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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"Voy a tener sexo contigo..."


Kang Hye-won, que estaba sentado en una silla, casi como si estuviera acostado, frunció el ceño por un momento y miró atentamente al tonto de Do-han.


El hombre, incapaz de mantenerse erguido, y mucho menos de caminar de una manera decente, se tambaleó al pararse frente a Hyewon así que, cuando pareció recuperar un poco la concentración, entonces dio un paso para atrás y luego tres hacía adelante. Y en un momento, inclinándose para la izquierda y con los ojos sorprendentemente abiertos, mostró que estaba en un estado de completa intoxicación y comenzó a sonreírle.


"Yo..."


Dohan se tambaleaba y mientras tanto, también intentaba aflojarse el cinturón justo frente a él. Sin embargo, Hyewon no intentó detenerlo ni una sola vez después de eso. En su lugar, solo se quedó mirando los torpes movimientos de sus manos y la manera en que tiraba varias veces del cinturón para desabrocharse la hebilla. Pero Im Do-han seguía fallando todas las veces.


Hye-won se sentó de mejor manera en la silla y fijó su mirada completamente entre las piernas de su amigo. Estaba pensando que se estaba tardando mucho en bajar sus pantalones pero, aunque quería decirle que se detuviera y también que era un completo imbecil, estuvo un buen rato en completo silencio como si le divirtiera ver hasta donde podía llegar. Luego, finalmente se aflojó el cinturón y lo levantó en el aire como un general triunfante que tenía el suministro de un comandante enemigo. Y mientras se reía, pronunció palabras que sonaban más a un trabalenguas que a una conversación


Kang Hye-won se humedeció los labios con la punta de la lengua. Estaba tan tomado, que pareció dolerle la garganta por la sed que le llegó de la nada y, en consecuencia a eso, una pequeña lengua rojiza, que contrastaba completamente con su piel blanca, pasó un par de veces sobre sus boca reseca hasta dejarla bien brillante ¿Y esa había sido una clase de señal gay o algo así? Porque entonces Do-han, que se estaba quitando los pantalones, agarró las mejillas de Hye-won entre las manos y lo besó de una manera bastante bonita. Incluso aunque pareció que le estaba dando cabezazos todo el tiempo en lugar de "cariñitos". Sus frentes se pegaron y un montón de chispas salieron de los ojos de los dos. No fue posible saber si estaba mareado por la embriaguez del alcohol o si tenía una conmoción cerebral debido a que le había dado un golpazo con esa cabezota hueca. Además, su boca tenía un fuerte olor a alcohol. Como si hubiera acercado la nariz a un vaso de precipitado lleno de algodones empapados. Pero fuera de eso, no estuvo nada mal. 


Al igual que beber un buen ron, su boca seguía teniendo ese sabor a azúcar y crema y la calidez y la suavidad de la mantequilla en la punta de su lengua.


"Gracias..."


Después del breve beso, Dohan se echó a reír mientras miraba atentamente a Kang Hye-won, quien lo observaba colocando una cara de estúpido. Luego se tambaleó por tercera vez, bajó la cabeza y murmuró algo que no pudo escuchar porque ni siquiera era coherente.


Do-han se bajó los pantalones frente a Kang Hye-won y volvió a acercarse lentamente hasta él. El traje de Hyewon, que no había logrado desprenderle, se arrugaba de un modo feo cada vez que lo tocaba utilizando las yemas de los dedos y, aunque se sintieron como movimientos muy desorganizados y torpes, igual nunca lo separó de su lado o lo regañó. El hombre estaba constantemente murmurando para si mismo. Se tambaleaba y trataba de quitarle los pantalones a Hyewon sin tener buenos resultados. Entonces, solo se levantó de la silla.


"Maldita sea, eres un tonto..."


