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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Dohan todavía sostenía la mano de Hyewon así que, de vez en cuando, al verlo distraído o escucharlo sorber la nariz, le daba pequeñas palmaditas en la espalda y le decía que "estaba allí a su lado" y que "Definitivamente no se iba a ir." De hecho, había perdido el momento para cortar con la escena, así que, cuando se dio cuenta, todavía seguían aferrándose el uno al otro como si se necesitaran para seguir adelante. Tardíamente llegó la incomodidad y el sudor comenzó a brotarle de las palmas. Era difícil soltar sus dedos ahora, incluso aunque pensó que era extraño para los demás ver a dos hombres grandes caminando de la mano por todas las calles que los llevaban a su departamento. Sobre todo, porque él estaba extremadamente nervioso por esta situación.

Torpe y terriblemente deprimido, Kang Hye-won caminó hombro con hombro junto a él sin decir una sola palabra al respecto. En realidad, el silencio había continuado por tanto tiempo que pensó en si debería decir algo sobre lo que acababa de pasar o una frase para consolarlo, pero Dohan rápidamente cerró la boca. Era porque sabía muy bien que no era bueno en cosas como levantar el ánimo y que además, en momentos como este, posiblemente era mejor mantener la boca cerrada y simplemente pararse a su lado hasta que se sintiera un poquito mejor. Además, si hubiera sido al revés, Hyewon hubiera preferido ofrecerle a Dohan un consuelo más plausible que directo.

Do-han miró el rostro de Hye-won mientras tomaba su mano con fuerza y ​​se movía como un niño al que su madre había regañado más temprano en la mañana. Pareció inexpresivo, pero si miraba un poquito más de cerca, entonces notaba que había cosas muy fuertes como angustia y tristeza mezcladas en cada movimiento.
La persona que falleció en la mañana era el paciente que Hyewon había visitado desde que era residente hasta que se volvió su médico tratante. Y después de recurrencias y cirugías repetidas, anoche tuvo que despedirse de él a la distancia. La emoción que debía estar dentro de él en este momento, debió ser una terrible sensación de impotencia. La única cosa que podías sentir en el momento en que te dabas cuenta de que en realidad no podías hacer nada y que no te quedaba más remedio que ver de cara a la muerte. Debió ser lo suficientemente doloroso como para sostener la mano de Dohan todo el tiempo y llegar hasta el frente de la casa sin soltarlo. Y con una preocupación realmente sincera, Dohan siguió cada uno de sus movimientos con la mirada hasta que finalmente llegaron a la entrada. Sin embargo, Dohan solo colgó las llaves, se quitó los zapatos y volvió a agarrar su mano para llevarlo hasta su habitación. Se veía bien por fuera, pero actuaba como si dentro de él ya hubiera dejado de existir el alma de un hombre. 

Dohan, que suspiró por un momento, le buscó ropa limpia y lo empujó hacia el baño diciéndole que se bañara antes de irse a dormir. Y cuando después de un rato finalmente se escuchó el sonido del agua corriendo en la ducha, Dohan suspiró y se rascó la cabeza. Sabía que siempre sufría mucho ante la muerte de un paciente pero, hoy era considerablemente peor que cualquier otro caso que se le viniera a la memoria. Incluso la paciente que le asignaron murió en la madrugada y después de eso lo hizo también una pequeñita que iba en el asiento del copiloto, por lo que no podía entender ni un poco de cómo se sintió. No podía saber que estaba pensando.

Dohan, que había estado vigilando la puerta del baño mientras escuchaba a Hyewon ducharse, miró sus piernas hinchadas y se dio cuenta de que no era el momento de preocuparse por él cuando tenía cosas que hacer por su propio cuerpo. Hyewon estaba sufriendo pero eso no significaba que pudiera quedarse sin hacer nada porque tenía que volver al hospital cuando se pusiera el sol.

