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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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El hombre, que estaba acostado en su cama, desnudo, y nervioso, de repente escuchó el sonido húmedo de una respiración haciéndole cosquillas en la oreja. Hubiera sido bueno agarrar a Hye-won, que estaba empujando su cuerpo suavemente, abrazarlo del cuello y, besarlo con todas las ganas que le tenía. Pero el problema fue que se dio la vuelta porque pensó que su corazón estallaría en el momento mismo en que lo viera a la cara.

"Tienes que relajarte..."

"Lo... Lo estoy."

"Respira."

Hyewon, que había puesto su cara entre las nalgas bien formadas de Dohan para poder lamerle el agujero, levantó la cabeza y lo miró. Estaba enterrado en las almohadas así que no podía ver su expresión pero, sus dos orejas, que estaban expuestas a través de su cabello corto, se habían vuelto de un color rojo brillante y hermoso. Y mientras Hye-won estaba sonriendo por lo lindo que era, las nalgas de Do-han se levantaron y se contrajeron debido al aliento que golpeó justo en su punto más sensible. Luego, Hyewon aplicó fuerza con las yemas de sus dedos para intentar extender su carne más ampliamente y lo palpó hasta que la apariencia del diminuto agujero, empapado en su saliva y retorciéndose una y otra vez, comenzó a ser verdaderamente lascivo.

Dohan gimió y se sacudió. 

"Ah, espera..."

Lo dijo, pero Do-han aceptaba obedientemente cada una de las caricias que le ofrecía Hye-won

Mientras Hyewon lo lamía y lo chupaba en el trasero, deslizándose entre sus nalgas y acariciando con sus manos, Dohan dejó escapar un suspiro increíblemente caliente en su dirección. La punta del pene que rozaba la sábana ya estaba mojada hasta el extremo así que Dohan ocultó todavía más el rostro entre los huecos y trató de tranquilizarse tanto como pudo.

"Hay gel... En el cajón."

"De acuerdo."

Hyewon, que se había arreglado los anteojos que se le habían torcidos por mantener la cara entre las nalgas de Dohan todo este tiempo, abrió el cajón del buró que estaba junto a la cama y comenzó a mover las manos dentro de él. Entonces, cuando el cuerpo de Hyewon se movió para poder sacarlo, el colchón comenzó a crujir tanto que se puso notablemente más ansioso que al principio. Al parecer, incluso la más mínima sacudida hacía que el corazón de Dohan latiera con fuerza y que su pecho se quemara con fuego. Además, el sonido del plástico crujiendo y el sonido del aceite lubricante empujando en sus yemas, perturbó los oídos de Dohan hasta que su visión se bloqueó. Luego, cuando un líquido frío se derramó entre la línea de su trasero, Dohan se mordió el labio y tensó su cuerpo hasta ocasionar que el gel corriera ahora en dirección a sus muslos.

Su mucosidad se empapó, Hyewon exhaló para prepararse y metió su largo dedo en la entrada de Dohan. Y ya que ese dedo frío, al que apenas se estaba acostumbrando, invadió entre sus mucosas calientes como si quisiera que se apurara en extenderse, Dohan se agazapó y se quejó en una voz bastante alta. El hombre dobló los dedos, atravesó la pared interior endurecida, tensada por la intrusión de un cuerpo extraño y frío y presionó la membrana mucosa utilizando la punta.
Después de moverse varias veces, Hyewon vertió un poco más de gel en su ano como un intento de aliviar la tensión que seguramente estaba sintiendo. Su mano hacia movimientos de entrar y salir una y otra vez hasta ocasionar un sonido de succión que pareció realmente vergonzoso. Pero como se volvió mucho más fácil de hacer gracias al lubricante, Dohan poco a poco comenzó a aflojar su ceño en lugar de dejarlo fruncido como al inicio del encuentro.

"Ah... Ah..."

"Muy bien. Lo haces muy bien..."

Por supuesto que tenía curiosidad por el rostro que estaba haciendo Hyewon mientras le decía eso, pero no tuvo el coraje de mirar hacia atrás ni una sola vez.

"Estoy bien... Um..."

"Entonces quiero que te sientas mejor."

Él era un hombre con muchísima experiencia en el sexo, pero Hyewon sabía muy bien que Dohan no estaba acostumbrado a que le tocaran el trasero. Era un Alfa dominante, y está, era su primera experiencia siendo el de abajo.
Como la última vez, quería correr imprudentemente y comérselo justo igual a como lo haría una bestia hambrienta, pero Hye-won ignoró su propio pene, que estaba a punto de explotar, y siguió con el ritmo lento y pausado que tanto le gustaba a Do-han. Respiró hondo y presionó el lugar redondo y romo que tocaba la punta de su dedo. La forma de su carne, que al principio era difícil de encontrar, se volvió más clara con el paso del tiempo así que cada que Hyewon presionaba con las yemas, las pantorrillas de Dohan se tensaban y sus caderas temblaban con fuerza para adelante. Fue tan encantador escuchar el gemido reprimido de "Uh-huh" que se escapaba de entre su boca, que pensó en lo mucho que quería besar sus hombros rojos o la parte baja de su nuca.

