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De Música Ligera (MY HERO ACADEMIA) por Uruhasa_13

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De aquel amor
De música ligera
Nada nos libra
Nada más queda

— Soda Stereo (De Música Ligera)

✧゚・: * II *: ・゚✧

El calor abrazador lo sofocaba, podía sentir con demasiada claridad el cuero del cuello de la chaqueta rozar sobre su nuca haciéndolo sudar aún más, era asqueroso, pero no se dignó a detenerse ni para quitarse el abrigo. Ya tenía, sin exagerar, unas cinco horas en carretera, sin contar veinte minutos en la última estación de servicio para ir al baño y comprar comida.

— ¿Cuánto más falta para llegar? — preguntó una voz en los asientos traseros.

— Según el GPS, — contestó su copiloto — Aston debe estar a una hora más de camino en línea recta.

— ¡Ah! ¡Ya no puedo seguir sentado más tiempo! — volvió a quejarse el rubio en el asiento de atrás — ¿Podemos parar, Kats?

— De ninguna manera. — tajó el rubio, echando un vistazo al asiento de atrás por el retrovisor. Denki era el único despierto, Hanta y Mina estaban perdidamente dormidos a pesar del calor — Escuchaste a Keigo, nos quiere fuera de los reflectores lo antes posible, hay que llegar a ese pueblo de porquería antes de que los medios sepan a donde vamos.

Escuchó un suspiro lastimero del lado de su copiloto, no podía culpar a Eijiro, no podía culpar a ninguno de sus compañeros de banda.

Se mordió el labio inferior, en parte todo era culpa suya.

✧゚・: * II *: ・゚✧

Después de años tratando de que alguien los escuchara, el demo que él y su banda grabaron con lo último de sus ahorros fue a caer a manos de Keigo Takami, uno de los productores más famosos en todo el país. El sujeto había producido a artistas de la talla de Yu Takeyama y Shinji Nishiya, dos de los nombres más importantes en la escena musical actual.

Así que, cuando la banda Explosions on the Dancefloor, lidereada por el baterista, Katsuki Bakugo, recibió una llamada directa del productor, casi se orina en los pantalones. El sujeto decía querer producirlos lo antes posible antes de que alguien más lo hiciera, así empezó la carrera musical de él y sus cuatro mejores amigos.

Su primer álbum fue un éxito, miles y miles de reproducciones, incluso tuvo un trend en una red social de videos. Después del primer video musical, ya no podían salir a la calle tranquilos sin que los reconocieran, en especial a Mina, la voz principal.

La vida era increíble, tan solo en el primer año lograron un record en cuantas reproducciones podía tener un video musical en youtube con su primer video musical. Los conciertos llegaron pronto, Keigo les consiguió un mánager increíble, el mismo que manejaba a la mayoría de los artistas que producía, una mujer implacable de nombre Rumi Usagiyama.

Fiestas, clubes, restaurantes y ropa cara, Mina fue la portada de muchas revistas de moda, todo el mundo quería su voluptuoso cuerpo modelando sus prendas. Hanta y Kaminari eran muy famosos en redes sociales y Eijiro ahora también era la cara de un par de gimnasios. Katsuki quería estar a raya, se decía a si mismo que alguien debía mantener a la banda con los pies sobre la tierra, pero al final, también era humano.

Empezó con un par de groupies, chicas que se acercaban a la banda después de una presentación. Hanta y Denki no tenían problema con eso, les encantaba llenar los camerinos con muchachas bonitas, alcohol y quizá sustancias no tan legales.

El sexo pronto se volvió una necesidad y su forma favorita de liberar tención; tanto Rumi como Keigo estaban bien con todo siempre y cuando no hubiera nada en medios, su mánager decía que era normal que los artistas hicieran esas cosas, que solo debían tener cuidado con lo que salía a la luz.

Ochako Uraraka llegó más tarde, una modelo famosa que lo cautivó; figura perfecta, ojos fieros y una experta en el sexo. Keigo estaba feliz de saber de esta relación, incluso lo anunciaron en el Instagram de Ochako, los fans estaban vueltos locos.

Katsuki lo tenía todo: fama, fortuna, una casa enorme, muchísimos amigos, una novia hermosa — a quien planeaba pedirle matrimonio — pero, sobre todo, el éxito que tanto les prometió a sus mejores amigos.

 

Todo, lo tenía todo.

 

Hasta que una mañana Katsuki se levantó como cualquier otro día, en su enorme cama vacía, Ochako había viajado a una pasarela en Paris y no regresaría hasta la semana siguiente; se levantó y preparó su café como siempre, podía escuchar las notificaciones en su celular repiqueteando como locas, no les dio mucha importancia. Eso, hasta que una llamada entrante de Eijiro lo tomó por sorpresa.

— ¿Qué demo…?

— ¡Katsuki! Gracias al cielo, voy para tu casa, llego en quince minutos.

— ¿Qué?

— Keigo quiere vernos, a todos.

— ¿Qué demonios quiere?

— ¿No has visto Twitter? ¡Somos tendencia! — dijo, pero no era un tono alegre, no como la primera vez que fueron tendencia en dicha red social.

— ¿Qué tiene eso de raro? Acabamos de estrenar un álbum el mes pasado.

— ¿Recuerdas el concierto en Valery?

— Claro que sí, eso fue hace como cinco años ¿No?

Silencio, hubo un silencio extraño. Valery era una ciudad relativamente pequeña a unas cuantas horas de la gran ciudad, un concierto local que Rumi consiguió que agotara entradas. Fue la primera vez que Katsuki decidió divertirse junto con sus compañeros de banda y las groupies.

— Una de las chicas de esa noche, tenía una cámara… ¡Una maldita cámara!

— Mierda… supongo que…

— Eso no es lo peor Katsuki.

— ¿Qué puede ser peor que una orgía en video?

— La chica, tenía dieciséis.

 

Una vez más, silencio.

 

Katsuki sintió que la garganta se le hizo un nudo. No podía ser, él mismo había visto las identificaciones de todas las tontas groupies antes de dejarlas entrar al camerino, todas tenían dieciocho años.

No perdió más tiempo, ni siquiera terminó de tomar su café y solo lo dejó en la mesa de la cocina antes de ir a vestirse y esperar a Eijiro. Cuando salió de su casa, se alivió de no ver a ningún reportero, solo debía esperar el auto de su amigo.

Fue cuando su teléfono volvió a sonar en una llamada entrante, Katsuki se relajó al ver que era Ochako quien llamaba. Seguramente su novia quería explicaciones y él podía dárselas, en un momento como ese, no podía pensar en nada mejor que el consuelo de la mujer con quien se casaría.

— Ocha…

— Mira, seré breve porque debo estar en un lugar en unos minutos ¿Sí? — dijo Ochako al otro lado de la línea — la verdad es que quería que mi mánager te llamara, pero supongo que así es mejor o lo que sea…

— ¿Qué dices?

— Mi mánager me envió el video de Twitter.

— Eso fue hace años, antes de que nos conociéramos siquiera ¿Sí? A-además esa mocosa no tenía dieciséis, te lo puedo jurar.

— Sinceramente, Katsuki, no me importa. — dijo, en un tono tan plano que Katsuki deseó escucharla enojada, quería que le gritara o algo — Un video sexual o coger con estúpidas en un camerino es irrelevante, francamente creí que seguías acostándote con tus fanáticas.

— ¿Cómo podría?

— ¿Cómo no podrías, Katsuki? y está bien, es normal y yo lo entiendo. — Katsuki estaba genuinamente confundido con la conversación — Lo que no puedo tolerar es que se haya filtrado todo a los medios ¿Sabes lo que eso le hace a mi carrera? No puedo ser conocida por ser la novia de un pederasta.

— ¡No soy un maldito pederasta!

— Ya te dije que, si lo eres o no, no es importante. En lo que a mi concierne, puedes violar a todo un orfanato mientras que nada de eso se sepa.

— ¿Te estás escuchando, Ochako?

— Ok. — suspiró con frustración, Katsuki no supo por qué le molestó tanto — Mira, ya anuncié en mis redes sociales que tú y yo ya no somos pareja, también borré nuestras fotos juntos y te sugiero que no me contactes a menos de que quieras una orden de restricción. Mi mánager irá por mis cosas a tu casa ¿Sí?

— ¿Qué…? Ochako, yo te amo… ¡Iba a pedirte matrimonio, maldición!

— ¿Crees que tienes problemas? Voy a tener a la prensa acosándome por semanas por tu culpa ¿Sabes? Terminar contigo es el mejor control de daños que puedo hacer ahora. Con suerte, tu mierda no me salpicará tanto.

— ¡Eres una…!

La llamada había terminado antes de que él dijese nada, Ochako cortó la comunicación dejándolo solo, únicamente con su frustración. El auto de Eijiro se acercaba desde el final de la calle así que simplemente decidió que Ochako no importaba por el momento, ya tendría tiempo de arreglar ese asunto.

— ¡Hermano! — dijo Eijiro en cuanto él se subió al asiento del copiloto y cerró la puerta.

— Ochako acaba de terminar conmigo.

— Lo sé, posteó sobre eso hace una hora.

Katsuki se mordió el labio de puro enojo, Ochako no solo lo había desechado cual pañuelo de papel, sino que tuvo el descaro de anunciarlo públicamente antes.

— Aunque tenemos problemas más grandes que ella ahora.

— Mierda, Eijiro, la estúpida esa no tenía dieciséis ¡Vi la maldita identificación!

— ¡Lo sé! — suspiró — amigo, Denki y Hanta tuvieron que cerrar sus redes sociales, la gente se los estaba comiendo vivos; Mina y yo perdimos los contratos de publicidad.

No hablaron mucho, el trayecto hasta Hawk’s Records les pareció eterno a pesar de que estaba a diez minutos de su casa en auto. Un grupo de reporteros ya los esperaban en la entrada del edificio, pero la seguridad de su productor tuvo la amabilidad de guiarlos hasta el estacionamiento subterráneo para que no tuvieran que bajarse del auto.

La secretaria de Keigo los esperaba en la entrada también, llevándolos de inmediato con su jefe. Cuando ambos entraron en la oficina del productor, se encontraron con su mánager y el resto de la banda.

— Bienvenidos, caballeros. — empezó Keigo, en un tono demasiado serio y sobrio, hizo que Katsuki se estremeciera — ¿Por qué no entran y me explican qué demonios pasó esa noche en Valery?

Y así lo hicieron. La banda completa le contó a Keigo, con lujo de detalle sobre las groupies y la grandiosa idea de tener diversión todos juntos, de cómo nadie se dio cuenta que había una cámara involucrada y el cómo Katsuki se aseguró de revisar las identificaciones de las chicas.

— Bien. — dijo el rubio, visiblemente más tranquilo — Si esto fuera solamente el video, podríamos manejarlo, pero hay una supuesta menor de edad involucrada, así que es más difícil. Obviamente habrá una investigación policiaca al respecto y los quiero a todos fuera después de que tomen sus declaraciones.

— ¿Fuera? — preguntó Mina — ¿No nos necesitan para los juicios y esas cosas?

— Con suerte, no habrá juicio. — dijo Rumi — Nosotros también haremos nuestras propias investigaciones. Yo confío en ustedes, y si Katsuki dice que no eran menores de edad, entonces vale la pena indagar en eso.

— ¿Entonces cuál es el plan? — preguntó Katsuki, había sido una mañana demasiado pesada, su carrera pendía de un hilo, al igual que su libertad y credibilidad y apenas eran las once y media de la mañana.

El silencio en la enorme oficina del productor no se hizo esperar, solamente escuchaba los teléfonos de todos avisar de notificaciones entrantes con ese característico ruido sordo cuando se tiene el celular en silencio.

— Ok… — dijo Keigo suspirando — Situaciones desesperadas, medidas desesperadas. Hay un pequeño pueblo a unas siete horas en carretera de aquí, está lo suficientemente jodido como para que ni siquiera las estaciones de radio lleguen hasta allá. Cero internet, cero conexiones con la civilización.

— ¿Es una especie de pueblo amish? — inquirió Hanta.

— Claro que no, es solo un lugar rural, nada raro.

— ¿Cómo demonios viven así? — preguntó Denki muy bajito.

— Mas respeto, mocoso, yo crecí ahí. — dijo Rumi, sin esforzarse en esconder su molestia — voy cada año a visitar a mis padres, a ellos les gusta ese estilo de vida, tienen una radio local y se mantienen de la ganadería y agricultura. Solo hay un cibercafé con conexión a internet en todo el pueblo, así evitamos que hagan alguna otra tontería o que los localicen.

— Suena a culto. — susurró Denki, pero nadie le hizo caso.

— Es como volver a vivir en el dos mil cinco ¿Me entienden?

— Yo nací en el dos mil… — volvió a quejarse el rubio menor, aún sin conseguir nada.

— Mis padres tienen una finca enorme con algunos cuartos extras, ni siquiera les pediré que ayuden en las labores, le pago a alguien para que haga eso. — seguía la mánager — Solo necesito que se mantengan en el pueblo hasta que todo se haya enfriado ¿Entendido?

— Una vez que se acabe todo este escándalo, — intervino Keigo — haremos una gira mundial, iremos a Europa y a América, sacaremos un álbum tan bueno que nadie hablará de esta mierda nunca más.

✧゚・: * II *: ・゚✧

Un par de días más tarde, toda la banda estaba en carretera, Explosions on the Dancefloor iba en camino a Aston, el pueblo natal de su mánager, Rumi Usagiyama, quien les dijo que los alcanzaría un par de semanas más tarde para ver cómo estaban, porque debía quedarse a hacer control de daños junto con su productor.

Por lo general, Katsuki podía escoger entre su colección de autos deportivos, cualquiera de sus bebés lo hubiese llevado volando a Aston; pero, en esas circunstancias, Keigo les prestó una vieja camioneta Chevrolet familiar modelo 2010, como para sentirse más acorde.

