Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Omegaverse + Zombies por Yatoxx

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

De momento está clasificado cm +16 pero dependiendo el panorama puede que cambie a +18

Notas del capitulo:

Hola a todos, espero guste esta aventurada historia.

Algunas aclaraciones, cuando se refiere a perros, siempre habla de alfas zombies controlados por los omegas/salvajes. 

Sin más que decir a leer. Ojalá lo disfruten.

Hace ya varios años que el mundo se dividió en cuatro. A causa de una pandemia. 

Las naciones y la humanidad cuál eran conocidas se vinieron abajo, por culpa de los infectados, zombies para ser más concisos. Luego de años de guerra y supervivencia el planeta quedó desconectado y acabado.

Y en este panorama apocalíptico es donde todo comienza. En dónde solo se puede vivir de 4 maneras, por un lado los alfas edificaron toda una ciudad, conocida como la ciudad que no duerme, bordeada de muros y luces, llena de tecnología y armamento, dónde sus ciudadanos solo son científicos o soldados, el resto de habitantes son esclavos, los betas son obligados a trabajar para que los alfas puedan vivir con comodidades y los omegas son adoctrinados desde pequeños para ser los perfectos esposos, en si a estos últimos los hacen vivir en una burbuja, sin vida social más que la de cuidar del hogar y los niños.

Luego está la sociedad regida por omegas, dónde solo aceptan a omegas, MATER, dónde gobiernan las tres grandes matriarcas, muros de rocas y cadáveres de infectados delimitan su territorio. Ellos desarrollaron otra forma de sobrevivir en tal mundo hostil, una más salvaje y sangrienta, utilizando alfas infectados como perros de cacería. La ciudad que nunca duerme, denomina a esos omegas como salvajes.

 Por lo cual, no es de sorprender que ambas sociedades se desprecien. O al menos eso es lo que siempre me han enseñado, las otras dos formas de vivir es fuera de estás civilizaciones, sobreviviendo como puedas, se les conoce como los de afuera. Creo que son quienes más vulnerables se encuentran, ya que no pertenecen a ningún lugar y se deben cuidar no solo de los infectados, pero en sí son quienes más libertad de pensamiento tienen, o eso supongo claro. Por último, están los zombies, obvio que no son un grupo como tal, pero ahí están, por desgracia.

-Bitácora número 25, estamos más o menos unos 15 metros al sur de la base Cunningham, he enviado de vuelta a la mitad de mi equipo con municiones encontradas en medio de la misión, creo firmemente que ya dimos con el paradero de la quinta esposa de...

-Ya deja eso, los altos mandos ni siquiera escuchan las grabaciones.

Fui interrumpido por mi compañera de equipo, más bien subordinada. Katrina, una alfa rubia de unos 22 años, una muy ruda soldado.

-La próxima mantente callada, lo escuchen o no para mí es terapéutico y me ayuda a llenar los informes una vez vuelva.-Conteste con un leve tono autoritario, que fuéramos amigos no quitaba el hecho de que en esos momentos fuera su jefe.

-Si, señor.-Había cierto tono sarcástico en su voz pero no había cerca ningún otro subordinado asi que se lo dejé pasar.-¿En serio creés qué esa rata esté por aquí?. Me sorprendería encontrarla viva, ya paso más de una semana, si no está infectada sería un milagro.

-Por favor, no hables así, es solo una omega asustada.-Corregí.

La quinta esposa del comandante Cunningham, era una niña de tan solo 12 años, obligada a casarse con un anciano de 59 años, huyó luego de la luna de miel, no había quien pudiera culparla, eso es lo que yo pensaba, pero en nuestra sociedad los omegas no eran más que una propiedad, escapar era algo inaudito. No compartía esos valores, pero no podía negarme a la misión encargada por el comandante, aún si yo era hijo de uno de los 7 comandantes que gobernaban nuestra ciudad.

-¡La tene... Refuerzos, los salvajes están aquí!.-Se escucho desde la radio de Katra. 

Nos dirigimos una rápida mirada antes de tomar nuestras armas y correr a auxiliarlos.

-¡Connor ven con nosotros!.-Grite en dirección al soldado que estaba encargándose de la fogata.

Éramos un pelotón de 12 pero había mandado a la mitad de vuelta a la base, por lo que ahora solo éramos 6 y tres de mis hombres estaban junto al objetivo, pero en pleno ataque.

Sin dudar nos adentramos a las ruinas de ese viejo edificio, lo único que quedaba de la antigua civilización eran edificaciones vacías, dónde la naturaleza se las iba comiendo poco a poco.

Pronto escuchamos el ruido de gruñidos y graznidos que solo los infectados emitían, junto la balacera de fondo.

