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Esos extraños ojos por ZSoul30

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Notas del fanfic:

Un poco de amor de un lugar algo inesperado.

Notas del capitulo:

 


 

Algunas cosas suelen seguir iguales sin importar cuánto tiempo haya pasado. Uno pensaría que la costumbre, el hábito e incluso la edad, jugarían para hacer al hombre y la mujer más paciente, tranquilo, sosegado, imperturbable. Ese no es el caso de James Howlett conocido como Logan.


El lo sabía, lo entendía y lo apreciaba, a quien estaba esperando en la salida de la escuela era a su preciada hija, la niña de sus ojos, el corazoncito de papá... pero, diablos ¿porque rayos se tardaba tanto? Y para colmo de sus males, el tráfico se movía de la mierda.


En la esquina, a 2 metros de la escuela, se había formado un gran embotellamiento de vehículos: carros en todos lados haciendo sonar sus bocinas como si con eso fueran a conseguir dinero, motos y bicicletas surcando entre los laberínticos y reducidos espacios que dejaban los de cuatro ruedas, mientras tanto, las personas que salían del instituto y de otros lugares se paraban a mirar el angustiante espectáculo. Era un completo caos, un punto a favor para la creciente ira que emanaba de su interior.


Uno de los autos se movió hacia delante dejando un pequeño espacio para mirar el otro lado de la calle. Lo que vio le sorprendió de muchas maneras.


Un canino blanco golpeando el asfalto con su cola, miraba de un lado a otro como si esperara a que algún vehículo le diera el paso. Logan parpadea varias veces intentando disipar la imagen, pero ahí estaba.


No es que no fuera normal, en ese lugar siempre habían mascotas, más que todo porque a unas dos cuadras hay un parque especialmente para ellas, sin embargo, era muy extraño observar a uno solo. Los dueños son muy quisquillosos, no dejarían a su perro escaparse y mucho menos con este tráfico; lo que le extrañaba era la tranquilidad que el can mostraba, bueno él no sabía sobre perros así que pudo haberlo imaginado.


En un instante, el auto se desplazó rápidamente dejando un amplio espacio para que dos o tres cuerpos humanos pudieran pasar. El can, sin pensarlo dos veces, se encaminó hacia la carretera sin advertir que el vehículo detrás del anterior, se le fue encima. Logan se movió a una velocidad impresionante, atrapando al perro entre sus brazos y cayendo con él de espaldas a la acera. Se levanta cargándolo con un solo brazo, poniéndose al frente del coche negándole el pasó.


—¿¡Esta ciego hijo de puta!?


El conductor ni corto ni perezoso presiona el claxon con ganas, mirándolo con expresión divertida y altanera. La ira que tenía momentos atrás volvió a resurgir como ave fénix.


—Muy gracioso, en serio muy divertido...¡Espero que esa puta sonrisa se vaya a la mierda!- grita destruyendo una de las luces delanteras con el puño sobrante.


El hombre se sorprendió saliendo del auto y encarando a Logan quién, sin sentirse amedrentado ni un poco, le explicó de mil y una formas la estupidez que estuvo a punto de realizar, claro que a sus palabras y con groserías incluidas.


Como acto reflejo, el can protegiendo a su "dueño" se voltea y mira directamente a los ojos del otro hombre, el cual detiene abruptamente la discusión, tocando luego una de las orejas peludas.


—Lo siento mucho amigo y a ti también. No te preocupes en pagarme la luz ya debía cambiarla hace algún tiempo.


El conductor le sonríe entrando a su auto. Por un momento Logan se queda pasmado sin saber cómo obrar, un ladrido le saca de su mente, volviendo sus pasos al andén y depositando al perro en la acera quedando agachado a su lado. Observa como el coche se mueve hacia delante llegando hasta la esquina del lugar.


—¿Qué rayos pasó?—dice volteando a mirar al can encontrándose con un lobo siberiano de pelo liso blanco grisáceo en las puntas, uñas negras, hocico largo y unos extraños ojos, grises en las córneas y azules en las pupilas.


Estos parecían dos mares arrasando con fuertes olas los suyos. Algunos dicen que los ojos son los espejos o ventanas del alma, pero debía decir, que esos estaban robando la suya.


—¡Papi!—escucha reincorporándose del shock, volteando a ver a donde se dirigía la voz.


Pudo contemplar a su pequeña Laura con el cabello suelto y una diadema adornándolo, un vestido rosado con flores de diferentes colores, una chaqueta de Jean por encima de este y su mochila, unos leggins negros debajo, unas converse rosadas clásicas y medias con motivos de unicornios ¡oh! mamá como siempre te gusta darme la contraria. No le molesta que su madre le regale ropa a su nieta, es lo que cualquier abuela haría, pero... ¿¡Por qué tanto rosa!? Eso derrite los ojos, sino fuera porque los pantalones son de un color aceptable ya hubiera quemado todo el vomitivo vestuario. Ya verás lo que te espera Elizabeth Howlett.


—¿Cómo está la nene preciosa de papá?    —dice cargando a Laura en brazos dándole pequeños besos en las mejillas.


—Papi ya no soy una bebe, ya casi tengo 6 años.


—Para mi siempre serás mi bebé— termina escuchando el ladrido del can llamando la atención de la recién llegada.


—¡Un perrito!— dice soltándose de los brazos de Logan sobando la cabeza del perro mientras este movía la cola.


—¡Ah! Si... es una historia divertida.


—¿Me compraste un perrito?


—¡No! Quiero decir... me lo encontré mientras te esperaba.


Era una parte de la verdad pero no le iba a decir a su hija que se había peleado, por salvarle la vida. Aunque, el piensa que hizo lo correcto.


—Máximo— dice Laura mirando el collar del can siendo lamida por este último—Eres muy lindo ¿no lo podemos quedar?


¿Un perro en su hogar? No tenía problemas con eso, muchos expertos dicen que tener una mascota es bueno para los niños y más porque Laura tendría compañía mientras el trabajaba. No era una mala idea, pero...


—Amor ¿no crees que si él tiene un collar es porque le pertenece a alguien? — dice viendo como los ojos de su hija se marchitan —Primero veamos si posee un número donde podamos llamar.


Y si había, solo que los tres últimos números parecían rayados, no se podía distinguir ninguna línea ni curvatura que hiciera parte de algo escrito. Era extraño, parecía que fuera hecho adrede y volvió a imaginar, debieron ser esos dueños que abandonan cuando no pueden mantener a su mascota por eso los borraron para que no pudieran contactarlos. Bastardos.


—¿Qué hacemos papi?— dice Laura mientras acariciada por Máximo con su hocico.


A la mierda. Si ellos no lo querían ¿porque no lo podían tener? y con ira renovada atrajo a su hija e incitó al can a seguirlos, pero antes hicieron algunas paradas técnicas.


Pero lo que no sabía Logan, era de que su suposición estaba casi o completamente errada todo vaticinado por la ira que ya hace parte de su ser.


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