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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"Vamos al puto club."

Kim Mi-hee y Kim Byeong-jun, miraron a Do-han cara a cara y comenzaron a decir un montón de palabras extrañas. Ambos estaban ligeramente borrachos para ese momento.

"¿De qué están hablando? Solo estoy planeando quedarme aquí una hora más y luego irme a dormir."

"... Ya no tienes 20 años. Idiota. Deja de actuar así".

Kim Mi-hee y Byeong-jun, que querían disfrutar de un ambiente más ruidoso después de mucho tiempo encerrados en el hospital, empezaron a quejarse y a decir que era un amargado. Pero Do-han quería evitar el club tanto como fuera posible. ¿Cuántas personas realmente iban a ese lugar con la pura intención de disfrutar de la música, el alcohol y el baile? Imposible.

"Vamos, vamos..."

Mi-Hee empujó la espalda de Do-han hasta que la cabeza le empezó a rebotar para adelante como un muñequito.

"Bueno ya. Vamos."

Contrariamente a la expresión temblorosa de su rostro, Dohan estaba muy hablador y emocionado de estar con sus amigos. Después de todo, era como una oruga que tenía que comer las pequeñas plantas de un pino para sobrevivir. Cuanto más entraba el veneno en su organismo, más brillantes se volvían sus ojos y su resistencia entonces se tornaba en algo tan bueno, que incluso comenzaba a desbordarse.

Salieron del bar, cruzaron la calle y pasaron de inmediato por una tienda de Crocs que le llamó la atención en el primer momento. Aunque igual Dohan negó con la cabeza al ver a Mihee correr en dirección al club sin fijarse por donde iba.

"¡Oye! Espera un minuto, loca."

"¿Por qué?"

Mi-hee y Byeong-jun, que ya iban muy adelante, volvieron rápidamente la cabeza a la llamada de Do-han. Él señaló la tienda de zapatos con el pulgar.

"Quiero comprar algo allí."

"¿Qué? ¡Oh! ¡Cómprame Jibits!"

"Cómpralos con tu dinero si quieres".

Kim Mi-hee entonces se tiró en los brazos de Do-han y dejó que la arrastrara dentro de la tienda mientras cantaba "Jibits" "Jibits" una y otra y otra vez justo como una niñita.

Y mientras Mi-Hee estaba bastante emocionada por elegir Jibits, Do-han escogió el diseño más básico de unos Crocs blancos. Fue porque Hyewon, a quien vio durante el día, tenía las suelas de los zapatos completamente destrozadas y el plástico saliéndose. Algunos hospitales especificaban el color de los zapatos que tenían que utilizar durante sus rondas, pero el Hospital de la Universidad de Deokwon no era así en absoluto. De todos modos, como era de esperar, Hyewon siempre insistía en el blanco porque decía que así se veía elegante. Algo muy diferente de otras personas que usaban todo tipo de adornos y colores.

Quiso tener unos iguales para él.

Dohan, quien le pidió al personal del establecimiento que trajera un par del número siete para Hye-Won, dudó en si comprar los Jibits que Mi-Hee Kim le había enseñado o dejarlo así como estaba. Sin embargo, pensó que si usaba los zapatos como venían de fábrica, sin adornos ni colores, iba a ser fácil que los perdiera al estar en un lugar lleno de personas que tenían exactamente los mismos que él. No obstante, a Hyewon realmente no le gustaban las cosas que eran demasiado ruidosas o vistosas así que, considerando su gusto, Dohan eligió Jibits con sus iniciales en negro.

Pero, cuando estaba a punto de darse la vuelta junto con Kim Mi-hee, que sostenía una bolsita llena de Jibits de Mickey mouse entre sus manos, un muñequito, con lindas gafas redondas y ojos chiquitos, llamó su atención tan drásticamente que hasta se paró en seco. Eran gafas con montura plateada, muy iguales a los que llevaba Kang Hye-won. Dohan tomó impulsivamente el Jibit en su mano y lo pagó.
Era un regalo para mañana. Quería darle algo bonito y al mismo tiempo, fue una compra irreflexiva de un impulso momentáneo de poseer lo mismo. Como una pareja.

