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La canción pache. por nezalxuchitl

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Notas del fanfic:

Le he puesto los ojos violetas a Thalim porque se me canta el culo, como dirian los videos de Te lo resumo asi nomas. Igualmente, les pido que se imaginen a Thalim un poco mas uke, mas bonito, como ciertos fanarts que por el momento no encuentro, pero que si puedo, en un futuro subire el enlace.

Turra=omega, doncel, uke fertil.

Notas del capitulo:

Enjoy it!

Silver x Thalim 

 

La cancion pache, ese encantamiento maldito al que estaban sometiendo a Silva le hacia sentir una opresion en el pecho, en el estomago. Kalim le habia prohibido acercarse, pero tenia, necesitaba ver a que clase de tortura lo estaban sometiendo para buscar la manera de ayudarlo: lo observaba desde la parte de arriba, desde una alcantarilla o puerta en desuso, casi totalmente cubierta de polvo y paja. Habia despejado un poquito con su mano, apenas lo necesario para ver a Silva, por quien sentia muchas cosas que no podia confesar ni por su hermano ni por su timidez. 

Le dolia verlo ahi, sufriendo, abusado por esos cinco malvados. Sus puños temblaban dentro del cepo y su corazon tambien, agitado por verlo asi, atosigado por esa maldita cansion que te desesperaba y te enloquecia; el era debil, no podia soportarlo mas. Se tapo los oidos y salio de ahi antes de que alguno notara su presencia.

 

***

 

Habian pasado tres dias cuando Nichrom fue a verlo, con una malsana sonrisa en el rostro.

-La gran jefa Goldva solicita tu presencia.

Termino de regar sus plantas, pues no queria dejarlas sedientas a pesar de que la mirada burlona de Nichrom lo apresuraba.

-Vistete, aunque no lo merezcas, eres uno de los diez oficiales.

Thalim se sonrojo. Su poder era importante, no se lo atribuia a si mismo si no a los espiritus que se lo habian concedido; tal vez no fuera tan impresionante o eficaz en la batalla como el de ellos, pero el poder de dar vida y concervarla era, valga la redundancia, vital.

-Espera aqui. - le dijo, apenado y extrañado de que lo siguiera a su habitacion. Era tan timido que ni siquiera le gustaba quitarse el mandil en publico, se iba siempre al vestidor del cafe a hacerlo, no queria parecer provocativo o buscon a los ojos de nadie, mas por su propia conviccion que por lo que pudiera desear su hermano.

La sonrisita socarrona de Nichrom no le gusto nada cuando salio vestido con su traje ceremonial, pero como siempre, lo ignoro.

No, no como siempre: esta vez le carcomia la duda; si todos los oficiales paches eran requeridos, era porque ya habian terminado con Silva, no? Se mordia los labios preocupado por su amigo.

-¿Como esta Silva? - le pregunto a su enemigo.

-Ya veras. - se rio este.

Thalim fruncio el ceño, molesto y preocupado: habia estado investigando la manera de ayudarlo, pero al parecer, era imposible. Ni siquiera podia imaginar en que condiciones se encontraria su amigo luego de esa “reeducacion”.

Tal como lo esperaba, fue conducido a la gran tienda (llamada asi a pesar de que era un edificio de piedra, negra y alta en las profundidades de la tierra) de la jefe de la tribu, y una vez ahi, se encontro con todos los sacerdotes y la jefa reunidos en circulo. Busco la mirada de Silver, pero sus ojos estaban frios y duros, le habian dibujado un delineado negro por debajo que lo hacia ver aun mas sombrio. Le dolia tanto verlo asi que trastabillo, ganandose inmediatos y airados reclamos de “los otros”, la faccion de los ahora 6 oficiales que estaban mas de acuerdo con las politicas despiadadas de Goldva.

-Nuestro hermano Silva ha sido reeducado - anuncio, y los responsables aplaudieron.

Thalim abrio un poco sus ojitos, timidamente cerrados para buscar informacion en los de su hermano, pero este estaba tan desconcertado y dolido por lo que veia como el.

