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Magnamari por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Enjoy it!

Namari le caia bien: era inteligente, una cualidad poco apreciada en la aldea pache. Podia hablar con el casi como si fuera su igual, casi, porque en ese pueblo rascuache, no habia nadie que se le comparara.

A pesar de ser una niña, argumentaba sus propias opiniones y tenia coherencia entre lo que decia y hacia, cualidades muy apreciables, considero mirandolo con una sonrisa aprobatoria que ponia muy contento al otro.

Magna a veces no le decia nada, pero sus gestos y acciones hablaban mas que las palabras: le agradaba agradar, en especial a Magna; su amigo se le hacia el mas ejemplar de los varones que no eran viejitos, y puede que incluso entre esos.

-Ni tan niña. - musito Magna de repente. A veces le salian asi, frases que parecian mas una continuacion de lo que hablaba con si mismo en su cabeza. El roce de su dedo, por su hombro moreno y desnudo, si que era para el, por lo que resoplo.

-No soy ninguna niña. - se irgio orgulloso. Siempre, desde niño, habia tenido porte, maneras de aduto: eso fue lo primero que le llamo la atencion de el.

-He visto como te has ido poniendo mas bueno - y alto, considero - … aunque no a detalle…

Que lo estaba haciendo ahora a detalle constaba en sus ojos dorados, como los propios, lo primero que le atrajo de el: eran ojos muy similares a los suyos, capaces de demostrar deseo, ira, odio, ternura… aunque esto ultimo solo se lo dedicaran a sus espiritus acompañantes.

Namari se acomodo, complacido, para que lo mirara. Con el tiempo, llegaria a saber que adoptaba una pose aun mas sexy, pues una belleza candente como el era sexy hasta sonandose los mocos.

Los tirantes de su camisetita gastada, ombliguera ahora que habia crecido, lucian sobre sus hombros torneados, como los de una escultura del museo, solo que del color del desierto en vez de del marmol. La gargantilla de plastico arcoiris lucia como si fuera de diamantes, Namari tenia un garbo… casi como el suyo.

Su pecho tambien estaba casi tan bueno como el suyo, claro que el de el era de turra; los pezones se le notaban aunque no estuviera excitado, en virtud a que habia desarrollado una mini tetita de puro buena; sus familiares la jodian por que se la tapara, pero cuando le arranco las mangas a una camisa nueva que le habian comprado, como las de Thalim, le dieron una zurra y la dejaron por la paz.

A Namari le gustaba la admiracion que ahora provocaba en los semes; se le quedaban viendo; los del pueblo, los de la ciudad. Llamaba la atencion y era obvio que les gustaba lo que veian: un gringo, de hecho, le habia hecho una proposicion cochina… o eso pensaba.

Se llevo el dedo a los labios, con suavidad, como habia notado que a los hombres les gustaba. A los hombres les gustaba cuando tocaba su propio cuerpo.

-¿Sabes? Todavia no he dado mi primer beso.

Magna se le quedo viendo con un gesto inescrutable. Namari lo miro con su carita inocente, pero frunciendo un poco los labios.

Magna se inclino sobre el y le dio un beso.

-Ahora ya. - le dijo.

-¿Eso fue un beso? - su voz se oia algo decepcionada - Esperaba algo mas…

-¿Como esto? - pregunto Magna, antes de posar sus labios para uno mas atascado.

Namari abrio los ojitos con sorpresa, entrecerrandolos luego con deleite: si, eso se le figuraba mas un beso, ese acto placentero, romantico. Magna incluso le toco la barbilla, le hizo abrir la boca y se hecho un poco para atras, mirandolo como un buho antes de ir por su presa. Puso su lengua en su boca, y, aunque pudiera sonar repugnante, con Magna no lo era. La lengua de alguien mas en su boca, de Magna, se sentia bien. Mas que bien, considero con un gemido, abrazandosele, cuando el hizo que experimentara algo muy placentero en el paladar.