Con una bolsa de compras que contenía dos pares de zapatos, Do-han siguió a Byeong-jun y Mi-hee y entraron todos juntos al club a pesar de que aún era bastante temprano. Le gustaba el fuerte sonido de la música en sus oídos porque de por sí disfrutaba mucho de lo ruidoso en lugar de lo tranquilo y normal. Podía decirse que era algo con lo que se sentía cómodo. Cuando estaba solo, en espacios tranquilos, le asaltaban pensamientos sombríos y la soledad le hacía sentir infinitamente extraño. Allí al menos no tenía que pensar.

El club, en el que había estado entrando durante mucho tiempo en el pasado, estaba completamente lleno de gente para ese momento y era muy, muy escandaloso. Vio algunos rostros familiares y, mientras buscaban lugar al fondo, también observó a Kim Mi-hee bailar tan apasionadamente que era difícil saber si eran movimientos nuevos o una rutina de gimnasio.

"Mihee Kim ¿Por qué haces pilates?"

"Creo que eso lo ví en un vídeo de zumba."

Byeong-jun y Do-han miraron a Mi-hee atentamente, quien estaba haciendo un ejercicio a nivel aeróbico mientras sujetaba una copa de vino entre su mano. Como dijo Byeongjun, de verdad era muy difícil ver eso como un baile. Incluso aunque fuera uno moderno.

Luego, al final de la mirada de Dohan, quien estaba escaneando la pista, captó el rostro familiar de un par de Omegas con los que ya se había acostado con anterioridad. Los hombres, que hicieron contacto visual también, agitaron brevemente la mano y lo miraron como pidiendo que se acercara. Y en ese momento, Dohan sintió una repentina sensación de vértigo que le hizo cerrar los ojos. Pero ya que no se aproximaron porque estaban básicamente hasta la esquina, los ignoró y vertió de inmediato un nuevo vaso de licor en su boca.

"Mihee, ¿Ya terminaste las repeticiones?"

Kim Mi-hee, que caminaba por la pista, respiró hondo y se acercó a la mesa donde sus amigos se habían acomodados. La mujer estaba sudando profusamente y su rostro se había pintado de color rojo cereza, por lo que ni siquiera tuvo tiempo de tomarse a mal la pregunta de Byeong-jun.

"Hoy fue un día realmente difícil. Entré dos veces seguidas a ayudarle a Donald con la cirugía."

"¿Cómo que a Donald?"

"El doctor de Cirugía ortopédica. Shin Sung-seop."
 
Ante la aparición de un apodo que solo se había extendido entre los doctores y enfermeros de quirófano, Dohan se echó a reír con ganas. Sin embargo, Byeong-jun, que estaba encargado de urgencias, miró alternativamente a Do-han y Mi-hee y preguntó:

"¿Por qué le dicen así?"

"Habla justo como el pato Donald. Suena igualito."

"Ponga mucha solución salina tibia para artroscopía, señor Dohan."

Dohan agregó una explicación muy detallada para resolver la curiosidad de Byeongjun, utilizando una voz chistosa que ocasionó un montón de risas. Dohan llenó los tres vasos con más de licor.

"¡Beban despacio, maldita sea!"

"Ella dice que hay que beber hasta que la nariz nos sangre."

Después de eso, cada vez que Byeong-jun hablaba de un error divertido cometido por un nuevo interno o residente o de algo que había pasado con un paciente extraño, Mi-hee Kim y Do-han se sujetaban el estómago y se reían tanto que pareció como si llegara un momento en que ya no podían ni respirar. Los rumores se difundían rápidamente dentro del hospital, pero dado que ellos estaban en un quirófano cerrado, los chismes iban más lento para ellos que para el hombre que estaba siempre en la sala de emergencias. Luego, de la nada, alguien tocó el hombro de Dohan, quien seguía sonriendo, puso una mano alrededor de sus hombros, bajó la cabeza y acercó sus labios hasta pegarse a su oreja. Obviamente era uno de esos Omega con quien había tenido una aventura antes.

"Hola, Dohan. Mucho tiempo sin verte."

La sensación del cabello de otra persona, haciéndole cosquillas en la mejilla, hizo que el cuerpo de Dohan se erizara hasta el infinito.

"Dejaste de hablarme tan de la nada..."

"Estoy con mis amigos, perdón."