Cuando Hyewon, que medía aproximadamente una pulgada más que él, se aproximó a su lado para tomarle de la mano, Dohan, que todavía se tambaleaba de un lado para otro, sacudió la cabeza y frunció el ceño igual a si estuviera tratando de verlo directo a la cara. Pareció que le había llamado la atención esas pequeñas partes ocultas en su rostro blanco, sus labios, la forma de sus ojos, las mejillas, sus orejas, y esa flor roja brillante que había crecido en las mejillas de Hyewon Kang.


"Te ves hermoso..."


"Tú eres tan..."


Do-han comenzó a a ocuparse de su propia ropa interior.


Ahora estaba ebrio, completamente desnudo, con el cuerpo moviéndose hacia los lados y un pene impresionante parado entre sus piernas. Y en el momento en que Lim Do-han estaba a punto de tocar el de Kang Hye-won, que estaba justo en frente, su cuerpo se dio la vuelta y el techo apareció inexplicablemente frente a su cara. Recordaba haber visto las lámparas ornamentales de la Suite del hotel y también, uno que otro grabado en las paredes. Luego, bajo la luz de las bombillas, la cara enrojecida de Kang Hye-won apareció de repente a centímetros de él.


"Tranquilo..."


Esa voz caliente y borracha, como siempre pasaba cuando estaba cansado, lo hizo estremecerse deliciosamente de la cabeza a los pies. Sintió la sangre correr de su cara a la mitad inferior de su cuerpo y luego, el dulce aroma de su piel, el que llegó a la punta de su nariz cuando lo besó de nuevo, pareció cavar a sus pulmones cada vez que respiraba.


"¿Estás bien? Buenos días."


Dohan, que estaba acostado en la cama, con los ojos bien cerrados, se despertó con el sonido de un extraño junto a él. Y además, estaba esa sensación bastante horrible entre sus piernas. Dohan abrió mucho la boca y pronto, sus ojos negros revolotearon implacablemente ante el recuerdo que apareció en su mente, y lo que estaba pasando justo ahora en la habitación. El Omega, ese Omega que había conocido por medio de la aplicación, se estaba retorciendo entre las piernas de Dohan. Lo miraba con orgullo, metiendo su pene en su boca como si hubiera logrado una gran hazaña y luego simplemente pareció ofrecerle una gran sonrisa. Pero cuando sus ojos se encontraron con los suyos, Dohan de repente sintió muchísimas náuseas. La sensación de estar parado en un campo donde soplaba la brisa fresca, fue cambiado instantáneamente a estar en las alcantarillas de la ciudad.


"Urgh."


El dulce aroma del hombre, que de repente invadió la punta de su nariz, revolvió el estómago de Dohan hasta un punto bastante exagerado. No era un olor fuerte, como si hubiera llegado el ciclo de celo, sino una feromona finísima de Omega que estaba saliendo específicamente para tratar de llevarlo hasta la excitación. 


Dohan se tapó la boca y la nariz con ambas manos ante el olor, que en otras circunstancias habría sido un catalizador excelente para una mayor excitación antes del coito. Sin embargo, al verlo de esta manera junto a él, su compañero, quien lentamente se levantó ante su repentina acción, distorsionó su rostro de inmediato y preguntó si "algo estaba mal con él".


"No, no te acerques... Yo no me siento... Mi estómago no está... Urgh. ¡Vete!


Dohan, que estaba tratando de poner cualquier excusa para no parecer tan extraño, cerró la boca tan pronto como las náuseas comenzaron a aumentar de intensidad.


"¿Qué pasó?"


"¡Um...!"


Do-han Im, que tenía el rostro completamente azulado, empujó al Omega, que le estaba mirando muy atentamente, y luego corrió rápidamente al baño para encerrarse allí. Dohan abrió el grifo del agua del lavabo incluso aunque eso significaba ignorar las molestas palabrotas del hombre al otro lado de la puerta.


"Ssshhhh."


Y el agua fría se derramó por completo. 