Por un momento, se sorprendió por la disposición de Dohan a responder a la propuesta medio seria y medio provocativa que le había dado, pero ahora, Hyewon no podía dejar de sonreír ante su comportamiento tan abierto. Era como si no tuviera intención de ocultar su satisfacción al estar juntos ¿Llegaría el día en que podrían enfrentarse, mezclar cuerpo y lengua, y susurrar lo mucho que lo amaba? ¿Podría hacerlo si solo juntaba un poco de coraje? Pero, por ahora, era evidente que el miedo superaba la valentía con creces.

"Ah, ah... ¿Hasta cuándo vas a...? Tu mano..."

"¿Qué dijiste?"

Hyewon, que no podía escuchar claramente lo que estaba tratando de decir por la pronunciación tan aplastada de Dohan, preguntó esto de una manera bastante ansiosa. Pero el hombre, que enterró la cara en su brazo nuevamente, no quería voltearse para hablar porque no sabía qué tipo de expresión iba a hacer o la que seguramente estaría haciendo Hye-won. Sin embargo, si hubiera visto su rostro con tanto amor desesperado y una expresión tan impaciente, tal vez este largo malentendido y divagación hubiera llegado a su fin.

Después de todo, los ojos de ambos solo podían ser sinceros cuando no se miraban directamente.

"Voy a meterlo... ¿De acuerdo? Déjamelo a mí. Haré que no duela."

La voz de Hyewon, que se escuchaba a sus espaldas, fue tan suave y estimulante que lo hizo temblar. La pregunta fue dulce, como si estuviera tratando con un novio o un amante así que, en lugar de responder, Dohan levantó suavemente las nalgas para él y se empujó para sentir su mano. Y en ese momento, el pene que había sido aplastado entre la parte inferior de su abdomen y las sábanas, se levantó y quedó expuesto a través de sus piernas. Estaba brillando por el semen...

"Mira nada más..."

Al ver el pene de Do-han, goteando y con una erección en su máxima expresión, Hye-won dejó escapar una sonrisa mezclada con una pequeña risita. Luego, sin dudarlo, se acomodó y puso la punta de sus genitales entre las nalgas de Dohan, le levantó la cadera y le tocó el bajo vientre. Hyewon comenzó a frotarle el pene en el agujero, dejando que el sonido chirriante del lubricante, que se había estado acumulando entre su carne, saliera libremente hasta escucharse desde todas direcciones de la habitación. Agarró su glande con la punta de los dedos y lo empujó para que pudiera penetrarlo justo como lo quería desde la primera vez que lo miró.

La entrada comenzó a apretarlo de inmediato así que Hyewon frunció el ceño ante la presión y el placer que estaba inundando sus genitales y, como si no supiera que más hacer para aguantarlo, se encontró agarrando la cintura de Dohan con ambas manos antes de que, con todas sus fuerzas, se balanceara hacía adelante en un movimiento que pareció increíblemente desesperado. Su fuerte pelvis golpeó sus nalgas. 

"Ah..."

Dohan apretó los puños y tembló ante los gigantescos genitales de Hyewon, que entraron de inmediato después de forzar la estrecha pared interior de su ano. El dolor y el placer se sintieron al mismo tiempo y las palabrotas vulgares se dispararon en su cabeza sin que pudiera evitarlo, incluso aunque la presión que llenó su estómago había hecho que Dohan ni siquiera pudiera escupirlas.

"Hye... Um..."

Dohan, que había recibido un golpe en las nalgas, sacudió el cuerpo y apretó el agujero con todas sus fuerzas. Y cuando sus músculos contraídos y su pared interna agarraron nuevamente el pene de Hye-won como si quisieran cortarlo desde la raíz, el hombre tembló y abrió la boca hasta conseguir que la saliva cayera desde su boca hasta su barbilla. Aparentemente, solo de insertarlo de esta manera, le estaba ocasionando una gran sensación de placer que ocasionó que su razón, o al menos la poca que tenía, se fuera volando. No sabía que podría convertirse en una verdadera bestia.

Hyewon se inclinó hacia atrás solo para encontrar la fuerza necesaria como para meterse de nuevo. Y ya que ese pene alargado y tan grande como el suyo, entró para aplastar cada parte existente de su carne, el placer golpeó sus muslos, su trasero, su vientre y su pecho de tal forma que se formaron un montón de gotas gordas y gruesas en la punta de su verga.
Dohan cerró los ojos con fuerza y ​​levantó la cabeza. Al igual que él, la saliva que no podía tragar, fluyó por sus labios abiertos hasta mancharle el cuello.

