Ahí estás tú...
-Entonces, hoy es la cena. No faltes por favor Neji...- me pidió el rubio ruidoso, mientras se colgaba de mi cuello. Aspiré su aroma a ramen, fresas y probablemente a canela. Quise sonreír pero el se separó de mí y las ganas de sonreír se me quitaron. Pero sonreír es algo que viene y va, pues cuando me miró fijamente con ese par de orbes azules como el cielo, esbocé una pequeña sonrisa.
-¡Has sonreído dattebayo!- y volvió a abrazarme, después de unos segundos se separó y yo sentí frío.- Nos vemos más tarde, Neji-kun...- me dijo y se fue corriendo entre las atestadas calles de Konoha.
La aldea era un revuelo a esas horas, es más, era un revuelo desde que el menor de los Uchihas había decidido volver a la aldea.
Lo increíble del asunto es que nadie le odiaba. Al contrario, le admiraban por haber matado a Orochimaru, a un Akatsuki y a su propio hermano.
Como si asesinar fuera motivo de alegría. Traté de relajarme, dejar de pensar en esas cosas pero...estaba nervioso.
Sabía que en cuanto ese tipo decidiera volver, Naruto sería aún más imposible.
Por debajo de la mesa acaricio tu rodilla
y beso sorbo a sorbo tu mirada angelical
y respiro de tu boca esa flor de maravilla
las alondras del deseo
cantan, vuelan, vienen, van.
Llegué puntual a la famosísima cena en la mansión Uchiha. Lo vi. Me vió. El egocéntrico y frío Sasuke Uchiha me dirigió una gélida mirada. Yo se la devolví. Nunca me cayó bien. Jamás. Solo iba a la dichosa cena por que Naruto me había invitado...y a él nunca le rechazaría.
Entré y tomé asiento en la gran mesa, para más de 30 invitados. Todas las personas que conocía- y algunas que no- estaban allí, celebrando su regreso. Yo no lo celebraría, por que él es el dueño del corazón de la persona que amo.
Naruto. Que justamente toma asiento junto a mí y me dedica una hermosa sonrisa.
-Traes una cara de muerto dattebayo...- me comenta mientras me palmea la espalda.- ¡Alégrate Neji!- y de improviso, me deja un beso en la mejilla. Un beso que no desapareció a pesar de todo. Me sonrojé un poco, noté como alguien afilaba su mirada en mí.
¡Qué importaba! La persona que amo me acababa de prestar más atención que a cualquier otro en la dichosa cena, que en estos momentos estaban sirviendo. Sasuke estaba al frente de todos, a su lado Sakura, Ten-Ten, Ino, Hinata y las demás féminas de la fiesta.
Yo sonreí por lo bajo. La persona que el Uchiha más deseaba estuviera a su lado en ese momento era Naruto y Naruto estaba conmigo, entrelazando tiernamente sus dedos con los míos, por debajo del mantel.
-Naruto...- susurré, sorprendido, sonrojado... ¡de todo! Y él, solo se limitó a sonreírme cálidamente, mientras hacía más fuerte el agarre.
-Neji...tú siempre estuviste a mi lado-
Y con esas palabras, me dio a entender todo.
-Naruto...- me volteé hacia él y tomé entre mis dedos su mentón.- Estoy enamorado de ti. Tú me salvaste la oscuridad...-
-Y tú a mí...- me depositó un dulce beso sobre los labios.- Me salvaste de esa obsesión con mi mejor amigo...primero fue agradecimiento, luego...luego...fue amor. Siempre estuviste allí Neji...-
Le sonreí y unas cuantas lágrimas querían escapar de mis ojos.
Y me muero por llevarte
al rincón de mi guarida
en donde escondo un beso
con matiz de una ilusión
se nos va acabando el trago
sin saber qué es lo que hago
si contengo mis instintos
o jamás te dejo ir
Pero de pronto, toda la felicidad se vio afectada por el sonido de una copa de cristal rompiéndose contra la pared. El menor de los Uchiha nos veía, furioso.
-¡Largo de aquí!- gritó a todo pulmón, pero solo me señalaba a mí.- ¡Me has robado el amor de Naruto!-
Todos ya habían visto como Naruto me besaba, lo habían notado nervioso, sonrojado. Pero ninguno dijo nada. Kakashi sonreía por debajo de la máscara e Iruka sensei miraba reprobatoriamente a Sasuke.
-Tú fuiste el que lo perdió. Nadie te robo nada Sasuke-kun...- luego, nuestro ex sensei se dirigió a los demás.- Será mejor que nos vayamos. Alguien está pasado de copas...-
Y fue allí donde reparé en que Sasuke tenía más de 9 vasos vacíos alrededor. Quizá fue sake, quizá fue ron, que importa. Pero me llené de furia. Naruto aún no soltaba mi mano. Todos habían salido ya, excepto Lee que preocupado se quedo en la puerta. Le asentí como pude. Supuse que todo iba a ir bien, Lee también lo supuso y se retiró de la mansión Uchiha. Miré a Naruto.
-Espérame afuera.- le ordené y mi pequeño infló las mejillas, en un acto totalmente infantil y cautivador.