Era verdad eso de que mientras más se acercaban a Aston, más se perdía la señal de la radio, pronto tuvieron que buscar entre los viejos discos que había en la guantera, porque, claramente, usar sus celulares personales estaba encarecidamente prohibido. Keigo les había dado nuevos celulares mucho más sencillos que los que estaban acostumbrados a usar, tenía un limitado acceso a internet que solo les permitía navegar en Google y Watssap, su mánager les advirtió que solo tendrían un número limitado de datos para que no los quisieran malgastar en revisar sus redes sociales.

— ¿Qué quieren escuchar? ¿Breakaway de Kelly Clarkson o Rock Steady de No Doubt? — Preguntó Eijiro, revolviendo los discos de la guantera.

— ¿No hay algo más… no sé, como de después del 2010 por lo menos? — se quejó Denki

— ¿Animal de Kesha?

— Me rindo…

— Cierren la boca ya. — tajó Katsuki, sintiendo que la vena en la frente le iba a explotar — Despierten a los dos idiotas, ya llegamos al pueblo de porquería.

Frente a ellos, la carretera se alzaba y junto con esta, un austero letrero de latón deslavado que parecía haber visto mejores días. Una leyenda que decía “¡Bienvenido a Aston!” y por debajo, algo que le puso los pelos de punta a Katsuki “Población: 600 habitantes”.

¿Cómo mierda terminó en un embrollo así?

— ¿Por dónde hay que ir ahora? — preguntó Katsuki.

Eijiro desdobló la hoja de cuaderno que traía guardada en el pantalón, Rumi le había dibujado un mapa a casa de sus padres, dijo que de todas formas podían preguntarle a cualquiera sobre la casa de los Usagiyama y sabrían orientarlos.

— Esto sería más fácil con un tonto GPS. — se quejó Mina atrás, Katsuki la ignoró.

El pueblo era pintoresco, las calles amplias y llenas de árboles por todas partes. Casi todo eran casas, con las ventanas y puertas abiertas de par en par, si eso sucediera en la ciudad, ya los habrían robado.

— Tienes que dar vuelta aquí, Kats. — le indicó Eijiro.

Para su sorpresa, Rumi tuvo razón al decir que encontrar la casa de sus padres sería muy sencillo. Era una finca grandísima, con una casa que parecía modesta por la fachada, pero había dos pisos y seguramente era muy amplia. Un señor de rostro amable esperaba de pie en el porche, no había que ser un genio para ver el parecido que tenía este hombre con su mánager.

— ¡Ah! Bienvenidos, bienvenidos. — les dijo el papá de Rumi en cuanto ellos salieron del auto — Espero que tengan hambre, preparamos un festín para ustedes.

— Muchísimas gracias, señor Usagiyama. No se hubieran molestado, hacen mucho en recibirnos aquí. — se apresuró a decir Eijiro.

El resto de la banda se presentó también con el hombre, incluso él tuvo el tiempo de estrecharle la mano al papá de su mánager. Su humor cambió drásticamente, el aire del pueblo parecía muchísimo más ligero que el de la gran ciudad y el cielo naranjoso dejaba ver lo que parecían pequeñas estrellas que apenas estaban por nacer.

El padre de Rumi les dio un recorrido rápido por la casa, él y su esposa vivían en el piso de abajo, por su edad ya no subían escaleras arriba a menos de que fuese algo muy importante. Todos sus hijos habían emigrado a diferentes partes del mundo, Rumi era la más cercana, así que cuando su adorada muchacha les pidió que los escondieran un tiempo, no dudaron en aceptar.

Había suficientes habitaciones para todos, Rumi era la menor de cinco hermanos, así que pudieron acomodarse perfectamente.

Después de una ducha rápida y una muda de ropa limpia, Explosions on the Dancefloor estaba ya en el comedor de la casa, junto con el matrimonio que había tenido la amabilidad de acogerlos. La madre de Rumi era mucho más bajita y diferente a su mánager, con un semblante apacible.

— ¡Siéntense, siéntense! — animó la señora, que se había tomado el tiempo de preparar una cena enorme para todos.

Los papás de Rumi eran muy amables, Katsuki incluso extrañó a la fastidiosa de su mamá. La verdad, hacía mucho que no tenían una comida casera como esa, mucho menos se había sentado a la mesa con alguien, su ajetreada vida solo le permitía vivir de cigarrillos, cafés y comidas ya preparadas. Claro, alguien como él debía mantenerse en forma, pero las dos horas diarias en su gimnasio particular en casa no se comparaban con los entrenamientos del equipo de rugbi en la preparatoria.

A Katsuki no le gustaba sentir nostalgia, no cuando tenía una carrera exitosísima en el medio, había llevado a sus amigos de la mano hasta las estrellas. Aunque ahora, lo único que podían hacer era esconderse hasta que pasara todo el escándalo.

Las investigaciones deberían ser rápidas, comprobar que las tipas que los embaucaron eran mayores de edad. Pero aún así, habiendo comprobado su inocencia, lo mejor era seguir escondidos hasta que realmente todos se olvidaran del escándalo.

Después de la cena, los padres de Rumi se disculparon, Mina se ofreció a lavar los trastes y la banda estuvo de acuerdo, era lo mínimo que podían hacer ahora que vivirían ahí todos juntos y escondidos. Rumi había dicho que seguirían enviándoles dinero por medio de sus padres y también que Keigo les daría un extra por hospedarlos, así que el dinero no debía ser ningún problema.

— Esto es una mierda. — dijo Denki, poniéndose de pie y llevando su plato hasta la cocina.

— Es temporal, hermano. — le recordó Eijiro — Deberíamos usar este tiempo para escribir nuevas canciones, preparar ese álbum del que habló Keigo. Estaremos de regreso en los escenarios antes de lo que piensan.

— Quizá un año si comprueban que las chicas mienten. — agregó Hanta, suspirando pesado — ¿Recuerdan cuando las fotografías de Kyoka desnuda se filtraron? Tardó casi tres años en que eso pasara.

— Hay que ser positivos ¿Si? — dijo Mina, bastante nerviosa — Como dijo Eiji, usemos este tiempo como inspiración, escribamos nueva música y saldremos de esto.

Katsuki se quedó callado mientras recogía los platos, escuchaba a sus amigos queriendo mantener la calma en una situación tan difícil y quería darles la razón. Tenía que pensar en positivo, ahora no era tiempo de deprimirse porque seguramente pasaría pronto, muy pronto.

✧゚・: * II *: ・゚✧

A la mañana siguiente lo primero que escuchó fue su teléfono celular nuevo/antiguo sonando, Katsuki reconoció el número de casa y tras debatir si dejarlo o contestar, decidió hacerlo ahora antes de que todo fuese peor.

— ¡Katsuki Bakugo! — gritó su madre desde el otro lado de la línea — ¡¿Qué significa esto de que te metiste con menores de edad?!

Katsuki arrugó la nariz, tratando de buscar su humanidad entre la bruma del sueño. Se incorporó lentamente con un gruñido, siendo bienvenido por una habitación sobria, un papel tapiz de color azul claro y lleno de posters de beisbol.

— Es una mentira, esas idiotas eran mayores de edad ¡Yo vi sus identificaciones!

— Eso no es lo que dice el periódico. — contestó Mitsuki, claramente afligida. Su madre podía ser la persona más testaruda en el planeta, pero era su madre a final de cuentas, y él la conocía bien. Su mamá no podía engañarlo, no cuando él sabía que esa voz temblorosa era un vestigio de haber estado llorando.

— Mamá, escúchame. — dijo más tranquilo, seguramente su madre lo entendió porque guardó silencio — Esas mujeres están buscando sus cinco minutos de fama, somos inocentes… por favor, créeme.

— Te creo, Katsuki… — dijo, mucho más tranquila, pero visiblemente triste — Las cosas que escriben sobre ti en internet, en los periódicos… ¡Dios mío! Incluso hablaron de ustedes en la televisión.

— Keigo dice que va a pasar, mamá, somos inocentes. — volvió a enfatizar — no sé cuánto tiempo tengamos que vivir en este pueblo de porquería, pero cuando regresemos, volveremos a ser una banda increíble, como cuando ensayábamos en la cochera ¿Te acuerdas?

Katsuki lo odiaba, odiaba escuchar a su madre llorar porque era la mujer más fuerte que él conocía, porque en sus veintiocho años de vida, solo la había visto llorar en el funeral de la abuela, odiaba haberla hecho llorar de nuevo.

— ¿Me lo prometes?

— Si, mamá, te lo prometo… ah y…

— ¿Si?

— Mamá… no vayas a ver ese video, por favor.

La risa burlona de su madre le supo a gloria, era la mejor melodía que sus oídos podían escuchar en momentos tan horribles.

✧゚・: * II *: ・゚✧

Era el primer día en Aston y las cosas apuntaban a que todo sería horrible, Katsuki no era el único atendiendo llamadas de sus seres queridos.

— Lo sé, lo sé, bebé… lo lamento mucho, te prometo que regresaré en cuanto todo esto se arregle, tendremos la boda que querías, te lo prometo Sho… — escuchó decir a Hanta cuando pasó por su puerta — Te amo Shoto, te amo ¿Entiendes? Prometo llamarte diario ¡Diario!... sé que tu papá está furioso, te prometo que todo esto se va a arreglar.

No se quedó a escuchar el resto de la conversación, era doloroso, le hacía pensar en la llamada que había tenido con Ochako la mañana anterior. Suspiró pesado, planeaba pedirle matrimonio justo después de la boda de Hanta y Shoto Todoroki, muy a pesar de lo que Mitsuki tuviera para decir de su novia… bueno, exnovia.

— Está bien, mamá, no te preocupes, también dile a Ma que la extraño. — se escuchó fuera de la recámara de Eijiro.

Las de Mina y Denki estaban en un silencio sospechoso, no indagó más. Katsuki terminó su camino hasta el baño en donde se lavó los dientes y el rostro, era casi gracioso pensar que un par de días antes estaban planeando sacar un nuevo sencillo, él tenía una entrevista programada para una revista de música un par de días después, supuso que Rumi había cancelado todo.

— ¡Buenos días, Kats! — saludó Denki, entrando al baño con él y levantando la tapa del inodoro antes de sentarse a orinar.

— ¿Te importa? — riñó Katsuki.

— La verdad es que no. — suspiró — Rumi no mentía cuando dijo que esto es como vivir en el dos mil cinco… Mina se está quedando en su cuarto en donde tiene su colección de libros y películas.

Finalmente, y por presión de Denki, Katsuki lo siguió hasta la recámara de Mina, sus puertas estaban abiertas, menos las de Hanta y Eijiro.

— Mira esto, — le dijo Mina en cuanto entró, sosteniendo un DVD en sus manos — es una copia original de Mean Girls, deberíamos preguntarles a los señores Usagiyama si tienen un reproductor de DVD y tener un maratón de películas.

— Tomando en cuenta que vamos a estar atorados aquí hasta Dios sabe cuándo, — dijo Katsuki, en un tono mucho más tranquilo — supongo que está bien, quizá las películas nos duren un par de semanas antes de querer matarnos entre nosotros.

Entonces escucharon desde el piso de abajo a la señora Usagiyama llamarles para el desayuno y claramente no querían ser groseros así que hicieron caso. El desayuno fue ligeramente diferente que la cena, porque los señores Usagiyama explicaron las reglas de su casa mucho más quitados de la pena, seguramente no quisieron aturdirlos la noche anterior.

Katsuki hubiese estado bien si los papás de Rumi los hubiesen puesto a trabajar en el campo, pero resultaba que ellos tenían a sus propios trabajadores, no les hacía falta mano de obra y después de todo, recibían dinero de Keigo por esconderlos. Las reglas serían fáciles de seguir, el desayuno se servía a las ocho y media, la comida a las tres y la cena a las seis en punto; fuera de esos horarios, eran libres de hacer lo que quisieran, la señora Usagiyama incluso les dijo que tenían libre acceso a la televisión de la sala junto con el reproductor de DVD’s.

Por alguna razón, creyeron que los padres de Rumi estarían en casa todo el día cuando no fue el caso; el señor estaría en el campo junto con sus trabajadores mientras que su mujer tenía mandados que hacer en todo el pueblo antes de regresar a hacer la comida.

— Diablos, no pensé que de verdad estaríamos estancados en el dos mil cinco, — dijo Denki, sentado frente al televisor, parecía que solo podían sintonizar un par de canales de telenovelas, noticias y las versiones retro de VH1 y MTV — ¿Qué es esto?

— Parece que es el espectáculo de medio tiempo de Britney Spears y NSYNC… — le respondió Eijiro.

— ¿Qué eso no fue como en el dos mil uno?

— ¡Mejor veamos una película ¿Si? — dijo Mina, con algunas cajas de DVD’s en sus manos, las que dejó en la mesita del centro de la sala.

— Mean Girls, Sky High, Memories of a Geisha … — leía Hanta en voz baja — ¿Brujillizas? ¿Qué diablos es Brujillizas?

— ¿Qué tal esta? — dijo Eijiro, alzando la caja que contenía una copia de Scott Pilgrim contra el mundo.

Los demás estuvieron de acuerdo y Katsuki ni siquiera comentó nada, solo se sentó en silencio con sus compañeros, queriéndose olvidar del desastre que era su vida. No podía ver lo que estaban diciendo de ellos en internet, sabía que sus compañeros también tenían miedo y que sentarse a ver películas viejas en una casa con olor a humedad era mucho mejor que saber que quizá sus carreras estaban a la deriva.

✧゚・: * II *: ・゚✧

Recibieron una llamada a la mañana siguiente en el teléfono de Katsuki, eran Rumi y Keigo con noticias de su caso.

— Se comprobó que las chicas mentían, pudimos contrademandar por difamación y además serán acusadas de falsificación de documentos, desacato y creo que podemos hacer algo con el video.

— ¡Gracias a dios! — gritó Mina, visiblemente aliviada.

Todos lo estaban, Katsuki pudo volver a respirar tranquilo sabiendo que el asunto legal ya no sería un problema. Pero, como buen lobo viejo sabía que Keigo no les había dicho todo, aun así, no pudo evitar hacerse ilusiones sobre regresar a casa.

— No tan rápido. — intervino Rumi, del otro lado de la línea — las cosas siguen muy calientes, el video sigue circulando y aún tenemos titulares amarillistas, es muy pronto para que vuelvan.