Después de ducharse en el otro baño, Dohan se tumbó en la cama y suspiró por segunda vez en lo que iba del día. Sus piernas se sentían tan pesadas que fue como si no estuvieran unidas a su cuerpo y, además, después de recibir todo el agua caliente encima de su cuerpo, estaba tan cansado que sintió que podía quedarse dormido si tan solo tuviera un momento para acomodarse decentemente sobre el colchón. Sin embargo, como era de esperar, Dohan, volvió a abrir los ojos tan pronto como sintió que ya se le estaban cerrando. Fue porque estaba muy preocupado por el hecho de que no hubiera ni un solo ruido en la habitación de Hyewon. 

Do-han, quien se levantó abruptamente, salió de puntitas de su cuarto y abrió con cuidado la puerta de Hye-won. El hombre, con una toalla en la cabeza, estaba sentado en la cama con la cara en dirección a la ventana y los ojos bien abiertos.

"¿... Qué estás haciendo, tonto?"

Dohan se acercó, agarró la toalla que estaba en su cabeza y comenzó a moverla por todo su cabello en un intento por secar la mayor cantidad posible. Hyewon ni siquiera parpadeó.

"Hye-won..."

Robodoc estaba roto, así que Dohan detuvo sus manos e hizo una expresión que pareció realmente muy contrariada. De hecho, debido a que el hombre era terco como una mula, soportaba todo lo que le ocasionaba dolor en completo silencio. Era tan así, que pensó que si fuera cualquier otra persona, habría llorado con fuerza mientras decía que ya no quería ser un doctor. Se abría permitido ser débil y desmoronarse. De hecho, a menudo ocurría que los especialistas tenían desviaciones importantes precisamente por este motivo.

"Oye... ¿Quieres hablar de eso?"

"..."

Hye-won permaneció en silencio, probablemente porque estaba pensando en otra cosa así que ni siquiera fue capaz de escuchar lo que Do-han había dicho. Dohan, que estaba harto de todo esto, gritó:

"¡Kang Hye-won, maldita sea!"

Entonces Hyewon levantó la cara y miró en dirección a su compañero. El hombre, que había estado de pie, con los brazos cruzados y las piernas en línea recta, se acercó hacia él cuando sus ojos se encontraron y le tomó la cara entre las manos para juntarla a la suya. Hye-won no pareció saber que decir al respecto.

"¿Qué estás haciendo?"

"¿Cómo me dices que qué estoy haciendo cuando estoy en esta posición? Estoy... Tratando de hacerte sentir mejor ¿No te das cuenta?"

"No entiendo..."

Hyewon se había quedado atónito por los comentarios de Dohan. Aunque el propio Kang Hye-won había hablado de la relación entre los dos como algo que harían las "parejas sexuales", pareció no saber que la próxima vez en la que estarían juntos, vendría tan extraña y repentinamente en un momento en que tenían tanto dolor.

Dohan se subió a la cama de Hyewon y luego se sentó sobre sus rodillas hasta que logró empujarlo en la cama. Y es que en opinión de Dohan, el consuelo más efectivo ahora mismo, era tener sexo. De hecho, tenía que decir que cuando Dohan no podía soportar la melancolía que había acumulado en el trabajo, se regodeaba con Omegas hasta que comenzaba a sentirse infinitamente mejor. Y después de eso, las largas noches, con muchos pensamientos estúpidos, se acortaban significativamente de tal manera que su mente se volvía un cuadro sin nada. Además, pareció que no solo Hyewon sino Dohan necesitaban mucho de un momento de reinicio.

Dohan extendió las manos lentamente y comenzó a quitarle el pijama de encima. Y cuando la parte superior del cuerpo, ligeramente húmedo de su mejor amigo, quedó bien expuesto ante sus ojos, Hyewon agarró su propio pecho y preguntó el motivo por el que ahora había decidido tratarlo así.

"Solo déjame hacerlo..."

"Dohan… "

"Cállate... Solo... Solo cállate. Por favor..."