El ambiente, que había sido infinitamente agradable hasta hace un momento, cayó al suelo hasta quebrarse justo como lo haría una taza. El toque en su hombro fue horripilante y el olor de la feromona de ese hombre, mezclado con el aroma a alcohol y sudor, le comenzó a dar tantas náuseas que hasta bajó la cabeza. El Do-han, que sonreía y reía abiertamente, desapareció en un instante hasta dejar solo a un hombre de corazón frío con una cara tan apagada como la de Kang Hye-won.

"Es que estoy muy feliz de estar contigo."

"Si finjo que me alegra verte, ¿Te irás?"

El hombre continuó hablando sin perder la sonrisa a pesar de la voz tan fría de Dohan. Pero cuando cortó el final de sus palabras, pareció quedarse un tanto atónito. Aunque estaban en un club oscuro, con una iluminación caótica de luces rojas y verdes, igual pudo ver claramente el rostro del hombre Omega sonrojado por la vergüenza. Y en respuesta a la reacción de Dohan, Mihee Kim lo miró a los ojos y dijo:

"Creo que este tipo ya está borracho. Te llamará más tarde. Déjalo por ahora."

Mihee sonrió y consoló al hombre que evidentemente estaba muy desconcertado por todo esto. Cuando se alejó, Dohan palmeó el lugar donde lo había tocado la mano del Omega y se sacudió casi como si tuviera polvo en la ropa.

"Vivir con el doctor Kang hace que se te peguen sus hábitos."

"Es que no lo soporto. De verdad."

"Dohan-ah, esa actitud es algo nuevo para ti. ¿De verdad estás bien?"

Y es que Do-han no sabía cómo deshacerse de su frente arrugada o de sus ojos llenos de odio. E incluso después de que se fue, las feromonas del maldito Omega parecieron permanecer a su alrededor tan fuertemente, que Dohan, sintiéndose incómodo en el estómago, llenó un vaso de alcohol y se lo tragó de un solo golpe. Gracias a eso, la palpitación de su cabeza desapareció un poco

"¿Por qué los omegas son tan pegajosos?"

"Bueno, antes que nada, porque eres muy guapo".

"Atraes a mucha gente, maldito suertudo. Eso no es para ponerte odioso."

Kim Byeong-jun, que estaba pasando un tiempo bastante solitario como soltero, se cayó sobre la mesa y escupió una queja increíblemente pesada al respecto. Dohan se limitó a servirse más licor sin poder decir una solo palabra en medio de la incomodidad que aún ardía entre los tres.
En el pasado, habría disfrutado de una noche encantadora con sus brazos alrededor de la cintura de un Omega sexy. Mientras gozaba de un contacto moderadamente cercano, sonreiría pidiéndole que se sentara con ellos y se pondría a reír por la sensación de la piel apretándose alrededor de su mano. Y por supuesto que para terminar, se divertiría con ganas teniendo sexo en un hotel toda la noche. Ahora ni siquiera quería hablar o respirar en el mismo espacio que ellos.

Aunque igual lo deprimió un poco que su cambio se debiera a su amor no correspondido por Kang Hye-won. Fue triste porque la vida del pasado, que era desenfrenada y loca, era más cómoda y sin complicaciones que esta en la que se encontraba confundido

"Ay, Kim Byeong-jun, cada vez que dices que estás muy solo, te ves como un anciano de mil años".

"Es por culpa de este maldito guapo. Lo veo y me dan ganas de ser un Alfa también."

La risa de Kim Mi-hee hizo que Dohan sonriera tardíamente, como para encajar con la atmósfera.

"Pero para ser honesto, siento que te estás desperdiciando últimamente. Naciste como un alfa, hombre. Sostener a un muñeco como ese está bien en ocasiones."

Pero Dohan desvió la mirada en lugar de seguir participando en la conversación. Las personas que buscaban pareja y los que estaban uno al lado del otro en la pista de baile, le habían llamado mucho la atención en ese momento porque la verdad era que... En días así preferiría haber sido un Beta en lugar de un Alfa. Es decir, habría sido un poco más fácil. Era solo un pensamiento basado en lo mal que se sentía justo ahora pero, Dohan igual pareció terriblemente sorprendido por tener presente algo que en otros tiempos hubiera sido imposible en él. Aunque alfa, omega y beta eran iguales en la sociedad, estrictamente hablando, Dohan era una persona con una supremacía muy importante. Era la primera vez que quería ser alguien diferente, así que se sintió raro.