Do-han se enjuagó la boca un par de veces para calmar su malestar estomacal, como si estuviera realmente muy enfermo. Cerró la puerta con llave y trató de hacer desaparecer el repugnante olor que había disparado en su dirección para tratar de provocarlo. Además, la silueta de ese hombre, a quien acababa de conocer, comenzó a reflejarse en la puerta de vidrio translúcido.


Dios, su estómago se revolvió nuevamente y las náuseas aumentaron tanto de intensidad que Dohan volvió a taparse la boca y a hacer:


"¡Urgh!"


Cuando Dohan no pudo responder, incluso después de que tocaran un par de veces, la otra persona soltó oraciones llenas de frustración y se quejó de lo "estúpido" que era. Quería disculparse, pero luego escuchó un fuerte golpe y entonces, la puerta principal se cerró de un golpazo.


La habitación del hotel quedó tan silenciosa que lo único que quedaba de vida, era el sonido del agua, corriendo por el fregadero como si fueran las Cataratas del Niágara.


Suspiró. Dohan tenía lágrimas en las comisuras de los ojos y estaba tratando de tragar todas las náuseas que estaban corriendo en su dirección para intentar no vomitar. Extendió las palmas de las manos y se abofeteó en la mejilla hasta que incluso dejó una clara huella de sus dedos en la cara.


"Dios, ahora estoy embarazado. Perfecto."


Como de costumbre, hizo una broma ligera para aliviar la atmósfera incómoda, y después de dar un par de respiraciones profundas y lentas, finalmente decidió que ya estaba lo suficientemente bien como para separarse del lavabo. Sin embargo, se sentó en el baño en lugar de buscar otro lugar para acomodarse y apoyó la espalda contra la fría pared de azulejos durante mucho, mucho tiempo. ¿Por qué los acontecimientos de anoche le vinieron a la mente de una forma tan fragmentaria? No importaba lo borracho que estuviera, ¿Qué estaba pensando para besar a Hyewon Kang primero? No, en lugar de eso, ¿Por qué fue tan fácil aceptar a Kang Hye-won cuando ahora estaba siendo completamente evidente que no soportaba el toque de nadie más?


Nuevamente, de repente recordó a Kang Hye-won, subiendo encima de su cuerpo con una cara roja y madura y su nombre burbujeando de la punta de su boca. Instantáneamente, ambas mejillas se le calentaron y una extraña picazón se elevó de entre sus piernas. En lugar del olor fuerte y repugnante de la feromona de ese Omega, que le había dado dolor de cabeza y ganas de vomitar, pareció estar sintiendo otra vez esa rica colonia que le dejaba un olorcito como de madera en un bosque. Recordó la manera en la que estaba gritando: "¡Kang Hye-won!" "¡Hyewon!"


Y entonces, Dohan bajó la mirada hacia la parte inferior de su cuerpo ante lo evidente que era que estaba teniendo una erección. Estaba duro solo de pensar en él y en ese aroma.


Dohan se golpeó la frente una vez más.


"Maldita sea, esto es tan..."


Las lágrimas brotaron. 


Do-han, que apoyó la espalda contra la pared de azulejos durante un minuto más, calmó su cuerpo excitado y salió del baño, temblando como si le hubiera bajado la presión.


Dohan, que pateó bruscamente la ropa que estaba tirada en el suelo, se tiró sobre la cama que había perdido el calor y trató de borrar la feromona Omega colocando solamente la suya. Sin embargo, pronto tuvo que levantarse de nuevo con nuevas y más fuertes ganas de vomitar. Fue por la feromona que quedó en la sábana.


Dohan, que estaba temblando por las náuseas, pensó durante un rato si pedir a la recepción un cambio de habitación o una muda de sábanas, pero no pudo controlar su mente perturbada y tuvo que volver a casa inmediatamente. Cuando tenía náuseas, perdía toda la fuerza de su cuerpo así que ahora Dohan caminaba peor que si estuviera alcoholizado. Después de todo, hoy, después de un sexo bastante lamentable, Dohan sería recordado como un loco que estaba vomitando por culpa de un Omega desconocido.