Magna sentia algo alzarse en su interior, un deseo parecido al feral de la caza, pero esta vez contra Namari. Queria dominar a la turra y hacer todo lo que el cuerpo le pidiera. Pero eran miembros de la tribu pache. Eso lo detuvo.

-Besas bien… - sus deditos le acariciaban la cara y su rostro le decia que aun no se acababa de creer lo que acababa de vivir, y solo habia sido un beso. Esperaba una respuesta. Magna gruño - ¿Como le haces? - Magna gruño mas fuerte. Namari sonrio - Asi que es verdad lo que dicen, que te besabas con el Silver.

Magna se aparto, molesto.

-Kyaaa! - exclamo Namari. La imagen mental de esos dos besandose era casi tan buena como el beso - ¿Y que mas hacias con el? - le pico las costillas - ¿Te acostabas con el?

-No… - ninguno de los dos habia cedido a ser el uke.

-Pero si te has acostado con alguien.

Magna lo miro feo.

-No.

-¡No!? - exclamo Namari - ¡Pero si eres mas viejo que yo! ¡Y seme!

-Igual no soy tan viejo. - de todo, el atentado a su juventud era lo que mas ofendia a Magna.

-Oye, ¿y si nos damos un faje?- Namari no sabia bien ni que estaba pidiendo, pero lo queria.

El gesto de Magna se suavizo. Era poco mayor que Namari, asi que su cuerpo aun no terminaba de arreciarse.

-Si, un faje estaria bien.

Namari esperaba que lo hubiera hecho con Silver para que supiera hacerselo bien. Lo jalo y el se sento sobre sus rodillas, de frente a el. Las manos sobre sus caderas se sentian bien, el las puso sobre su pecho, fuerte y masculino, descubierto, pues Magna estaba orgulloso de su raza y usaba la vestimenta tipica de ellos, mientras no se le viera mal: y como por ningun motivo iba a usar un chalequito crop top, pues andaba topless de tiempo completo, basicamente.

-Eres precioso. - verlo en ese nuevo angulo, con su pelo en crecimiento tapandole un poquito un ojo, lo hacia darse cuenta de cuanto.

Halagado, Namari se remolineo; llevaba un short que el mismo se habia hecho con un pantalon viejo, sus encantos eran contundentes.

-¿Y que hacemos? - le pregunto alegre.

-Fajar. - le dijo, metiendo la mano bajo su camiseta, en la espalda, tocando esa piel desnuda, no estorbada por el corpiño que le habian querido poner, mas no pagar, sus tutores.

Namari tambien se daba gusto tentando lo que solo habia podido ver; el si habia prestado mas atencion al desarrollo de Magna, era un seme cada vez mas grande y fuerte, atractivo. Como aparentemente la cosa iba de darle gusto al cuerpo pues se lo dio, pensando en si buscar otro beso cuando Magna le beso pero el cuello, sorprendiendose de lo agradable de la sensacion, del entusiasmo y calorcito que le hacia sentir. Se lo ofrecio, agarrandole la cabeza, los cuernos, para poder apretarlo mas contra si.

Magna lo agarro de las caderas-nalgas y lo apreto mas tambien, dejandole sentir que al igual que el, estaba duro. Los dos, a traves de la ropa, frotaban sus respectivas vergas, entusiasmandose Namari ante el tamaño de la de Magna, no pudiendoselo creer; debia llevar algo mas ahi abajo, otro cuerno de adorno o algo.Mordio su cuello ante su gemido, provocado por el toque de su mano al rodear aquel objeto, apretando y recorriendo: si, era solo la verga de Magna, erguida.

Magna gruño. Evidentemente, sus familiares no le habian dado a Namari La charla turra, en la que se estipulaba que si el seme te pedia la prueba antes de la compra, debias darle algo asi como una degustacion de olor, nada de la cintura para abajo.

