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Sick Monster —Vkook por Hellbound01

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Notas del capitulo:

Eso es todo lo que salió hoy.

Esa tarde Taehyung habló mucho con Koo, lo llevó a muchos lados que anteriormente había conocido del hospital, por su parte Koo iba enganchado a la manga de Taehyung, escuchándole atentamente. Taehyung era, peculiar, y Koo lo sabía, algo en el humano le agradaba y le hacía sentir cómodo, quizás su sonrisa o lo animadamente que hablaba de cosas banales. Luego de caminar otro poco más, Tae lo llevó a su habitación, queriendo enseñarle esta también.

 

–Así es como se hace origami – habló Tae una vez terminó la pequeña grulla de papel amarillo, sorprendiendo a Koo, quien también tomó papel para imitarlo pero no salió muy bien la primera vez, Tae solo rió y volvió a hacer otra, explicándole paso a paso hasta que finalmente logró hacer una por su cuenta. 

 

Los siguientes días pasaron de forma similar, Taehyung mostrándole cosas a Koo y Koo trayendo pequeñas flores a modo de agradecimiento, también volvían a caminar por los pasillos e iban a visitar a algunas personas de habitaciones cercanas, solo que a Koo nunca le agradecían y eso entristecía a Taehyung. Algo que también comenzó a suceder con frecuencia fue malestares en Tae, primeramente pequeños dolores de cabeza, luego mareos y seguido náuseas, incluso llegó a sangrar por la nariz una vez de la nada. Siempre que venían sus padres les contaba sobre su amigo y lo divertido que era enseñarle cosa pero nunca les quiso decir sobre sus momentos enfermo para no preocuparles, además que siempre terminaba sintiéndose mejor luego de dormir.

 

Siempre llegaba el momento de separarse cuando llamaban a Taehyung para cenar y luego de eso, no tenía más señales de Koo hasta la mañana siguiente.

 

Cerca de su último día en el hospital, hicieron su rutina diaria, y al llegar la hora de cenar, Tae regresó a su habilitación. Taehyung comió toda la comida aunque no se podía comparar en absoluto con los deliciosos platos hechos por su mamá pero desde mucho más joven, le habían enseñado que era de mala educación dejar la comida, además que llevaba varios días acostumbrándose al sabor de la comida del hospital. El doctor se acercó para hacerle una revisión rápida a Tae y su expresión de sorpresa fue demasiado notable, le hizo algunas preguntas referentes a cómo se sentía y demás. Algo confundido, Tae respondió que se sentía ligeramente cansado porque había caminado mucho por los pasillos con su amigo. El doctor presionó el botón rojo en la cabecera de la cama y en menos de tres minutos habían llegado tres enfermeras, las cuales trabajaron eficientes en cambiar el suero e inyectar algo más.

 

El doctor le dijo que descansara y que intentara no esforzarse mucho. Esa noche, aún acostado en su cama no pudo evitar pensar en Koo, en cómo reaccionaría cuando le dijera que tenía que irse pronto ¿no querría jugar más con él? ¿se pondría triste? ¿enojado por no decirlo antes?. Para su sorpresa la puerta fue abierta y el mencionado hizo acto de presencia, acercándose a la cama con una expresión apenada.

 

–Lo siento– murmuró Koo con la mirada clavada en el colchón, confundiendo un poco a Tae, quien negó con rapidez y palmeó su lado en la cama, moviéndose con cuidado para indicarle que se sentara. Koo algo dudoso lo hizo, manteniendo una distancia prudente del humano.

 

–No tienes que disculparte, debería ser yo...ya casi tengo que volver a casa– comentó Tae bajando la mirada también y nuevamente su malestar comenzaba a hacerse más notorio, pero no quería hacérselo saber a Koo, no quería que se fuera aún ya que no sabía cuándo podrían volver a verse. Por su parte el pelinegro mantuvo el silencio, ciertamente venía a disculparse y explicar muchas cosas pero las palabras de Tae calaron profundo en él ¿ya no lo volvería a ver? –Koo, estoy algo cansado, puedes quedarte a dormir conmigo si quieres– agregó al ver que el malestar persistía, doliendo ahora un poco más su cabecita y costándole enfocar su vista.