-Kalim, Thalim, Radim; - la vieja siempre parecia pronunciar con desprecio sus nombres - se supone que es su amigo, ¿Porque no le felicitan?

Se unieron con unos pateticos y poco esperanzados aplausos, con la orden.

-Ahora que vuelve a ser uno de los nuestros… - Thalim se alzo, afrentado en su corazon: ¡¿Uno de ellos!? ¡Pero si ni siquiera parecia humano! Parecia una escultura de piedra ahi; perfecto, helado, aterrador… - es hora de que cumpla con su deber. - la voz de Goldva estaba casi entusiasmada, lo que lo alerto - Silva!

-Si?, gran jefa. - adelanto un paso Silva, hincando la rodilla en tierra. 

No era que antes no hubiera sido correcto en su trato con la jefa, era que ahora parecia artificial, un soldado perfecto.

- Es hora de que perpetues la sagrada linea de sangre del sacerdote de la plata. 

-Hai.

Thalim y Kalim se miraron: ambos conocian perfectamente la determinacion de su amigo de no condenar a nadie a un destino semejante al suyo, de poner fin a esa linea de sangre manchada, maldita por Hao.

-Thalim - añadio con una sonrisa desagradable la vieja - exfuerzate, pues es la mejor semilla que tenemos los paches.

Thalim se sintio como transportado a la planta del Universo. La voz habia dejado un eco mudo en sus oidos, no podia significar lo que creia que significaba, ¿verdad? No era cierto…

Nichrom apenas contenia la risita y Namari, ese seductor desvergonzado, se acerco a el sosteniendo una copa en alto y la boa en sus hombros.

-Con este sagrado brebaje - anuncio Goldva - nos aseguraremos de que concibas vida en este sagrado ritual.

-Alegrate - le dijo Namari - yo queria ser el co-oficiante de Silva, pero los Grandes espiritus han determinado que tu eres el sacerdote de la Vida.

Le ofrecio con una mirada rabiosa y llena de odio la copa; sabia cuantas veces Namari habia tratado de seducir a Silva, tanto por su cuenta, como por instigaciones de Goldva. Su hermano lo miraba sin poderselo creer tampoco. Namari repitio su ofrecimiento.

-Bebe, Thalim. - ordeno molesta Goldva.

-¡Nooo! - grito este con tanto histerismo como nadie le habia oido pronunciar, pegando un manotazo enmangado que hizo volar la bandeja y la copa de oro, proyectando su contenido por el aire.

-¡Chiquillo estupido! - siseo Namari.

-¡Thalim! - grito Goldva.

-¡Silva! - a Kalim le sorprendio que su hermanito corriera a tomar entre sus brazos a Silva, sacudiendolo y mirando para arriba - ¡Tu no quieres esto, reacciona, vuelve en ti por favor!

Tenia los ojos abiertos y las lagrimas volvian mas brillantes las amatistas que guardaba para sus bienamados. Por un momento, le parecio que Silva se fijaba en el, por lo que llevo las manos a su rostro y se lo acuno entre ambas.

-Por favor…

Silva se inclino hacia el, su frente toco la suya y luego sus labios. Un hormigueo de felicidad lo recorrio desde la punta de los pies; Silva habia vuelto en si, habia roto el encantamiento.

Pero Silva nunca le cogeria la barbilla para apretarle las mejillas y hacerle abrir la boca, para invadirle con la lengua asi, delante de todos, de su propio hermano. Nunca le posaria la mano sobre la nalga, sobandosela con una lujuria tan basica en publico. Se rebatio y se hecho para atras.

-Silva…

No estaba ahi. Ese vistazo fugaz que habia visto no habia tenido la fuerza suficiente para romper las cadenas. Las portentosas cadenas bajo las que su amigo estaba atrapado.

-Espera, Silva - dijo Goldva - Debe beber la pocion primero, no queremos perder mas tiempo.

Silva volvio a hincar la rodilla en tierra, un caballero falso, perfecto.

-¡Nooo!!!  - grito Thalim, y todos creyeron que se referia a su inminente desflore - ¡Nooo, Silva, por favor!!!