O, si se la habian dado, su rebelde amigo iba a hacer exactamente lo que quisiera. Eso estaba bien, ellos no eran como los otros. Podian tocarse lo que quisieran, cuanto quisieran.

Intento meter la mano por debajo del short de Namari, por la cintura, pero no daba. Por debajo, la tela ya desgarrada crujio y se deshilacho mas; una punzada de culpa lo atraveso, no podia estarle rompiendo la ropa. Asi que separo un poco su cadera y le abrio la bragueta.

Namari, que se habia quedado un poco molesto al verse interrumpido, hizo brillar sus ojos al ver que el le hacia, y lo imito: por supuesto que queria acariciar esa polla enorme, verla… besarla, ahora que ya estaba viendo y acariciando. Se mordia los labios de lado en un gesto tentador, mirando, dudando; Magna no se atrevia a pedirselo…

Sabiendo que su amigo no se lo tomaria a mal, Namari se inclino a darle un besito con un movimiento rapido, como de serpiente que pica, enderezandose de nuevo y volviendose a sentar mas cerca del regazo de Magna.

El seme, quien sintio que se derretia con aquel contacto, lo miro determinado a no aceptar una negativa.

-Chupa. - le ordeno.

-¿Como? - pregunto Namari, que no entendia bien de que iba

-Ponlo en tu boca y chupa.

El asombro se convirtio en deseo frente a sus ojos, y de inmediato lo obedecio. Apoyo la mano en su cabeza, solo para tocarle el pelo, solo para reforzar su sensacion de dominio, y la turra se escurrio entre sus piernas. quedo sentada de borreguito en el suelo, apoyada en uno de sus muslos, mirando esa enorme cosa que masajeaba con su manita, abriendo la boca y acercandola, sacando la lengua para lamer aquella rica paleta, paletota, que sabia mejor que cualquier helado y estaba caliente.

Magna lo miro fascinado: esa era la imagen mas erotica que habia tenido en su vida; el labio inferior de Namari, donde se habia pegado a su polla, habia quedado brillante, y luego el lo lamio, mirandolo con travesura antes de volver a lamer, dandose gusto al recorrer con su lengua ese duro pedazo de carne, degustandolo todo, pensando si le cabria en la boca, parecia muy grande…

A primera instancia, no parecia que fuera a ser capaz de capturar mas que la punta, la cual chupo y masajeo con sus labios, justo sobre la division que hacia con el tronco. Magna jadeo y le empujo la cabeza.

-¡Hasta el fondo, puta!

Namari se arqueo y tuvo que hacer un exfuerzo para no morderlo. Se separaron abruptamente, entre toses y manotazos de parte de Namari.

-¡Oye, a mi no me trates asi!

-Lo siento… lo vi en una pelicula y…

-¡¿Hay peliculas de esto!? - nuevamente, Namari estaba con los ojos muy abiertos y jubilosos.

-Si.

-¡Genial! Quiero ver una.

-¿No preferirias seguir chupando mi polla? - le pidio haciendo un gesto lindo.

-Jummm… - si fuera por Magna, lo castigaba. Pero su polla, ¿que culpa tenia?

Se volvio a acomodar entre sus piernas, pasando los brazos sobre sus muslos. Abrio mas la boca, como habia visto hacer a vibi, y se comio a su presa grande, grandota, exquisita. Le llevo algunos intentos, algunos movimientos de cuello, pero consiguio comersela toda. No era facil, asi que no pudo sostener demasiado tiempo el movimiento, pero al sacarla de su boca, toda chorreante de fluidos, la sobo y la lamio, mirandola de cerca, volviendola a  besar.

Aquello ya habia pasado de un faje, pero ni Namari ni el querian dejar de hacer lo que estaban haciendo, lo sabia, lo conocia; chupaba su punta, su mitad, frotaba; era exquisito de ver, y de sentir; lo unico que lamentaba era ser tan pasivo, no poder darle a Namari el mismo placer, aunque no estaba seguro de que las turras sintieran tanto por la polla.