Eso era mala idea, salvajes cerca solo podían significar dos cosas, buscaban comida o cerca había infectados. Por lo cual tanto ruido podría atraer una horda.

-¡Disparen lo menos posible!.-Dicte antes de dar la orden de avanzar.

Se encontraban rodeados por tres salvajes y cada uno de ellos comandaba seis "perros". Los perros eran zombies, zombies que antes fueron alfas.

-¡MALDITOOOOS!.-Grito Connor disparando como loco al ver atado a una de las cadenas a su hermano menor, quien había desaparecido hace ya dos meses.

Y con eso todo se fue al diablo, más salvajes aparecieron, pero acabamos vividos cuando efectivamente como predije más infectados foráneos aparecieron. No sé dónde diablos termine, la misión se había estropeado por completo, encontré refugio en otro edificio, mucho más en ruinas pero desierto por lo que veía. Estaba apunto de prender la radio para saber la locación de alguno de mis camaradas cuando escuché un llanto. Con machete en mano me aproximé y dí increíblemente con Samantha Cunningham, pero presentaba una mordida en su muñeca izquierda. Habíamos fallado. 

Me miró aterrada y retrocedió chocando su espalda contra la pared.

-¡POR FAVOR NO ME MA...

Fue chocante y sordido, un "perro" salto desde un hueco en el techo directo a su cara, la desgarró de una sola mordida, luego le siguió otro y un último. Tres "perros" devoraban el cuerpo de la niña, por suerte uno de ellos atacó la yugular evitando su sufrimiento.

Esos perros poseían un arnés en sus pechos formados por cadenas y candados, pero las cadenas que servían de correas no conectaban a ningún salvaje, era raro que estos los dejarán sueltos. Sin embargo, no iba a arriesgarme, su dueño podría estar cerca. Retrocedí con lentitud, sin sacarles la vista de encima, entonces mi radio sonó, madecí internamente antes de matar al primer perro que se me abalanzó, con los dos siguientes me fue imposible no utilizar mi arma para deshacerme de ellos. Creí estar seguro entonces pero desde la espalda sentí una fuerte patada que me tumbó en el suelo. El salvaje me había emboscado desde el techo.

Ya los conocía, sus vestimentas suelen ser oscuras, cubren todo su cuerpo a excepción de la cabeza, pero lo más característico es que están cubiertos de sangre y viceras de infectados, se impregnan en su olor para no ser atacados, en realidad, es algo más que eso. Ya que cuando hicimos los mismos experimentos nunca nos dieron los mismos resultados, pero ese no era el problema aquí.

Me había quedado sin balas, solo cargaba con mi machete y él con un hacha.

-¿Qué te parece un mano a mano?.-Ni siquiera sabía si podía entenderme, nunca había tenido a uno tan cerca.

Se suponía que era un Omega pero era más alto y fornido que los que conocía, tal vez por su estilo de vida no se parecían a los de la base de la ciudad.

-¿Es qué no entiendes mi idioma?.-Pregunté dudoso a lo que él sonrió, sus dientes sobresalieron, todos filosos.

Qué diablos les pasaba, realmente parecían bestias.

-¿Te doy miedo?.-Y ante su pregunta me asombré, en especial cuando retiro su dentadura.

Esos no eran sus dientes, usaba una dentadura postiza, entonces los cuentos de que arrancaban los dientes de los alfas parecía ser cierto. Su sonrisa ahora era normal, de hecho se veía muy sana.

-No. ¿Y yo a tí?.-Ninguno de los dos se encontraba relajado, pero no parecía que ninguno estuviera preparado a dar el primer golpe.

-No. Hueles bien.

-Lamento no poder decir lo mismo.-Esto le quitó un risa.

-Me refiero a las feromonas.-Dicho esto hizo algo de lo más atrevido, soltó su aroma como un animal, eso era algo tan poco ético.

-Ahora si puedo olerte.-No sabía muy bien como reaccionar. Olía demasiado bien pero era raro, nunca había sentido una feromona así de fuerte.

-Bien, ¿entonces?.-Eso no podía estar pasando.

-Te... ¿Tratas de?.-Pregunté dudoso.

-Si. Hablo de sexo.-Tan directo, totalmente diferente a los omegas que conocía.

-No.

Estaba confundido, totalmente confundido.

-Es una pena.-Y ahí su aire sensual se esfumó, levanto su hacha y fue directo por mi cabeza.

Diría que por pura suerte me salve, era rápido y volátil. ¿Cómo podía moverse tan rápido con ese tipo de arma?.

-¡Alto!, ¡Tregua!, ¡Busco la paz!.-Pedí logrando detener su ataque.

-¿La paz?. ¿A qué te refieres?.

-Soy hijo de uno de los monarcas de mi civilización, firmemente creo que sí unieramos fuerzas podríamos acabar con la plaga.-Dije rápidamente.

