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100 Ways To Say I Love You por Shawol_5

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I’ll walk you home.

 

La primera vez que Choi Minho vio a Kim Kibum fue un lunes después de la escuela. 

 

El chico que al parecer tenía su misma edad estaba tirado en el sueño, con los ojos ardiendo y un par de chicos más alrededor de él. 

 

Minho suspiró, y dudó antes de acercarse un poco más. Realmente él no era el tipo que defendía a otros, más bien era del tipo que trataba de pasar desapercibido, pero algo le decía que se acercará, después de todo, ver a otra persona ser golpeada no era lo mejor por hacer. 

 

Y realmente no fue lo mejor por hacer, porque veinte minutos después ahí se encontraba, con un golpe en el ojo y un fuerte dolor en el estómago, pero al menos el chico estaba bien. 

 

Minho le miró entonces, sus ojos seguían ardiendo furiosos, pero unas lágrimas querían escapar, Minho suspiró. 

 

—Gracias, —el chico dijo— no tenías porque hacerlo, lo tenía controlado —el color rojizo en su, que pronto sería morado decía lo contrario, pero Minho cerró la boca. 

 

—Sí, bueno, a veces uno quiere jugar el papel del héroe. 

 

El chico rió y Minho sonrió al ver los ojos del chico hacerse aún más pequeños. Ahora que lo veía bien, sus ojos era como los de un gato, y su piel que parecía muy suave, era tan pálida, que Minho pensó en el papel. 

 

—Mi nombre es Kibum. 

 

—Soy Minho. 

 

Kibum se incorporó y tropezó, pero antes de caer, Minho le tomó por los brazos y lo sujeto contra él. Los gatunos ojos de Kibum le miraron directamente, y Minho pudo darse cuenta que los labios de Kibum tenían forma de corazón. 

 

Su corazón latió un poco más rápido, sólo un poco. 

 

—Te acompañó a casa —soltó de repente, y Kibum asintió antes de poder decir otra cosa. 

 

La casa de Kibum quedaba bastante lejos, Minho aún puedo recordarlo, también recuerda el fuerte dolor de brazos y las risas de Kibum, y si lo piensa bien, Minho cree que jugar al héroe algunas veces no es tan malo. 



It’s okay.  I couldn’t sleep anyway.

 

El ruido incesante de alguien golpeando puerta de su habitación, despertó a Minho. Bostezó y acarició sus ojos, mientras se incorporaba. 

 

Debía ser Kibum, quién más podría ser. Ellos habían decidido compartir un pequeño departamento ahora que estaba en la Universidad. 

 

Kibum había crecido bastante bien y atrás había quedado el chico que defendió años atrás. Ahora estaba un Kibum que reía fuerte, se delineba los ojos, y que aún hacía palpitar su corazón cuando estaba cerca de él. 

 

Minho bostezó de nuevo y se rascó el pecho, mientras caminaba hacia la puerta. La abrió y tras de ella, estaba un Kibum muy despierto, con el cabello color miel ligeramente revuelto y mordiendose el labio inferior. 



—No puedo dormir —murmuró, y mordió su labio de nuevo —y lo siento por despertarte, y sé que mañana hay clases temprano, y…

 

—Está bien, no podía dormir de todas formas. 

 

—¿Quieres tomar un poco té? Tal vez eso nos ayude a dormir —Kibum dijo y sonrió, de esa forma en que hacía que Minho le quisiera un poquito más. 

 

—Bien, pero quiero galletas también. 

 

—Hecho. 

 

Kibum tomó su mano y lo arrastró con él a la pequeña cocina. 

 

Esa noche no durmieron, pero a Minho no podía importarle menos, Kibum estaba riendo después de dos tazas de té y eso para Minho era suficiente. 



You’re warm.

 

Navidad era la época favorita de Kibum, el amaba usar guantes y gorros y siempre tenía esa sonrisa suave que le hacía sentir como en casa. 



Minho le miró desde el marco de la puerta, Kibum estaba sentando en el sofá, con una gran raza de lo que parecía ser chocolate en las manos, y las luces apagadas. 

 

Joder, su corazón latió como siempre lo hacía, como cuando Kibum le miraba o le sonreía, o cuando sostenía sus manos, o como cada cosa que Kibum hacía. 

 

Minho caminóy se dejó caer a su lado, para después recostar su cabeza en su regazo. 

 

—¿Qué haces? —Kubum preguntó, mirándole desde arriba, una suave sonrisa bailando en sus labios. 



—Tengo frío y tú eres cálido. 

 

Kibum rió, pero no lo movió ni un centímetro, en su lugar una de sus manos se enredó contra su cabello para después pasarlo suavemente de un lado a otro. 

 

—Feliz Navidad, Minho, te quiero. —Kibum sonrió y el corazón de Minho latió más rápido, como si hubiese corrido el maratón. 

 

—Feliz Navidad para ti también, Kibum. —Minho atrapó sus dedos y los enredó con los suyos. —Te quiero, también. 



I think you’re beautiful.



—¡Feliz cumpleaños, Kibum! 

 

Los ojos de Kibum brillaron y Minho quiso tener un cámara para capturar ese momento. Los ojos de Kibum brillando con las luces de las velas, sus labios entreabiertos, y su cabello ahora un poco más oscuro brillando, haciéndole parecer como un angel. 

 

Dios, era hermoso. Más que eso, era perfecto. Y el corazón de Minho siempre parecía notarlo. 

 

Sus ojos se encontraron directamente con los suyos y Minho pensó que nunca se cansaria de verlos. La tenía mal. 

 

—Gracias, Minho. 

 

El corazón de Minho latió un poco más rápido, cuando la mano de Kibum atrapó la suya y la entrelazo con la suya. 

 

—Creo que eres hermoso. 

 

Los ojos de Kibum se abrieron después de sus palabras, y una lenta sonrisa bailó en sus labios. Sus manos se apretaron juntas, y cuando las mejillas de Kibum se sonrojaron, Minho pensó que tal vez sus palabras no habían sido tan malas después de todo. 



Sweet dreams.

 

El cumpleaños de Kibum había terminado, y después de mucho pastel, risas y música, los dos estaban listos para ir a la cama. 

 

Kibum parecía tener una sonrisa permanente en sus labios y Minho no podía estar más feliz por verle así. 

 

Sus dedos aún permanecían entrelazados mientras caminaban hacia sus habitaciones, y Minho no podía borrar la maldita sonrisa de su rostro. 

 

Kibum se detuvo cuando llegaron a la puerta de su habitación. 

 

—Buenas noches, Minho. 

 

—Buenas noches, Bum, —Kibum vaciló, pero finalmente dejo ir sus dedos, —dulces sueños, Bum. 

 

—Dulces sueños también, Minho. 

 

Después de eso Kibum le beso suavemente en la mejilla y aunque no había sido su cumpleaños, Minho sintió que ese era el mejor cumpleaños de todos. 

 

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