-Ponlo, ponlo en tu boca… - le pidio cuando el placer se volvio tan grande que no soportaba mas interrupciones en el ritmo: se agarro el mismo la base y se la froto, dejando que Namari le chupara solo la puntita, pero su movimiento era erratico y fuerte y Namari temio que le pegara en la cara, por lo que lo dejo, pero se quedo muy cerca, mirando como Magna se la jalaba, lo roja, grande y constipada que se veia, brillante, como las gotas de sudor en el rostro de Magna, en sus ojos mirandolo, abriendo la boquita asompbrado al ver saltar por vez primera el chorro blanco en ese angulo, el chorro de alguien mas, cayendo sobre su cara.

Se la toco, embarrandose ese fluido caliente, oloroso, se relamio para probar la que escurria por sus labios y Magna le hecho mas aun, en medio de unos gruñidos guturales que lo volvian aun mas excitante.

-Ahora si vamos a fajar. - le dijo con una voz muy excitante, arrancandole los shorts junto con los calzones, la camisetita, y yendose sobre el con un hambre; era como un ataque pero no era un ataque, era violento pero cuidadoso, no eran golpes si no caricias, lamidas en su rostro, ayudandolo a limpiarse. Namari entendio que Magna no habia tenido lo suficiente de el, y se alegro, pues el tampoco del seme, ya lo habia tocado mucho, ya lo habia tocado donde nadie lo habia tocado y aun asi queria tocarlo mas; el contacto, la friccion, las ganas de mas, crecian: era tan agradable estar asi, entre besos, tanto rapidos y entrecortados como succiones profundas, entre caricias urgentes pero cuidadosas, sobadas firmes que le dejaban sentir cuanto le gustaba a el tocarlo, y a Magna tambien. Era muy agradable eso de fajar, y pronto, los dedos de Magna se fueron entre sus nalgas, pero esta vez no fueron al paso sino que profundizaron el toque.

Sabia que por ahi se lo metian y se tenian los bebes, si tocarlo era parte del faje genial, el mismo ya lo habia tocado por fuera, por dentro; el dedo de Magna, mucho mayor que el suyo, era mas excitante. Namari gimio y se arqueo debajo de el.

-Ah, si, sí! - gimio con entusiasmo, pues Magna alcanzaba mejor que el ese punto en su interior que le daba tanto placer.

-Si?! - gruño Magna, medio enternecido, haciendose pendejo para tomar aquello como un consentimiento a todo.

Estaba resultandole mucho mas excitante tocar a una turra de lo que penso, estaba casi fuera de si sobre ella, y eso no le gustaba… La turra tenia poder sobre el, pero era Namari, asi que estaba bien.

Volvio a besarla en la boca, era deliciosa; tomar su boca, su aliento, se sentia tan bien. ¿Ese era el instinto animal que llevaba a un seme con una turra? ¿El apareamiento? Era poderoso y atemorizante, agradable; no podia disfrutar mas de lo que hacia el pasar su mano por el flanco de Namari, sintiendo ese cuerpo joven y calido, esa piel tan suave y formas redondeadas de turra. Era exquisito y casi gemia de desesperacion en su boca, besandolo, penetrando violentamente su culo con un dedo, sintiendo como chapoteaba en ese tunel resbaloso… Se dio un momento para disfrutarlo, concentrandose en el, deteniendo los besos que Namari siguio por su cuello, las caricias, que Namari siguio por su espalda; solo aquella presion en torno a su dedo, ese calor, esa suavidad: el culo de una turra era mejor que cuanto pudiera haber en el mundo. Y eso que todavia no lo probaba con su polla.