— Pero… — quiso decir Hanta.

— Si regresan ahora, la prensa se los comerá vivos y será más complicado acabar este escándalo. Creo que lo mejor que podemos hacer es seguir con el plan como hasta ahora.

— ¿Cuánto? — dijo Katsuki entonces.

— No lo sé. — contestó la mánager, suspirando — Si corremos con suerte, un par de meses, quizá hasta el final del verano…

Todos volvieron a suspirar frustrados, Rumi les insistió en que era lo mejor, así podían trabajar en ese álbum como habían dicho, también prometió enviarles sus instrumentos para que pudieran hacerlo.

— Supongo que es mejor que nada. — suspiró Eijiro.

✧゚・: * II *: ・゚✧

Después de una semana, Katsuki sentía que, si seguía viendo comedias románticas de los dos miles, terminaría creyendo de verdad que regresaron al dos mil cinco. Para su deleite, Rumi llamó diciendo que ya había enviado sus instrumentos y que debían llegar esa misma tarde y, aunque no estaba particularmente emocionado por salir a conocer Aston, era mejor que quedarse a ver por millonésima vez “D.E.B.S”.

El papá de Rumi le ofreció prestarle la camioneta de la familia para que fuese a recogerlos al edificio de correos, que también resultaba ser el ayuntamiento. Por lo que decía el señor Usagiyama, casi todo estaba concentrado en el centro del pueblo, eso lo hacía mucho más fácil.

Condujo hasta el centro, el edificio de correos/ayuntamiento fue bastante fácil de encontrar, era el edificio más grande a comparación de todos los demás.

Era un día soleado, Katsuki no había notado lo caluroso que era, lo agradable que el sol se sentía a través del parabrisas del vehículo, también se sorprendió de que las personas que pasaban cerca de él lo saludaban. Aston era un lugar pequeño, él jamás había estado con tan poca gente, era curioso pensar que habían hecho espectáculos para muchas más personas de la que vivía en el pueblo.

Finalmente llegó a su destino, se estacionó al frente y se dirigió a la entrada sin saber bien con quién debía hablar, así que solo se dirigió al mostrador en donde un viejo leía atentamente y, que, al notar su presencia, lo cerró.

— Tu debes ser el joven Bakugo ¿Verdad? — saludó animado — Hemos escuchado mucho de ti y tus amigos.

— Ah… s-si… yo-yo vine a recoger un par de paquetes, señor…

— Yagi, Toshinori Yagi, muchacho, soy el alcalde de la ciudad… y el jefe de correos también.

Cuando Katsuki se dio cuenta de que era la primera vez que sostenía una charla con alguien extraño sin ser reconocido se sintió… ¿Bien? Habían pasado muchos años desde la última vez que fue capaz de eso, quizá desde que estaba en preparatoria.

— Es un gusto, señor Yagi.

— El gusto es mío, muchacho. Sígueme, los instrumentos están atrás, son cajas muy grandes.

Katsuki tuvo que insistirle al alcalde que no necesitaba ayudarlo a cargar los instrumentos hasta el auto, el hombre parecía que podría romperse en cualquier momento.

— Supongo que no tendrán un estudio de grabación aquí en Aston ¿Verdad?

La risa del señor Yagi lo contagió, era obvio que en un lugar tan pequeño no existía tal cosa como un estudio de grabación, pero su burla no se sintió como grosería, al contrario, el alcalde estaba tratándolo como cualquier otra persona. Desde que se había hecho famoso, las personas siempre lo manejaban con pinzas y, en algún momento se acostumbró a ello y hasta empezó a disfrutarlo. Este pequeño trago de realidad le supo a gloria.

— Claro que no, muchacho, esas son cosas de las grandes ciudades ¿No? — suspiró con cierto recelo — ¿Ustedes son músicos o algo así?

— A-algo así. — contestó despacio, encontrándose extrañado de que este hombre no supiera quién era él — Es que no hay mucho espacio en casa de los señores Usagiyama, tampoco quería molestarlos con el ruido.

— ¡Cierto, cierto! Ya estamos viejos, a los viejos no nos gusta el escándalo.

Era aterrador pensar que estaba disfrutando esta charla que no tenía a su fama de por medio o como tema de la conversación. El señor Yagi hablaba hasta por los codos y Katsuki se sorprendió de estar inmerso en sus historias triviales y sin sentido, no ser el centro de atención le empezó a parecer mucho más divertido.

— Bueno, ahora que lo pienso, — decía el señor Yagi — no tenemos un estudio de grabación o esas cosas lujosas, pero creo que podemos hacer algo.

— ¿Qué cosa?

— Bueno, las vacaciones de verano empezaron hace una semana, así que la escuela local está vacía. Tampoco es como una escuela muy grande, es solo para los chicos del pueblo, pero tiene un salón de música. Mi hijo es profesor, él y los demás profesores se turnan para mantener la escuela en vacaciones. Creo que podrías hablar con mi chico para llegar a un acuerdo, no creo que haya ningún problema.

— Suena estupendo ¿Cree que pueda ir ahora?

— No pierdes el tiempo ¿Eh? Me agrada eso, joven. Mi hijo está en la escuela ahora mismo, lo llamaré para decirle que vas para allá y te daré la dirección.

✧゚・: * II *: ・゚✧

Katsuki había nacido en una ciudad pequeña, lo suficiente como para coincidir con sus mejores amigos y colegas de banda en el colegio. Recordaba perfectamente el salón de música de su vieja escuela, estaba en el tercer piso al fondo, en donde nadie podría quejarse por el ruido; era un colegio común y corriente, justo como todos los demás colegios de la ciudad.

Cuando llegó al único colegio de Aston, se sorprendió al ver una casa de un solo piso, pintada de un sobrio color verde y un simple letrero que rezaba “Escuela primaria/secundaria/preparatoria” y al acercarse encontró que también tenían una sección que servía como preescolar pero que ahora no había niños. Katsuki tocó la puerta que no era más que un portón de cochera hasta darse cuenta de que estaba abierto.

Adentrarse fue un poco más de lo mismo, se aseguró de cerrar el portón a sus espaldas antes de seguir adelante. El patio de juegos era diminuto, solo había una caja de arena y un par de columpios, porque todo lo demás estaba destinado a una pequeña cancha de futbol. Había un silencio exquisito, se sentía una paz extraña que parecía ajena a todo lo que él conocía.

Se adentró en el edificio principal, la puerta estaba abierta, encontrándose de lleno con el vestíbulo del colegio, vacío también.

Ooh, baby, do you know what that's worth?
Ooh, Heaven is a place on Earth

La melodía de una vieja canción que reconocía, pero cuyo nombre no logró recordar le alertó. El vestíbulo daba hacia un par de pasillos, así que él siguió por el pasillo en donde se escuchaba más fuerte esta música.

They say in Heaven, love comes first
We'll make Heaven a place on Earth
Ooh, Heaven is a place on Earth

Pronto, no solo era la música, sino que reconoció una voz extraña, alguien estaba cantando la letra casi a todo pulmón. Katsuki no pudo evitar reír, porque esa interpretación era muy emotiva, así como desastrosa, su exquisito oído de músico le decía que la persona que cantaba era de todo menos cantante.

When the night falls down
I wait for you, and you come around
And the world's alive
With the sound of kids on the street outside

Siguió adelante, pasando por los salones de clases, había grandes ventanas que daban hacia dentro de las aulas. Todo seguía decorado, incluso algunos pizarrones seguían escritos con cosas.

When you walk into the room
You pull me close, and we start to move
And we're spinnin' with the stars above
And you lift me up in a wave of love

Quien quiera que estuviera cantando, necesitaba clases de música urgentes y cualquiera que cantase así frente a Katsuki en circunstancias normales se ganaría un golpe, la música era algo serio para el líder de la banda. Sin embargo, esta voz desafinada tenía algo en ella que no podía dejar de disfrutar.

Finalmente llegó al final del corredor, al salón de dónde venía la música. Katsuki entonces recordó el nombre de la canción, porque le pareció muy adecuada para lo que veía.

Ooh, baby, do you know what that's worth?
Ooh, Heaven is a place on Earth
They say in Heaven, love comes first

El hombre que cantaba a todo pulmón como si tuviera una voz privilegiada, este sujeto menudo de rizos verdes sobre su cabeza, vestido en pantaloncillos deportivos y una camiseta blanca. Este hombre rebotaba entre los estantes acomodando libros, bailando como si nadie lo estuviera viendo, disfrutando de su propia excentricidad, eso hasta que se dio la vuelta y dejó de cantar.

We'll make Heaven a place on Earth
Ooh, Heaven is a place on Earth

— ¡Ay, Dios! — gritó él, dejando que la canción siguiera en el fondo.

Katsuki había conocido a mucha gente hermosa a lo largo de su vida, a lo largo de su carrera, incluso su exnovia era una maldita super modelo, pero no era la única; él conocía super modelos, actrices, actores, cantantes, bailarines, una marea de rostros y cuerpos hermosos e inmaculados. Pero, ni siquiera Ochako lo había dejado sin aliento con tan solo una mirada.

Este hombre menudo, vestido como si estuviera en su casa un domingo por la tarde le pareció mucho más hermoso que todas esas personas a quienes les pagaban por ser atractivos. Porque Dios, esos enormes ojos verde esmeralda habrían sido la perdición de cualquiera.

— L-lo lamento m-mucho…— se seguía disculpando — mi papá di-dijo que vendrías pe-pero no pensé que f-fuese tan rápid-do…

— Oye, Cálmate, nerd, estaba de paso…

When I feel alone
I reach for you, and you bring me home
When I'm lost at sea
I hear your voice, and it carries me

La sonrisa ladina que le ofreció este chico le hizo estremecerse ¿De dónde había salido este sujeto? Parecía completamente distinto a todo lo que conoció hasta el momento y quizá, solo quizá, el saber que no lo reconocía lo hizo aún mejor.

— Que pena…

— Está bien, he escuchado peores alaridos. — dijo, haciéndolo sonrojarse aún más.

— Dios… papá mencionó que eras músico…

— Y te aseguro que no tienes futuro en la industria.

Ambos rieron con muchísima naturalidad, como viejos conocidos.

In this world, we're just beginnin'
To understand the miracle of livin'
Baby, I was afraid before
But I'm not afraid anymore

— Está bien, no todos pueden ser una Dua Lipa.

— ¿Q-quién?

No sabía cómo diablos este sujeto podía ser cada vez más adorable conforme más hablaba, Katsuki jamás estuvo tan contento de que no supieran quien era Explosions on the Dancefloor.

Ooh, baby, do you know what that's worth?
Ooh, Heaven is a place on Earth
They say in Heaven, love comes first

— Papá me dijo que querían usar el salón de música ¿Verdad?

— Si… me dijo que era lo más cercano a un estudio de grabación… ¿No les molesta que estemos por aquí?

— ¡En lo absoluto! La escuela siempre está solitaria, incluso cuando hay niños… no hay muchos, por cierto.

Dejaron esa pequeña biblioteca improvisada atrás, Katsuki siguió al peliverde de regreso por el corredor, aunque el lugar era lo suficientemente pequeño para seguir notando la melodía en el fondo.

We'll make Heaven a place on Earth
Ooh, Heaven is a place on Earth

El profesor se presentó como Izuku Yagi, le pidió encarecidamente que lo llamase Izuku y no Yagi porque “Yagi es mi papá”. Así que Izuku-no-Yagi, le dio un recorrido por el diminuto colegio, solo había un par de salones de clases porque la mayoría de los chicos que asistían a clase estaban en quinto grado de primaria y lo más seguro es que sus familias los enviaran a estudiar la preparatoria a la ciudad más cercana.

— Si son listos, — decía Izuku, caminando por el otro corredor — se quedarán en la ciudad, aquí en Aston no hay nada.

“Estás tú” pensó Katsuki, y tuvo que morderse la lengua para no decirlo en voz alta.

— Aquí, este es el salón de música.

Aunque Izuku había dicho “salón de música”, a Katsuki le pareció más una especie de salón multiusos. Había estanterías con libros, caballetes apilados en un rincón y un par de closets de almacenamiento, sillas apiladas y una mesita redonda, no había un solo instrumento musical.

— Podemos mover las mesas y las sillas para hacer espacio… Papá mencionó muchos instrumentos grandes.

— Tranquilo, no hay nada muy estorboso, mi batería es lo más engorroso.

— ¿Tocas la batería? ¡Kacchan eso es genial!

Debió haber parecido un completo idiota al escuchar ese tonto sobrenombre inesperado, porque Izuku volvió a sonrojarse. La verdad era que no le molestaba para nada, porque quería seguir escuchándolo de sus labios toda la vida.

— L-lo lamento… fue muy atrevido…

— No… pero eres el único que puede llamarme así, tonto Deku.

— ¿Deku?

— Si me vas a llamar con un tonto apodo, entonces yo también lo voy a hacer.

Ambos volvieron a reír, era una risa sincera, de esas que solo reservaba para sus seres queridos, no era esa risa prefabricada que le daba a los fans y a la prensa. Por un momento fue como regresar a la preparatoria, cuando salía con sus amigos a bares y a parques.

— Vamos, te ayudaré a acomodar los instrumentos ¿Está bien?

Cuando salió de la casa Usagiyama esa mañana, no esperaba nada en particular, pero por primera vez desde que habían llegado a Aston, no pensó ni en su antigua vida, ni en los escándalos ni en Ochako. Ni siquiera se dio cuenta cuando anocheció, porque estuvo junto a Izuku acomodando el salón de música, acondicionándolo un poco para la banda.

A eso de las nueve y media, ambos estaban despidiéndose afuera del colegio, fue el primer día en el pueblo que no se sintió como un desperdicio, además de que ahora si podía poner a su banda a trabajar. El álbum que le prometieron a Keigo no iba a escribirse solo y, ahora, tenía una musa invaluable.

— Hasta mañana, Kacchan.

— Hasta mañana, Deku.