-¡Thalim! - se acerco Kalim a sostenerlo, pues le parecio que se iba a caer.

Nichrom se habia acercado con una jarra de la pocion. Habia preparado una olla bien grande en caso de que fuera necesario.

Brom recogio la copa y se la acerco a Namari.

-Es la medida, ¿no?

Goldva asintio.

-Bebe, para que podamos entonar la cancion de la fertilidad.

¿¡Que mierdas iria a ser eso!?, cerro con fuerza los ojos Thalim.

-¡Gran jefe! - protesto Kalim

-Ya que se trata de tu hermano de sangre, te eximiremos esta vez de tu deber, Kalim, puedes retirarte aunque eso demuestre tu falta de espiritu.

El toro resoplo.

-No lo permitire: ni Silva ni mi hermano quieren reproducirse.

-¿Que no lo permitiras? - repitio incredula Goldva - Es la voluntad de los Grandes espiritus. Silva esta dispuesto al fin a cumplir con su deber, y es tambien el deber de Thalim.

“De Thalim” , la remedaba en mudo Namari a sus espaldas.

-Silva, amigo… - pero era como dirigirse a una estatua - ¡No lo permitire!

-Una palabra mas y tu tambien seras reeducado, Kalim.

El toro se disponia a bramar.

-Por favor, hermano - se le abrazo su hermanito - no quiero perderte a ti tambien.

Lo veia asustado, muy asustado. Como el tambien lo estaba de ver asi a Silva.

-Aun asi, Thalim… - susurro tembloroso, impotente, a su hermano.

-Puedo soportarlo. - le dijo, acariciandole la mejilla - Tenemos que pensar tambien en Silva. En el bebe: me obligaran a concebirlo sea como sea…

Las orejas, el animo, le ardian a Kalim, pero tenia razon; su pequeño, juicioso hermanito tenia razon. Vive y pelea otro dia. Se retiro del salon sintiendose asqueado de ser un pache.

-El cobarde se retira - dijo despectivo Renim.

-No quiere ver como se cogen a su hermano - Thalim trago saliva - y eso que esta la mar de bueno… - Magna lo barrio con una libidinosa mirada en lo que los otros le reian el chiste.

Goldva golpeo molesta el piso con su baston.

-¡Basta ya! Procedamos.

Thalim noto que Brom y Renin se ponian detras de el, como para sujetarlo. Pero no les iba a dar el gusto, ni a ellos ni a Nichrom, que ahora que lo veia, llevaba un embudo en la otra mano. Alzo su diestra con un revuelo de su manga como para señalar un alto a sus canallas compañeros y arrebato la jarra a Nichrom, bebiendose mas de la mitad, lo que le parecio seria la copa.

-Estoy listo para el sacrificio, Goldva sama. - le remarco el sama con mucha ironia, haciendo a la interpelada y algunos otros elevar las cejas.

Habia dicho eso pero se sentia mareado, a punto de caerse. Sentia un remolino en el vientre y no sabia si de verdad seria capaz de soportar que la carcasa rota de Silva lo poseyera sin hecharse a llorar, mas por su querido que por el mismo, aunque tambien estaba aterrado por si mismo.

-Vuelvan a sus puestos. - ordeno Goldva - Silva, Thalim, al centro.

Sentia como si no fuera el, mareado, a punto de caerse. Miro las desnudas losas del piso, ¿asi iba a ser, sin siquiera un lecho, algo?

Silva retiro el broche de su capa y luego la puso de lecho para la hermosa criatura que recordaba de una vida pasada. 

Thalim queria llorar, en ese gesto de cortesia le parecia reconocer un vestigio de Silva. Pero luego, al ver que no se acostaba, este lo cargo y lo deposito en el lecho. Se cruzo los brazos, todavia con largas mangas, al ver que de pie a su lado Silva terminaba de desvestirse; moria de ganas y a la vez no soportaria ver a su amigo desnudo, y eso, en condiciones normales… ahora que no era el… sabia que Silva, el verdadero Silva, estaria tan avergonzado como el. Cuando Silva le descruzo los brazos volteo el rostro con los ojos obstinadamente cerrados, pero sin poder dejar de ver la mascara en que se habia convertido el rostro tan querido, el interes meramente tecnico, profesional, de esos ojos verdes. 

