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SNS week 2022 por shiki1221

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto, solo la historia es mía

Notas del capitulo:

Este es un compilado de drabbles/One shots con los prompts propuestos por la página SasuNaruSasu.

Tendrá 7 capítulos. El día 1 es “estaba esperándote”. Ninjaverse. Shonen ai. Ligero angst.  

 

 

 

Día 1: Estaba esperándote

La inquietud no le dejaba ni un momento de tranquilidad. Cada cierta cantidad de segundos repasaba mentalmente todos los pasos ejecutados. Su tarea fue impecable. Tenía el respaldo de su maestra para corroborar ese hecho. Y aun con sus palabras, las felicitaciones de Kakashi, los agradecimientos de Naruto e incluso las disculpas de Sasuke, no podía estarse tranquila. Sus compañeros de equipo estaban en habitaciones diferentes. Siendo específicos, cuando la vida del último Uchiha dejó de correr peligro, se le trasladó a la prisión. Sus ojos fueron vendados con un sello especial y su cuerpo inmovilizado por una camisa de fuerza. Su celda de gruesos barrotes y sellos especiales para anular su chakra lo tenían asegurado en calidad de prisionero.

Tal vez su intranquilidad no fuera tanta si no tuviera que montar guardia cerca de la puerta del héroe de la guerra.

―¿A dónde crees que vas, Naruto? ―cuestionó Sakura cruzada de brazos viendo por tercera vez al rubio intentar salir a hurtadillas de la habitación.

―Je, je, je ―rio con nerviosismo mientras se rascaba la nuca fingiendo inocencia como un niño al ser descubierto haciendo una travesura.

―Debes guardar reposo, Naruto. Ya te lo dije ―le recordó ella soltando un suspiro de cansancio por tener que repetirle algo tan evidente―. Sufriste una hemorragia y debes estar en perfectas condiciones antes de recibir la prótesis.

―¿El Teme se pondrá una? ―interrogó interesado.

―No. Se la hemos ofrecido para cuando se le juzgue, pero dice que no la necesita ―respondió Haruno preocupada por aquella decisión.

―¡Entonces yo tampoco la quiero ttebayo!

―Na-ru-to ―gruñó la kunoichi deletreando cada sílaba con molestia―. No porque Sasuke-kun no use una significa que debas hacer lo mismo.

―¡No puedo perder contra él! ―reclamó con un pequeño grito bastante alto para sus pobres oídos―. Cuando volvamos a luchar se burlara de mí si me gana con un sólo brazo. Debemos estar parejos ttebayo.

―Apenas si salieron con vida de esta pelea ¿y ya estás pensando en otra? ―interrogó sin poder creerse semejante idiotez―. Mejor regresa a la cama a descansar.

―Pero, Sakura-chan… ―reclamó con un puchero poniendo ojos tristes.

―¡Regresas por las buenas o te regreso de un puñetazo, Shannaro!

Tras la amenaza, el jinchuriki volvió a meterse a la habitación. Desde su sitio la joven de ojos verdes cerró sus párpados soltando el aire por la boca de una manera audible. Aun podía oír los pasos del Uzumaki dentro de la habitación. Sonrió imperceptiblemente al recordar una situación similar años atrás. Específicamente cuando se celebraban los exámenes chunnin y Sasuke aun no llegaba. Rememoró con claridad poder verlo desde las gradas como daba vueltas en la área murmurando y protestando por más tiempo. También destacó mucho la entrada triunfal y llena de dramatismo de su maestro Kakashi junto al Uchiha. Aquel retraso había causado un nivel de desesperación muy peculiar en Naruto.

“Y nada ha cambiado desde entonces. Sasuke-kun siempre tiene a Naruto esperando por él con ese retraso elegante tan típico de él”

―¡Sakura! ―llamó repentinamente la quinta Hokage acercándose hasta donde ella montaba guardia a la habitación de su compañero de equipo―. ¿Puedes ir a revisar a Sasuke?

―¿Por qué? ¿Le sucedió algo? ―preguntó de inmediato preocupada por el destino del último portador del sharingan.

―Ya hemos terminado de juzgar sus acciones y hemos decidido no encarcelarlo ―explicó a su alumna. Sin embargo, ésta no tuvo tiempo de reaccionar antes de que alguien más hablara.

―¡¡Qué bueno ttebayo!! ―gritó el jinchuriki saliendo de la habitación de manera estrepitosa.