Nunca antes había hablado con un salvaje pues siempre se comportaban como animales, nunca había escuchado a uno hablar pero ciertamente creía en mis palabras, con la información que ellos poseían de controlar a los infectados más nuestra tecnología, podríamos buscar la manera de exterminar exitosamente a la plaga para devolver el orden mundial, tal vez era una visión muy idealista pero podría no ser imposible.

Sin embargo, su reacción fue reírse en mi cara.

-¿Por qué creería eso?. A ustedes solo les gusta subyugar omegas, no nos ven como iguales, por lo cual la unión no haría la fuerza, solo la diferencia.-Contestó rápidamente dejándome anonadado.

No creía que podían utilizar un lenguaje tan sofisticado, era imposible de creer basándose en su apariencia y formas tan pocos ortodoxas de sobrevivir.

-¿Puedes razonar?.

-¿Estás buscando qué me ofenda?.

-No, para nada, es solo que siempre los escuché gritando, nunca emiten palabra alguna.

Otra risa burlona salió de su boca.

-Ese es el punto, actuar como los salvajes que somos.-Tal parecía que ellos sabían como nosotros los juzgabamos y lo utilizaban a su favor.

-¿Y por qué me lo dices?.

-Porque no es como si fuera algo que ocultar.-Respondió sin más.

-Bueno... En fin, ¿puedo insistir con mi punto?.

Esta podía ser una oportunidad única en mi vida, parecía un hombre en lo que cabe razonable. Éramos mentes jóvenes, flexibles, podría intentar persuadirlo para que al menos comprendiera mi visión.

-Si me llevarás con los tuyos, a MATER, para hablar con una de las grandes matriarcas podría tal vez llegar a un acuerdo de paz.

-¿Y cómo un don nadie lograría eso?. Eres un simple peón como para pensar siquiera en hablar con las matriarcas.-Su tono se volvió duro y severo.

-Yo no diría un don nadie, soy hijo de uno de los 7 comandantes, el solo hecho de negociar mi rescate les daría ventaja.-Estaba arriesgando mi propio pellejo, pero valía la pena el tan solo intentarlo.

-Pruebalo.

-Jeremy Jhonson, hijo del quinto comandante Jonathan Jhonson, actualmente 19 años, jefe de la brigada J15 y llevo conmigo una foto de mi padre.-Creí que algo de eso serviría pero no fue para nada así.

-Eso no demuestra absolutamente nada, puedes estar simplemente mintiendo o lo que sea, ya que yo no conozco la cara de ninguno de sus comandantes.-Contesto con escepticismo.

-Bien, es cierto.-En ese momento mi radio volvió a sonar, tal parecía que me estaban buscando.

-Katra, Connor.-Respondí y mi contrincante se abalanzó para atacarme. Lo esquivé y levanté mis manos en señal de tregua.

Luego cuidadosamente volví a llevar una mano a la radio, todo bajo esa atenta y penetrante mirada azul marino.

-Chicos, ¿quién es mi padre?.-Pregunté con precaución, a través del aparato.

"¿Qué?", "¿De qué hablas?", "Estamos perdiendo a Aarón, solo dinos dónde estás". Sus voces sonaban agitadas, se mezclaban unas con otras, eso me alarmó, yo era el único paramédico que nos quedaba en el equipo.

-¿La herida es de gravedad?, ¿Dónde la ti...-Y el frío filo del hacha rozo mi cuello.-¿Quién es mi padre?.-Repetí, tragandome parte de mi moral, debía enfocarme en el objetivo que tenía enfrente de mí.

"¿Qué diablos?, ¿Qué clase de amnesia rara y selectiva te dió?. No es buen momento para una crisis de identidad, solo dinos dónde estás, nosotros nos encontramos en..."

-¡NO!.-Dictamine con severidad.

No iba a dejar que le dieran su locación al enemigo.

-¡Es una orden cadete, di quien es mi padre!.-Hubo silencio por un corto tiempo antes de que Katrina respondiera.

"¡Jonathan Jhonson, quinto comandante regente de la ciudad que nunca duerme, Señor!". Contesto dándome un leve alivio.

-Suerte chicos.-Dije en modo de despedida antes de apagar la radio sin dejarles tiempo ha responder.-¿Ahora me creés?.

-Emm, bien, lo haré.-Contesto y de la nada escuché el ruido de los gruñidos y graznidos.

¿En qué momento llamo a sus perros?. Dí media vuelta dispuesto a defenderme, a dar batalla y antes de darme cuenta un golpe a la cabeza desde la espalda me tumbó.

Notas finales:

Espero lo haya disfrutado, gustado o al menos llamado la atención, un Review siempre da ganas de escribir así que agradezco si se toman la molestia de hacerlo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).