dará información sobre el enemigo indirectamente.

 

 

Aldea de la niebla

 

Naruto bostezó perezosamente, estaba en uno de los mercados más concurridos del lugar a kilómetros. Una vez llegaron al pueblo lo primero que hizo fue darse una merecida ducha, estuvo tentado a descansar mientras Shikamaru buscaba al informante. Pero se recompuso rápidamente al ver la cantidad de gente que se paseaba por el mercado, el rubio tenía la esperanza de conseguir a su destinado en ese lugar.

Técnicamente encontrar al destinado no es del todo difícil. Ambos individuos sienten una atracción inconsciente con los lugares que el otro suele visitar, solo es cuestión de tiempo para que ambos se topen. A esa búsqueda añade que se pueden oler a kilómetros así nunca se hayan visto en la vida.  Se dice que una vez detectas el olor de tu destinado entras en una especie de frenesí indescriptible, dicho estado varía ligeramente según la persona.

–Pero aun así –Murmuró el rubio con pesadez –Con tantos olores, todos tan distintos. Es imposible saber dónde está –Pensó desanimado.

Si su destinado era un ninja, espadachín o alguien dedicado al espionaje lo más probable es que se dificulte la búsqueda. Las personas llevaban siglos perfeccionando el arte de ocultar su naturaleza. Hoy en día era difícil diferenciar quién era alfa, beta u omega. A tal punto que algunos destinados solo se encontraban al cruzar directamente las miradas.

Se detuvo un segundo cerrando los ojos. La gente lo empujaba levemente al pasar, sin embargo no le dio importancia. Naruto anhelaba en lo más profundo de su alma encontrar a su pareja y formar una familia. Concentrándose en los olores podía oler absolutamente todos los civiles del lugar, a pocos metros localizó el olor a ramen y se le hizo agua a la boca. Sonrió ante la fantasía de encontrarse a su destinado en aquel local.

Sintió un ligero empujón en su pecho, abrió los ojos confundido. No había notado la presencia de alguien tan pegado a él. Un chico, unos centímetros más bajo que él se encontraba estupefacto. Un suave olor a pimienta empezó  a llenar sus fosas nasales. Como si se encontrara bajo los efectos de un genjutsu, vio como toda la gente del mercado se movía en cámara lenta.

El azabache que había chocado contra él levantó la mirada y lo miró directamente a los ojos. Las pupilas de ambos se dilataron a la vez que sus pulmones se expandían captando por completo el olor de cada uno. Sus ritmos cardiacos se elevaron y sintieron una subida anormal de chakra.

Los ojos del más bajo de repente se tornaron rojos y tres aspas aparecieron alrededor de sus pupilas. El rubio quedó con las palabras en la boca, tan pronto como apareció su destinado este huyó. Se giró para seguirlo, era capaz de ver el rastro que dejaba su olor. Corrió como pudo empujando la gente, lamentablemente el rastro desaparecía justo en medio del mercado junto a la fuente.

 –Un Uchiha –Murmuró anonadado –Mi destinado pertenece a un clan extinto.

El clan Uchija era uno de los clanes más temidos en la aldea de la Hoja. Se dedicaban directamente al robo. Desde objetos valiosos hasta información, los más prodigiosos del clan sumaban el homicidio a su lista delictiva. Eran tan buenos en lo que hacían que nadie sabía con exactitud la forma de las aspas de los usuarios del sharingan, pues según la leyenda cuando las veías segundos después estabas muerto. La gente que sobrevivía le tomaba años recuperarse.

Cualquiera que llevara ese apellido era por lo bajito un genio o en su defecto un ninja sumamente talentoso. Si a la edad de cinco años no mostraban poseer grandes habilidades eran asesinados por sus propios padres. Uno pensaría que tales actos de crueldad los llevaría a la extinción, pero irónicamente murieron a manos del clan Namikaze, igualmente extinto en una lucha que casi destruye la aldea.

Naruto saltó y salió con gran velocidad del pueblo. Se alejó lo más rápido que le daban las piernas, el frenesí que se apoderó de él era insoportablemente doloroso –Dejaste huir al omega –Dijo una voz en su interior – ¡No lo dejé huir! ¡Él escapó! –Le respondió en un grito a su voz interna.

 Saltó al árbol y pegó un grito de dolor proyectando su voz, llamando a su omega. El intenso dolor llegó a su pecho, justo donde el omega lo había tocado y se desmayó.

 

 

Regresó a la consciencia poco a poco. Una inmensa amargura lo llenó, recibir el rechazo de un omega destinado era un golpe duro –Te coloqué un sedante fuerte, pero no mitigará por completo el dolor –A su lado, su compañera pelirosa lo miraba con un deje de lastima. El rubio e reincorporó como pudo, seguía en el bosque a las afueras del pueblo

–Llévale el mensaje al Hokague, yo me encargaré del resto –Anunció Shikamaru apareciendo detrás de ella. Sakura asintió y de despidió de ambos.

El azabache se sentó junto al rubio – ¿Qué ocurrió?–Preguntó su jefe de misión –El pergamino no lo llevabas cuando te encontramos.

El ojiazul apretó sus puños frustrado –Mi destinado huyó de mí. Fui rechazado, chocó conmigo en el mercado. No sé qué paso con ese pergamino y sinceramente no me importa –Dijo con amargura  –Es un Uchiha –Agregó

El ojinegro lo miró asombrado –Eso sí que es problemático –Expresó –Parece que no nos queda de otra más que seguirle la pista a tu futuro novio, quitarle el pergamino que robó y arrástralo contigo hasta la aldea –Se acostó en el césped.

El ojiazul lo miró con brillos en los ojos a punto de llorar –Shikamaru –Dijo entre lágrimas – ¿Cómo haremos para encontrar a alguien que técnicamente está muerto?

El azabache miró con interés las nubes que pasaban lentamente en el cielo –No lo haremos, el vendrá hacia nosotros.

 

 

Notas finales:

Hellow

Eso fue todo por hoy

Muchas gracias por leer :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).