Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Los Guardianes por samyalexg

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Sin querer lo borre, asi que lo estoy subiendo de nuevo

Notas del capitulo:

Aqui vamos de nuevo.

Prólogo

 

“¿Es normal?”

“¿Qué cosa?”

Sasha suspiro, un día más sentada en esa banca mientras esperaba para poder regresar a casa. Desde hace unos meses la había bautizado como; su banca. Su lugar favorito para pasar el día, mientras fingía ir a la escuela. 

“Nosotras” Respondió en un susurro, mientras se acomodaba su audífono para que las personas que la mirarán pensaran que estaba cantando o tal vez hablando por teléfono “Ya sabes que hablo de nosotras”

“¿Otra vez con eso?”  Sasha se sintió tonta, sabía que ya habían platicado sobre ese tema, que no era la primera vez que le hacía esa misma pregunta. Pero la noche pasada, cuando escuchó hablar a sus padres sobre su pequeño problema, no pudo evitar cuestionarse si es que de verdad no estaba mal “Creí que estábamos de acuerdo en que no estás loca”

“Hay días en que no estoy muy segura” Sasha sintió un nudo en su garganta “Anoche cuando ellos… Tú los escuchaste”

“Sasha, ellos siempre han dicho que estás mal, pero yo no creo eso… solo somos diferentes y las personas temen a lo diferente”

“Obvio” Respondió poniendo los ojos en blanco “¿Cómo es que te llamo el doctor?”

“Ese loquero de mierda” Adler gruño “Odio que lo tengamos que ver tres veces a la semana ¿Tus papás no saben que están tirando dinero?” Llevaban ya mucho tiempo con este siquiatra, era el cuarto desde que habían cumplido doce años y era el que más nombres raros les había dado.

“Yo creo que no ¿Cómo te llamo?” Sasha acaricio su barbilla como si realmente estuviera pensando en la respuesta, aunque sabía muy bien que ella ya la conocía.

“Desorden disociativo” Adler no pudo evitar gruñir aún más fuerte “Me gusta más mi teoría”

Sasha empezó a sonreír, aunque una lágrima logro escaparse y recorrer su mejilla. Así era siempre; ella a punto de llorar y Adler con sus locas ideas “¿En realidad crees que mientras estábamos en el útero de mi madre te comí?”

“Es una buena teoría” Empezó a reír “Imagínate, tú y yo juntas en ese pequeñito lugar, entonces tú qué eres una egoísta y que no querías una hermana gemela decidió comerse al otro bebé. Pero resulta que yo no soy una blandengue, así que en venganza me metí en ti y ahora aquí vivo. Aunque no me quejo del espacio, como eres una descerebrada tengo un amplio lugar para poder hacer lo que yo quiera”

Sasha reía, realmente tener a Adler dentro de ella era divertido “Nunca estoy sola” dijo sin pensarlo, porque en ese momento agradeció no sentirse sola y tener a su eterna compañera con ella. Se acomodó en la banca y miro a un par de ancianos que caminaban a la fuente “¿Crees que algún día encontraremos a alguien que nos quiera así?”

Adler guardo silencio, muchas veces se había hecho la misma pregunta, pero sabía que este no era el momento, Sasha estaba más triste de lo normal por lo que era su turno de levantarle el ánimo “Yo creo que algún día llegara esa persona, que al saber de nosotras no se asustara y verá lo grandiosas que somos” Espero un momento antes de seguir, como si estuviera meditando “Además si no la encuentras, ten por seguro que nunca estaremos solas” 

Sasha le creyó a su hermana, pasará lo que pasara ellas siempre se tendrían una a la otra. Pero aun así se imaginó a una linda mujer, una aun sin rostro, que la abrazaba mientras estaban sentadas viendo el atardecer. No era la primera vez que pensaba en esa escena, siempre en el mismo lugar, una montaña tal vez, un lugar alto desde donde podía ver un pequeño pueblo y toda la naturaleza que lo rodeaba y entonces ella la besaba. Nunca veía su cara, pero si su cabello castaño y podía escuchar su risa, incluso sentía sus brazos apretándola fuertemente contra ella. Pero no podía perderse en sus fantasías, no ahora cuando una vez más sus padres pensaba que estaba volviéndose loca, así que movió la cabeza para centrarse en otra cosa. Aún no entendía cómo podía imaginar esas situaciones y que Adler no hiciera ningún comentario, tal vez su hermana lo hacía para darle un poco de privacidad. 