Dohan cubrió la boca de Hyewon con sus labios. Luego, el cuerpo de Hye-won, que había estado bastante confundido, se endureció, y finalmente llegó el momento en que comenzó a adaptarse a los movimientos de su compañero.

Dohan metió la lengua entre los labios de Hyewon y le tocó el pecho al mismo tiempo. Su mano, que había estado acariciando en medio, se resbaló y entró tan abajo de su ropa que Hyewon dejó escapar un gemido que se escuchó excepcionalmente hermoso. Pero a pesar de que era evidente que estaba exhausto después de tanto trabajo y tantas perdidas, su reacción fue más que evidente. Y después de que la cálida mano de Dohan frotara su pene un montón de veces, comenzó a levantarse justo como si recordara lo que habían hecho juntos la noche anterior.

"Ummm...."

Dohan tenía manos desesperadas...
 
Había logrado exhalar con fuerza durante un momento, abrió los labios y luego los volvió a juntar como si estuviera pidiendo que no se detuviera todavía. La boca de Hyewon, húmeda con su saliva, se presionó contra la de Dohan de tal manera, que los músculos de la línea de su cuello se destacaron exageradamente entre cada movimiento que realizaba para hacer de su encuentro algo un poco más profundo. Algo un poco más... Real.

Dohan giró la cabeza y envolvió su lengua alrededor de la lengua de Hyewon de nuevo. Había un montón de sonidos húmedos y desesperados que se filtraban entre sus labios, jadeos, pequeños gemiditos ansiosos y, cada vez que giraba la cabeza y la nariz alta de Dohan tocaba las gafas de Hyewon, había también un pequeño montón de quejas que sonaban como gruñidos de animal.

Por supuesto, no fueron únicamente sus labios los que se mojaron. 

Cuando agarró su pene con un poco más de fuerza y lo sacudió hacia arriba y hacia abajo sin detenerse, poco a poco comenzó a fluir un líquido espeso desde su punta hasta chocar contra la tela de sus ropas. Estaban tan juntos y apretados que ni siquiera parecieron tener el menor margen de maniobra mientras sus labios y esos genitales tan calientes e hinchados se peleaban por conseguir un poco más de placer. Y cada que Do-han movía la mano, la ropa interior de Hye-won se mojaba y revelaba por completo toda su enorme forma.

Dohan enrolló los dedos y frotó la punta del glande de Hyewon, quien estaba temblando debajo de él como si definitivamente no pudiera soportarlo más. Sus abdominales, que parecieron estar tallados en mármol, saltaron contra su cuerpo, se abollaron y luego temblaron en respuesta a los movimientos de sus dedos. Dohan miró a Hyewon sin dejar de sonreír.

"Do-han... Ah, Dohan, espera un minuto... No sé si... Deberíamos..."

La reacción de Hye-won, al sonrojarse por sus gestos, morderse el labio inferior y dejar que la cabeza se le fuera completamente para atrás, hizo que el estado de ánimo de Do-han se elevara hasta las alturas. Estaba terriblemente excitado por todo lo que estaba haciendo.

"No. Quédate quieto. Te hará sentir mejor."

"Ah, mierda. Mierda..."

"Ah, ah..."

Dohan ya no estaba respirando bien.  Estaba demasiado interesado y concentrado en lo que había comenzado a formarse bajo sus manos como para pensar razonablemente en cualquier otra cosa. Quería sentir más de los temblores de Hye-won bajo sus piernas. Tenía curiosidad por ver la expresión en su rostro cuando se llenara de placer y lo que haría cuando estuviera a punto de eyacular. Tenía curiosidad por ver si sería lascivo como el Kang Hye-won en su imaginación y estaba tan ansioso por volver a besarlo que fue consciente del momento en que su corazón latió tan rápido como para dejarle la boca seca.

Hye-won, que fue empujado por la mano áspera de Do-han, no pudo hacer esto o aquello debido a que su mano sostenía su pene como si quisiera arrancarlo desde la raíz. Y no quería hacerlo, pero en realidad estuvo a punto de de correrse entre sus dedos en el momento mismo en que comenzó a moverse más deprisa.

