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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Hubo un sonido de estallido.


Cuando se golpeaba a alguien en la mejilla, generalmente se producía un chasquido que sonaba como un pequeño "pack". Pero Kim Byeong-jun literalmente le asentó todo el puño en la mandíbula.


Byeong-jun, que estaba de pie para poder apoyar a las dos personas que se le habían caído en la calle, estaba a punto de entrar en un nuevo estado de desesperación que no había conocido ni cuando trabajaba en el hospital. Además, no podía solo despertar a Do-han con una mano amistosa y frases lindas en una situación en la que literalmente las palabrotas estaban saliendo de la nada.


"¡No te desmayes de nuevo! ¡Maldito cabrón!"


Cuando Byeong-jun, que se había cansado de cargarlo para todos lados, liberó la fuerza de su brazo izquierdo, Mi-hee Kim, que estaba también sobre su hombro, cayó al suelo como si fuera un pedacito de papel. Ella ya no tenía zapatos y el cabello se le había pegado a la frente a un punto en que hasta parecía un monstruo peludo más que una mujer.


Byeong-jun respiró con fuerza, analizó sus posibilidades y al final, pellizcó el pecho de Im Do-han con todas sus fuerzas en un intento desesperado para que abriera los ojos. Por supuesto que gritó tan pronto como sus pezones fueron torcidos para la derecha.


"¡¡Aaaaah!! ¡¡Me duele!!"


"El paciente parece estar todavía inconsciente. ¡Haré otra prueba de estimulación de pezón para estar seguro!"


"Te estoy... Te dije que estoy y que aquí y que eso me duele. Me duele. Me... ¡Buargh!"


Kim Mi-hee, que estaba tirada en la calle igual a una indigente, se levantó para vomitar también porque aparentemente ese sonido le había dado asco.


"¡Buargh!"


"No puedo, me rindo. Vamos a tener que vivir así y comenzar una nueva vida en las calles."


Después de todo, no era nada fácil volver a casa con dos personas ahogadas en alcohol. Kim Mi-hee era difícil, pero Do-han ni siquiera caminaba sobre sus propios pies, sino que se aferraba a Byeong-jun como un niño chiquito. ¡Ni siquiera sabía que Dohan era tan putamente pesado! Byeong-jun literalmente se estaba muriendo por haber arrastrado a un gigante por tantas calles y la verdad era que ya ni sentía la espalda.


"¡Hey! Ven aquí ¡No vomites allí, estúpido! Ah, ayúdame por favor. ¡¡Voy a ponerme a llorar!!"


Byeong-jun, que vio a Hyewon al final de la calle, agitó las manos con tanta desesperación que pareció a punto de echarse a volar. Ambos hombres se reunían frecuentemente en el pabellón de emergencias cuando el flujo de pacientes era exagerado así que, bien podía hasta decirse que se habían vuelto muy amigos.


"¿Quieres que pidamos un taxi?"


"No, voy a... ¡Que no hagas eso, loca!"


Kim Mi-hee, que yacía en el suelo y entre las piernas de Byeong-jun, trató de quitarle los pantalones tan extrañamente que él se defendió dándole un zape. Luego, el hombre empujó el cuerpo de Do-han y lo arrojó en su dirección como si fuera un equipaje no deseado que le estaba regalando. Hye-won, que lo sostuvo entre sus brazos, comprobó su estado actual y lo ayudó a vomitar de nuevo para que no fuera a ahogarse.


"¡Me hubieras llamado a la salida del club! Habría ido hasta allá."


"¿Estabas de humor para eso? La escena estuvo más intensa en el club, créeme."


"¿Cuánto bebió?"


"Dejó seco el lugar pero, "el genio" siempre es así ¿No? Aunque bueno, sí. Hoy pareció más desesperado que de costumbre."


El olor a alcohol emanaba fuertemente de Dohan incluso aunque tenía la cabeza gacha y los labios en una dirección muy diferente a la suya. Hye-won no podía entender por qué había llegado al punto de beber hasta perderse pero, aunque ciertamente estaba enojado con él, podía decirse que su preocupación le estaba ganando a eso con creces. No hace mucho tuvo una gastritis aguda y calambres estomacales. Siempre parecía estar especialmente cansado y ya tenía mucho que no iba a beber. No quería meterse en su vida privada así que nunca habló al respecto, pero viendo lo mal que estaba hoy, pensó que tal vez debería preguntar y ver si había algo que pudiera hacer para ayudarlo.