Ese día el parque estaba tranquilo, era un día soleado, pero el viento soplaba de una forma que refrescaba, le gustaban esos días que no había muchas personas, por lo regular a esa hora lo que más había eran corredores o ancianos que caminaba con sus perros, puso atención a un joven que la miraba desde una banca al otro lado del parque “Ahí está de nuevo” Tomó su mochila y aunque se sentía nerviosa trato de mantener la calma “No me gusta cómo nos mira”

“¿Es al que le ayudaste a arreglar esa cosa extraña?”

“Sí” 

“Bueno, eso te pasa por ser amable, ahora tenemos a nuestro propio acosador”

“Solo trataba de ayudar”

“Pues ahora sabes que ya no se puede ser amable con nadie… A la derecha, vi pasar un policía, será mejor acercarnos a él para asustarlo” Adler siempre era la más calmada y la que analizaba las cosas. No era la primera vez que veían a ese joven extraño que vestía ropas oscuras, el primer encuentro sucedió unas semanas atrás. Pensaron que solo era un joven turista que estaba perdido, pero un corredor sin querer choco con él y provoco que tirara esa cosa extraña que traía en la mano, Sasha se levantó de su banca y simplemente se acercó a ayudarlo. Se sentó en el suelo y recogió todas las piezas, era la primera vez que veía ese aparato, pero eso no le preocupo, lo estudio por un momento y sin saber cómo lo armo de nuevo y funciono, la cosa esa empezó a parpadear hasta que se mantuvo encendida. Sasha solo sonrió, su abuela decía que era un genio, que no había aparato que no supiera usar o arreglar, así que no se sorprendió cuando él aparto extraño quedo arreglado. Ambos se levantaron y Sasha le entrego el artilugio, él la observo fijamente mientras lo tomaba y lo guardaba en su bolsillo. La forma en que la miraba la hizo sentir incomoda, de inmediato, Adler le dijo que se fuera de ahí, pero fue él quien se marchó primero. Después de eso pasaron un par de semanas en que no lo vieron, pero los últimos tres días ahí estaba de nuevo; observándola y de alguna extraña manera analizándola. La forma en que veía a Sasha hacía que Adler se pusiera nerviosa… y ella nunca estaba nerviosa.

Encontraron al policía, pero cuando señalaron al joven misterioso, él ya no estaba “Mañana vamos a otro lugar, creo que es lo mejor”

Tal vez podamos ir a ese centro comercial, las funciones matutinas en el cine son más baratas”

“Ya veremos Adler, ya veremos” 

Pero al día siguiente no hubo necesidad de ir a otra parte, esa tarde cuando regresaron a casa sus padres y el siquiatra ya estaban esperándolas. Tenía tres meses desde que dejó de ir a la escuela, cómo era la universidad no hubo nadie que les avisará a los padres de Sasha de las faltas que tenía. Fue Susana, la amiga chismosa de su madre quien le dijo que había abandonado la escuela “Que lástima que tú hija dejo la carrera ¿Aún va a terapia?” Fue el comentario que desató el infierno en la vida de Sasha. No era que fuera una mala estudiante, al contrario, es solo que la carrera no fue lo que esperaba y cuando se lo dijo a sus padres, ellos la obligaron a seguir. Además, Susanita (obvio la hija de Susana) le dijo a toda la facultad que Sasha no estaba muy bien de la cabeza, así que siempre que pasaba frente a un grupo de personas podía escuchar él; “Ahí va la loquita que escucha voces” No, no escuchaba voces, solo escucha una voz, escuchaba a Adler, que cada que oía ese tipo de comentarios gritaba todas las groserías que sabía, solo que esas groserías se quedaban atrapadas en la cabeza de Sasha.

Esa tarde fue inútil explicarles de nuevo a sus padres que ella no estaba enferma, que si dejo la escuela fue por muchos motivos, pero no porque aún escuchaba a Adler. Su siquiatra les recomendó un lugar donde podían ayudarla, dónde podían sanarla. Intento pelear, intento convencer a su madre que era quien más la protegía, no es que su papá no la quisiera, pero como todos; siempre tenemos un padre al que estamos más ligados. Su madre lloró, se sostuvo del brazo de su marido y con todo el dolor de su corazón le dijo “Por favor, Sasha, tienes que curarte” Le dolió, a Sasha le dolió que una vez más sus padres no le creyeran que Adler era buena para ella, que era su amiga, su hermana, la única que realmente la entendía cuando nadie más lo hacía.