Dohan llenó su copa de vino, la vació de un trago, y se levantó de su asiento de inmediato. Los dos, que habían estado hablando con bastante entusiasmo sobre sus días en el hospital, levantaron la cabeza y lo miraron antes de que caminara más:

"¿A dónde vas?"

"Al baño."

"Si no regresas pronto, te mato. Te lo juro."

"No lo haré. Vendré enseguida"

Dohan tenía antecedentes por desaparecer inesperadamente en las fiestas. Por supuesto, era obvio saber donde estaba entonces. Cuando Mi-hee Kim, que lo conocía bien y estaba familiarizada con él, lo amenazó, Do-han gritó que "no se preocupara" y se tambaleó hacia el baño.

Quizá fue porque bebió alcohol durante mucho tiempo, pero Dohan tomó un ritmo bastante torpe. Sintió que su cabeza temblaba con la música y estaba tan borracho, que tuvo que poner sus manos en la pared para no irse de cara. Un Omega y un Alfa, quienes se estaban besando, bloquearon la entrada de un modo tan descarado que tuvo que empujar a los dos con una expresión bastante molesta en la cara. Sin embargo, el Omega, a quien Dohan había tratado mal en la mesa, estaba allí de pie para hacer de todo algo muchísimo peor.

"Han pasado más de dos meses desde que te vi, ¿No es realmente demasiado?"

"He estado enfermo. No eres tú así que, por favor..."

Como dijo Kim Mi-hee, trató de decir algo agradable para no parecer un cabrón. Pero esto no duró demasiado. Molesto por el acto de deslizar sus brazos alrededor de su cuello, Dohan tiró bruscamente de su muñeca y lo empujó hasta que se estampó en la pared. El asco fue tan intenso que sintió que iba a vomitarle encima.

"¿Qué?"

"¡No estoy interesado en ti! Apestas ¿De acuerdo? ¡Así que lárgate de una maldita vez y déjame en paz!"

Dohan, que se había quedado sin paciencia, se tapó la boca, tiró de él hacia atrás y corrió hacia el cubículo del baño antes de que fuera demasiado tarde. El sonido del agua saliendo del grifo abierto y el sonido de las náuseas del compartimiento más alejado, llenaron todo el baño hasta que pareció honestamente ridículo. En los oídos de Dohan, se escucharon las palabrotas del hombre omega a todo lo que daban sus pulmones pero, en realidad, no le importaba mucho que digamos ahora que se sentía tan enfermo. Era un tipo que solo recordaba como alguien con quien tuvo sexo. Era un sujeto de quien no sabía ni el nombre ni dónde lo conoció. Y como si fuera a escupir sus intestinos, Dohan se inclinó y vomitó con tanta fuerza que hasta el baño se quedó en silencio. Ni siquiera comió algo, por lo que solo arrojó todo el alcohol y sus jugos gástricos.

Y en cuanto el Omega, que estaba escupiendo un montón de maldiciones, salió del baño, las náuseas de Dohan disminuyeron gradualmente hasta que finalmente se le quitaron. Era un enlace imaginario y de todos modos se estaba volviendo más grave de lo que pensó.

Se inclinó para escupir una bola de baba y entonces, el teléfono que tenía en su bolsillo cayó al suelo. Dohan miró fijamente el aparatito, luego se puso en cuclillas y lo levantó. Su rostro se reflejó en la pantalla negra así que notó que su cabello, que había arreglado para salir, estaba desordenado y que tenía vomito pegado en la barbilla. Debería estar feliz, pero la imagen reflejada no se veía así en absoluto. Y mientras observaba su rostro, así de sombrío, de repente quiso ver a Kang Hye-won con tanta desesperación que se le llenaron los ojos de un montón de lágrimas.

Dohan se arrodilló en el suelo del baño y sollozó con ganas. De hecho, pensó que quería volver a casa de Hyewon, cenar con él y dormir a su lado. ¡No importaba que estuviera allí esa estúpida pared! Pero aunque no era demasiado tarde ahora, Do-han ni siquiera tenía la fuerza para llamar a Hye-won o irse en este momento. 

Debió haber sido divertido, pero ahora no estaba nada feliz.


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