"Ven aquí, borracho".


"No estoy borracho ¡Tú estás borracho!"


Dohan, que estaba agachado, de repente inclinó el cuerpo en su dirección y estiró los brazos para que pudiera sostenerlo. Entonces Hye-won, que se acomodó de tal manera que terminó sosteniendo la cabeza de Do-han contra su hombro, frunció el ceño ante el olor que le golpeó de lleno contra la nariz.


"Entonces, te lo encargo."


"Gracias, ve con cuidado a casa y cuida mucho de Kim Mi-hee".


Hye-won, quien puso el brazo de Do-han alrededor de sus hombros y su mano izquierda en su cintura, saludó a Byeong-jun con un movimiento de cabeza y lo observó atentamente hasta que él y Kim Mi-hee, que estaba sobre su espalda como una bolsa de papas crudas, llegaron finalmente a la esquina y dieron la vuelta.


"Bueno... Ven aquí."


Las piernas de Dohan se arrastraron por el suelo. Ni siquiera podía caminar o poner los tobillos rectos. Y cada vez que daba un paso, apoyado contra Hyewon, la bolsa de compras blanca, que no había soltado por nada del mundo, comenzó a golpearles las rodillas una y otra vez hasta hacérselo más difícil.


"Me dijiste que ibas a beber con moderación..."


"Es que me siento... Me siento mal. Por eso bebí."


"¿Por qué te sientes mal? ¿Qué pasó?"


A medida que su cuerpo, hecho completamente de músculos fuertes, se estiraba hacia adelante y hacia atrás como muñeco de gasolinería, Hye-won tuvo que poner más fuerza en si mismo para intentar no tirarlo en la calle. Hubiera sido bueno levantarlo y sostenerlo como una pareja en alguna película romántica de la televisión, pero la diferencia de altura era de apenas unos milímetros y, además de eso, Dohan, que hacía mucho ejercicio, pesaba muchísimo más de lo que imaginó. Cada vez que se desplomaba y hacía un gran movimiento en su dirección, Hyewon tenía que obligarse a ponerse muy duro para no hacer que se cayera de cara. Además, la maldita bolsa de compras en la mano de Dohan seguía golpeándolo en la rodilla hasta que lo puso de malas.


Hye-won, que estaba nervioso, se acercó para tomar la bolsa y hacerla a un lado pero, Do-han, enojado, lo empujó.


"¡No me toques! ¡Tampoco toques eso! ¡Es un regalo y no es para ti!"


Luego, Dohan quitó el brazo de su hombro, luchó, y de repente se apartó completamente del lado de Hyewon.


Hyewon miró la espalda del hombre, que caminaba en zig zag, como si fuera a caer hacia adelante o hacia atrás de una manera bastante abrupta. Y cuando el cuerpo de Dohan, que iba ya muy adelante, tropezó violentamente con un bache, Hyewon lo siguió y lo apoyó antes de que se diera un golpazo. Pero cuando agarró su hombro otra vez, Dohan sacudió la cabeza y repitió:


"No quiero que me toques, ya te dije."


"Pero te vas a caer."


Hyewon apoyó en silencio la espalda de Dohan mientras subía las escaleras. El hombre estaba completamente borracho y al parecer, eso le hizo actuar molesto incluso aunque pareció estar de un excelente humor cuando le dijo que tenía una cita para tomar una copa. Por supuesto que no estaba de acuerdo con que hubiera ido pero, al ver la manera en la que esperaba tanto por el momento de estar con sus amigos, pensó que todo estaría bien y que se portaría tan decente como le prometió. Aparentemente le tenía más confianza de la que debería.


"Ah..."


Do-han, que había estado caminando de un lado a otro durante mucho tiempo, se detuvo en el lugar y de repente maldijo en voz alta:


"… ¡Mierda! ¿Por qué me estás siguiendo? Ya te dije que me dejes. Van a venir por mi ¿De acuerdo? Así que lárgate."


Dohan, que escupió un montón de maldiciones al aire, como si hubiera actuado de verdad muy injusto con él aunque solo lo estaba cuidando, se agachó y hurgó en sus bolsillos. Luego, sacó su teléfono celular y comenzó a llamar a alguna parte. En ese momento, sin embargo, sonó el teléfono celular de Hyewon. El nombre que se mostraba en su pantalla LCD era "Im Do-Han" así que contestó con una expresión bastante aturdida en su rostro.


"Ah... Hola."


Una voz ronca vino justo en frente.