Cuando subió a su habitación pensó en escapar, pero dos personas ya la esperaban ahí y tenían una maleta con algunas de sus cosas listas para llevarla a ese nuevo lugar donde la curarían. 

No pelees, vamos a salir de esta”

Tardo dos días en dejar de escuchar a Adler, los medicamentos que le daban la mantenían en un estado de letargo que odiaba. La primera semana la sometieron a todo tipo de estudios, se sentía un ratón de laboratorio, vio a muchos doctores y nunca sabía lo que ellos opinaban sobre su condición porque nadie hablaba con ella. 

Un mes después de estar ahí, alguien a quien no reconoció se le acercó a la hora del desayuno “Yo puedo ayudarte” Le dijo en voz baja mientras le entregaba sus hotcakes “Sé que no quieres estar aquí” Era una cara conocida ¿Pero de dónde? “Si quieres salir de aquí, pon tu tenedor dentro de tu vaso”

Sasha intentaba recordar, pero no podía, si Adler estuviera aún con ella de seguro ella le ayudaría. Sentada en esa mesa junto con otros pacientes o como ella los llamaba; zombis, hizo su lista de pros y contras para confiar en un extraño. Por supuesto salir de ahí, recuperar a Adler y no sentirse como una muñeca de trapo, encabezaba su lista de pros, ¿Los contras? No, no había contras. Un minuto le tomó tomar la decisión, así que puso su cuchara en el vaso. Uno a uno de los zombis se levantó de la mesa y salieron al jardín. Hoy era uno de esos días donde los dejarían tomar el sol, pero Sasha se quedó sentada esperando y esperando. El joven misterioso jamás llegó.

“Me estoy volviendo loca” Fue lo que dijo antes de irse, no podía seguir esperando porque un par de enfermeras ya la observaban y se secreteaban, eso era la señal de que, si no se movía de ahí, llamarían a alguno de los doctores y después de recibir algún tipo de medicamento sería llevada a su habitación “No voy a perder mi día de sol” Dijo en voz baja.

Tuvieron que pasar dos días, antes de que el mismo joven apareciera, pero ahora como un paciente más “Lo sabía, otro loco. Soy una idiota al pensar que él me ayudaría a salir de aquí” Empezó a refunfuñar en voz baja, mientras arrancaba el pasto que tenía frente a ella.

“¿No sabes que hablar solo, es señal de que estás loco?” Sasha salto al escuchar esa voz cerca de su oído.

“No estoy loca” Le reprochó, evito con todas sus fuerzas no gritarle, ella sabía que si iniciaba una pelea podía terminar en aislamiento. No es que ella ya hubiera estado ahí, pero había visto a varios ser llevados a esa zona y regresar días después. No volvían a ser los mismos, todos ellos dejaron de ser las personas que eran para ser simplemente un bulto más. A Sasha le daba miedo, ya había perdido a Adler y no quería quedar así, como una persona con la mirada perdida y ser llevada a todas partes por una enfermera simplemente porque caminas como si fueras una persona de noventa años.

“No quiero problemas” Le dijo muy bajo, no estaba prohibido hablar, pero sabían que eran vigilados “Quiero salir de este lugar, pero no quiero problemas”

“Si aceptas a venir conmigo, nunca tendrás que volver a este lugar” El joven misterioso se sentó junto a ella en el pasto.

“¿A dónde vamos?” Sasha lo miro a los ojos, su abuelo le había dicho una vez que si quería saber si un desconocido era de fiar que mirara sus ojos. Pero ella no sabía lo que tenía que encontrar, su abuelo nunca le explico, aun así, lo miró fijamente buscando algo que le dijera que se levantara de ahí y se fuera. Pero no había nada “No quiero problemas, ya tengo suficiente estando aquí sin ella”

Él arrancó una pequeña flor y se la entrego “¿Quién es ella?”

Sasha se dio cuenta de que había hablado de Adler sin querer “¿Quién?” Fingió no saber que era lo que pasaba, tal vez si tenía suerte él dejaría pasar su anterior comentario, pero no fue así.

“Mira, voy a ser claro. No estoy jugando, me mandaron por ti y te voy a dar la oportunidad de salir de este manicomio. Pero quiero que seas honesta conmigo y evites ocultarme cosas ¿Entiendes?” Él se levantó y sacudió el pasto que tenía en sus pantalones “Te ofrezco escapar de aquí, ser libre y tener una nueva vida” Se estiró un poco, como si empezará a calentar para hacer ejercicio “Volveré mañana y será la última vez que me verás” Él desconocido empezó a trotar, si Sasha no se apresuraba se iría y quedaría con más dudas que tenía en un principio ¿Quién era esta persona? ¿Por qué la quería a ella? ¿A dónde irían?