―¡Hey! ¿Qué haces fuera de la cama? ―interrogó Senju caminando con un rostro enojado para atraparlo por el cuello de la ropa y mandarlo de un sólo movimiento de regreso a la cama―. Guarda reposo. Aun necesitas rehabilitarte para recibir el implante.

―¡No lo quiero! ―protestó como un niño regañado mientras se cruzaba de brazos y hacía un puchero―. Quiero ir a ver al Teme.

―Él estará rehabilitándose con Sakura, si no lo haces, él se recuperara antes que el aspirante a Hokage ―mencionó la rubia con intención de convencerlo de dejarse tratar―. Tal vez sí se convierta en el próximo Hokage, con eso de que es el favorito de Kakashi, yo que tú no me relajaría.

―¡Cúrame, abuela Tsunade! ¡No me quedaré atrás! ―ordenó decidido a sanarse lo antes posible.

Sakura negó con la cabeza al ver lo sencillo que seguía siendo su compañero de equipo. Uzumaki siempre había sido así cuando se trataba de Sasuke. Mientras avanzaba por los pasillos del hospital con intención de cumplir la orden recibida, llevó sus manos hacia su propia espalda y miró el techo rememorando algunos detalles que antes había pasado por alto. Siempre había creído que Naruto veía a Sasuke como un hermano. Ella misma defendió ese hecho delante de Sai, Kabuto, entre otros. Con su nivel de inteligencia, estaba segura que nada podría escapar a su entendimiento. Contrario a esa idea inicial, cayó en cuenta de su propia ignorancia mientras estuvo inconsciente tras el genjutsu del Uchiha. Aquellos niños incapaces de ser honestos consigo mismos, ¿eran capaces de hacerlo ahora? Sus personalidades orgullosas muchas veces chocaban y cuando no, era como si estuvieran en reposo a la espera de que el otro les diera una señal de permiso. De seguir así, no podrían saldar sus deudas pendientes.

Su mirar esmeralda volvió a fijarse al frente cuando los rayos del sol amenazaron con quemarle las corneas. Finalmente estaba fuera del hospital y ahora tocaba la caminata hacia la prisión donde la esperaba su paciente. Estaba algo intranquila por la poca y casi nula comunicación entre ellos tras lo sucedido. Sólo se había limitado a curarlo tras oír sus disculpas y poco más. No tocaron ningún tema de índole personal. Sólo las típicas preguntas acerca del dolor, malestar y nada que sobrepasara lo necesario para tratarlo. Ahora quizás tendría un poco más de tiempo para aclarar algunas cosas. Comenzando por la situación actual entre ellos. Al llegar a la entrada de la prisión los guardias le dejaron pasar sin ningún problema, gracias a las órdenes dejadas por la sannin anticipando su llegada. El transcurso hacia su objetivo se dio sin problemas hasta la celda donde la esperaba su otro compañero, aun ataviado con esa camisa de fuerza y los sellos en sus ojos.

―Hola, Sasuke-kun ―saludó sin mucha idea de cómo iniciar una conversación con él―. Voy a retirarte los sellos y ataduras para revisar tu estado, ¿de acuerdo? ―preguntó de manera amable recibiendo un gruñido como única respuesta―. Tomaré eso como un sí.

Tras eso procedió a retirarle los seguros a la camisa de fuerza. Notando las marcas rojizas en las partes visibles de aquella piel blanca. Eso, a simple vista dejaba claro que cuando se lo ató, se lo hizo con cizaña. No había razón para estar en tal estado, de haberse hecho adecuadamente su única molestia deberían ser los músculos entumecidos y con algo de fisioterapia podría aliviarlo en pocos días. Le extrañaba ser la responsable de devolverle la movilidad cuando esa tarea ya debería estar hecha. La respuesta no le tardó en llegar cuando vio la marca de un moretón cerca de la barbilla. De inmediato, se alarmó temiendo lo que hubiera sucedido durante su estadía en la cárcel.

―¡Sasuke-kun! ―exclamó exaltada―. ¿Qué te sucedió en la cara?

―Interrogatorio ―respondió escuetamente.

―Sé que siempre has sido de pocas palabras, pero al menos deberías decir más de una ―regañó mientras usaba su chakra para curarle.

―Me preguntaron por qué quería quedarme en Konoha ―agregó un poco más de contexto, pero sin dejar nada claro para ella.

―¿Y qué respondiste? ―incitó la kunoichi para obtener más información y poder ayudar o aconsejar en lo que pudiera.