"Ah... Voy a correrme. Siento que voy a correrme..."

"¿Ya? Tal vez necesitas medicina para la eyaculación precoz."

"¡Cállate! Eres un... ¡¡¡Umm!!!"

Hyewon hablaba como si estuviera bromeando pero, en realidad no tenía suficiente tiempo como para perderlo en esto. Y cuando Dohan pareció a punto de comenzar a gritarle, lo tomó más fuerte de la cintura y lo embistió de tal manera que no pudo terminar con sus palabras.

Cada vez que Hye-won lo golpeaba en las nalgas, la punta del pene de Do-han, que todavía no había sido tocado, se contraía y se balanceaba de adelante para atrás hasta provocar que un líquido turbio saliera a pequeños chorros del orificio que estaba en la punta. Estaba tan, tan excitado para este momento que de verdad pensó que podía eyacular. Y tal vez fue porque se estaba moviendo demasiado apasionadamente debido a las ganas que le tenía pero, de pronto, el pene de Hyewon se salió de su agujero para provocar que un vello púbico afilado y grueso, comenzara a rozar el trasero de Dohan con cada movimiento desesperado que comenzaba a dar. Hye-won respiró, le sostuvo el trasero de nuevo y reinsertó su verga en ese agujero utilizando movimientos bastante urgentes. En realidad, ninguno de los dos tenía el más mínimo margen de maniobra porque estaban actuando como un par de animales ansiosos de codiciar el cuerpo de la otra persona.

Cada que un grueso pilar de carne roja pasaba entre sus nalgas, la cintura de Dohan se volvía cóncava y su trasero comenzaba a aplastarse frecuentemente contra él. Y Do-han, incapaz de superar la fuerza de Hye-won, finalmente se derrumbó sobre la cama y buscó la sábana casi a tientas. Luego, aplastado entre la suave cama y el cuerpo de su acompañante, dejó escapar un gemido muy fuerte que sonó como un: "¡¡Aaaah!!"

"Ah, Do-Han... Do-Han."

"Ah, ah, por favor... Ah..."

La cabeza de Dohan estaba a punto de explotar debido a ese palo grande y grueso que estaba golpeando justo el punto sensible de su ano. 
Y cuando Hye-won tomaba su cintura, la cama temblaba y la habitación se llenaba con el ruido chirriante de ser golpeado en las nalgas, el sonido húmedo de sus secreciones, los gemidos y la respiración rápida, el placer abrumador llenando sus pieles y sus pequeños murmullos que se lanzaban entre si. Dohan se frotó la frente con la manta y mientras tanto, Hyewon se acercó, agarró su mano para poder sostenerlo y metió los dedos blancos entre los suyos como para decirle que allí estaba con él. Y que no iba a soltarlo.

"¡Ay! Uuuu. Umm... Won-ah, Kang Hye-Won..."

Sus piernas estaban tan apretadas que los dedos de sus pies se curvaron hacia arriba y los músculos de sus pantorrillas se destacaron completamente, golpeando a Hyewon por accidente porque fue una acción que le salió por reflejo. 

"Tranquilo... Tranquilo. Estoy aquí."

Hyewon besó la espalda de Dohan. Después de todo, su espalda ancha y dura, su cintura curvada y sus glúteos regordetes eran tan hermosos como una escultura y no quería desperdiciar ni un solo segundo sin tocarlo. Las gotas de sudor resbalaban por la columna de Dohan como agua de lluvia así que Hyewon siguió besándolo y besándolo con un corazón que estaba a punto de explotar. Y cada vez que lo hacía, la espalda de Dohan se contraía y temblaba como si no importara ya la vergüenza que tenía en el pasado. Es más, ahora gimió más abiertamente y acomodó sus caderas en línea con la de Hyewon.

"Más... Quiero más..."

"Ya voy. Ya voy, espera..."

Hyewon, que se había quedado sin paciencia debido a la extraña sensación de eyaculación que le llegó en la punta del vientre, susurró que esperara un segundo y luego dijo su nombre en voz baja al oído de Dohan. Por supuesto, cuando su aliento áspero y sus gemido reprimidos, que se escapaban de entre sus dientes apretados, llegaban a su oreja, le picaba y ocasionaba que se le pusiera la piel de gallina en todo el cuerpo.

Cuando Hyewon mordió levemente el pabellón auricular de Dohan, Dohan dejó escapar un gemido que estuvo cerca de ser un grito y por eso mismo pareció darle también fuerza a su trasero. La carne blanda agarró los genitales de Hye-won, que estaban a punto de explotar, y los sacudió hasta hacer que también se quejara. Estaba empezando a ser muy, muy difícil para los dos.
Y entonces ¡Puck! Hyewon le dio una palmada en las nalgas tan fuerte como pudo y condujo su pene hasta la parte más profunda de su ano.

