Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No todas las desgracias tratan de mi. por dark kirito

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Magi the labirynth of Magic pertenece a Shinobu Ohtaka-sama. Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchísimas gracias a todos los que leen. Tiene tanto tiempo que no escribo que ya no recuerdo si así se escribe Ohtaka-sama XD siempre lo digo pero es distinto a verlo en letras (¿?). Sin más les dejo este pequeño one shot que hice con amor :D.

.

.

No todas las desgracias tratan de mi.

Malas experiencias, desgracias sin fin y una cara que aparece en el momento…

Judal x Aladdin (tan leve que es imperceptible XD)

 

.

.

Cuando enfrentas una situación de sufrimiento sin precedentes, ¿qué es peor? ¿Gritar hasta el cansancio o siquiera tener la fuerza para ello? El pequeño niño que ahora se desangra en la fría mesa de ritual no se lo pregunta. Intentó escapar un montón de veces pero las pesadas cadenas en tobillos y muñecas le recuerdan que no puede hacerlo. Los ojos le han quedado secos de tanto llorar luciendo únicamente unas pronunciadas ojeras, la garganta que emite un débil quejido arde como el infierno.

—¿Porqué…?

De todas las personas en el mundo tenía que ser él en quien se fijara Al Thamen.

—¿Porqué…?

Sus padres si es que los tuvo lo vendieron o abandonaron a un destino ingrato.

—¿Porqué?

Si se ha resignado a ser la marioneta más obediente del mundo para no sentir más dolor, realizan en su cuerpo experimentos como este en los que, incluso el más experimentado soldado vomitaría de tan solo mirar. Una punzada desgarradora le inunda, por un segundo creyó que el que se durmiesen un poco sus extremidades significaba que estaba pasando a mejor vida… no tiene tanta suerte. Sonríe amargamente y cierra los ojos rezando por no abrirlos nunca más.

—Mañana continuamos mi pequeño Judal, he tenido una idea fantástica.

Que ganas de escupirle a esa desgraciada pero quién sabe, en una de esas le dota de increíble energía mágica con la que pueda cristalizar su venganza.

—Ja… ja… ja… ¡JA, JA, JA!

En su estado la violenta risa le rompe dos fracturadas costillas, gotas saladas escapan de sus orbes pero no puede callar, ¿qué más podría hacer aquel indefenso ahora sí no llorar?

—¡JA, JA, JA!

Alguien sálveme, sáquenme de aquí, no importa quién sea, por favor… por… favor.

.

—Tchi.

Un joven de larguísimo cabello negro se reincorpora hasta tomar asiento en la cama. Vaya pesadilla… bueno fuera, aquel acontecimiento tuvo lugar en múltiples ocasiones y fue por mucho el más leve. Ahora que el mundo está en paz y es uno solo, donde todos son felices y sonríen como si el apocalipsis no hubiese llegado jamás le hace sentir enfermo. No quiere, no puede engañarse más. No sabe nada de Gyokuen, Al Thamen pasó a la historia y no tiene a quien definir como enemigo aunque no interesa, necesita sacar aquello que le carcome, quien sea. Sale de su habitación, la primera persona en quien se posen sus ojos será el elegido. No tarda en ver a la distancia a Aladdin, ese ex magi de estúpida sonrisa que plática con su candidato.

«—Ah si, tu enano que puedes tener esa expresión eres el tipo de persona que más odio. No has tenido dificultades, incluso cuando te dictaron un destino lo arreglaste de la mejor manera, fuiste bendecido, incluso tu padre es el Dios de este mundo, ¿quién si no tu que todo lo has tenido? ¿Qué cara pondrá el inútil de Alibaba cuando le salpique tu sangre?»

Si, a esa distancia era fácil lanzarle una estaca de hielo, definitivamente sería imposible de evadir pero ansiaba oír su último alarido, ver la impotencia del dueño de Amón e incluso sentir el tibio líquido escarlata que pronto perdería temperatura.

«—Tan ingenuo, tan incauto… adiós enano, que tú muerte dé paso a una nueva guerra y al caos.»

Si por ello se echaba al mundo encima bienvenido fuera. Se acercó a paso veloz pero silencioso a la vez que materializaba una estaca de hielo en la mano, del tamaño de una daga pequeña pero filosa al grado de lo grotesco, tanto así que de solo sostenerla ya le provocaba un par de cortaduras. A unos metros inspiró profundo y llegó a su nariz un aroma dulzón que le hizo enfurecer y que claro, pertenece a la víctima. Alzó el brazo y lo dirigía a la espalda cuando un ave de color oscuro se interpuso en su camino, lo primero que pensó fue:

«—No es mía…»

Desconcertado su cerebro decidió trabajar con rapidez atroz. Ahí solo habían tres seres vivos, Alibaba queda descartado por imbécil y dado que no es suya solo quedaba… sonrió y propinó un potente coscorrón en el chico de cabello azulino que rápidamente giro en su dirección sosteniéndose la cabeza como si fuese a caer.

—¡¿Porqué lo hiciste Judal-kun?!

Era evidente el enojo en la expresión del atacado, seguramente le habría devuelto la ofensa… de estar en su naturaleza.

—A veces no te entiendo enano, eres raro.

—¡¿PERDÓN?!

Judal se dio la vuelta ignorándole por completo.

«—Así que tienes tus demonios Aladdin, como nunca te quejas y pones cara de estúpido se me olvida, seguramente hay secretos que no dejas ver a nadie, como yo.»

Al llegar al jardín principal cruzó los brazos por detrás de la nuca e hizo la sonrisa más hermosa y honesta que haya puesto en la vida, toda amargura voló lejos como si de polvo se tratase.

—¡JA, JA, JA, JA!

Se carcajeó como vil psicópata al haber tenido una gran revelación del universo.

—Así que no todas las desgracias tratan de mi, ¿eh? — apuntó a las nubes decidido — Tu, si, te hablo a ti, el dios de este mundo, Solomon o como carajos te llames… ja, ja, ja… jódete.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).