―No respondí nada.

―¿Por qué?

―Porque no quiero quedarme en Konoha.

La joven de cabellos rosados se concentró en revisar el cuerpo de su paciente para no estrangularlo en ese mismo momento. Ella solía tener poca paciencia y de tratarse de cualquier otra persona, ya estaría besando la pared más cercana cortesía de su puño. Sólo por tratarse de Sasuke estaba controlando su temperamento. Sin embargo, ya no podía tolerarlo más. ¿De qué sirvieron sus disculpas en el Valle del Fin si iba a seguir tratándola de esa manera? Su ex compañero jamás había sido de muchas palabras, pero al menos esperaba algún indicio mínimo de empatía o humanidad tras haberla intentado asesinar y hacerlo dentro de aquella ilusión a la cual fue inducida. Quizás era verdad que no había espacio en el corazón del vengador para ella. Ni como amante, como amiga ni como compañera siquiera. Apretó los puños y sus dientes crujieron antes de sujetarlo con fuerza por el cuello de la ropa. Procedió a sacudirlo brevemente hasta obligarlo a fijar su oscuro mirar en ella.

―¡¿Y qué demonios es lo que quieres entonces?! ―preguntó con furia sosteniéndole la mirada como nunca había hecho―. Si no quieres quedarte, ¿qué es lo que buscas? Naruto ha pasado años de sufrimiento y dolor por ti ¡¿y dices no querer quedarte?! Eres imposible ―espetó con hartazgo.

Hizo lo posible por mantener una conversación con el moreno, pero éste simplemente no cooperaba. Era obvia su reticencia para hablar y no entendía por qué Naruto decía que encontraba divertido pasar el tiempo con él. Para obtener así fuera unos segundos de su atención tuvo que sacudirlo y gritarle, pero no duró mucho. Pronto, ese oscuro mirar pasó de la ligera sorpresa a la indiferencia. Esa típica frialdad suya que en el pasado encontraba como una cualidad atractiva ahora la veía como un problema. Nadie podía adivinar los pensamientos del azabache, ―bueno, quizás Naruto, con eso de que ellos se entendían con los puños―, por lo mismo se necesitaba que hablara y dijera las cosas como eran.

―Yo no le pedí que hiciera eso, fuiste tú ―acusó Uchiha viéndola con los ojos entrecerrados de manera acusadora.

―¡¿Tú también vas a culparme por eso?! ―exclamó sintiéndose de nuevo señalada como le sucedió con Sai.

―Eso dijo Naruto, que te prometió traerme de regreso ―agregó Sasuke con aquel tono de voz monocorde y distante―. Cumplió. No sé para que me querría quedar aquí si él ya te demostró cuanto le importas.

Sakura parpadeó un par de veces confundida. Jamás había visto al portador del rinnegan actuando de esa manera. Como si estuviera… ¿celoso? Aunque si lo pensaba bien, tenía sentido. Los únicos momentos donde el azabache mostraba una gama mayor de sentimientos era cuando estaba cerca de Naruto. Incluso cuando éste hablaba con emoción acerca de todos los tipos de ramen que le gustaban o contaba alegremente que consiguió un nuevo cupón, Sasuke lo observaba atento y oía a detalle sus historias. A veces no lo parecía por su manera de ser tan inexpresiva, pero le bastaba recordar que fue él quien le consiguió el autógrafo de su actriz favorita al rubio como para saber qué tanto ponía atención a sus gustos y las cosas que le hicieran sonreír al Uzumaki. Mientras más y más pensaba en esos detalles, una verdad se hacía más nítida en su mente. Empero, primero había cosas que solucionar.

―Yo le pedí a Naruto que dejara de buscarte ―aclaró Haruno dispuesta a contarle toda la verdad―. Hablamos acerca de eso y me dijo que dejó de hacerlo por mí y lo hacía por él mismo. Incluso le dije que lo amaba y se olvidara de ti. ¿Sabes que me respondió? ―preguntó sin obtener respuesta, pero sí una mirada algo curiosa―. Qué odiaba a la gente que se mentía a sí misma. Hasta Hinata se le confesó y ni siquiera se dignó a responderle ―mencionó recordando que en la salida de chicas, la joven Hyuga les mencionó no recibir una respuesta―. Nosotras le declaramos nuestro amor, ¿y qué hace él? Declara que moriría contigo de ser necesario. ¿De verdad piensas que todo lo que hizo fue por mí? Por favor, yo dejé de ocupar sus pensamientos hace mucho.