“Espera, quiero que me expliques” Sasha lo tomó de la mano para jalarlo un poco y obligarlo a qué se sentará de nuevo.

“No te puedo explicar nada si antes no aceptas a venir conmigo” Él asumió una posición relajada junto a Sasha y la miró fijamente “Lo único que puedo decir es que una vez que aceptes, tendrás que olvidarte de tu familia, no podrás volver y a dónde te lleve tendrás que seguir algunas reglas” Sasha estaba nerviosa, algo le decía que se levantara de ahí y se fuera, pero otra parte le decía que aceptará, era obvio que necesitaba a su hermana, ella de seguro sabía que opción era la mejor para ellas “Sé que tienes miedo, pero te doy mi palabra que nunca te haré daño. Solo iremos a un lugar donde tus dones serán bien aprovechados”

“Yo no tengo dones” Sasha internamente sonrió, si Adler estuviera con ella seguro le diría que siempre supo que era una bruja, pero que eso de tener dones era demasiado.

“Aún no lo sabes y si te quedas aquí nunca sabrás de lo que eres capaz” Él levantó su rostro y dejo que el sol lo calentará mientras cerraba los ojos “Lo que hiciste ese día en el parque fue algo que no habíamos visto en mucho tiempo. Cuando le dije a mis superiores de inmediato me enviaron a reclutarte, pero resulta que cuando regresé al parque ya no estabas. Nos costó unos días el poder encontrarte”

Así que era el muchacho del parque ¿Cómo es que no lo recordaba? Sasha lo examinó lentamente, no era feo, obvio que no estaba interesada en él, bueno en ningún hombre, pero reconocía cuando veía a alguien atractivo. Era más grande que ella, tal vez estaba por los treinta años, se notaba que hacía ejercicio, tenía cuerpo de corredor, delgado y fuerte “Si acepto ir contigo no volveré a ver a mis papás ¿Qué va a pasar con ellos?”

Él suspiró “Cuando alguien viene con nosotros fingimos su muerte para que los familiares no vivan con la angustia de no saber qué pasó con ustedes” ¿Cuántos más como ella había? Sasha se puso triste, no quería que sus papás sufrieran, pero no creía soportar seguir en ese lugar “¿Puedo pensarlo?”

Él asintió y de nuevo se levantó, pero está vez más tranquilo “Volveré en un par de días, te daré tiempo para que pienses bien tu elección y recuerda… será la última vez que nos veamos. Oh mira un petirrojo”

Fue un segundo, solo uno en el que Sasha se giró para ver el ave que señalo y luego él ya no estaba “¡Diablos!”

Los siguientes dos días Sasha se la paso repasando sus pros y sus contras, las enfermeras la notaron extraña por lo que informaron a uno de los doctores “Tráiganla, creo que es hora de ajustar su medicamento” Ella estaba sentada en el comedor, aun repasando su lista, si era cierto, él llegaría ese día por ella y entonces si aceptaba la sacaría de ahí.

Las enfermeras se acercaron a ella, no hizo falta que le informaran a Sasha a donde la llevarían, ella lo supo por como la miraban, la iban a convertir en un ser sin alma, un simple cascaron “¡Acepto!” Grito lo más fuerte que pudo “¡Acepto!” Las enfermeras la tomaron de los brazos, pero ella no iba a dejar que la llevaran sin pelear.

Obvio eso se convirtió en un caos, algunos de sus compañeros empezaron a gritar alterados, todo el personal llego para poder calmarlos, pero Sasha estaba segura de que sería la última oportunidad que tenía para hacer algo. Pero no hubo necesidad, el chico misterioso estaba ahí, arriba de una mesa, puso sus dedos en su boca y entonces silbo “Escuchen, nosotros somos más que ellos, podemos pelear si nos unimos” Eso fue lo único que se necesitó para que todos los que aún estaban sentados sin hacer nada se unieran a los demás.