Estaba duro de nuevo. Nervioso ante la inminencia de metersela a una turra, no queria decepcionar a Namari. Esta, que ni siquiera sabia lo que le esperaba, se le quedo mirando cuando se incorporo: se veia hermoso, y en sus ojos almendrados, de turra, se veia que a el tambien le gustaba, que confiaba en el.

Asi que agarro valor bajando en picada sobre su pecho, probando esa tetita que podia comerse de un bocado, bocadito delicioso chupado en su boca, en lo que con la palma sobaba la otra. ¿Era su imaginacion o ambas tetitas estaban mas grandes? Vio la que habia dejado mojada de saliva, vio la otra, se enternecio ante lo que miraba y no pudo si no comersela, incapaz de racionalizar, solo de sentir.

Chupaba una y otra, lamiendo sus pezones, momentaneamente olvidado de lo que queria hacer, dandose un festin con los pechitos de Namari. En algun momento subio ambas manos, agarrando las dos pequeñas tetas y masajeandolas, mirando embelesado a su compañero, pero de un modo dominante.

Namari, que por primera vez recibia esa mirada de aqui te tengo, aqui te hecho, estaba suamante excitado, ansioso: no sabia bien que vendria, pero queria que llegara ya; la desazon en su culito al verse abandonado era enorme, tuvo qe llenar el vacio con sus propios dedos, dos, que juntos eran un poco mas anchos que el dedo de Magna.

Cuando se dio cuenta de que Namari se dedeaba, sonrio: si que le habia gustado, pues ahora le gustaria mas. Agarro su mano y la aparto, como diciendo aqui se hace lo que yo digo, chupo sus dedos y deslizo su polla contra la de Namari, dandole un buen repegon y comparando tamaños, luego, azoto con unos cuantos golpecitos de su polla dura el bajo vientre sensual y redondeado de Namari, solo porque se le antojo, porque se veia bien, y luego lo tomo de los muslos,  se los empujo contra el cuerpo, abriendolos para quedar en medio, y guio su dura verga adelante, rozando en medio de sus nalgas, buscando el hoyito, pero no podia encontrarlo.

Maldiciendo, le solto una pierna, que el otro bajo, doblandola, apoyando el pie en el colchon, para mantenerlas separadas, mirando con ojos curiosos a Magna, un dedito indice muy cerca de sus labios.

Magna agarro su tronco, dirigio con firmeza hacia donde habia sentido el fruncidito, verifico con un deslizamiento que le arranco un gemido por lo inesperadamente placentero,  y luego empujo adelante con fuerza, desde sus caderas y sosteniendo con su mano. Vio los ojos de Namari abrirse como en camara lenta, su boquita tambien, en un quejido entre sabroso y dolido. De aquel primer impulso, logro meter de golpe mas de la mitad, pero el cuerpo de Namari se contrajo mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.

-Duele. - le dijo.

-¿Pero te gusta?

Se lo penso un momento, sintiendolo.

-Si.

-Flojita y cooperando.

-¿Que?

-Eso dicen.

-Ah… - Magna empujo y algo mas entro - Es muy grande Magna, no va a caber.

Era la primera vez que oia esas palabras, y si bien por mucho que se repitieran no perdian calidad, halago, aquella primera vez lo hizo dudar. Miro abajo, entre sus cuerpos, y empujo mas.

-Si cabe. - dijo, considerando que se veia muy bien la invasion desproporcionada de su verga en su culito.

Vio como entraba mas, y mas, entre los quejiditos de Namari, hasta que finalmente su pubis, con el vellito incipiente que le salia ahi, quedo pegado a la suave piel detras de las bolitas lampiñas de Namari, luego, con un movimiento de el, quedaron pegadas a su pubis, calidas y suavecitas, como el abrazo que sentia en toda su verga.

Agradecido, alzo los ojos para mirar a su amigo: no debia ser tan placentero todavia para el, considero al ver su carita compungida, con pistas en la expresion de la boca de que le gustaba. Sonrio enternecido; a el le tocaba hacer que le gustara.