"¿Puedes venir a recogerme? Estoy perdido y hay un tipo molesto detrás de mi."


Pero él era quien estaba justo detrás de Dohan. 


"Lo haré."


Respondió y colgó el teléfono, así que Hyewon se acercó nuevamente y lo hizo levantarse. Do-han, todavía borracho, volvió a desconocer a Hye-won así que se quejó en voz alta diciendo:


"¡Tengo a alguien esperándome! Va a venir por mi así que encuentra a alguien más."


"Vamos."


"¿A dónde vamos?"


"Entremos."


"Pero ya no me sale tener sexo con desconocidos. ¿Quieres sexo?"


Hye-won no discutió, solo permaneció en silencio y sostuvo a Do-han, que estaba a punto de caer, hasta que finalmente se dio por vencido y pudo meterlo al complejo.


"¿Por qué?, ¿Por qué no vienes por mi? Idiota. ¡Me están secuestrando y no te importa!"


Pero la persona con la que estaba enojada, en realidad lo miraba desde una distancia realmente corta.


Después de eso, Dohan, que pareció quedarse dormido de pie, (porque se quedó quieto con los ojos cerrados) de repente, se volvió para mirar a Hyewon y preguntar:


"¿Te gustaría dormir conmigo?"


"Por favor, cálmate."


El rostro de Hyewon, que había estado un tanto desesperado, se tiñó de vergüenza en un segundo. Sus ojos se pusieron redondos, y sus labios rojos se abrieron con sorpresa en contraste con la piel que tenía muy pálida. Luego Dohan estiró su brazo y tocó el pecho de Hyewon antes de envolverse alrededor de su cuello.


"Vamos al hotel."


Hyewon lo agarró también y sostuvo los hombros tambaleantes de Dohan para evitar que fuera a resbalarse. Sin embargo, incluso con algo tan pequeño como eso, su corazón se aceleró igual a si hubiera corrido más de diez calles para llegar hasta él. Su rostro pálido de repente se puso rosado y sus orejas se pintaron como lo haría una cereza madura.


"Espera por favor..."


Hyewon entonces respiró hondo y profundamente. Fue agridulce sentir un toque tan lindo contra él a pesar de que ni siquiera lo había reconocido y a pesar de que lo trató como alguien con quien quería pasar una noche casual. Era como verter jarabe en un espresso muy amargo.


Hyewon lo movió para la habitación sin dejar de abrazar a Dohan, incluso aunque tenía esa bolsa de compras tan estorbosa golpeando entre sus piernas enredadas constantemente. Con cuidado, en caso de que tropezara, lo condujo por el pasillo y lo juntó a su abdomen para que no se fuera a pegar en la cabeza. En realidad, eso era una excusa. Era un deseo egoísta llevar este calor con él un poco más antes de que tuviera que soltarlo.


"Hotel, vamos al hotel..."


"Sí, te llevaré a un lugar mejor que a un hotel. Te llevo a casa."


"¿En serio vamos a casa? ¿Ya te quieres deshacer de mi después de acosarme?"


Hyewon sonrió mientras miraba a Dohan y entonces, casi inmediatamente, le llegó un pensamiento extraño a la cabeza ¿Era demasiado el deseo de estar juntos? ¿Lo valía tanto como para arriesgar lo que tenían ahora? Porque incluso en este momento, le preocupaba enormemente que fuera demasiado tarde para dar una vuelta atrás. Más aún ya que su propia codicia había hecho que siguiera abrazándolo.


Hye-won, que llegó frente a la casa, apoyó a Do-han con una mano y hábilmente abrió la puerta principal con la otra, pero quedó atrapado en sus zapatos y su abdomen y rápidamente tropezó sin poder detener la caída. Las piernas de Dohan y las piernas de Hyewon se enredaron y los dos terminaron muy pegados el uno contra el otro. La bolsa de compras en la mano de Do-han golpeó la cara de Hye-won y entonces los dos se quejaron de dolor al mismo tiempo.


Hyewon, quien repentinamente fue atacado por Dohan, como en una película dramática de tercera categoría, reconoció lo tonto que seguramente se veía ante él en este momento y se sonrojó hasta la cabeza. Estaba caliente, como si las piernas que lo tocaban estuvieran en llamas, y como si el aliento que tenía a centímetros de él incluso estuviera derritiendo su carne. Avergonzado, Hyewon no pudo hacer nada por un momento y solo se quedó allí, escuchando el sonido de su corazón latiendo y latiendo en su pecho y en sus oídos también. Luego, sus gafas torcidas cayeron de su rostro hasta aterrizar finalmente sobre el pecho de Dohan.