Habria estado dispuesto a hacerlo con el si Silva se lo hubiera pedido, pero ese no… asi no era su amigo. Solicitaba su cooperacion con movimientos gentiles y el sintio que le dolia el corazon, pues ni en esa especie de muerte o trance en que lo habian puesto, Silva dejaba de tener resabios de si mismo. El frio le indico que estaba desnudo, y luego la calidez que Silva se habia puesto sobre el: calidez, union, debian ser palabras que describieran actos hermosos, de amor, no lo que le estaba pasando. Se dio cuenta entonces que llevaba un rato escuchando esa melodia baja, esa cancion, que a diferencia de la otra, no llevaba acompañamiento vocal, era solo la vocalizacion baja, larga, de vocales o silabas. 

Abrio un poquito los ojos, lo que el acostumbraba para ver, cuando sintio que Silva iba a besarlo. No se lo anuncio el contacto de los adornos de plata de sus mechones al frente, sino que lo sintio. Otra vez, por un instante, sintio que estaba con el verdadero Silva, pero luego la cruel realidad le demostro que estaba siendo preparado por un seme al que nada le importaba, que se lo cogeria a el como se cogeria a Namari o a Nichrom o hasta a Magna si se lo ordenaban. A un automata que lo recorria con dedos frios, siguiendo instintos basicos.

-¡Esperen! - grito Namari, recordandole el surreal, aterrador hecho de que estaba haciendo eso delante de todos - Olvidamos el tatuaje… - dijo, aunque era su responsabilidad personal.

Se acerco y deslizando su mano de uñas largas y pintadas por el poderoso pecho de Silva, viendolo con deseo, lo aparto, llevando su mañosa caricia hasta el pubis del guerrero. 

Una vez apartado, y admirada su poderosa arma, se volvio hacia el, pequeño y flacucho, pero mirandolo como si tambien fuera deseable. Le recorrio con esas uñas sucias desde la clavicula hasta donde su triangulito de vello tambien nacia. Se sintio afrentado, ensuciado por ese toque, mas por lo que siguieron, trazos mojados, caricias mañosas en su bajo vientre, bajo su ombligo y entre la V de sus caderas, esa pancita pronunciada que anunciaba al mundo que era una turra, un chico fertil capaz de concebir. 

Seguro de concebir, con todo lo que le estaban haciendo: conocia esos tatuajes, una especie de conjuro de buena suerte para que si un niño era concebido, fuera sano y llegara a buen termino. Estaba agitado, no sabia que pensar: por un lado naturalmente deseaba que su hijo, el hijo de Silva, fuera sano, pero por el otro… No habria manera de evitar, despues, cualquier arrepentimiento, si Silva volvia en si… Se pregunto si lo odiaria por participar en ello. 

-Listo - anuncio Namari, despegando su dedo enrojecido de la piel morena sobre la que habia dibujado una hermosa, concentrica, flor de cactus - Todo tuyo - le dijo a Silva, acercando mucho su pecho y su cara a los desnudos del seme, acariciando  su verga hacia arriba con la mano limpia sin poder contenerse, extrañando al propio Silva, que se hecho para atras: ese no era el hembra con el que debia aparearse, con el que deseaba aparearse.

Ardido por aquel nuevo rechazo, Namari volvio a su lugar al lado de un ardido y burlon Brom. Volvio a entonar la cancion, tratando de recuperar la calma.

Thalim se tapo la cara con las manos: le ardia de verguenza, no podia creer lo que le estaba pasando. De hecho, esa era la clave que le permitia soportarlo: no creerlo, no sentirlo real. 

Por entre los dedos, Silva le beso el rostro, pero luego, pareciendole que la belleza no queria eso, se dirigio a su pechito suavemente curveado como las biznagas medio enterradas por la arena, dirigio sus labios al boton que amamantaria a su hijo, cuando este naciera, pero que por el momento estaba sin florecer, como todo el hermoso sacerdote que tenia bajo el.