Tras soltar todo aquello la celda volvió a quedar en silencio. Había expuesto detalles que no sólo le concernían a ella sino a terceros, pero debía hacerle entender a Sasuke la situación. ¿Y sí era por ese malentendido que la odiaba? ¿Se sintió perseguido creyendo que una vez que lo llevaran a Konoha le pondrían un collar en el cuello y se lo darían a ella como mascota o algo similar? Tras darle tiempo para procesar toda la información esperaba algún comentario al respecto, pero nada. Sólo silencio. Ese ojo oscuro y el violeta del rinnegan la miraba sin emitir palabra alguna. Qué exasperante podía ser Sasuke aun sin proponérselo.

―¡Al menos di algo! ―ordenó la joven de cabellos rosados―. Respóndeme algo ¿tanto me odias? ¿Me desprecias tanto que no puedes ni siquiera dirigirme la palabra? ―demandó saber con lágrimas asomando al borde de sus ojos del puro coraje de saber que incluso en esa situación era ignorada―. Si me odias dímelo de una vez por todas, pero no te quedes callado ―gritó sin lograr nada―. Para Naruto ambos somos muy importantes. El equipo siete significa mucho para él y lo mínimo que podemos hacer para devolverle todo lo que hizo por nosotros es llevarnos con un poco de cordialidad ―jadeó agitada tras soltar tantas frases sin respirar―. ¿Al menos podemos llevarnos bien y ser compañeros? ―interrogó casi en súplica por el cansancio y la desesperación de esa conversación casi unilateral.

―No te odio ―dijo escuetamente Uchiha chasqueando un poco la lengua antes de mirar hacia la kunoichi―. El equipo siete también fue importante para mí.

―Al menos hablaste más que antes ―suspiró más relajada antes de acercarse para cumplir su tarea de aliviar sus entumecidos músculos―. Intenta hablar un poco más, ¿sí? No todos somos Naruto para entender lo que quieres sin decirlo ―mencionó a modo de regaño, pero con un toque maternal.

―Lo siento ―se disculpó Uchiha igual que cuando estaba malherido en el Valle del Fin.

―¿Sabes? ―preguntó ella extendiéndole el brazo para el tratamiento mientras seguía hablando―. Yo aun quisiera tener un espacio en tu corazón. No como pareja, sé que jamás corresponderás a mis sentimientos, pero sí como amiga al menos.

―No lo entiendo, ¿Cómo se puede amar a alguien sin motivos? ―pensó Sasuke en voz alta―. Tampoco tengo motivos para quedarme en Konoha y aun así…

―El amor no tiene lógica, sólo se siente ―dijo Sakura sonriéndole con suavidad―. Si lo que quieres es quedarte cerca de Naruto, no necesitas motivos.

―Pero no tiene sentido. No tiene motivos para perdonarme ni tampoco para confiar en mí después de todo lo que le hice.

―¿Eso es lo que te preocupa? ―interrogó Sakura riendo suavemente al darse cuenta de un lado ingenuo y torpe que jamás se imagino ver en el vengador―. A Naruto no le importa nada de eso. Seguro tú conoces claramente sus sentimientos y él los tuyos. No te niegues a ser feliz sólo por lo sucedido. Puedes enmendar tus errores y ser feliz también ―alentó terminando con el tratamiento a los músculos―. Listo. Mañana vendré a la misma hora para tu rehabilitación ―anunció alegremente.

La kunoichi al llevar aquella conversación con su antiguo compañero aceptó la derrota. Sus sentimientos no llegarían hasta el último Uchiha. No era ella quién llenaba su corazón o podía devolverle la felicidad. Habría deseado serlo, pero su voluntad no era tan fuerte. Ella también cedió a la presión de terceros e intentó matarlo. Se arrepintió nada más intentarlo, pero la intención estaba. Quiso hacerlo. Le mintió, lo atacó a traición y falló. Creyó que sólo había fracasado en su plan de asesinato, mas su acción dijo más de lo que quiso admitir. Le demostró a la persona que amaba la fortaleza de sus sentimientos, unos tan frágiles como hilos, fáciles de cortar con unas cuantas palabras dichas en el momento correcto. Dolía y sentía deseos de llorar a rienda suelta, pero no lo haría delante de Sasuke. Por ello, le dio la espalda y se dispuso a irse con rapidez. No obstante, una suave ráfaga muy nostálgica se lo impidió.