✧゚・: * II *: ・゚✧

A la mañana siguiente, todos estaban ansiosos, el anuncio de que ya podían empezar a trabajar en un nuevo álbum en lugar de quedarse en la casa de los Usagiyama viendo comedias románticas les emocionaba.

— Viejo, sentía que ya me empezaba a aprender los diálogos de Step Up. — se quejó Denki en la parte trasera del auto — pensé que estaríamos encerrados para siempre.

— El alcalde nos permitió el uso de la escuela. — tajó Katsuki desde el asiento del piloto — Así que vamos a trabajar, no a jugar, que les quede bien claro ¿Entendieron?

Aunque su intención era sonar amenazador, Katsuki estaba muy emocionado, sus demás amigos tenían esa mirada que le encantaba. Odiaba la situación en la que se habían metido, pero agradecía poder tener esta sensación otra vez, porque esas miradas tan brillantes le recordaron al día en que grabaron su primer sencillo.

— ¿Es aquí? — preguntó Eijiro cuando Katsuki aparcó afuera de la escuela.

— Si, es diminuta. — dijo Denki — Parece una casa.

— Es una casa adaptada. — respondió Katsuki, bajándose del auto — Ya se los dije, tontos, nos dieron permiso de trabajar aquí durante el verano, así que compórtense.

— Tranquilo viejo, — intervino Hanta — ya somos niños grandes, podemos portarnos bien.

Katsuki refunfuñó, no quería que esos tontos lo hicieran quedar mal enfrente de Izuku. Pero aun con todo, no podía estar enojado con ellos, no cuando podían sacar algo mucho mejor de esa situación tan jodida.

Sus compañeros no se vieron impresionados como él por la escuela, estaba bien, comprendía que no era algo para todos. Katsuki los guio dentro del colegio, justo hacia el salón de música, pero antes debía hacer una parada técnica y saludar a Izuku.

— ¡Deku! — llamó Katsuki adentrándose en el corredor.

— ¿Deku? — preguntó Mina a sus espaldas.

No tuvo que contestarles nada a sus amigos, porque Izuku salió de una de las aulas anteriores al salón de música. Esta vez, ya no vestía con sus pantaloncillos deportivos y camiseta, sino que llevaba pantalones de mezclilla y una camiseta un poco más ceñida, quizá porque sabría que no estaría solo. Se veía muy bien, quizá un poquito demasiado.

— ¡Ah! Llegaron…

— Ok, tontos, este es Izuku, es el hijo del alcalde y el encargado de la escuela durante el verano.

— ¡E-es un gusto! Soy I-Izuku Yagi… pero pueden llamarme Izuku, Yagi es como llaman a mi papá.

— ¡Ohh! Es un gusto, Izuku. — se apresuró Mina, con un entusiasmo un tanto extraño para los ojos del líder de la banda — Mi nombre es Mina Ashido.

Después de la cantante, el resto de la banda se presentó también, Katsuki se sintió un poco más tranquilo al ver que ese pequeño rayito de sol también cautivaba al grupo de artistas. Se preguntó si también empezaron a añorar ese tiempo cuando no eran conocidos.

— Por favor, si se les ofrece algo, no duden en pedírmelo. — les dijo Izuku con una sonrisa de oreja a oreja.

Así, Explosions on the Dancefloor se acomodó en el salón de música. Sería un día entero casi dedicado a afinar los instrumentos y hablar de qué era lo que querían hacer. Toda la banda colaboraba con las composiciones, Mina era muy buena escribiendo letras y a Katsuki le gustaban mucho sus canciones, pero él mismo también se tomaba el trabajo de escribir.

— ¿Qué es lo que haremos? — preguntó Hanta, sentado en una de las sillas escolares con el bajo sobre sus piernas — ¿Deberíamos escribir sobre esta mierda?

Charlaron un rato al respecto; Eijiro creía que escribir sobre esta situación solo traería más problemas, que seguramente fuese más sencillo solo escribir un par de canciones sobre el amor a la música; Hanta no estaba de acuerdo y Mina lo secundó, dedicarle un par de canciones a las mentirosas era la mejor forma de enseñarles el dedo de en medio; Denki no sabía a quién apoyar y Katsuki solo quería escribir sobre una sola cosa.

— Cierren la boca ¿Quieren? — les dijo Katsuki — Quiero hacer un cover de Teenage dream.

— ¿La canción de Katy Perry? — rio Mina, genuinamente divertida por la ocurrencia, eso hasta que se dio cuenta que el baterista y líder no bromeaba — Oh, mierda, hablas en serio.

— Le escribiré a Rumi para que Keigo consiga los permisos, haremos un buen arreglo para la canción.

Todos se quedaron callados ante la sugerencia/orden del líder de la banda y, a esas alturas, nadie cuestionaba sus decisiones, después de todo el cerebro de Katsuki los había llevado a la fama. Sin embargo, nada se les escapaba, porque primero que banda, eran mejores amigos.

— ¿Es por el profesor? — se aventuró Eijiro, con una sonrisita chistosa.

— ¡Oh por Dios! — dijo Mina — A Kats le gusta el maestrito ¡Jajajaja!

— No pierdes el tiempo, amigo. — dijo Hanta — Es una buena distracción mientras toda esta tontería termina.

— ¿Cómo que distracción? — musitó Katsuki, empezando a irritarse.

— Todos aquí sabemos que en cuanto las cosas se enfríen, Ochako va a volver y podrán casarse como ya tenían planeado.

— Ni en sueños vuelvo con esa ingrata.

Todos rieron, Katsuki incluido. Lamentablemente, Hanta tenía toda la boca llena de razón y Katsuki estaba consciente; una parte de él sabía que solo tenía que esperar esos meses antes de recuperar su vida anterior, ser nuevamente parte de una de las bandas más famosas de la escena y también tener una novia — futura esposa — super ardiente.

— El chico es lindo. — dijo Denki — Si tu no lo quieres, quizá yo si.

— Izuku no es una maldita chaqueta, pedazo de estúpido. — bramó el rubio.

— Vamos, hermano, — insistió Hanta — seguramente el chico está deslumbrado también. Te apuesto lo que quieras a que se enamora perdidamente de ti para el final del verano.

— Cierra la…

— ¿Lo que sea? — inquirió Mina con una ceja levantada.

— Lo que sea, nena.

— Entonces apuesto cien grandes a que el chico se le declara a Katsuki antes del final del verano.

— Yo apuesto doscientos a que lo hace en un par de semanas, los pueblerinos son muy fáciles de convencer. — dijo Denki.

— Pues yo les apuesto cinco mil a que no solo se le declara, sino que le pide que se quede aquí después de que el escándalo termine.

— Oigan, eso no es muy varonil de su parte, — intervino Eijiro — Izuku parece muy agradable y si a Katsuki le gusta…

— ¡Tonterías! — Intervino Denki — Izuku es solo una distracción hasta que Ochako vuelva con él ¿O no, Kats?

Katsuki no respondió, sino que prefirió ignorar a los idiotas que seguían apostando sobre lo que Izuku sentía o no sentía por él. Después de todo, muy en sus adentros sabía que su estancia en el pueblo era temporal, que solo sería cuestión de tiempo para recuperar su antigua gloria.

Entonces estaría bien divertirse un poco ¿Verdad?

¿Verdad?

✧゚・: * II *: ・゚✧

Para haber sido el primer día, no estuvo tan mal, sin contar la tonta apuesta de la que sin querer formó parte. Después de las seis, cuando el cielo empezaba a ponerse naranja, Explosions on the Dancefloor decidió que estaba bien por hoy.

— Oi, Deku. — Llamó Katsuki, recargado en el marco de la puerta del salón de clases que Izuku estaba limpiando — Estos holgazanes ya quieren irse a casa ¿Te llevo?

— O-oh… no es necesario, Kacchan, aún quiero quedarme un poco más y limpiar antes de irme a casa.

— ¿Tienes auto?

— Si… pero mi casa está a diez minutos a pie, camino.

— Bien, le daré la camioneta a estos tontos y regreso contigo.

— ¿Q-qué? ¡Kacchan! No necesitas…

— No te estoy preguntando, ya te dije que te ayudo a terminar de limpiar, es lo menos que puedo hacer por dejarnos usar la escuela.

No dejó que Izuku dijera nada, solo salió del edificio para encontrarse con la banda en el patio de juegos, rumbo a la salida.

— Oye, Pelos-de-mierda, ¡piensa rápido! — gritó Katsuki, lanzándole las llaves de la camioneta a Eijiro — Adelántense, me quedaré un rato más.

— Deberíamos decidir qué hacer con el dinero de la apuesta. — bromeó Denki, pero Katsuki no se quedó a escuchar la respuesta de los demás.

Al regresar adentro, ni siquiera volvió a pensar en lo que había estado hablando con la banda, como si ese Katsuki fuese uno distinto al Katsuki que ahora se volvía a encontrar con Izuku dentro del aula.

— ¿Qué necesitas que haga, nerd?

— Puedes ayudarme a sacudir los estantes altos, yo no puedo alcanzarlos sin subirme a una silla.

— ¡Ja! Enano tonto.

— ¿Te molesta si pongo música?

— Para nada, no pensé que… ah, olvídalo. — dijo al ver cómo Izuku conectaba un estéreo anticuado y ponía un disco.

Everybody look at me, me
I walk in the door you start screaming
Come on, everybody what you here for?
Move your body around like a nympho

Katsuki lo miró con los ojos en blanco en cuanto Maneater de Nelly Furtado empezó a sonar en el estéreo.

— ¿En serio? — inquirió con una ceja levantada — De verdad empiezo a pensar que viven en una especie de bucle temporal.

— ¿Qué? ¿Por qué? Nelly Furtado es genial.

Everybody get your neck to crack around
All you crazy people, come on, jump around
I wanna see you all on your knees, knees
You either wanna be with me or be me

— Nadie ha sabido de esa mujer en diez años, Deku.

— O-oh… bueno, la verdad es que no estoy muy actualizado en música.

Maneater, make you work hard
Make you spend hard, make you want all of her love

— Mierda que si lo estás. — rio — Terminemos de limpiar esto ¿Sí?

La verdad es que estar atorado en una radio de los dos miles no le molestó en lo absoluto, hubo canciones que ni siquiera recordaba que amaba y la última vez que las escuchó seguía en preparatoria.

Se preguntó si así se sentiría no estar en el ojo público.

Ambos siguieron limpiando en silencio, con las letras de Nelly Furtado de fondo, canciones que Katsuki había dejado de seguir después de no reconocer la tercera canción, parecía ser un remix con canciones viejas, estaba seguro de que habría una playlist de Spotify con el nombre de “2006” o algo así con todas esas canciones.

— Oye, Izuku.

— ¿Mm?

— ¿Qué hacen aquí para divertirse?

El peliverde lo volteó a ver cuando terminó de acomodar un par de libros sobre uno de los muebles.

— ¿A qué te refieres, Kacchan?

— Bueno, no creo que haya bares ¿Verdad? No sé si deba invitarte un trago o…

La sonrisa tenue de Izuku lo deslumbró, ese pequeño granuja seguramente había estado esperando la invitación. Tenía que admitir que, de hecho, era muy cómodo invitar a alguien a salir solo por el gusto de hacerlo, sin que su banda o la fama fueran intermediario. Era la primera vez en mucho tiempo que alguien se interesaba genuinamente en él, en Katsuki, la persona, no la celebridad.

— No… no hay bares, solo hay una cantina y no pienso poner un pie ahí.

— ¿Entonces?

— ¿Qué tal una malteada?

゚・: * II *: ・゚✧

Ya ni siquiera se sorprendió de escuchar “One less lonely girl” de Justin Bieber al entrar al local, incluso la estética parecía puesta así a propósito, como esos restaurantes temáticos que aparecían paulatinamente en la ciudad, solo que este sitio era muchísimo más auténtico. Un restaurante construido en lo que alguna vez fue un contenedor de transporte, con mobiliario viejo e iluminación fluorescente.

— ¿Qué les traigo? — preguntó la aburrida mesera que ni siquiera los miraba.

— Dos malteadas de fresa y un par de pasteles de queso.

— ¿Eso es todo, Izuku?

— Si, gracias Bri.

La mencionada Bri se fue sin siquiera mirarlo a él una sola vez, muestra de que no todos los lugareños eran tan cálidos como sus anfitriones.

— No le hagas caso, — dijo Izuku como si le hubiese leído la mente — a Bri no le gustan los forasteros.

— Puedo notarlo, si sigue así de amargada se quedará sola.

— ¡Kacchan, no seas grosero! — le dijo, aunque no pudo evitar sonreírse.

Su pedido llegó poco después. En algún momento de su primera gira, cuando la gente apenas empezaba a conocer el nombre de la banda, Explosions on the Dancefloor se detuvo en un restaurante de este estilo en alguna carretera que para ese momento ya había olvidado; sus amigos, Rumi y parte del staff cenaron ahí, viviendo el sueño de la nueva fama.

Lo que pasó, a ti te lo cuento
No creas que no dolió o que me lo invento

— Oh, que raro, jamás había escuchado esa canción. — comentó Izuku ante la nueva melodía que sonaba de fondo. Katsuki si la conocía, sí que la conocía bien.

Así es que se dio
Yo tenía mi bebé, era algo bien especial
Pero me obsesioné con algo que a él le hacía mal

Esa noche se quedaron en el restaurante hasta que amaneció, las meseras los despidieron con gusto después de que dejaron una propina muy generosa. Lo recordaba muy bien, parte de sus pequeños momentos preferidos de ese entonces. Las giras comenzaban, las entrevistas, las personas que querían relacionarse con ellos, con él.

Miles de cancione' en mi mente y él me lo notaba
Y él tanta' vece' que me lo decía y yo como si nada

— Exactamente cuál es tu trabajo, estoy muy curioso al respecto, Kacchan.

— Y-yo soy… bueno, somos… ah, compositores, ya sabes, quienes escriben las canciones que después se les venden a los artistas. — mintió, aunque no era meramente un engaño.

Hasta el momento, Katsuki no había tenido el valor de pensar en la posibilidad de ser enteramente un compositor de música, no concebía la idea de que alguien más que no fuesen ellos tocaran su música. Había muchas historias de estos rockstars frustrados y hasta olvidados que resumían su existencia en escribir canciones para estrellitas del pop emergentes.