Dohan, que yacía debajo del cuerpo de Hyewon, gimiendo y sacudiendo las caderas, levantó la cabeza como si estuviera avergonzado por la oleada de placer tan aterradora que le había llegado. Sus venas se tensaron, su cuello temblaba cada que gemía, y en un momento de locura impresionante, se curvó contra él hasta que Hyewon decidió enterrar su rostro en el cuerpo de Dohan como si no resistiera que fuera tan malditamente erótico.

"Puck, puck, puck puck"

"Ah, espera... Espera. De verdad... ¡Um!"

La cintura de Dohan se movió bajo el vientre de Hyewon y mientras se acurrucaba como un gatito en la cama, el semen brotó de la punta de su pene aplastado hasta que la sensación del orgasmo comenzó a envolverlo tanto que ni siquiera pudo jadear.

"¡¡¡Ah!!! Hye-won... "

Con el clímax frente a él, un líquido blanco comenzó a caer del pene de Dohan gota tras gota y con más fuerza a medida que perforaba su agujero con el pene cada vez más grueso de Hyewon.

"No puedo... Ya... Ya no puedo..."

Su pene, que había retrocedido un poquito para darle espacio, atravesó su pared interior en un segundo para quedar enterrado tan profundamente como para no dejarle espacio de movimiento. Su estómago se estremeció y una sensación de placer impresionante le hizo perder el control de su cuerpo. También había dolor, éxtasis y a la vez, náuseas.

La mano de Hye-won, que todavía sostenía la de Do-han, ganó fuerza en el momento en que un gemido reprimido resonaba de nuevo en la punta de su oído. Su verga se contraía dentro de él como una criatura viva e incluso podía sentir algo mucho más caliente que la carne que lo había golpeado hace unos segundos. Y cada vez que ese palo llenaba su estómago y palpitaba sin parar, su semen se derramaba tanto en su interior que los ojos de Dohan comenzaron a ponerse en blanco.  

Con la cara enterrada en su nuca, Hyewon dejó escapar ese profundo suspiro que había estado conteniendo todo este tiempo y una maldición que le hizo pensar que estaba terriblemente cansado. Entonces, al escuchar el sonido de su respiración, Dohan giró la cabeza y el cuerpo y lo miró después de tanto tratar de evitarlo. Su rostro estaba demasiado cerca, con su barbilla todavía apoyada en su hombro y el pecho subiendo y bajando igual a si ya no tuviera aire adentro. Y a través de sus anteojos, pudo ver sus párpados finos y las largas pestañas negras, temblando con cada nueva respiración. El aliento que sacaba era tan fuerte que Dohan le preguntó sin darse cuenta:

"Kang... ¿Estás bien?"

"Ah, sí... Lo siento..."

Su rostro, blanco, que siempre estaba limpio y estoico, ahora pareció cansado y terriblemente sudoroso. Dios. La forma en que se mordió los labios era demasiado sensual así que quería besarlo. Y tal vez fue por mirarlo de una forma tan explícita durante minutos, pero Hyewon agarró la barbilla de Dohan y lo besó igual a si estuviera viendo a través de sus pensamientos más desesperados.

El sonido de sus lenguas, entrelazadas y moviéndose entre sus labios ligeramente abiertos, comenzó a fluir de inmediato por todo el cuarto mientras Dohan levantaba la cabeza en un intento por acomodarse un poco mejor contra él. Es más, los dedos de Hyewon se clavaron en su cabello y luego, la mano que recorría su piel pronto fue a parar a su nuca.
Ante el beso de Hyewon, quien tenazmente se clavó en sus labios, Dohan no tuvo más remedio que encogerse de hombros y decir: "Uf" al mismo tiempo en que dejaba escapar un gemido bastante bajito. Era difícil respirar y sus cuerpos, pegados uno contra el otro, estaban tan pegajosos por el sudor que, aunque el calor había disminuido por un tiempo, subió desde la parte inferior de su abdomen hasta clavarse en sus pechos.

Cuando Dohan se separó un poquito más, los labios comenzaron a brillar con la saliva del otro y además, las respiraciones ásperas finalmente salieron y chocaron con sus caras. Y entonces Hyewon y Dohan finalmente se vieron a los ojos. No como antes, sino de una manera mucho más clara. La mirada que se enredada en el aire albergaba un deseo que aún no había desaparecido y que dejaba en claro lo que querían incluso si no lo explicaban con palabras. Dohan levantó sus brazos, los envolvió alrededor del cuello de Hyewon y levantó un poco más su cintura en su dirección.

"Hazlo más... Por favor... Hazlo más."

"Toda la noche."


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