Dohan, que sostenía la bolsa de los zapatos, la dejó contra el suelo, y utilizó los dedos que ya tenía libres para recoger los lentes que habían caído sobre él. Eran unas gafas plateadas así que las puso en la cara de Hyewon casi sonriendo. Luego dijo, con un brillo extraño en sus ojos entreabiertos y los labios ligeramente separados:


"¿Quién eres?"


"¿Quién?"


"Es que... Recientemente descubrí lo mucho que me gusta que tenga estas gafas."


Ante esas palabras, el corazón de Hyewon se aceleró como loco.


"No entiendo ¿Te gustan los hombres con anteojos?"


"No. Jajaja. Me gusta como se le ven a él."


Hye-won no supo que decir ante las palabras de Do-han. Incluso por un momento, cuando su corazón temblaba, lo único que pudo hacer fue sentir como el aire salía lentamente de entre sus labios para intentar evitar que le diera un infarto.   


Hye-won, quien estaba temblando, trató de levantarse para salir de esa vergonzosa situación y volver a intentar llevarlo a la cama, pero Do-han lo agarró por el cuello muchísimo antes de que tuviera éxito.


Entonces Hye-won, que estaba intentando ponerse derechito, de repente perdió el equilibrio y volvió a caerle encima. Dohan le agarró el cuello de la camisa tan fuertemente que los tendones del dorso de su mano sobresalieron en color blanco y las venas que siempre le llegaban a la muñeca se le empezaron a marcar. Luego, levantó un poco la cabeza y hundió la cara en el cuello de Hyewon completamente. Apoyó la barbilla en la clavícula del hombre, que estaba expuesta a través de su ropa, y acercó la nariz hasta su nuca para comenzar a olfatearlo justo como lo haría un perro. Y cada vez que inhalaba y exhalaba, un aliento caliente, que contenía todo el deseo de Dohan, recorrió su cuello y su columna vertebral hasta hacerlo estremecerse.


Al igual que oler la comida antes de comer o saborear el aroma del vino antes de llevárselo a la boca, Dohan olió el perfume de Hyewon hasta que comenzó a babear de ganas. Olía a caramelo de menta triturado.


"… ¿Estás bien?"


"No. Por favor levántate ya."


La parte donde lo tocó el aliento de Dohan estaba tan caliente, que Hyewon dobló las rodillas y echó el trasero hacia atrás tanto como pudo en un intento por volver a ponerse de pie. Pero no importaba cuán fuerte intentara hacer que le soltara el cuello, no pudo hacerlo ni una sola vez. Es más, Dohan le dio más fuerza a su mano y ​​lo acercó.


"..."


Sin decir nada durante mucho tiempo, Do-han miró fijamente a los ojos de Hye-won y le sonrió mientras decía:


"Besame."


"Estás borracho..."


Pero las palabras para instar a Dohan a calmarse no duraron mucho tiempo. Dohan agarró a Hyewon por el cuello, levantó su cuerpo y colocó su boca rápidamente sobre la suya. El olor a alcohol en el aliento de Do-han fue tan fuerte que incluso Hye-won se sintió borracho. Sus brazos perdieron fuerza ante el toque de sus cálidos labios y luego, simplemente se deslizó hacia abajo como para poder continuar pegado a él. Al final, cuando la fuerza de los brazos que soportaban su peso para no ponerlo todo en Dohan, desapareció, los dos se superpusieron por completo y sus labios en contacto se hundieron todavía más profundamente que la primera vez. Los ojos de Hyewon estaban bien abiertos así que, lo que tuvo de él, fue un reflejó inmediato del rostro sonriente de Dohan, con los ojos cerrados y las mejillas bien rojas.


Estaba claro que era Hyewon quien se estaba tragando nuevamente unas expectativas que no tenían mucha esperanza, y quien finalmente se estaba aprovechando del alcohol en Dohan. Sin embargo, los labios del hombre eran demasiado suaves y muy cálidos como para negarse a ellos. Eran... Tan fabulosos que Hyewon ni siquiera pudo evitar cerrar los ojos por un momento.


Solo un momento.


"Ummm...."