Sabia lo que deseaba, sabia lo que sentia, al tocarlo, siempre habia sido asi. Recordaba que lo deseaba, y el jovencito a el, aunque sus recuerdos eran un tanto confusos, lejanos. Asi que atribuyo su angustia y su negacion al temor natural a perder la virginidad, al hecho de hacerlo en un ritual, pues Thalim era timido. Bajo a besos y lamidas por su costado, poniendo la mano sobre el tatuaje, sobre el bajo vientre que albergaria a su hijo, disfrutando mucho de esa curva y de lo que habia mas abajo, masajeando esa pollita hasta que se irgio, lamiendole el dibujo en negativo, las partes no pintadas del tatuaje.

Brom y Magna se miraban con gesto de puts, como tarda este cabron, pero como Goldva, Namari, Nichrom y Renim estaban muy entusiasmados con el espectaculo, asi que la cancion seguia aumentando cadenciosamente su ritmo para instarlos a fornicar.

Thalim sintio que se moria cuando Silva le alzo un muslo para ponerselo sobre el hombro, jalandole una nalga para tocar con su dedo el area, encontrandola humeda gracias al brebaje, que preparaba todo camino.

Estaba tan avergonzado de estar mojado, asi de mojado, de que Silva lo supiera, lo estuviera tocando. Se suponia que con el brebaje no seria doloroso, pero tenia sus dudas, sus serias dudas al considerar el tamaño de Silva, de lo que habia vislumbrado y tampoco podia sacarse de la cabeza.

El dedo entro y el pujo. Doloroso no era: vergonzozo, aterrador, angustiante y extraño si que lo era. Silva movia el dedo y le chupaba la polla, esa cancion tambien invadia, controlaba; ¿como si no explicarse que lo extraño estuviera pasando rapidamente a placentero? Lo detestaba, no lo queria, pero se sentia bien, y esa melodia, su ritmo te invitaba a gemir a su ritmo, a mover las caderas contra ese dedo que lo invadia tan rico, aunque quizas, eso ultimo y la sensacion de ardor que lo invadia desde su vientre fueran causa mas del brebaje que de la cancion.

-Ya. - pidio, no porque lo quisiera, sino por querer que terminara lo mas pronto posible, no sabia cuanto mas podria soportar esa verguenza, esas sensaciones, ese Silva falso con resabios de el que solo lo hacia mas doloroso.

Algunos paches se miraron entre ellos, y de haber podido, se habrian interrumpido para decirle golosa. Namari era quien mas fuera de si parecia; se tocaba el cuello, jalandose la capa, hechando el pecho hacia delante, las caderas, la carpa que levantaba a su altura sin quitar ojo del atractivo seme que tanto deseaba y que sus compañeros no le habian permitido tener.

Silva se acomodo sobre el; lo notaba nervioso, mas nervioso que nunca, y sintio la necesidad de tranquilizarle. Le toco la mejilla como solia hacerlo y el abrio los ojos, esos hermosos ojos violetas que solo el fuera de su familia conocia, y entonces, afianzandolo bien de los muslos, se dejo ir en el, provocandole un grito que hizo aumentar inmediatamente, varios tonos, la cancion. 

Ese grito, su vision, se sintieron casi tan bien como su cuerpo hundiendose en ese paraiso resbaloso, estrecho. La cancion le marcaba el ritmo, y al ser el control tambien mas fuerte, la sensacion mas fuerte, sus rastros de personalidad fueron adormecidos, enterrados bajo un remolino caliente que lo instaba a ir mas rapido, a obtener mas placer, a cumplir con su deber.

Thalim se tapaba la boca para no gritar, llorando: al principio, de dolor, ahora, de verguenza y de placer, de increidulidad, de esa horrible sensacion de no poseer tu cuerpo ni tus impulsos, meneando la cadera contra la verga de Silva, sin creer su descaro, su busconeria, su lujuria animal en algo que pudo haber sido tan hermoso. Lloraba, y Silva le aferraba los tobillos taladrandolo, sacudiendolo todo ante los exitados paches que no quitaban ojo de su culo contrayendose en las embestidas entre las nalgas de Thalim, o de la carita llorosa de este, sus pezones erguidos, sonrosados, como la pollita que se sacudia sobre su vientre, sobre su tatuaje.