Es mala amante la fama y no va a quererte de verdad
Es demasia'o traicionera, y como ella viene, se te va
Sabe que será celosa, yo nunca le confiaré
Si quiere' duerme con ella, pero nunca la vayas a casar

Pero, en ese momento no era Katsuki Bakugo, la estrella de la música rock, líder de una de las mejores bandas de la escena, novio — bueno, ahora exnovio — de la súper modelo Ochako Uraraka. En ese momento era solo Kacchan.

Era solo Kacchan.

Lo que pasó me ha dejado en vela
Ya no puedo ni pensar
La sangre le hierve

— ¡Oh, eso es genial, Kacchan! De seguro conoces a mucha gente famosa.

— Ah, algo así… la verdad es que no tanto

— Debe ser emocionante ¿Verdad? Vivir en la ciudad y ser amigo de celebridades.

— No es tan genial…

— ¿Y por qué vinieron hasta acá?

Siempre quiere más
Puñala'itas da su ambición
En el pecho, afilada, es lo peor

— Creo que… solo queríamos un cambio de aires.

Y sonrió. Dios, Katsuki jamás se había sentido tan vulnerable ante un gesto tan dulce, Izuku Midoriya sería su muerte.

Pero estaba bien ¿No? Tenía permitido sentirse así hasta que todo regresara a la normalidad, porque, a final de cuentas, Izuku y él pertenecían a mundos muy distintos.

Es mala amante la fama y no va a quererme de verdad
Es demasia'o traicionera y como ella viene, se me va

Katsuki Bakugo no creía en el amor a primera vista, eso se reservaba para las canciones de pop y las películas que seguían acumulando polvo en la estantería de la recámara de Rumi. Los romances de verano no existían para personas como él, su nombre pesaba demasiado como para estar con alguien tan sincero y despistado.

Tomó la decisión de que, mientras estuvieran ahí, él solo sería Kacchan.

El rubio se inclinó un poco y alargó sus manos sobre la mesa hasta alcanzar las de Izuku y tomarlas fuertemente. Inmediatamente Izuku correspondió el gesto, relajando sus manos y sonrojándose como un tomate.

Katsuki Bakugo se odió por esto, pero perderse en la abrumadora belleza de este muchacho pueblerino era muy fácil.

Era demasiado, él no podía tenerlo todo, no podía tener a Izuku Yagi, al menos no permanentemente.

Entonces ¿Por qué se había inclinado a besarlo así?

Yo sé que será celosa, yo nunca le confiaré
Si quiero duermo con ella, pero nunca me la voy a casar

✧゚・: * II *: ・゚✧

Regresó a casa tarde, no le sorprendió ver que la puerta estaba abierta, todos en ese pueblo eran muy confianzudos. Por su puesto, todo estaba obscuro, los habitantes seguramente ya se habrían ido a dormir.

Hizo su camino hasta la cocina en donde se sirvió un vaso de agua, aún a obscuras, y la bebió despacio.

— ¿Kats? ¿Eres tú? — La voz de Eijiro por poco hace que se atragante.

— ¿Quieres matarme, Eijiro? — dijo, pero su interlocutor solo se acercó apacible.

— ¿Qué tal tu cita?

— No fue una cita…

— Katsuki.

— Bien. — suspiró — estuvo bien, Deku es muy agradable.

— ¿Te gusta? — preguntó, pero Katsuki solo atinó a verlo sin decir una palabra — ok, — suspiró el pelirrojo — mira, no nos hagamos tontos ¿Quieres? Si el chico te gusta está bien, parece ser muy agradable… mucho más agradable que Ochako si me lo preguntas… bueno, mucho más agradable que cualquiera con los que hemos salido.

— Hanta y Shoto parecen ir muy en serio.

— Ellos son la excepción, no la regla, y lo sabes. — sentenció serio — Katsuki, espero que entiendas que Izuku es una persona real, hermano, tiene sentimientos. Sé que Hanta, Denki y Mina pueden ser unos hijos de perra cuando se trata de relaciones humanas, creo que nosotros dos también somos un poquito pelmazos… pero es por culpa de todo… todo esto. — dijo, haciendo un gesto con las manos — Las giras, las groupies, los lujos… a veces ni siquiera nos reconozco.

— Lo se… — contestó en un hilo de voz — Estar aquí ha sido muy… refrescante.

— Después de que nos fuimos, hicimos una parada en la catedral del pueblo… Katsuki hicimos amigos, ni siquiera sabían quienes éramos.

— Si, este pueblo necesita más acceso a internet. — ambos rieron.

— A veces extraño cuando era así ¿Sabes? Cuando la gente nos hablaba porque quería hacerlo, no porque podemos pagar su cuenta en el bar o hacer que salgan en los tabloides. Por eso sé que el asunto de Izuku te es tan tentador, Katsuki.

— ¿Me vas a decir que no salga con él?

— Te voy a decir que tengas cuidado, no lo lastimes. — Katsuki no respondió — Él no es un groupie más, los sentimientos de él son genuinos, Katsuki.

— ¿Estás diciendo que los míos no son reales?

— Estoy diciendo que pienses bien lo que quieres, porque si quieres intentar algo con él, yo estaré ahí para ti, amigo. — suspiró — Odié a Ochako desde el primer momento en que la conocí.

Ambos rieron y luego fueron a la cama.

✧゚・: * II *: ・゚✧

— ¿Un álbum de covers? — dijo Keigo al otro lado de la línea. Toda la banda estaba reunida alrededor de uno de los teléfonos celulares apoyado en la mesita del salón de clases. — ¡Me encanta! ¡Quiero ese cover de Teenage Dream lo antes posible! Y Katsuki, quiero la lista de canciones para mañana, necesito conseguir los permisos lo antes posible.

En cuanto Keigo cortó la llamada, la banda celebró con un pequeño “Yahoo”, había mucho trabajo que hacer para tener un regreso a lo grande. Rumi y Keigo no daban demasiados detalles sobre qué tal iban las cosas allá en la ciudad, también su escaso acceso a internet los dejaba lejos de enterarse de las novedades. Increíblemente, desconectarse de la realidad un rato les había sentado bien.

Se pusieron a trabajar enseguida.

Sin darse cuenta, tenían viviendo en Aston un par de semanas más, Katsuki había dejado de contar el tiempo después del mes cumplido. Los amigos pueblerinos de Izuku eran agradables, ninguno tenía una mínima idea de quién demonios eran ellos, así que cuando los invitaban a beber y a pasar el rato, era muchísimo más genuino.

Después de ese beso en su primera cita oficial/no oficial, Katsuki siguió queriendo acercarse más a Izuku, viéndolo en esos pequeños descansos de las prácticas. Comprendía por qué muchos colegas siempre tomaban “vacaciones para desintoxicarse de las redes sociales” de vez en cuando, ya ni siquiera le molestaba tener que estar repitiendo los mismos DVD’s.

Ese día, después de haber terminado la composición para la nueva versión de “Teenage Dream”, Katsuki decidió que era buen momento para tomar un descanso. Debían grabar un pequeño preview de la canción antes de enviárselo a Keigo y ver si le gustaba, Katsuki estaba impaciente por regresar a un verdadero estudio de grabación.

Como fuese, dejó a su banda en el salón de música antes de adentrarse por los pasillos vacíos del colegio hasta llegar a la que era la pequeña biblioteca improvisada. Izuku estaba sentado detrás de un escritorio leyendo muy concentrado mientras hacía algunas anotaciones.

— Oi, Deku.

Izuku alzó el rostro para verlo con una sonrisa de oreja a oreja, con esos ojitos verdes brillando solo para él, a Katsuki le enternecía esta imagen, podría verlo por siempre.

— ¿Qué pasa, Kacchan?

— Estaba pensando en salir algún lado el fin de semana ¿Qué opinas?

— ¿S-salir? ¿A dónde?

— Bueno, no lo sé, tú eres el que vive aquí ¿Se te olvida?

— Lo siento… — rio avergonzado — ¿Qué tal una película? El camino hasta la ciudad es de dos horas, pero…

— No, no… — se apresuró a decir, no podía arriesgarse a salir de ese pueblo, mucho menos ir a una ciudad en donde podía ser reconocido — pensaba algo más íntimo.

— O-oh… bueno, en ese caso puedo pedirle a papá prestada su camioneta, podemos tener un picnic en los prados.

— Suena perfecto. — dijo, acercándose al escritorio e inclinándose para darle un beso casto al peliverde. Las manos de Izuku pronto acunaron su rostro, no queriendo soltarlo — Mmm… Deku… — decía entre besos — tengo que regresar.

— Ok… — suspiró el susodicho — ¿Sigue en pie lo de esta noche? Papá está ansioso por tenerlos en casa.

El alcalde Yagi los había invitado a una cena en su casa, asistiría todo el mundo y por supuesto que ellos estaban invitados.

— Claro que sí, los idiotas no hablan de otra cosa.

— Qué bueno, nos encanta tenerlos aquí.

Quizá era la inocencia de Izuku la que representaba la del pueblo entero, Aston parecía creer que ellos habían llegado para quedarse, en especial el pequeño pecoso. Nadie había aclarado esa duda, no era necesaria, a final de cuentas no pretendían hacer lazos tan profundos, al menos los demás.

Katsuki seguiría insistiendo en ese pequeño romance.

Él e Izuku salían abiertamente pero no estaba nada dicho, no había etiquetas ni tampoco promesas, así que todo permanecía ambiguo. Esta situación no le molestaba al profesor, quizá todo estaba pasando con tanta naturalidad que él mismo asumía las cosas. Katsuki también asumió muchas cosas de igual manera.

El rubio no tenía mucha urgencia por aclarar nada, permanecer así era lo mejor en la posición en la que se encontraba. Sin embargo, a veces, cuando ya estaban todos dormidos y se quedaba solo con sus pensamientos, reflexionaba sobre lo que sentía. Este pueblerino lo había cautivado como nunca nadie lo hizo antes, era tan puro y sincero, diferente a todo lo que conocía. Se dio cuenta también que jamás amó a Ochako, la modelo era solo el complemento perfecto a su fachada, algo que se veía muy bien en los tabloides. Se preguntaba por qué demonios hacía lo que hacía.

Claro, estaban las expectativas que se tenían para ellos al ser un grupo de rock, celebridades, debían tener un estilo de vida extravagante y fiestero, era parte del paquete ¿No? Porque era lo que hacían las celebridades, alocarse e ir de fiesta, tener casas enormes y parejas guapísimas.

— ¿Kacchan?

— ¡Ah!

— Tonto, te quedaste ido. — dijo Izuku, regalándole una risa sincera.

— ¿A quién llamas tonto, tonto? — respondió igualmente, sin poder esconder su risa.

Volvió a inclinarse para besarlo, no podía hacer nada cuando sentía las manos de Izuku tomar su rostro y sostenerlo mientras sus labios estaban juntos.

Dejó a Izuku en el salón de clases para regresar con la banda que lo esperaba en un silencio desordenado, con risas y música. Sabía que, de alguna manera, Explosions on the Dancefloor también quería creer que estaban viviendo una suerte de película, cómodos y felices.

✧゚・: * II *: ・゚✧

Si todo el pueblo no estaba esa noche en casa de los Yagi, Katsuki estaba seguro de que solo habían faltado unas cuantas personas, porque incluso el párroco de la iglesia había traído un guiso para la cena. Las fiestas grandes no les eran ajenas, mucho menos cuando ya tenían la costumbre de dar una enorme en el pent house de algún integrante de la banda cada vez que alguno de sus nuevos sencillos alcanzaba a estar en el top 10 de lo más escuchado, que pasaba relativamente seguido. Sin embargo, esta enorme fiesta era muy distinta.

— ¡Pasen, pasen! — les recibió la señora Yagi, madre de Izuku. Una mujer menuda y redonda, con una expresión maternal, Katsuki se preguntó si su hijo se vería igual que ella cuando fuese más mayor.

La casa del alcalde no era muy distinta a las demás casas en el pueblo, pequeña y rústica, no le extrañó que la fiesta hubiese sido mudada a la calle en donde prácticamente toda la cuadra estaba cerrada con un par de automóviles. Mesas llenas de gente, platos y platos de comida, todos parecían conocerse, incluso los señores Usagiyama los alcanzaron ahí.

Después de la segunda cerveza, Katsuki se sintió mucho más a gusto junto con los demás integrantes de la banda que ya ni siquiera se sonrojaban con estos extraños hablándoles como si fuesen viejos amigos, ofreciéndoles comida o más cerveza.

— ¿Estás bien? — preguntó Izuku junto a él.

Katsuki lo miró con una sonrisa de lado. Estaba muy bien, la última vez que se sintió tan a gusto en una fiesta, Ochako se había quedado dormida después de beber tanto y finalmente lo dejó respirar y festejar con sus amigos, además, no recordaba la última fiesta en la que ya pasaban de las once y seguía sobrio.

— Si, muy bien, Deku.

— Me alegra. — le dijo, con una risita dulce — ¿Quieres que te traiga más del pastel de mamá? Estoy seguro de que el señor párroco dejó al menos un pedazo.

— No, estoy bien… — suspiró, increíblemente relajado — De hecho, Deku ¿Te gustaría it a algún lugar un poco más silencioso?

Siempre que usaba esa frase, era un eufemismo para que la persona que estuviera con él, lo siguiera al baño más cercano para hacerle una mamada, y aunque esta vez no estaba tan lejos de la realidad, si que le apetecía pasar un rato a solas con Izuku.

— Claro. — le contestó Izuku — Le pediré a papá las llaves de su auto. Te veo a la vuelta de la cuadra ¿Sí?

Katsuki asintió con la cabeza al tiempo que Izuku se acercaba a darle un pico sobre los labios para después levantarse muy rápido en dirección a su casa. En lo que correspondía a él, no podía esperar para seguirlo, aunque primero buscó con la mirada a sus amigos hasta que los encontró esparcidos por algunas de las mesas. Eijiro era el más cercano así que no perdió el tiempo para ir con él y avisarle que se iría.