Hyewon apretó los dientes e inclinó el cuerpo un poco más para adelante. Las gafas se deslizaron ligeramente hacia abajo para terminar por recargarse sobre el puente de su nariz y, al mismo tiempo, los tendones se marcaron en su cuello completamente expuesto hasta incluso hacer evidente la manera en la que estaba respirando. Dohan se humedeció los labios con la punta de la lengua. El largo cuello, que estaba expuesto frente a él, tan blanco e indefenso como la nuca de una presa, fue mordido tan violentamente como si de pronto se hubiera vuelto un animal con hambre. Sin separarse, agarró el pene de Hyewon entre sus manos y lo sacudió tan imprudente como un niño que tenía un juguete nuevo.

Hyewon aprovechó el momento para agarrar el trasero de Dohan con ambas manos. Envolvió sus nalgas con los dedos y extendió su carne de par en par hasta dejarlo bien abierto. Dohan levantó la cintura y tembló cuando su acompañante metió una mano que se sintió extremadamente fría. Se le puso la piel de gallina en todo el cuerpo e incluso se permitió quejarse un poquito aunque igual no pensaba en hacer que se separara de él. La última vez estaba completamente borracho, pero ahora, como si fuera algo natural, Dohan había fruncido el ceño ante el toque tan tierno de Hyewon y dejado que continuara moviendo sus dedos para poder abrirle el culo justo como le viniera en gana. Era un lugar en el que había entrado apenas hace unas horas así que, tan pronto como pensó en eso, en que estaban juntos otra vez y tan rápidamente, una sensación de eyaculación repentina le hizo levantar la cabeza en un momento. Si Dohan no le hubiera soltado el pene para poder acomodarse, entonces estaba cien por ciento seguro de que habría vomitado un puñado de semen en su palma.

Y aprovechando la manera en la que Dohan se había doblado encima de él, los dedos de Hyewon se deslizaron a través de su agujero hasta llegarle un poquito más allá de la mitad del ano.

El interior del agujero, que se había comido anoche, todavía no se recuperaba completamente del encuentro así que podía sentir como su pared interior estaba toda llena de bultos. Cuando dobló los dedos y empujó el interior, Dohan se aplastó contra su mano y miró a Hyewon igual a si quisiera que se detuviera un momento para dejarlo acostumbrarse a como se sentía esto. Sin embargo Hye-won agarró con fuerza las nalgas de Do-han, que estaban todavía encima de sus piernas, e insertó los dedos tan profundamente que fue como si empezaran a derretirse con rapidez gracias a la temperatura corporal de su mejor amigo.

Y entre sus paredes internas, Hyewon no tardó mucho en presionar un pequeño montículo de carne que provocó que Dohan saltara en su lugar igual a si hubiera recibido una descarga. Su cara estaba roja, su ceño fruncido y sus labios, ligeramente abiertos, comenzaron a parecer tan dulces y desesperados que lo contagió.

"Ah, Kang Hye-won. ¡Ah! ¡Hyewon! Dios mío. Umm..."

Dohan no solo era débil al placer, sino que incluso era increíblemente sensible en algunas partes.

Le pareció honestamente encantador que se enrojeciera desde la nuca hasta los hombros y también encantador que comenzara a hablar sin darse cuenta de que lo estaba haciendo. Hyewon cerró la boca con fuerza antes de que empezara a hacer exactamente lo mismo y metió dos dedos más hasta ocasionar que la brecha entre los dos se abriera otro poco. Después de todo, Dohan todavía no podía acostumbrarse a la sensación de algo largo y frío entrando hasta el fondo, empujando y tanteando su carne a un ritmo desigual. Y aunque ni siquiera se había tocado el pene, ya estaba tan erecto que sobresalía de los pantalones de su pijama.