-Eres increible, Namari. - comenzo con un halago, que de hecho era una verdad.

Las comisuras de su boca se arquearon, lo mismo que su sensual torso.

-¿Si? - pregunto complacido.

-Si. Increible. Te sientes mejor que nada en la puta vida.

-Tu verga tambien me gusta, aunque es muy grande.

-Entre mas grande, mejor. - le dijo cerrando un ojito, compungido tambien pues no creia poder aguantar estatico mas rato, Agarro con firmeza a Namari y hecho atras la cadera.

Namari gimio, parecia que iba a sacarselo, pero aunque queria en realidad no, preferia seguir teniendolo ahi aunque doliera, al fin que solo era un poco, y en cambio habia un gran calor en tener esa cosota dura y caliente, esa carne tan recia en el interior.

Un sonoro gemido escapo de sus labios cuando Magna volvió a metérsela; la sensación hacia dentro era mas agradable, sin duda. Un fuerte gemido, su mano pegando en su espalda, su cuerpo tensándose todo en un espasmo de placer-dolor.

Magna lo invadia, era como comenzar a cabalgar; ese vaivén, ese ritmo… incluso su pelo se movia como si fuera cabalgando, al abundante cabello de su amigo. Tomo un mechon en su mano, jalándolo como la crin de un caballo, disfrutando de ese ritmo que aceleraba muy rápido, y por eso mismo haciéndoselo pagar; no lo dejaba adaptarse a una velocidad cuando ya estaba en la siguiente, los forzaba a su culito y a el.

Por eso gimio adolorido, por eso le pego un mordisco en el cuello, que el otro disfruto. La feralidad que sentia sobre Namari lo espantaba, lo fascinaba, lo llevaba sobre ella; no podía resistirse, no podría ir mas lento aunque quisiera. Mas rápido si que quería, aunque los musculos estaban acalambrándosele; pero ningún dolor importaba a cambio del placer de estar adentro de la turra. Ese era delicioso, le hacia flaquear, le hacia mantenerse capaz de llevar el acelerado vaivén en el túnel, ese túnel calido y resbaloso que apretaba toda su verga, le daba atención a toda su longitud, su anchura: no habia milímetro cuadrado de su miembro que no recibiera el mismo placentero trato.

Eso era increíble, eso era algo que no habia logrado con nada, ni con la boca, era…

-Lo que… mas me gusta… de la vida! – exclamo, dejándose ir en su tunelito apretado.

Sintio su semen surgir ahí, entre gemidos, sin dejar de moverse, vaciándose ahí, disfrutándolo tanto, tanto, continuando por los gritos de Namari, por su mirada, que le decía que estaba experimentando lo mismo que el, que se iba a morir pero ni por eso quería parar.

Cuando se detuvo estaba consternado, asombrado por el placer que habia experimentado. El cuerpo calido y tembloroso de Namari estaba entrelazado al de el, demostrándole que habia sido real; si lo habia compartido con otra persona, habia sido real.

Todavia estaban sudados, enlazados. Todavia estaban besándose. Los cabellos de su amigo eran mas suaves que nunca entre sus dedos, y entendio porque estaba hecho asi. Las ganas de repetirlo lo acuciaban, y la delicia del cuerpo de Namari le aseguraba que seria posible pronto.

 

***

 

Tres intensos coitos después estaban agotados. Magna habia sufrido calambres y la sensación de que iba a estallarle el corazón por el exfuerzo, a Namari le dolería mas su culito después.

Magna se incorporo. Namari se ladeo y flexiono la pierna, para descansar de haber sido planchado en ese ultimo vigoroso encuentro.

-Ya no me sale nada. – dijo Magna, exprimiendo su polla aun dura.

-A mi si. – sonrio Namari, corroborando con sus deditos que era aquello que sentia correr por lo mas álgido de su nalga.

 

Fin

Notas finales:

Slán!


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