— Pelos-de-mierda. — dijo, llamando la atención del susodicho.

— ¿Qué pasa, hermano? — contestó este, despreocupado de la vida, haciendo a un lado su cerveza. Katsuki se sintió un poco mal por haber interrumpido su charla con una señora mayor.

— Solo venía a avisarte que me iré con Izuku un rato, no me esperen para volver.

La sonrisa de Eijiro le molestó un poco, pero de una buena manera, porque se sorprendió sonriéndole en complicidad.

— Claro. — le dijo el pelirrojo — Solo recuerda usar protección ¿Quieres?

No le respondió, al menos no verbalmente, solo se limitó a reír y sonrojarse, alegre de que el alumbrado de la calle no era suficiente como para que lo notasen.

Un par de personas se despidieron de él mientras caminaba al final de la calle, pero no porque supieran quien era propiamente, sino porque todos en Aston eran ridículamente amables. Se tomo el tiempo de responder cada saludo, aunque no tuviera ni idea de quien era esta gente.

Para su alivio, vio el auto del señor Yagi esperándolo cuando dobló en la esquina de la calle, ni siquiera lo pensó dos veces antes de montarse en el asiento del copiloto, siendo recibido por el ronroneo del motor, unos ojitos enormes y una canción horriblemente anticuada.

S-O-S, please, someone help me
It's not healthy for me to feel this
Y-O-U are making this hard
I can't take it, see it don't feel right

— ¿Es en serio, nerd? — preguntó con una ceja levantada.

— ¿Qué? — contestó, genuinamente sin saber a qué se refería.

— ¿S.O.S?

— ¡Claro! Rihanna es genial ¿No?

— Esa canción tiene más de diez años, tonto.

El chico solamente rio como si lo que dijo fuese muy raro antes de tomar camino, Katsuki decidió dejarlo ir, después de todo, no podía negar que S.O.S si que era una buena canción.

Izuku condujo directo a la salida del pueblo, Katsuki se removió algo incómodo esperando que a su acompañante no se le ocurriera llevarlo fuera de Aston. Así funcionaban sus salidas, Katsuki le insistía en ir a algún lado y luego dejaba que Izuku lo guiase, aunque después de unas dos semanas, el rubio sentía que ya había visto cada rincón de ese sitio.

— ¿A dónde me llevas, nerd?

— Es una sorpresa, Kacchan. ¿No puedes esperar?

— Sabes que no me gusta la idea de ir fuera del pueblo.

— Es casi media noche, estaría mal de la cabeza si intentara salir a carretera a esta hora, el alumbrado es una porquería.

— ¿Entonces?

— ¡Ya te dije que es sorpresa! — insistió con una risa dulce.

No quedó de otra más que esperar y confiar en Izuku. Durante todo el tiempo que llevaban saliendo juntos, Katsuki también ya se había acostumbrado a esos viejos CD’s que contenían compilaciones de canciones viejas, Izuku tenía una carpeta entera de estos en la guantera del auto del señor Yagi.

Confiar en Izuku estaba bien, se acomodó en el asiento del copiloto y disfrutó la brisa nocturna que se metía por la ventana del auto. Su compañero tenía razón, el alumbrado público se iba haciendo cada vez más mierda mientras se alejaban del centro del pueblo y por un momento Katsuki creyó que si saldrían de Aston, hasta que Izuku se desvió hacia un campo un poco más abierto, parecía un sembradío justo como el que era propiedad de los Usagiyama.

— La familia que vivía aquí se fue hace unos años. — explicó Izuku, disminuyendo la velocidad mientras se adentraban en la hierba un poco más alta — Casi nadie viene hasta acá, es la casa más alejada.

— ¿Y qué? ¿Esto es una especie de “lugar secreto y especial”?

— ¿Muy cliché?

— Demasiado cliché diría yo, deberías dejar de ver tantas comedias románticas.

Hubo un silencio entre ambos, uno en donde no había más que la fría brisa que corría al interior del auto.

— Lo lamento, no quise sonar como un idiota. — se disculpó Katsuki — Solo que no estoy acostumbrado a “lugares especiales”.

— ¿No tienes un lugar especial en la ciudad?

Katsuki se quedó callado, porque no lo tenía. El primer lugar en el que pensó fue en su estudio de grabación, pero eso no contaba, era su sitio de trabajo y casi siempre estaba acompañado de algún integrante de la banda o su mánager. Pensó también en el balcón de su enorme casa, ese que daba hacia una vista impresionante de la ciudad y en donde a veces acompañaba a su exnovia con un cigarrillo mientras hablaban de sus itinerarios.

Nada de eso se sentía como un lugar especial.

— No… creo que no tengo nada así en casa.

— Mmmm… bueno, si tú quieres, puedo compartirte el mío. — le dijo, dándole un codazo amistoso.

Katsuki solo sonrió de medio lado, era una escena realmente bizarra y aún así lo estaba disfrutando mucho. No había autos de lujo, no había conciertos ni paparazis, no estaba Ochako revisando su maquillaje por millonésima vez, no había luces deslumbrantes. No había nada y aún así se sintió lleno.

— Entonces… ¿Aquí piensas cosas profundas?

— Aquí no, Kacchan.

— ¿De qué sirve un “lugar especial cliché” si no puedes hacer cosas de lugares especiales cliché?

— Es porque no es el punto correcto, tonto, ven.

Izuku se movió muy rápido, subiendo el volumen del estéreo y abriendo la puerta a la vez, todo esto antes de salir del auto.

Escucha el ritmo de tu corazón

Había un faro que alcanzaba a iluminarlos desde la calle, más las luces del auto, Katsuki sintió que si pudiera estar en una escena tonta de alguna película cursi, pero no lo pensó dos veces antes de salir del auto y alcanzar a Izuku.

From the coast of Ipanema
To the Island of Capri
All the way to Kuala Lumpur
I will follow you wherever you may be

Izuku no mentía con eso de que le gustaba venir aquí seguido, parecía que tenía una especie de kit preparado en la batea de la camioneta del señor Yagi. El rubio miró a su compañero ser, abriendo una gran maleta de gimnasio de donde sacó un par de mantas, acomodándolas perfectamente en la batea y luego sorprendió al músico haciendo aparecer una botella de vino de la misma bolsa.

— Espero que no te moleste tomar directo de la botella, olvidé traer vasos. — dijo Izuku, tratando de abrir torpemente la botella.

From the moment I first saw you
Knew my heart could not be free

Después de una risa tonta, Katsuki decidió que no podía quedarse ahí así que, de un solo salto, ya estaba en la batea junto con Izuku, sentado a su lado y sin importarle que el auto se tambaleara peligrosamente.

— Si sigues haciendo eso, tendrás que comprarle a papá nuevos neumáticos. — dijo Izuku sin quitar su atención de la botella.

“Le compraría un auto nuevo” pensó, pero se mordió la lengua, quedaría fuera de lugar.

— Dame esa botella, tonto, pareces un mocoso. — dijo, prácticamente arrebatándole la botella a Izuku de las manos.

Have to hold you in my arms now
There can never be another for me

Katsuki abrió la botella como solo un experto podría hacerlo y enseguida le dio un largo sorbo, deleitándose con un sabor ácido, seguía sin ser gran fan de vino, pero la compañía lo hacía mucho más delicioso. Así, le extendió la botella a Izuku que la tomó contento, dando un largo trago, sonrojándose hasta las orejas.

All I need is
The rhythm divine
Lost in the music
Your heart will be mine

— ¡Oi, tonto! Ni se te ocurra emborracharte.

— No, claro que no, Kacchan, — dijo, riendo y dejando la botella a la orilla de la batea — quiero estar sobrio para esto.

All I need is
To look in your eyes
Viva la música!
Say you'll be mine

Izuku se inclinó sobre él y Katsuki lo dejó ser, ni siquiera se preocupó de que la botella de vino se había caído y su contenido estaba regándose en entre la maleza. No había el suficiente alcohol en su cuerpo para atontarlo, pero estaba ebrio del simple olor de Izuku. Sudor, colonia y pino.

Can you feel the heat of passion
Can you taste our love's sweet wine
Join the dance and let it happen
Put tomorrow cares right out of your mind

El frenesí de besos húmedos se hizo aún más apasionado, Katsuki estaba en el quinto cielo saboreando los labios de Izuku con sabor a uva añeja. Pronto la ropa les empezó a estorbar y las prendas desaparecieron una a una sin pensar demasiado.

Así nada más, sin grandes preámbulos o lencería cara.

As the music draws you closer
And you fall under my spell
I will catch you in my arms now
Where the night can take us no one can tell

Katsuki estaba acostado sobre las mantas, pero aun así podía sentir el frío del metal en su cuerpo, añadido con la frialdad de su sudor contra la brisa nocturna.

All I need is
The rhythm divine
Lost in the music
Your heart will be mine

Izuku lo besaba con hambre, acomodado sobre su cuerpo, sintiendo sus pieles húmedas rozar una contra la otra. Katsuki presionaba las caderas de su compañero contra las propias, sintiendo la erección ajena empujarse contra la suya, húmedas, en éxtasis.

All I need is
To look in your eyes
Viva la música!
Say you'll be mine

El sexo era algo de rutina, porque desde mucho antes de siquiera conocer a su exnovia, ya estaba en su día a día. Él era una estrella, una celebridad y todos querían tener que ver con él y sus amigos, era obvio después de todo. Siempre le pareció que estaba bien, el sexo no era tan importante, quizá algo que formaba parte del trabajo de ser un famoso.

Gotta have this feeling forever
Gotta live this moment together
Nothing else matters
Just you and the night

Todos siempre intentaban impresionarlo en la cama, siempre con cosas tan extravagantes y locas. Katsuki jamás fue el tipo de celebridad a la que le gustara meter sustancias extrañas en su cuerpo, las drogas no iban con él, pero podía recordar más de una vez como sus parejas sexuales intentaban apantallarlo con sustancias que él ni siquiera conocía. Lencería, ni se diga, había visto cada modelo, cada color, odiaba la ropa interior comestible porque sabía a dulces añejos. ¿Posiciones sexuales? No entendía por qué las personas insistían en pretender que estaban filmando una porno.

Follow on the wings of desire
Now the rhythm's taking you higher
No one can stop us from having it all
You are my heart, you are my soul

Había tenido sexo en baños, camerinos, autos de lujo, tráileres y hasta detrás del escenario, porque cuando se tiene la oportunidad de acostarse con alguien tan famoso como Katsuki, lo de menos era el lugar. También estaban los hoteles lujosos, las suites y dormitorios en edificios muy caros. Recordaba como sus amigos contaban durante sus borracheras los sitios más extraños en los que habían tenido relaciones.

All I need is
The rhythm divine
Lost in the music
Your heart will be mine

Pero ahí, acostado en la batea de una camioneta vieja, Katsuki pensó que era el lugar más cómodo de todos. Porque por primera vez en su vida, sintió que no iba a cogerse a alguien.

— Kacchan… — susurró Izuku sobre sus labios.

Dios, no podía solo cogerse a Izuku.

All I need is
The look in your eyes
Viva la música!
Say you'll be mine

— Esta bien, Izuku, está bien…

Izuku se acomodó sobre las caderas de Katsuki mientras este lo ayudaba a mantener su equilibrio. Cuando sintió la punta de su pene rozar el ano de Izuku, su cuerpo se estremeció completo, cada centímetro de él estaba listo para eso.

All I need is
The rhythm divine
Lost in the music
Your heart will be mine

El delgado cuerpo de Izuku fue bajando despacio, Katsuki acomodó sus piernas para darle un mejor soporte a su compañero y el peliverde puso ambas palmas sobre el pecho de Katsuki con el mismo propósito.

— Mierda… — dejó salir Katsuki en cuanto Izuku estuvo sentado sobre sus caderas, con su longitud entera dentro.

All I need is
To look in your eyes
Viva la música!
Say you'll be mine

Izuku no necesitaba guía, el pequeño granuja se movía con habilidad, alzándose sobre Katsuki como un maldito Dios.

El rubio estaba ahí, extasiado, viendo como este pequeño tonto pueblerino se balanceaba sobre su pene, estimulándolo no solo con el sexo. Esa maldita visión, el cuerpo de Izuku contra la luz de la luna, brillando como si fuese un ser de otro mundo. Perfecto, era perfecto.

Can you feel the rhythm?
Can you feel the rhythm?

Katsuki había hundido sus uñas en los carnosos muslos de Izuku, en una sinfonía de gruñidos, gemidos y piel chocando en un húmedo vaivén; todo, ahogado con una melodía que Katsuki ya desconocía, ahora solo quería venirse.

Can you feel the rhythm?
Burning, burning

— ¡Kacchan! ¡Ka-Kacchan! Necesito… ¡Ah! Ne-necesito venirme…

No debieron repetírselo dos veces, Katsuki empezó a mover sus caderas mucho más rápido, haciendo que la camioneta se tambaleara peligrosamente de arriba abajo, aunque poco les importaba. Cuando sintió el semen caliente de Izuku sobre su estómago y pecho, no lo pudo aguantar más, dejándose ir dentro de su acompañante.

Can you feel the rhythm?
Burning, burning

Izuku colapsó contra su pecho, ambos respirando con dificultad, tratando de recuperarse para una segunda ronda obligatoria.

Por su parte, Katsuki estaba más que satisfecho.

Hacerle el amor a Izuku era más fácil que respirar.

✧゚・: * II *: ・゚✧

El nuevo álbum prácticamente se estaba completando solo, hacer los arreglos para las canciones resultaba super sencillo cuando se tenía tanto tiempo y tan pocas distracciones. El resto de la banda poco a poco también estaba ya acoplada a Aston, había veces que Mina desaparecía por las noches porque “las chicas” querían ir por un trago y por alguna razón, Eijiro era muy popular entre las mujeres mayores.

Y cada día, después de terminar de trabajar, dejaba que sus amigos se fueran para que él se pudiera quedar con Izuku hasta muy tarde. De pronto, este pequeño pueblo se hizo cada vez más grande, Izuku se había encargado de enseñarle los secretos que escondía Aston. Un viejo campo olvidado; la vieja capilla en desuso; el desván de la casa de sus padres.