Cada que los dedos de Hyewon se movían hacia adentro, se bamboleaba de un lado para otro y dejaba que la punta de su pene se frotara contra los abdominales de Hyewon. Y como la ropa interior presionaba sus genitales hasta un punto en que estaba haciéndolo más doloroso que placentero, Dohan se levantó un poquito y se bajó los bóxers y los pantalones con una sola mano. De esta manera, su verga, que se había hinchado y abultado como si estuviese a unos pasos antes de la eyaculación, golpeó los abdominales de Hye-won hasta que un líquido blanco y espeso, que había comenzado a fluir de la punta de su glande, manchó la carne inferior del estómago de Hyewon completamente. Además, las gotas de semen, que se habían formado en la punta, estaban fluyendo sobre sus abdominales en pequeñas curvitas perfectas.

"Ah, ah, ah ¡Ay!"

Su espalda se sacudió salvajemente. Con cada movimiento, el pene endurecido se frotaba contra el cuerpo de Hye-won y esto dificultaba que Do-han pudiera seguir aguantando otro minuto más.

"Ah, ah, ah, voy a... Maldita sea, voy a correrme..."

"¿Ya?"

"Sí... Ah, sí. Voy a... ¿¡Qué estás haciendo, imbecil!? ¿Por qué te estás separando? ¡Deja de perder el tiempo y apúrate, maldita sea! No tengo tiempo para que te portes bien ahora."

Aunque aparentemente estaban teniendo una breve pelea, Dohan, que estaba terriblemente caliente, apretó los dientes, se estiró hacia atrás y agarró la punta de los genitales de Hyewon hasta que quedaron entre sus nalgas. Hye-won tomo su trasero entre las manos y lo separó para que su agujero quedara completamente expuesto para él. Los hombros de Dohan temblaron ante la sensación de frío pero, tan pronto como la punta de el pene de su mejor amigo se acomodó y comenzó a presionarle directo en la entrada, el calor comenzó a llegar desde tantas direcciones posibles que fue imposible pasarlo por alto.

Los pliegues fuertemente entrelazados de su culo se abrieron de par en par, y un lugar que estaba casi palpitando, se tragó la punta gruesa de su glande hasta el fondo. 

Dohan cerró los ojos por un momento y soportó el ligero dolor y la sensación de un cuerpo extraño dentro de él. Entonces Hye-won, que se dio cuenta de que estaba temblando, agarró su mano con la suya y sostuvo sus hombros utilizando los otros dedos. La forma de su pene se estaba sintiendo a la perfección con cada maldito movimiento así que, cuando se insertó más allá de solo el glande y llegó a hundirse hasta la parte más gruesa del tronco, Dohan sintió tanta pesadez que Hye-won tuvo que volver a presionarle la muñeca para intentar darle una pequeña sensación de que él estaba cuidando de él. 

"Ah, ah, ah... ¡Ummm!"

Dohan, quien finalmente se tragó la cosa de Hyewon hasta el final, se inclinó hacia atrás y se sentó completamente sobre su cuerpo. La base del pene largo y grueso y las nalgas de Dohan estaban en estrecho contacto así que inclinó la espalda otro poquito y exhaló con muchísima más fuerza que al inicio. Fue lo mismo con Hyewon, quien la estaba pasando difícil. La pared interna de Dohan lo estaba agarrando con tanta fuerza que pensó estar a punto de derretirse y luego, la acción inconsciente de Do-han de apretar y aflojar el extremo de su agujero aumentó la emoción de Hye-won hasta las alturas.

Como un caballo al galope, Hye-won apenas soportaba las enormes ganas que tenía de derribar a Do-han y empujarlo como loco para abajo. Y Dohan, que había contenido la respiración durante un buen rato, simplemente se tocó el vientre con la palma de la mano y dijo:

"Ah, siento que estoy a punto de explotar. Ya no... Ya no puedo..."