Sin poder contenerse mas, Namari se levanto, ululando y dandose golpes en los labios para entrecortar mas el aullido, corriendo hasta el centro y pegando una nalgada a las firmes nalgas morenas, con los hoyuelos bien marcados arriba por el exfuerzo.

Fue visto con censura por todos cuando regreso a su lugar; si Silva se entero, no dio muestras de ello, concentrado como estaba, mecanico en su placer, con un unico objetivo en mente: llenar a la turra de semen y hacerle un hijo. El instinto basico, sumado a la programacion de su lavado de cerebro, obraban en conjunto, Silva se perforaba a Thalim sin ninguna consideracion por los deseos del joven, ni siquiera por los corporales de atencion inmediata que le transmitia su habilidad: nada le importaba, solo queria correrse, vaciarse en ese tunelito calido que llevaria su simiente a buen puerto.

Thalim habia superado el punto de no soportar mas; ni verguenza, ni ardor, ni desesperante sensacion de querer que todo terminara y a la vez no: estaba reducido, reducido a una masa que solo soportaba; soportaba los ardientes embates en su culo anhelando por correrse, soportaba la humillacion de todos esos malditos viendolos, saliendose con la suya. Silva iba a odiarlo, iba a odiarlo por tener a su hijo si un dia volvia en si. Y si no, la perspectiva era aun peor, perdido para siempre, su gentil amigo de ojos calidos.

Se corrio, con esas gemas verdes, frias, inhumanas, fijas en el, en su gesto, solo como un estimulo sexual. Lo sintio llenarlo de semen sabiendo que tendria exito, que su vientre se anegaria con vida, como un manglar, y volvio a llorar. 

Silva se retiro, juntandole las piernas y alzandoselas por los tobillos, separando sus nalgas enrojecidas y sodomizadas unos treinta centimetros del suelo, alzandolo como un trofeo mientras se aseguraba que el semen se quedara dentro, uniendose al desagradable ulular de los otros al lograrlo.

Solo queria desmayarse, morirse, dejar la conciencia: ese no era Silva, esa no podia haber sido su primera vez. Por lo menos todo habia terminado, o eso penso hasta ser depositado de vuelta en el suelo, cuando Namari se acerco con otra copa, llevandola a los labios de Silva mientras lo miraba con obcenidad, tocandole el pecho con la otra mano.

-Bebe, para que toda tu semilla sea prontamente liberada.

-¡¿Que?! - pregunto Thalim incorporandose, cubriendose con los lados de la capa de Silva, la capa que mantenia su agradable olor, consolandose en el mientras miraba a todos aquellos, todos aquellos rostros malignos, perversos, cobardes - Ya tengo un hijo en el vientre - miro a Goldva - ¡usted se ha asegurado! 

-Si este debilucho no puede, yo puedo seguir. - se ofrecio Namari, mas que deseoso.

-¡No! Los Grandes espiritus han hablado, solo estos dos deben procrear. Thalim - este se estremecia - no esta de mas asegurarse: hasta que la simiente de Silva este agotada, terminara el ritual.

El gesto de Namari decia todo sobre su estado de animo; tambien los de Brom y Magna. La fina linea de ojos violetas entre las pestañas se fijo en las bolas de Silva: hinchadas y llenas se veian, todavia. 

 

Notas finales:

Logro desbloqueado: poner en un porno gritos indios, y que quede. XDDD

Posiblemente esto tenga continuacion.

Posiblemente la proxima semana les suba el primer capitulo del fic que estoy escribiendo entre Silver y Mikihisa, donde finalmente mi querido pache coge por su voluntad.

Gracias por leer. 

Si les gusto este, chequen por ahi en mi biografia el de Dark passion play, un fic viejito de ritual sexual entre lucius malfoy y bill weasley.


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