―Sakura ―llamó el moreno al verla darle la espalda con rapidez casi como si quisiera escapar de él―. Gracias por todo ―dijo Sasuke haciéndola rememorar la vez en la que se despidió de ella antes de irse con Orochimaru.

―Si intentas golpearme, te la devolveré ―respondió ella volteando un poco para verle la cara exhibiendo las traviesas lágrimas incapaces de ser retenidas por más tiempo―. Ya no soy más aquella tonta niña enamorada de ti, así que no te perdonaré ponerme la mano encima.

―Es verdad, eres más fuerte ―halagó él con una pequeña sonrisa.

Ella correspondió al gesto y salió de manera más animada. Aunque pensaba en la increíble velocidad de Sasuke, pese al encierro. Seguramente si él deseara escaparse lo podría hacer con o sin ayuda de ellos. Y su motivo para quedarse era evidente. Se sentía algo tonta por tardar tanto en notar algo tan obvio que siempre estuvo allí a plena vista. Sin embargo, se alegraba de ver las cosas claramente. Esta sería la última vez que lloraría por Sasuke. Más y más gotas cayeron humedeciendo el suelo, siendo vistas por el jinchuriki quien venía a visitar al prisionero. Ante el estado de su amiga corrió de inmediato para averiguar la razón de su llanto.

―¡Sakura-chan! ―llamó Naruto corriendo hasta ella para sujetarla por los hombros haciéndola verle a la cara―. ¿Por qué lloras? ¿Quién te hizo daño? ¿Fue Sasuke? Iré a darle una lección a ese bastardo.

―No me hizo nada malo ―dijo limpiándose la cara con las palmas de las manos―. Hablamos y me di cuenta de algunas cosas que no noté antes. ¿Y tú no deberías seguir en reposo?

―Me escapé ―respondió con simpleza antes de seguir con lo que consideraba importante―. ¿Qué cosas? ―interrogó preocupado.

―Dime una cosa, Naruto. ¿Tú me amas? ―cuestionó con seriedad con su verde mirar en el azul del jinchuriki. Él desvió la mirada hacia el suelo con un gesto culpable―. Lo suponía.

―Lo siento, yo…

―Idiota ―insultó ella dándole un golpe con el puño cerrado en el vientre―. No soy tan débil, puedo soportar saber que la persona que amo no me corresponda, pero no puedo soportar que mis amigos me traten como si fuera de cristal. No me derrumbaré mientras sepa que son felices. ¡Shannaro!

―Yo… ―dijo el blondo tosiendo un poco por el golpe―. No me sentía bien siendo tu rival de amor.

―Supongo que ambos somos idiotas ―afirmó Sakura riendo levemente mientras abrazaba a su amigo―. Nos enamoramos de la misma persona y nos mentimos entre nosotros por el bien de nuestra amistad. Somos grandes tontos.

―Lo siento mucho ttebayo ―se volvió a disculpar abrazándola con fuerza―. En verdad lo siento.

―Sólo prométeme que lo harás muy feliz ―pidió la kunoichi con clara preocupación―. Le busca razones a todo, para amar, para perdonar y estoy segura que buscara motivos para justificar si merece o no ser feliz. La tendrás muy difícil.

―¡No te preocupes! ¡Te doy mi palabra que él estará bien y será muy feliz conmigo! ―prometió con el pulgar levantado igual que aquel día en que prometió llevarlo de regreso a la aldea―. Y si no, vamos a resolverlo de nuevo en el Valle del Fin ―bromeó.

―Intenten eso otra vez y voy a golpearlos a ambos por imprudentes ―advirtió en broma con las manos a la cadera―. Ahora ve con él, ya que te escapaste puedes ir a hablarle.

Sakura observó la espalda de su amigo alejándose de ella. Era tan parecido al día de su promesa. Con Naruto corriendo hacia la oscuridad sin muestras de miedo dispuesto a todo para recuperar a Sasuke. Haciendo todo aquello de lo que ella no era capaz. Sin embargo, aun había muchas maneras en las que podría ayudarlos y apoyar a sus amigos. Sólo se daría el resto de ese día para llorar y desahogar sus penas. De esa manera podría aceptar de buena manera los sentimientos y posible relación amorosa de sus amigos.

 

“Sólo espero que no tardes mucho en declararte como un hombre, Naruto. Después de todo, Sasuke estaba esperándote desde hace mucho tiempo”

 

Notas finales:

Espero que hayan disfrutado de esta historia n_n


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