Ante las palabras de Dohan, Hyewon comenzó a moverse hasta levantarse un poco de la cama. Do-han, que había estado sentado, ligeramente relajado sobre él, de repente tuvo que inclinarse justo como lo quería y de tal forma que su pene penetró aún más profundo dentro de su cuerpo. Y cuando su centro de gravedad se vio perturbado y su espalda estaba a punto de caer completamente hacia atrás, Dohan envolvió sus brazos alrededor del hombro de Hyewon y Hyewon, quien definitivamente no se iba a perder del momento, enterró su rostro en el pecho de Dohan y agarró su pelvis con ambas manos para que no se le fuera a apartar. El delgado cuerpo del hombre encajaba perfectamente en las palmas de Hyewon así que, mientras Do-han, que perdió el equilibrio, había decidido mantenerse erguido todo este tiempo, Hye-won decidió que estaba bien morder ese pezón que casi había comenzado a tocarle la mejilla.

"¡Ah!"

En un instante, Dohan gimió y sacudió su cuerpo con más fuerza que la primera vez. Sus genitales se pusieron de pie en el aire y comenzaron a arrojar un líquido blanco que goteaba en dirección al colchón. Por supuesto, la oleada de eyaculación trajo más fuerza al agujero de Dohan así que irremediablemente terminó por apretarlo con mucha fuerza, casi como si estuviera a punto de cortarlo.

"Ummm... ¡Um!"

Antes de que Dohan pudiera escapar del resplandor de la situación, Hyewon se llevó el pequeño bultito de su pecho a la boca justo como si fuera un bebé chupando la leche de su madre. Sus pezones, en ese amplio y perfecto pecho, entrenados justo como se esperaba de un Alfa, eran infinitamente suaves y lujuriosos así que mientras Hyewon continuaba mamando, esta parte solo consiguió ponerse muchísimo más dura de lo que esperó la primera vez. Y aunque había decidido utilizar solo la lengua, luego sacó los dientes y mordió suavemente sus pezones levantados hasta que el agujero de Dohan se contrajo y se tensó repetidamente.

Cuando Hyewon levantó la pelvis de Dohan con ambas manos, las nalgas del hombre, que habían sido ligeramente alzadas también, emitieron un sonido chirriante segundo antes de hacer que se sentara de nuevo sobre su enorme verga. Fue un pequeño movimiento en realidad, pero el peso de los músculos de Dohan había conseguido hacer que apretara el pene de Hyewon profundamente dentro de él hasta que el semen, que vomitó sin darse cuenta, comenzó a quedarse bien adentro sin encontrar una ruta de escape.

"Ah, ah, ah, ah..."

El cuerpo de Dohan, que había estado aguantando todo este tiempo, finalmente colapsó entre los brazos de Hyewon. Y con las manos alrededor de sus hombros, Hyewon se enterró tanto en su pecho que empezó a parecer como si más bien se estuviera sofocando por él.

Hyewon continuó sosteniendo su pelvis, levantándola y bajándola una y otra vez hasta que las nalgas de Dohan se volvieron un desastre

Estaba el sonido de la respiración áspera, el chirrido húmedo, el sonido de la carne pegada una a la otra, las respiraciones calientes tocándose el cuerpo y el sudor corriendo por las curvas de sus caderas. Dohan apretó los dientes porque no estaba familiarizado con la voz que estaba saliendo de su boca pero, al final, eso tampoco duró mucho tiempo y el sonido finalmente se filtró hasta perderse en las paredes. Hyewon continuó agarrando su pelvis y levantando su cintura así que, cada vez que sentía la manera tan desesperada en que el cuerpo de Dohan se estremecía sobre él, el pene, que estaba bien adentro, hacía un chasquido poderoso y apuñalaba repetidamente hasta llegar a sus testículos. La relación sexual entre los dos fue más apasionada y feroz de lo que pensaron que sería.

"Ah, ah, ah, ah, ah..."

"Ah, ah, ah... Um..."

El aliento de los dos, abrazándose y jadeando, era increíblemente dulce.