Una lengua caliente y agudamente puntiaguda, penetró entre los dos labios superpuestos y se hundió hasta llegar a sus dientes. El movimiento de la carne al pasar por la boca, como un ser vivo, era un tanto aterrador para los dos pero igual Dohan chupó y chupó como si deseara aceptarlo por completo. Y comparado con Hye-won, que se movía tan rígido como un muñeco oxidado, Do-han era demasiado hábil a pesar de que estaba todavía borracho.


"Ah, Do-Han... Basta."


Cuando la mano de Dohan se metió en sus pantalones, Hyewon se levantó rápidamente y empujó a su amigo contra el suelo. Ya estaba mal desde el momento en que cayó enredado con sus piernas y definitivamente no quería llevarlo más allá de esto. Después de todo, esta vez no sería una casualidad como lo fue en el hotel y... Más que eso, Hyewon no quería mezclar su cuerpo con el suyo si lo mismo de la otra vez igual iba a volver a suceder. Era posible que no pudiera volver a verlo a la cara. Y es que podría haberlo descartado como un error una vez, pero no dos veces. Hye-won dijo que "no" y se levantó. Dohan, tendido en el suelo, frunció el ceño y miró a Hyewon con una expresión que definitivamente estaba llena de enojo. Estaba insatisfecho de que huyera y lo dejara excitado.


Hyewon recuperó la compostura, agarró el brazo de Dohan e intentó ponerlo de pie. Pero como un niño que insistía en que no daría un solo paso hasta que le compraran un juguete en el mercado, Do-han no siguió a Hye-won tan fácilmente ni se atrevió a extender los dedos. Pero cuando pasaron como dos minutos y entonces aceptó su ayuda, Dohan puso sus labios en el cuello de Hyewon y le asentó una mordida.


"Hueles riquísimo."


Hyewon ignoró las palabras de Dohan, tratando de no involucrarse demasiado para seguir adelante con el plan de ponerlo a dormir. Pero Do-han se paró en sentido opuesto a la dirección en la que quería llevarlo y puso toda su fuerza otra vez como si esta fuera su manera de decirle que no estaba de acuerdo con el momento en que paró el beso. Intoxicado, continuó balbuceando y hablando en el oído de Hyewon.


"Vamos, cariño... Anda..."


Pero Hyewon no escuchó el apodo con el que lo llamó porque estaba más ocupado en hacer que la mano grosera de Dohan dejara su trasero.


Hyewon sudó y luchó por llevar a Dohan a su habitación. Y cuando finalmente llegó a la puerta principal, respiró aliviado y abrazó al hombre, que fluía como un líquido entre sus dedos, para poder aventarlo de lleno en la cama. En ese momento, sin embargo, Dohan empujó a Hyewon una vez más, volvió a perder el equilibrio y se tambaleó hasta terminar por segunda vez abajo de su amigo. La noche en el hotel pasó por la mente de Hyewon en un instante, así que se congeló en su lugar y se mordió la boca. Necesitaba tiempo para aclarar su mente. Necesitaba irse de allí para no cometer una estupidez. ¿Sería diferente si conociera la angustia de Hye-won? No, era tan malo que pensó que tal vez lo estaba haciendo a propósito.


El pene de Hyewon estaba exactamente en contacto entre sus fuertes y musculosas nalgas.


"Lo siento, pero tengo prisa".


"…  ¡Dohan-ah!"


"Siento que te necesito..."


La sensación de pesadez, que sintió debajo de sus pantalones, estimuló terriblemente a Hyewon. Gritó el nombre de Dohan para que se quitara de encima, pero él se estaba concentrando tanto en quitarse la camisa que ni siquiera lo escuchó.


La luz que se filtraba por la ventana, iluminó la parte superior del hermoso cuerpo de Dohan: Sus hombros anchos, su pecho plano y sus abdominales marcados se resaltaron tan intensamente como si estuvieran a plena luz del día. El pene erecto de Dohan, que ya había estado duro desde mucho antes, tocó la parte inferior del abdomen de Hyewon cuando se inclinó para volver a besarlo y entonces, cada vez que Dohan se encogía de hombros y le sonreía, Hyewon, que yacía debajo de él, comenzaba a sentir que le costaba cada vez más resistirse a la emoción que se apoderaba del momento.


Tan pronto como pensó si es que acaso había hecho esta misma expresión mientras se masturbaba en su recámara, el pene de Hyewon se puso tan completamente erecto que apuñaló las nalgas de Dohan hasta un punto divertido.