Sillas y platos con comida empezaron a volar, varios cristales fueron rotos, una de las puertas del comedor fue atrancada con una mesa para impedir que más personal entrara, Sasha lo busco, en un instante estaba arriba de la mesa incitando a todo el mundo y al siguiente ya no estaba en ninguna parte. Entonces lo vio recargado en una de las columnas, parecía tan relajado ¿Cómo era posible si el mismo infierno estaba desatado en ese momento? “¡Acepto!” Le grito desde donde estaba “Acepto” Entonces todo sucedió como en cámara lenta, él nunca dudo en dar un pasó, solo camino tranquilamente mientras otros peleaban a su alrededor “Es hora de irnos… por cierto me llamo Ezra” La tomó de la mano y la llevo con él a una puerta que daba a un pequeño almacén “El primer viaje siempre es difícil, por eso tengo que ponerte esto” Le enseño una aguja con un líquido de color rosa brillante. Sasha empezó a creer que había sido una muy mala idea, odiaba las drogas, solo una vez había intentado fumar mariguana y se había sentido muy mal, por lo que ahora no iba a empezar “¿Sabes algo? Creo que mejor voy a regresar, cuando dijiste que me iba a ayudar a escapar en verdad pensé que era a otro lugar no a ese lugar imaginario” Lo señalo “Tenía que haberlo sospechado… un maldito drogadicto” Ya estaba saliendo de su pequeño escondite cuando Ezra la detuvo “Solo es para soportar el viaje, te prometo que no te voy a hacer daño. Es solo que si no lo usas puede que tengas algunas… complicaciones”

“No, no quiero nada” Ezra dudo, no les quedaba mucho tiempo antes de que el personal entrara y sometiera a todos. Entonces su única oportunidad de escapar estaría perdida “Muy bien, pero recuerda que te lo advertí”

Ezra saco el pequeño aparato que Sasha había arreglado, lo apunto a una de las paredes del pequeño almacén y entonces un portal apareció. Los colores eran brillantes, no se veía que había al otro lado, era un túnel de colores brillantes girando “Sostén mi mano y pase lo que pase no te sueltes” Lo último que vio Sasha fue a uno de los doctores tratando de entrar por la puerta. El portal se cerró detrás de ellos, después de todo fue una locura no haber aceptado esa inyección, todo giraba tan rápido, una fuerte corriente los succionaba, rápidamente se sintió mal, su estómago estaba revuelto, estaba segura de que si eso no se detenía Ezra iba a quedar bañado en vómito.

Cuando todo paro un grupo de personas vestidas de blanco los esperaban, Sasha estaba desorientada, su primera reacción fue gritar, no podía ser, estaba en la clínica. Se deshizo del agarre de Ezra, no entendía que había pasado, se supone que habían escapado ¿O no? De verdad se estaba volviendo loca, estaba alucinando y ahora estaba rodeada de ¿Doctores? No, ellos no usaban las típicas batas, el traje era diferente, pero era de color blanco ¿Estaba alucinando? ¿Qué fue lo que pasó? Empujo a uno y salió corriendo, no sabía a donde ir, este lugar era nuevo. No era la clínica, este lugar estaba lleno de pasillos de suelo blanco, todo era blanco aquí. Será que la convirtieron en zombi y ella no lo recordaba, tal vez eso pasaba cuando despertabas ¿Cuántos días había pasado?

“¡Sasha detente!” Era Ezra, estaba por alcanzarla, tenía que ocultarse, pero en el último instante él la atrapo, cayó sobre ella. Rápidamente se giró para poder pelear, si la iba a convertir de nuevo en un zombi por lo menos iba a pelear. Con todas sus fuerzas liberó una de sus manos del agarre y entonces lo araño, él grito de dolor, pero no la soltó. Pronto llego una mujer con una jeringa y el extraño líquido. Sasha se movió, de ninguna manera le iban a inyectar eso, pero Ezra era muy fuerte así que cuando sintió el pinchazo supo que estaba perdida “Ay Sasha no te puedo dejar sola” Le dijo Adler a Sasha antes de escupirle a Ezra “Te voy a matar, mentiroso ¿Qué nos hiciste?” Fue lo último que dijo Adler antes de quedarse dormida.

“¿Qué fue eso?” Preguntó Ezra a su compañera.

“No tengo ni idea, pero creo que ella es una en un millón” Se acercó para tomarle el pulso a Sasha “Será mejor llevarla al centro de sanación y llamar a uno de los superiores, el sedante solo la tendrá así un par de horas, además tengo que revisar eso” Señalo el rostro de Ezra “Ella es peligrosa”

“Solo tenía miedo” Se tocó el rostro, sintiendo los rasguños que Sasha le había hecho “Tenía que haberte inyectado”

Fue así como Sasha y Adler llegaron al extraño lugar, a donde ambas tendrían la oportunidad de tener una vida nueva.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).