Hyewon apoyó las manos en la espalda de Dohan y le dio la vuelta. Dohan, quien ahora estaba acostado en la cama, se separó del cuerpo de su acompañante por un segundo y luchó por encontrar un lugar que se sintiera cómodo para poder quedarse justo allí. Hyewon sostuvo las piernas de Dohan para que pudiera abrazarlas contra su pecho y luego, incluso se permitió besar las puntas de sus pies uno por uno y de un modo un tanto detenido. Le preocupaba muchísimo que sus piernas hinchadas fueran aplastadas cada vez que repetía sus movimientos y que esto le pudiera ocasionar otro problema más grave en el futuro.

"Saca tu trasero para mí."

Al escuchar la voz de Hyewon, que pareció haberse quedado sin aliento, Dohan lo miró con los ojos tan desenfocados como estaban los suyos. Sus lentes torcidos parecieron llenos de humedad y del vapor de su cuerpo así que, lentamente, extendió la mano hacía él y le secó el sudor con el dorso de los dedos. Luego levantó la pierna.

"Que el doctor Kang me inyecte... Es un placer. No sabía que era tan bueno en eso..."

Ante las palabras de Dohan, Hyewon se rió hasta que emitió un sonido bastante encantador como para ser suyo. Luego le acarició las rodillas y finalmente le levantó la cadera otro poquito.

"Ah... Date prisa. Date prisa, Hyewon..."

Ante las palabras de Dohan, Hyewon se inclinó, le abrió las piernas y le mordió el pecho otra vez. Dohan frunció el ceño ante el agudo dolor, pero en lugar de apartarlo, abrazó la espalda de Hyewon y le pidió que no se fuera de su lado. Y cada vez que levantaba la espalda, los músculos blancos de la cadera de Hyewon se contraían y relajaban tan repetidamente que llegó un punto en que Dohan quiso levantar un poco la cabeza para mirar lo que estaba pasando entre sus cuerpos. Su semen estaba bien pegado al vientre de Hyewon así que, cada vez que empujaba su cintura, el líquido goteaba de la punta de su pene hasta hacer un sonido como de jabón contra el agua. Era tan bueno y tan obsceno, que estaba haciendo que su mente se volviera irremediablemente loca. Si tuviera que elegir el sexo más satisfactorio y cautivador que había tenido últimamente, en definitiva sería ahora. 

"¡Ah! ¡Ah! Kang Hye-won... Hye..."

Cuando una repentina sensación de eyaculación recorrió completamente su cuerpo, Do-han abrazó a Hye-won con más fuerza y gritó su nombre. Su cuerpo no podía dejar de temblar.

"Ah, Dohan. Dohan..."

Así como Dohan había sentido muchísimo placer, Hyewon estaba experimentando el doble. El pene erecto de Dohan, que estaba aplastado debajo de él, se balanceaba cada vez que levantaba la espalda y comenzaba a gotear algo muy parecido al agua. La pared interior de Dohan estaba resbaladiza por el semen que Hyewon derramó sobre él y precisamente por eso, todos los movimientos emitían un desagradable sonido chirriante cada vez que se juntaban y se separaban de nuevo.

"Ah, ah, ah, se... Se siente bien. Se siente muy bien. Umm..."

"Ah, ah, ¿Qué se siente bien, Dohan-ah?"

"¡Ah! Ah, cuando te mueves... Cuando te mueves dentro de mi. Ah, ah, ah..."

No habían utilizado condón, pero las dos relaciones anteriores fueron iguales. 

Hyewon abrazó a Dohan y sacudió su cintura como una bestia sin autocontrol. Su corazón latía tan rápido que sintió que su cuerpo y su cerebro se estaban derritiendo e incluso se preguntó si estaba en un mundo diferente o si tal vez era un sueño que se iría cuando abriera los ojos. Hyewon abrazó a Dohan aún más fuerte que al inicio y lo besó en el hombro hasta hacer un sonido chispeante con sus labios. Las marcas rojas que había dejado la noche anterior todavía estaban esparcidas por su clavícula pero, de todos modos, Hyewon levantó la boca sobre las marcas que hizo y chupó la carne con cada una de sus fuerzas. En repetidas ocasiones, mordió tan fuerte como para dejar rastros que eran lo suficientemente oscuros como para verse como moretones exagerados y pensó, que era lo que necesitaba para ver que todo esto había sido real cuando llegara la mañana.