-¡No dattebayo! ¡Sasuke no puede impedir que sea feliz! ¡Sufrí mucho por él y mi felicidad está aquí!- Naruto se abrazó y hundió su rostro en mi pecho.- Tú nunca me abandonaras, ni me lastimaras...sé que tú nunca intentarás matarme...-
El Uchiha bufó enojado.
-¡Sabes por que lo hice Naruto! ¡Yo te amo y jamás deje de hacerlo! ¡Y tú nunca has dejado de amarme!-
Desvié mi mirada dolido y agaché mi cabeza en cuanto el agarre que Naruto mantenía en mí, cesó y fue hasta con el Uchiha, cara a cara.
Pensé en darme la media vuelta, después de todo, nada había cambiado, el dueño del corazón de Naruto siempre sería el bastardo de Uchiha Sasuke. Justo estaba por huir de ahí, con el corazón destrozado cuando un ¡plaf! bien fuerte llegó hasta mis oídos.
Naruto lo había abofeteado y Sasuke se había quedado de piedra.
-Yo lo amo a él.- y corrió a abrazarme por la espalda, sentí la humedad de sus lágrimas en mi hombro.- Vamonos Neji...Vamonos de aquí...-
Y es que no sabes lo que tú me haces sentir
si tu pudieras un minuto estar en mi
tal vez te fundirías
a esta hoguera de mi sangre
y vivirías aquí y yo abrazado a tí.
Cuando llegamos a su departamento, yo no tenía ni la más mínima idea de que hacer. Pero con solo verlo a los ojos y asegurar de que era realmente yo la persona que él amaba lo demás vino por si solo.
Lo abracé fuertemente mientras lamía con sensualidad el lóbulo de oreja. Colé mis manos por debajo de la camisa de botones que llevaba ese día -íbamos elegantes por la dichosa cena- y él soltó un pequeño gemido, lo suficientemente cargado de deseo como para que yo no aguantase y lo llevara cargado hasta la recámara.
Quiero hacerlo mío pero también quiero hacerlo sentir bien. Sé que no soy el primero en su vida, pero esta noche, al hacerle el amor...le dejaré bien en claro que si bien no soy el primero, si seré el mejor. Por siempre. Por que jamás me separaré de su lado.
Quité lentamente sus prendas, hasta dejarlo completamente desnudo, tumbado en la cama, con esos cabellos rubios alborotados y un sonrojo adornándole las mejillas. Lo contemplé unos minutos, antes de besarle todo el cuerpo y borrarle todas esas marcas malditas que el Uchiha alguna vez depositó allí.
Besé sus muslos, con cariño y pasé juguetonamente mi lengua por su entrada. Mi pequeño gimió fuertemente y jaló de mis largos cabellos castaños. Yo sonreí como un tonto y levanté un poco más sus piernas. Hundí un dedo.
-Ahhh...Neji...sigue...-
Lo moví en círculos, luego hundí el segundo y el gemido de placer que soltó Naruto hizo que yo me desesperase. Ya quería poseerlo. Saqué mis dedos de su entrada cuando ya estuvo bien dilatado y me quité la ropa torpe y rápidamente.
-Naruto, te amo...- le dije, viéndolo fijamente a los ojos mientras le penetraba lentamente. Se removió en la cama y empuñó entre sus manos las sábanas.
-Yo también te amo...tanto...- me moví lenta y después rápido, según lo que mi rubio pedía. Me detuve un momento para sentarme en la cama y sentarlo a él encima de mí. Nos fundimos en un fogoso beso, mientras el con su mano guiaba mi pene hacia su entrada.
Mordió mi labio inferior cuando se sentó sobre mi erección y comenzó a mover sus caderas. Yo también y ambos marcamos nuestro ritmo, ese ritmo que pronto se convirtió en movimientos frenéticos y en la culminación del éxtasis.
-¡Ahhh...Naruto!-
-¡Ahhh....!uhm...ah...Ne...Neji...-
Y es que no sabes lo que tú me haces sentir
que no hay momento que yo pueda estar sin ti
me absorbes el espacio
y despacio me haces tuyo
muere el orgullo en mí
y es que no puedo estar sin ti.
Tiempo después...
Neji acarició con ternura la barriga de 6 meses de Naruto. Luego, besó su ombligo y subió en un caminito de besos hasta la barbilla del rubio.
Naruto soltó una risita.
-Me haces cosquillas...Neji...- le sonrió divinamente y el Hyuuga le acomodó la ropa, para disgusto del kitsune.- ¡No dattebayo! ¡Házmelo aquí y ahora...!- berreó, pegándole inofensivos manazos el castaño que solo lo miraba reprobatoriamente.
-No Naruto. ¿Por qué será que te excita el ultrasonido?- preguntó Neji ahogando una risa, mientras Naruto desviaba la mirada avergonzado.- Tranquilo amor...en cuanto nazca el bebé, haremos otro...y otro y otro...- le decía en pequeños besitos que dejaba en los labios del rubio.
Naruto envolvió a Neji en un abrazo casi posesivo.- Promételo. Que me harás mucho hijitos, que seremos felices y que...nunca...- se separó de él suavemente.- nunca te separarás de nosotros...-
Ahora fue Neji quien lo envolvió en un cariñoso abrazo.- Lo juro, Naruto...lo juro...-
Owari~