 

Koo lo pensó por unos segundos realmente largos pero finalmente cedió, recostándose en el espacio libre de la cama de hospital mirando con atención a Taehyung hasta que finalmente este último durmió, los ojitos tristes de Koo siguieron observando al joven humano que comenzaba a tener problemas para respirar, removiéndose incómodo a su lado como si tuviera una pesadilla. 

 

Los quejidos de Taehyung lograron ser escuchados por una enfermera que pasaba tras atender a otro paciente y con rapidez fue a ver qué ocurría, viendo al pequeño solo en la cama mientras se removía de forma preocupante. Como si su vida dependiera de ella, corrió hasta encontrar a un doctor, avisando de lo ocurrido y pronto ambos estaban con una máquina de oxígeno para Taehyung, colocándole la máscara y así ayudarle a respirar correctamente, aunque no lograban desaparecer esa expresión de dolor de su rostro. Koo aún seguía acostado a su lado, apretando con fuerza de su camisa mientras veía a los adultos hacerse cargo y comentar cosas no muy positivas.

 

Una vez estos salieron de la habitación y Tae parecía estable, Koo se levantó de la cama, inclinándose para besar castamente la frente de Taehyung y darse la vuelta hacia la puerta, pero no salió, en su lugar tomó la grulla que días antes había hecho y la dejó sobre la almohada a un lado de la cabeza del humano y entonces sí, se encaminó a la puerta, mirando hacia atrás una vez más apretando sus labiecitos y evitando a toda costa llorar, sabiendo perfectamente que el descenso en la salud del humano era culpa de su presencia a su lado. 

 

–Gracias por estos días y por ser mi amigo, Tae – asintió en un intento de convencerse a sí mismo que estaba bien así, y aunque sabía que realmente era lo correcto, algo le llamaba a quedarse a su lado pero no debía, si seguía allí, era muy posible que ese niño de sonrisa bonita dejara de sonreír para siempre. Aunque le doliera tener que alejarse, prefería proteger esa sonrisa y con ese pensamiento desapareció por el pasillo, con cada paso lejos, el estado de Taehyung mejorando rápidamente.

 

A la mañana siguiente Taehyung despertó solo en la cama y con una sensación molesta en la cara por la máscara, la cual sacó y sobó su nariz, su vista se alzó hacia el portasueros viendo otra bolsa plástica que anoche no estaba ahí y se preguntó qué había pasado, luego cambiando su mirada hacia la puerta por el estruendo en el pasillo y dió un pequeño salto en el lugar cuando la puerta fue bruscamente abierta, entrando sus padres asustados, quienes venían a toda a prisa junto al doctor y dos enfermeras. Estos quedaron pasmados al verle sentado en la cama y a punto de bajar de esta, tal como si anoche nada hubiera ocurrido. El señor de bata blanca se apresuró a hacerle una nueva revisión como las veces anteriores, quitando sus espejuelos con total sorpresa y volteándose hacia los padres les dijo que estaba en perfectas condiciones.

 

Su mamá se abalanzó a apretarlo entre llantos y palabras de alivio mientras que su padre los abrazó a ambos con lágrimas en los ojos, a la vez que, en el piso superior, desde la ventana, un Koo sonría con tristeza mientras pequeñas lágrimas se acumulaban en sus ojos al observar en su mano las dos pequeñas grullas, una perfectamente hecha y la otra algo aplastada, el único recuerdo que le quedaría de su primer amigo.

 

–Taehyungie ¿y este origami tan bonito? –preguntó su mamá tras de unos largos minutos recuperándose del susto, Tae llevó su vista hacia la almohada y esta vez no logró contener las lágrimas, sonriendo de forma corta hacia su mamá que le observaba nuevamente preocupada.

 

–Es un regalo de mi amigo Koo

 

 


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