Hicieron el amor en todos y cada uno de estos lugares.

Katsuki no podía estar más feliz viendo la carita sudorosa de Izuku, su boca entreabierta, sus caderas estrechas y su mejilla contra su pecho. Esos besos húmedos que venían después del sexo, era como estar en el paraíso, ya ni siquiera sentía ansiedad cuando Rumi tardaba en contactarse.

Vivir en Aston no era tan malo, ya ni siquiera le interesaba estar atrapado en el dos mil cinco, empezaba a apreciar la belleza de esa época en el tiempo.

Ni siquiera se dio cuenta de lo rápido que pasaban los meses, antes de que se dieran cuenta, el verano estaba por terminar.

— Aún pueden seguir usando el salón de música después de que terminen las clases.

Izuku y él estaban pasando el rato en el salón de música, acomodando algunas cosas, Katsuki se había ofrecido a ayudar a terminar algunas cosas antes de que los niños regresaran a clases el lunes siguiente.

— Eso estaría bien. — respondió él, acomodando las mesas del salón de clases.

— ¿Te gustaría ir a cenar al viejo campo hoy?

— Claro que si. — dijo, dándose la vuelta para encontrarse de lleno con Izuku y abrazarlo por la cintura.

El beso fue inminente, una sensación conocida y agradable, la forma en que Izuku sostenía su rostro y le acariciaba las mejillas con sus pulgares. Estaba bien, quizá algo emocionado de pensar que ahora podría ver a Izuku en su faceta de profesor.

— ¿Está bien si vamos a casa antes de ir al campo? — preguntó Katsuki, rompiendo el beso. — Quiero ponerme algo más cómodo.

Ambos rieron, Katsuki estaba listo para ir a casa, cambiarse de ropa y prepararse para una sesión de sexo en la batea del auto del señor alcalde, podía acostumbrarse a eso sin ningún problema.

Ya era costumbre salir tomados de la mano, Katsuki amaba la sensación de sus dedos entrelazados con los del peliverde, era realmente relajante. En general, la vida en este pequeño pueblo era buena, con gente real que los veían como uno más, no solo a él, al resto de la banda. Podía verlo en sus rostros, era como tener de regreso a sus amigos de la preparatoria.

El calor del sol le refrescaba la piel, caminarían hasta casa y después irían a casa de Izuku por el auto, así podrían ir a su cita romántica. Era un camino ya conocido, lo recorría casi a diario para pasar más tiempo con Izuku.

Así que, cuando vio el auto deportivo aparcado en la entrada de la casa de los Usagiyama sintió como si le lanzaran un balde de agua fría sobre la cabeza. Su sonrisa se desvaneció al ver a la banda entera afuera de la casa, platicando con la única chica en la que no había pensado en casi seis meses.

Ni siquiera se dio cuenta que le había soltado la mano a Izuku.

— ¡Katsuki! — gritó Ochako, subiéndose los lentes del sol a la cabeza.

Sus amigos lo miraron consternados, aunque Katsuki atisbó un poco de alivio, ni siquiera reaccionaron al ver como la super modelo corría hasta él y lo abrazaba, importándole muy poco que hizo de cuenta que Izuku junto a él no existía.

— ¿O-Ochako…? — dijo Katsuki, sin corresponder el abrazo.

— Cielo santo, Katsuki, — contestó la castaña, rompiendo el abrazo — me alegra tanto verde de nuevo.

— ¿De qué me hablas? Terminaste conmigo.

— Oh, vamos. — dijo Ochako, riéndose, como si todo lo que pasó entre ellos no hubiese tenido importancia — Tienes que entenderme, era algo que debía hacer, mi agente me habría matado si me quedaba contigo mientras todo eso pasaba.

Ella seguía colgada de su cuello, era una sensación extrañamente familiar y confortante, pero finalmente tomo las manos de la chica y lo separó de él con suavidad, ni siquiera quería voltear en dirección a Izuku.

— Por favor, Ochako…

— ¿Qué…? — dijo, dándose cuenta entonces de Izuku ahí a su lado, que los miraba sin saber qué pasaba — oh, cariño, está bien, Denki y mina me contaron de la apuesta.

— ¿A-apuesta? — musitó Izuku, en un tono tan gélido que Katsuki dejó de sentir el calor del sol sobre su piel.

Ochako lo miró bien, volviéndose en su dirección. Katsuki conocía esa postura, porque por mucho que odiara admitirlo, sabía perfectamente quien era esta mujer.

— ¿Qué? — inquirió ella, con ambas manos en la cintura — ¿Creíste que mi Katsuki podría querer de verdad a un campesino como tú?

— ¿Disculpa?

— Te disculpo. — suspiró, cruzando los brazos sobre su pecho — Pero es hora de regresar a casa, Katsuki, Keigo quería que Rumi viniera por ustedes, pero le pedí que me dejara hacerlo.

— ¿Apuesta? — insistió Izuku.

— ¿Nunca te callas? — volvió a arremeter en contra de él — Supéralo, niño, no puedes creer que una super estrella como Katsuki se fijaría en alguien tan insignificante como tú.

Silencio, uno extraño.

— Ochako. — intervino Eijiro — ¿Por qué no entramos a la casa? te haré un café mientras hacemos las maletas, deja que Katsuki se despida de Izuku ¿Bien?

Gracias a Dios, Ochako le hizo caso a Eijiro y fue con él mientras Katsuki se quedó ahí viendo como sus amigos y exnovia desaparecían dentro de la casa de los Usagiyama.

— Izuku…

— ¿Super estrella? — murmuró Izuku. — ¿Apuesta? ¿Quién demonios eres, Katsuki?

— Puedo explicarlo ¿Ok? Quizá mis amigos y yo somos músicos famosos y…

— ¿Y la estrellita aburrida decidió que yo era una buena distracción? ¿Una apuesta, de verdad?

— La apuesta no era en serio… mierda, no, no quise decir eso.

— ¿Por qué este pueblo, Katsuki?

— Porque estaríamos en el medio de la nada… mira, quizá debíamos escondernos un poco hasta que las cosas se calmaran en casa.

— ¿Y luego qué? ¿Pretenderías que no existo y volverías a tu vida de super estrella? ¿Quién era esa mujer?

— Mi novia… exnovia. Pe-pero ella me dejó cuando las cosas se pusieron difíciles.

— Así que viniste hasta aquí a jugar a la casita.

— Conocerte no estaba en mis planes ¿Sí?

— Oh, lo lamento, no pretendí importunarte.

— N-no, no quise decir eso… — dijo, acercándose a Izuku, pero este solo dio un paso hacia atrás.

La forma en que Izuku lo miraba le causaba asco, se odió a si mismo por no pensar más allá de qué pasaría después de que las cosas se arreglaran en casa.

“Casa” que forma tan peculiar de pensar en su vida de super estrella.

— Izuku yo…

— Pero la culpa es mía ¿Sabes? — le interrumpió, respirando hondo, era obvio que estaba tratando de contener sus lágrimas — Por un momento pensé que podría ser permanente… soy un idiota.

— No, Izuku…

— ¡Cierra la boca! — gritó en un tono agudo, dejando escapar entonces las enormes lágrimas que cayeron por su rostro — ¿Por qué tenías que venir aquí y hacer que te amara? ¿Por qué yo?

— ¿Me-me amas?

— Por su puesto que te amo, grandísimo imbécil… — jadeó con el rostro húmedo — ya no importa…

— Claro que importa, yo también…

— ¿Por qué mejor no regresas por donde viniste? Deja este pueblo y no vuelvan jamás, Bakugo.

✧゚・: * II *: ・゚✧

Let's go all the way tonight
No regrets, just love
We can dance, until we die
You and I, will be young forever

La voz de Mina sonaba dulce, Katsuki la miraba detrás del vidrio del estudio de grabación con los brazos cruzados sobre el pecho mientras Keigo manejaba el tablero sentado frente a él. El cover de Teenage Dream que preparó sería el último sencillo del álbum, uno que estaba totalmente inspirado en el enorme fracaso que fue fingir tener una vida común y corriente.

You make me
Feel like I'm livin' a teenage dream
The way you turn me on, I can't sleep
Let's run away and don't ever look back, don't ever look back

Después de que Izuku se fue, ellos también lo hicieron. Explosions on the Dancefloor regresó al ojo público después de un descanso de medio año. Las acusaciones fueron aclaradas enseguida y un par de meses, tras un arduo trabajo del equipo de relaciones públicas, una pequeña campaña se empezó a cocinar en las redes sociales de la banda.

Ahora, con el último sencillo grabado, lanzarían el álbum completo y después, harían una gira por todo el país para promocionarlo.

My heart stops
When you look at me, just one touch
Now, baby, I believe this is real
So take a chance and don't ever look back, don't ever look back

Keigo estaba extasiado. Los primeros dos sencillos del álbum, un cover de “Disturbia” y otro de “Toxic” llegaron al número uno de las listas de popularidad en los respectivos meses que fueron liberados. Ahora, el álbum completo que titularon como “RomCom” se perfilaba a ser el más esperado de todo el año.

Let's go all the way tonight
No regrets, just love
We can dance until we die
You and I, will be young forever

Solo que ya no estaba tan seguro de que lo estuviera disfrutando, esta canción había sido la primera que eligió para el álbum y también la primera cuyos arreglos estaban listos antes que los demás.

Las cosas habían cambiado mucho después de que regresaron a la ciudad a pesar de que volvió a la misma casa, con la misma gente. Ochako y él pretendieron que su relación no era de mentiras hasta que Katsuki la echó de su casa una semana después, a pesar de que la super modelo se fue gritando que se arrepentiría.

Una vez más, estaba rodeado de personas, muchísimas, aunque ahora todas parecían iguales a Ochako. Sabía que el resto de la banda se sentía igual, porque todos dejaron de asistir a fiestas alocadas y salidas a lugares costosos.

Regresaron a su antigua vida, pero ya nada era igual. No había día que no pensara en Aston, en la gente que vivía ahí y, sobre todo, en Izuku.

Era la parte que más dolía, saber que jamás amaría a nadie como amaba a Izuku.

— Oye, Keigo.

— Dime, muchacho.

— ¿Hay posibilidades de agregar una canción más?

— ¿Una canción más? Eso sería al menos unas dos semanas más de trabajo y Mina…

— No, esta quiero cantarla yo.

Keigo lo miró con una ceja levantada, porque le estaba pidiendo retrasar la salida del álbum completo. Sin embargo, no quitaría el dedo del renglón, grabaría esa canción él solo y la subiría a cualquier plataforma si fuese necesaria. Pero Keigo lo conocía lo suficiente como para darle la respuesta que esperaba.

— Bien, — suspiró con una media sonrisa — dime cuál es y conseguiré los permisos.

✧゚・: * II *: ・゚✧

— Explosions on the Dancefloor, listos para el escenario en cinco minutos. — dijo el encargado del espectáculo antes de cerrar la puerta del camerino tras ellos.

Era el primer concierto desde que todo había empezado, la banda entera estaba desperdigada por el camerino, esperando poder subir al escenario. La banda no fue la misma desde que regresaron de Aston, eso era obvio. Casi siempre, los camerinos eran terreno peligroso para los organizadores, con la banda empezando a beber y a veces teniendo sexo de calentamiento con algún o alguna groupie.

Sin embargo, estaban todos sentados en círculo, sosteniendo sus instrumentos y sin verdaderas ganas de salir a tocar. El nuevo álbum era un éxito de ventas, especialmente la canción bonus que era interpretada por Katsuki Bakugo, tanto que Keigo le ofreció grabar un par más de canciones para el siguiente álbum.

— Esto se siente mal. — dijo Denki, rompiendo el silencio — ¿Por qué se siente mal?

— Porque somos unos idiotas, por eso. — le contestó Hanta — No debimos hacer esa estúpida apuesta.

— Extraño Aston. — dejo ir Mina, jugueteando con sus manos — ¿Ustedes también?

— Si… — le contestó Eijiro — es un buen lugar.

— No extrañamos Aston. — dijo Katsuki, poniéndose de pie y haciendo que todos guardaran silencio. La banda evitaba tocar el tema con Katsuki ahí, sabían que lo que sea que había tenido con Izuku Yagi fue real, igual que el dolor — Extrañamos a las personas, extrañamos ser reales.

Seguido de un suspiro lastimero, uno que destruyó a la banda entera, Katsuki tomó las baquetas y salió del camerino, los demás lo siguieron de cerca.

Era el entumecimiento conocido de antes de salir a escena, ese concierto era relativamente pequeño por ser el primero de la gira promocional del nuevo álbum. Tocaban en un club exclusivo de la ciudad, donde fanáticos pagarían una fortuna por una entrada, no podían decepcionar a estas personas que habían puesto esfuerzo en ir a verlos.

Inhaló y exhaló.

Fue el primero en salir al escenario, la horda de aplausos y gritos le supo muy familiar, mentiría si dijese que no extrañaba los reflectores. El escenario era su hogar, el asiento de la batería le dio la bienvenida como un viejo amigo, las luces del escenario solo le dejaban ver un tumulto de personas arremolinándose por ellos.

Sus compañeros lo siguieron y entonces, el entumecimiento desapareció, porque su cuerpo recordaba exactamente cómo se sentía el éxtasis del escenario. La adrenalina que corría por sus venas cuando apretaba las baquetas, estrellándolas contra los tambores, la música.

Los demás no se quedaron atrás. El bajo de Hanta, los teclados de Denki, la guitarra inconfundible de Eijiro y, sobre todo, la melodiosa voz de Mina.

A pesar de que se sentía como en casa, sabía que no era todo, era como si supiera que faltase una pieza. También sería una mentira decir que jamás sintió ese vacío, pero era la primera vez que sabía exactamente cuál era la pieza faltante. Dolía, porque ahora que sabía cómo curar ese vacío, este se expandiría más y más, hasta que el vacío se lo comiera a él.

Canción tras canción, sentía que ese vacío en su pecho se extendía, dejándolo funcionar solo en piloto automático, incluso dejaba de escuchar a las personas.