El hombre sonrió por el toque y comenzó a desabrochar los pantalones de Hyewon. Él, por su parte, agarró la mano de Do-han, que estaba acariciando su cintura, e intentó bloquearlo para que no llegara más lejos. pero Do-han apartó sus dedos con gracia y dijo:


"Tranquilo..."


"Espera un minuto… Espera."


Pero antes de que Hye-won pudiera resistirse, Do-han decidió que era buena idea envolver los dedos alrededor de su pene. Era blanco y limpio y más grande de lo que pensó que iba a ser. Luego sonrió, y se inclinó lo suficiente como para poder morder la punta utilizando los labios. Hyewon respiró hondo ante la sensación de ese agujero cálido, suave y húmedo, envolviendo la punta de su glande y mordiendo su carne de un modo completamente experto. Alargó la mano para empujar la cabeza de Dohan hacia abajo y se quejó tanto, que hasta terminó por colocar la palma de la mano completamente en su frente. Sin embargo, Dohan no se quitó con facilidad. Más bien, cuanto más lo empujaba, más ponía fuerza en el cuerpo hasta terminar por agregar todo su peso contra él.


"Demonios. Eres grande."


Do-han estaba sosteniendo la verga de Hye-won completamente dentro de su boca. Hizo un sonido chirriante por un momento, como si el gran pene de Hyewon le estuviera apuñalando la garganta, y luego murmuró para si mismo mientras intentaba llevarlo un poquito más adentro de él. Hyewon dejó escapar un gemido bajo y luego se cubrió la boca con una mano para tratar de que esto no sucediera de nuevo. Y a pesar de que ni siquiera podía decir a ciencia cierta con quién se estaba mezclando en este momento, a Dohan le encantaba el aroma, la forma de su piel y el hecho de que tuviera anteojos. Justo como el hombre que amaba. Inclinó la cabeza, enterró la cara entre sus piernas y con cuidado, chupó más fuerte y se encargó de atenderlo bien con la punta erguida de su lengua. Pero por alguna razón, la otra persona permaneció en silencio. Cuando no pudo escuchar un gemido que le avisara si lo estaba haciendo bien o si le estaba gustando, Dohan levantó suavemente la cabeza y miró a su oponente: Su cara estaba tan roja que pareció que iba a explotar, y tenía la boca cubierta con ambas manos. 


Dohan se movió con orgullo en respuesta a la reacción bastante ingenua del hombre, se inclinó, abrió más y dejó que el pene llenara su boca lo suficiente como para golpearle la garganta. Luego, puso fuerza en sus sus muslos y repitió un movimiento tranquilo de un lado para otro. Tenía la boca tan abierta que no podía abrirla más y por eso mismo le dolía terriblemente la articulación de la mandíbula. Chupó desde la punta de su raíz hasta la punta del glande y sintió claramente la manera en que sus genitales se contraían en su boca como locos.


"¡Umm! ¡Ugh!"


Tan pronto como salió un gemido de la boca de Hyewon, Dohan pareció satisfecho y dejó escapar una risa bastante traviesa sin dejar de tocar su pene ni una sola vez. En realidad, esa risa sonaba como una burla. Estaba tan satisfecho con la voz que intentaba ahogar bajo sus manos y con la sensación de sus yemas temblorosas corriendo por su cabello, que sintió como si esta fuera su propia "victoria personal."


"Ah, ah, ah... Por favor, Dohan ¡Dohan!"


Hye-won, que había llegado al clímax, se llenó por todos lados con un placer tan desbordante, que luchó por tomar la cabeza de Do-han nuevamente entre sus manos incluso aunque él solo se estaba dedicando a darle una mamada. Hyewon empujó su frente tan fuerte como pudo y al final, cuando Do-han, que no pudo superar la fuerza esta vez, fue casi aventado a la cama, el hombre abrazó a Do-han, lo aplastó bajo el colchón y ​​eyaculó completamente sobre su abdomen. 


El líquido blanco hizo un sonido de traqueteo entre los dos cuerpos superpuestos. Después de todo, Hye-won abrazó a Do-han con fuerza y hundió los labios en su hombro, temblando ante el resplandor que se produjo después de la eyaculación tan fuerte que había experimentado. Luego, Hyewon rodó sobre la cama, todavía abrazando a Dohan con fuerza entre sus brazos, y terminó por hacer que quedaran acomodados de una forma completamente invertida a como estaban cuando esto empezó. Después de todo, fue Dohan quien encendió el fuego...


Y el segundo error ya se había producido de tal forma que ahora no podían volver atrás.


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