Dohan, jadeando bajo Hyewon, llegó a su límite. 

El placer excesivo había hecho que su mente comenzara a divagar y entonces, en un momento dado, comenzó a gemir como un completo demente. Sus muslos estaban temblorosos y sin fuerza así que se abrieron de par en par para que Hye-won hiciera lo que quisiera hacer con él.

"¡Ay! ¡Ummm! ¡Ah! Voy a... Voy a correrme otra vez..."

"Dohan-ah... Ah, ah, Dohan..."

"¡Ah! Hyewon... Ah."

"Dohan..."

El sonido de sus nombres y de su pelvis chocando contra su trasero reverberó en toda la habitación. La respiración áspera y los movimientos apasionados se repetían una y otra vez, y los dos hombres se estaban abrazando como si fueran a desmoronarse de no hacerlo así. Y cada que Hye-won le daba una palmada en el trasero, Do-han, que era empujado hacia atrás, quedaba bloqueado por la cabecera de la cama de tal manera que le pareció imposible moverse o expresarse tanto como le hubiera gustado. De verdad estaba a punto de perder la cabeza así que incluso la saliva fluyó de su boca abierta hasta hacer un pequeño caminito por su barbilla.

El movimiento de los dos corriendo hacia el clímax, fue feroz. Cuando Hyewon golpeó las nalgas de Dohan una vez más, el cuerpo del hombre se puso rígido y su cintura se torció completamente para adelante. Sus muslos abiertos de par en par se convulsionaron, los dedos de sus pies se retrajeron involuntariamente y luego se abrieron como en un bonito abanico. El semen se derramó del pene de Dohan en un segundo y salpicó la cara de Hyewon por completo, haciendo que un líquido blanco y espeso fluyera por las gafas que de por si ya estaban empapadas de sudor y vapor. Y tan pronto como el glande salió de su entrada, Hyewon también alcanzó su punto máximo y el semen comenzó a fluir por el ano hinchado que todavía estaba completamente abierto y adolorido. El espeso semen que corrió entre sus nalgas cayó sobre la sábana y pronto todo fue un desastre de sudor y saliva que se vio un poco asqueroso. Sin embargo, ambos querían disfrutar el resplandor del clímax al final del placer desbordante en lugar de mover uno solo de sus dedos para corregir tanto desorden. Hyewon respiró hondo y se acostó sobre el cuerpo de Dohan.

"Ah, ah, ah..."

El cabello negro de Hyewon estaba desordenado sobre el pecho de Dohan, quien pareció no dejar de temblar ni una maldita vez. Además, su aliento, que tocaba su pecho, era tan cálido y perfecto que le hizo sentir como si su corazón comenzara a latir ahora con mucha más fuerza que antes.

Dohan se tapó la boca con la palma de la mano porque pensó que iba a estallar en carcajadas. ¿Era esto algo tan bueno o algo malo? Ni siquiera pudo confesarse correctamente y sin embargo, se convirtió en la pareja sexual de su mejor amigo en un momento en que ambos estaban vulnerables. Pero aunque esta situación era completamente absurda, por otro lado, una sensación de satisfacción avasalladora recorrió todo su cuerpo hasta que la risa finalmente se le escapó sin que pudiera hacer algo para detenerlo. Y cuando el resplandor del clímax desapareció de su cuerpo cansado, se apoderó de él una somnolencia repentina que le hizo cerrar los ojos igual a si estuviera muy satisfecho con lo que logró.

Dohan tocó el cabello del hombre, que todavía yacía sobre su pecho, y le acarició la cabeza un par de veces antes de detener la mano en su nuca. Era una cabeza empapada en sudor, de un hombre que había comenzado a suspirar como si se hubiese quedado dormido a su lado.


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