¿Cómo mierda volvería a hacer esto de nuevo?

— ¡Muchas gracias! — gritó Mina frente al micrófono — Nuestra última canción es una muy especial. Es una canción muy especial para todos nosotros, pero en especial lo es para Katsuki.

Katsuki dejó las baquetas a un lado y se puso de pie, Mina lo relevaría en su instrumento. Sabía que las personas estaban emocionadas y gritando por él, esperando por él y solo por él. Cuando llegó al frente del escenario, las luces volvieron a deslumbrarlo, viendo solamente una masa de cabezas que bailaban de arriba para abajo, queriendo escucharlo.

Con una parsimonia que solo él tenía, acomodó el micrófono a su altura y esperó un poco hasta que la gente hiciera el suficiente silencio para escuchar el conteo que Mina hizo con las baquetas y empezar la melodía. Cada acorde le dolía en el alma, pero estaba bien, era la primera vez en mucho tiempo que finalmente fue capaz de comprender esta letra.

I'm not a perfect person
There's many things I wish I didn't do
But I continue learning

Los asistentes se emocionaron en cuanto reconocieron la canción que estaba interpretando, un clásico del dos mil dos, él era niño cuando la escuchó por primera vez y la letra no le hacía sentido.

I never meant to do those things to you
And so, I have to say before I go
That I just want you to know

La escuchaba de vez en cuando, era una de esas canciones que todo el mundo siempre ha escuchado pero cuyo nombre siempre se olvidan. Estaba bien, no era nada especial después de todo, una canción de desamor genérica.

Claro, hasta que volvió a escucharla después de regresar de Aston.

I've found a reason for me
To change who I used to be
A reason to start over new
And the reason is you

Rizos verdes revueltos que contrastaban con el sol que se colaba entre estos, ojos enormes y acuosos, de esos en los que era fácil perderse. Era imposible olvidar esa sonrisa, labios finos y deliciosos, fáciles de besar.

I'm sorry that I hurt you
It's something I must live with everyday
And all the pain I put you through

Había conocido a la persona más inocente y pura del mundo, un pequeño rayo de luz entre toda la mierda en la que estaba acostumbrado a vivir. Se engañó a él mismo diciendo que podría tenerlo siempre, era obvio que alguien como Katsuki terminaría arruinando a Izuku, en todos los sentidos. Estaba seguro de que la herida en el corazón del peliverde sería complicada de curar.

I wish that I could take it all away
And be the one who catches all your tears
That's why I need you to hear

Quizá no tenía el valor de regresar a Aston a disculparse, estaba seguro de que nadie lo querría de regreso, no después de romperle el corazón al chico dorado del pueblo. No los culpaba, estaba bien con ser odiado por estas maravillosas personas, porque todos ellos merecían algo mucho mejor. Espero que Aston siguiera como estaba, que jamás salieran de esa burbuja de confort que no habían roto hasta el momento.

I've found a reason for me
To change who I used to be
A reason to start over new

Una lágrima bajó por su mejilla, cerró los ojos con fuerza para que el público no lo viera, pero fue inútil, ni siquiera se dio cuenta de que había empezado a llorar.

And the reason is you
And the reason is you

Cuando abrió los ojos, las lágrimas apretadas se dejaron ir, ya no le importaba que lo vieran así, al contrario, esperaba que estas patéticas disculpas llegaran a la persona correcta.

And the reason is you
And the reason is you

Quería pensar que no era tan tarde para él, Izuku había sido un parteaguas en su camino, sería una mejor persona por ese amor que dejó atrás. Jamás volvería a querer a nadie más como quería a Izuku. No, no solo lo quería.

I'm not a perfect person
I never meant to do those things to you
And so I have to say before I go
That I just want you to know

Katsuki Bakugo amaba a Izuku Yagi.

I've found a reason for me
To change who I used to be
A reason to start over new
And the reason is you

Esperaba que Izuku pudiera perdonarlo algún día, que lo superara y encontrase a alguien que le diera lo que él no pudo darle.

I've found a reason to show
A side of me you didn't know
A reason for all that I do

En ese momento, se le ocurrió alzar la vista, hacia el palco de la sección VIP del club, en donde Keigo y Rumi siempre estaban cuando había presentaciones. Y ahí, de pie, agarrando el barandal con fuerza, estaba esa misma mata de rizos verdes, con el rostro húmedo por las lágrimas y los mocos.

And the reason is you

✧゚・: * II *: ・゚✧

Dejó el escenario tan rápido como le fue posible, a los técnicos casi les da un infarto al ver al líder de la banda importándole muy poco tropezarse con los cables para poder bajarse del escenario. Siempre debían agradecer y despedirse del público antes de salir, pero esta vez serían sus compañeros solos quienes se encargarían de eso porque Katsuki tenía cosas más importantes que hacer.

— ¿Qué haces? — le preguntó Rumi yendo tras él.

— Izuku está en el público, voy a buscarlo.

— ¿Estas loco? Si sales ahora, los fans te van a comer vivo, no te van a dejar llegar a las escaleras siquiera.

— Me importa una mierda, Izuku…

— Ya lo envié en un taxi.

— ¡¿Qué?! ¿Estás loca?

— Lo suficiente como para haberlo traído, cerebro de roca, cálmate.

Y lo hizo, Rumi parecía bastante preocupada, pero finalmente le dijo lo que pasó. Los padres de su representante le contaron que después de su partida, Izuku no fue el mismo, estaba inconsolable y sus amigos del trabajo estaban muy preocupados. Pero fue el mismo señor Yagi el que llegó a la conclusión de que debían buscar a Katsuki, después de que Izuku le contase todo lo que pasó y lo ayudara a darse cuenta de que quizá todo había sido un montón de malentendidos que se juntaron.

— Pero no fueron malentendidos, yo de verdad fui un imbécil.

— No te lo estoy negando, Katsuki, la gente del pueblo quería tu cabeza en una lanza.

— Mierda…

— Me llamaron hace una semana, el señor Yagi me preguntó si podría contactarme contigo y quizá hacer que Izuku y tú hablaran.

— ¿Y no planeabas decírmelo?

— Nah… me gustan los clichés.

— Maldita sea, Rumi. — dijo, sobándose el puente de la nariz — ¿A dónde lo enviaste entonces? ¿Por qué dejaste que se fuera?

— Es un chico de pueblo, idiota, estaba muy nervioso por toda esta gente desde antes de que el concierto terminara, si no lo sacaba de aquí, tendría un ataque de pánico.

— ¿A dónde?

— A dónde más, tonto, a tu casa, le di mi llave de emergencias.

Katsuki jamás había conducido tan rápido, ni siquiera se esperó a que Rumi pudiera guiarlo hacia la salida más segura, topándose con un montón de reporteros a quienes mandó derechito a la mierda, ya no le importaba ser tendencia al día siguiente. Su auto corría como un demonio, es por lo que amaba los vehículos deportivos, pero esta vez no lo hacía para apantallar a nadie sino para dejar de perder el tiempo.

Pronto llegó a la privada en donde vivía, jamás se había detenido a pensar en lo ostentosas que eran las casas de ahí, un barrio exclusivo para personas famosas como él. Suspiró, hacía mucho que su casa ya no se sentía correcta, pero no se esperó tener tantas ganas repentinas de mudarse. Cuando aparcó el auto, vio las luces encendidas, su corazón no dejaba de ir a mil por hora.

Saltó del automóvil y casi rompe la llave en la cerradura de la puerta cuando se dio cuenta que esta ya estaba abierta, tenía que decirle a Deku que ya no estaban en Aston, que no podía dejar las puertas abiertas sin importarle nada.

Katsuki nunca había sido consciente de lo enorme y espaciosa que era su casa hasta que vio a Izuku sentado en el sofá de la sala de estar, sosteniendo entre sus manos una taza con algo caliente dentro.

— Bienvenido a casa… Ka-kacchan…

— Grandísimo tonto… — susurró, lanzando la chaqueta al suelo y corriendo hacia Izuku.

Cuando Izuku estuvo entre sus brazos, ni siquiera tuvieron que decirse una sola palabra, porque sus cuerpos se movieron por si mismos, en un beso tan familiar que dolía.

— Idiota… — musitó Katsuki sobre sus labios, rompiendo el beso — seguro tienes hambre, haré algo de comer para los dos.

Katsuki obvio el hecho de que eran casi las dos y media de la madrugada, quizá porque Izuku tampoco lo mencionó, así que ninguno tuvo problemas con comer dos platos fuertes en la madrugada, quizá porque sabrían que no dormirían pronto, había mucho que hablar.

Ambos se sentaron en la mesa de la cocina, mucho más pequeña y acogedora que el enorme comedor. Katsuki sirvió dos platos de Katsudon recién hecho y abrió una botella de vino, del mismo que Izuku se había robado el día que hicieron el amor por primera vez.

— Esa canción, me gusta. — dijo Izuku rompiendo el silencio.

— Si, a mi igual…

Silencio. Katsuki se encontró repentinamente muy concentrado en la comida, con miedo de subir su mirada y encontrarse con que Izuku había desaparecido.

— Kacchan… mírame, Kacchan.

Lo hizo, muy a su pesar, sintiendo que los ojos le escocían en lágrimas, solo para encontrar a Izuku en las mismas condiciones, aunque el pequeño era mucho peor que él en eso de aguantarse las ganas de llorar, pues un par de lágrimas traviesas ya habían reclamado su rostro.

— Lo lamento… lo siento tanto, yo-yo no debí decir todo lo que dije y tampoco echarte del pueblo y-y-y papá dijo que, si te amaba, debía venir a buscart-te… yo-yo fui muy insensible, además jamás te hablé con cla-claridad y…

— No. — tajó, dejando que las lágrimas también cayeran por su rostro — Fui yo el que debió ser más claro, sabía que debía regresar en algún momento y aún así dejé que te enamoraras de mi…

— ¿Tú no sientes algo por mí? — preguntó con miedo.

— ¿Sentir algo por ti? Mierda, Deku, yo lo siento todo por ti.

Hubo un silencio más, hasta que Izuku dejó salir una carcajada tonta y Katsuki lo imitó, si que eran solo un par de idiotas dramáticos.

— Te amo, Deku, te amo. — dijo, saboreando las palabras que no tuvo la oportunidad de decir.

— También te amo.

✧゚・: * II *: ・゚✧

Katsuki despertó con la ya familiar luz que se colaba desde el ventanal que daba hacia el jardín al que su habitación estaba conectada. Solo que esta vez no estaba solo, Izuku dormía sobre su pecho, tan plácidamente que ni siquiera quiso moverse, la noche anterior habían hecho el amor hasta caer rendidos y ahora su vejiga necesitaba ser vaciada. Se movió lo más cuidadoso que pudo, pero falló en su intento de escape.

— ¿Ka-kacchan? — balbuceó Izuku abriendo los ojos.

— Perdón, necesito orinar.

— Mmmm… ok…

Ya sin tanto cuidado, Katsuki se levantó para ir al baño a orinar, lavarse la cara y las manos. Cuando regresó a la habitación, Izuku se había vuelto a dormir, así que no encontró nada mejor que hacer que ir a la cocina y preparar un desayuno rápido para ambos. Dos platos de panqueques después, regresó a la habitación llevando estos y algo de café en una bandeja.

Izuku ya estaba despierto cuando regresó a la recámara, estaba desnudo y sentado con la espalda contra la cabecera de la cama mirando al jardín.

— Buenos días. — saludó Katsuki, poniendo la bandeja en la cama. Izuku lo miró con una sonrisa sincera, de esas que quisiera guardarse en el bolsillo.

— Buenos días, Kacchan.

— ¿Te gusta el jardín? — preguntó, sentándose con él en la cama.

— Si, tienes un lindo lugar aquí. — suspiró — La ciudad es enorme, me da un poco de miedo.

— Lamento haberte hecho venir hasta acá. — suspiró — llamaré a Rumi y le diré que me tomaré unos días libres para llevarte de regreso a Aston, de paso me disculpo con tu papá.

— ¿No me quieres aquí? — preguntó, sin esconder su sonrisa, este pequeño tonto sería su muerte.

— Qué más daría yo por tenerte aquí, Izu.

— Bueno… yo-yo estaba pensando que quizá quiera estudiar una especialidad en educación infantil y, bueno, eso no existe en Aston… ni en la ciudad cerca… su universidad es diminuta y el lugar más cercano para hacerlo es… aquí.

El desayuno quedó olvidado cuando Katsuki casi ensucia las sábanas por haberse abalanzado a Izuku para besarlo.

— Yo pagaré por tu carrera, no tienes que pagar un solo centavo…

— Oh… — dijo Izuku risueño, pasando sus brazos sobre los hombros de Katsuki — ¿Es así como se siente tener un novio ultra famoso?

— Mmm… vas a amar la parte de los paparazis. — bromeó — Pero les partiré la cara si se atreven a molestarte.

— Eso suena bien, Kacchan.

Volvieron a besarse, esta vez para siempre.

✧゚・: * II *: ・゚✧

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–—》Soundtrack《—–

☆ De Música Ligera°•°Soda Stereo

☆Heaven is a place on Earth °•°Belinda Carlisle

☆Maneater°•°Nelly Furtado

☆One Less Lonely Girl°•°Justin Bieber

☆La Fama°•° La Rosalía Ft. The Weekend

☆S.O.S°•°Rihanna

☆Rhythm Divine°•°Enrique Iglesias

☆Teenage Dream°•°Katy Perry

☆The Reason °•°Hoobastank Ft. Queens of the Stone Age
”—”””•❃°•°✝°•°❃•””””

 

Notas finales:

Hola amixes, este fic fue inspirado por un hilo de twitter escrito por @sweet_n_fiction, dejo el link: https://twitter.com/sweet_n_fiction/status/1535801040364240896
dense una vueltesilla, todo lo que elle escribe es super interesante, me encantan sus tramas y ni hablemos de sus dibujitos. Este shot está escrito con su permiso, claro, esperemos pueda leerlo, no sé si hable español pero pues aquí estamos <3 denle amorcito y, porfis, acuérdense que sus pronombres son elle/elles o, en inglés, They/Them.


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