Cuando regresó a casa, lo recibió una bata blanca, que había lavado de antemano, una sopa de kimchi y un partido de fútbol repetido. Sin embargo, al ver la hora, descubrió que en realidad ya tenía que empacar para ir al hospital por la tarde gracias a que su colega aceptó cambiarle el turno. Pero no era posible evitar ver a Kang Hye-won para siempre. No quería, pero tenía que enfrentar su destino. Lo llamaría temprano y le diría que había sido un error. Algo como "Fue culpa del alcohol" "No sabía que eras tú". Pero aunque sabía que tenía que hacerlo, cuando pensó que tenía que decir algo así frente a su mejor amigo, comenzó a sentirse terriblemente incómodo. Casi como si fuera grosero.


Dohan abrió su libro de "técnicas post operatorias básicas" y trató de sacudirse todas esas ideas negativas para concentrarse. Después de todo, ya fuera enfermero o médico, esto de la salud era un trabajo que requería estudio de por vida. Además, en un mundo donde cada vez se creaban nuevos medicamentos, nuevas máquinas, nuevos métodos quirúrgicos, y los modelos avanzados con bajo riesgo estaban en el punto de quiebre, actualizarse era completamente necesario. Y como la cantidad de cosas para estudiar aumentaba cada día, cuando estaba en la universidad, llegó a pensar por un momento que sería mejor si dejaban de investigar tanto para sacar nuevos remedios y en su lugar lo dejaban descansar. Aunque obviamente era una manera estúpida de ver las cosas.


Do-han, sentado en su escritorio, pasó bastante tiempo concentrado en sus libros de medicina. A partir de esta semana, entraría en el turno de noche, por lo que necesitaba ajustar nuevamente su patrón de sueño. El turno de día empezaba a las 7:00 de la mañana y terminaba alrededor de las 3:30, pero Dohan nunca había salido del trabajo a esa hora, ni en la oficina principal ni en la sucursal. Dado que la cirugía siempre tenía variables incontrolables, a menudo se extendía durante tanto tiempo, que cuando los trabajadores diurnos terminaban sus turnos, él todavía se quedaba al de la tarde.


Dohan era uno de las pocos enfermeros de quirófano con experiencia en la rama, así que dormía con mucha frecuencia en el hospital. A veces las operaciones eran largas, terminaban a las 12 de la mañana y, lógicamente, esa era la hora en que dejaba de pasar el último tren de la ciudad. E incluso cuando él no estaba en el turno de noche, de pronto había muchas cirugías que no se podían cubrir, por lo que siempre recibía llamadas molestas en su departamento que le hacían saltar de la cama. Era más cómodo dormir en la sala de vigilancia o en el quirófano que volver a casa. Y allí, a su lado, siempre estaba...


"¡Carajo! Basta."


Dohan, que se había frustrado, cerró su libro y se acostó en la cama para intentar no pensar en eso otra vez. De hecho, era la primera vez que hacía esto porque, cuando llegaba a casa, dejaba su maleta y luego se iba a beber y a conocer gente por allí. Pero ahora, con la intención de reflexionar sobre lo que pasó con Hyewon, planeó abstenerme de salir y beber por un buen tiempo. Pareció un plan un poco frágil pero era lo único que tenía.


Apagó las luces y se acostó, pero igual la luz del exterior impregnó completamente el techo. Cada vez que pasaba un automóvil, la sombra aumentaba y luego disminuía repetidamente una y otra vez y otra vez. Pensó que lo del hotel era realmente extraño. Era solo un omega ordinario así que no podía entender por qué su feromona de repente se sentía tan repugnante a su nariz y tampoco captaba bien el motivo por el que tenía tantas ganas de vomitar solo por estar a su lado. Dohan cerró los ojos, pensando que tendría que ir a trabajar un poco temprano mañana para hablar de lo que pasó y ver si podía recibir tratamiento en el departamento de fisiología.


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