¿En quién crees cuando dejas de creer en ti mismo?
Significados
He cumplido con los objetivos que me he impuesto, aunque cada uno de estos hace más grande la herida de lo que ya estaba.
No persigo un sueño que me traerá la dicha de regreso, tampoco algo que me fortalezca.
He conseguido mi primer objetivo y al realizarlo no siento más que la presencia del odio y la desdicha, la falta del significado de mi existencia y el dolor cruel de la falta de cariño.
Y he sido yo mismo. Yo mismo he alejado la luz de esperanza por completar este objetivo.
Me lo advirtieron, lo sé, pero la razón se pierde entre la frustración y el entorno se hace borroso.
Escapé de la puerta de la luz y la felicidad, para encontrarme de frente con la del infierno vivo.
Se supone que ahora debo seguir con mis objetivos… pero estoy perdiendo la fuerza, y no logro encontrar el significado ¿Por qué… por qué quiero seguir con mi vida?
Sé que el futuro cada día se ve más opaco que el día anterior, que no lograré mas que traer la infelicidad a seres inocentes que nada tienen de culpa.
Cada meta se ha ido volviendo una especie de suicidio mental, entonces… ¿por qué sigo viviendo? ¿Qué busco?
Lo único que me queda son esas metas, nada más. Y no sé si seré capaz de vivir en esta agonía por mucho más, pero por el momento seguiré con ellas.
Ya no creo en mi mismo, ni en mi fuerza idealizada. Ni en mi nombre o mi apellido, o mi pasado… o mi futuro.
¿En quién crees cuando ya no puedes creer en ti mismo?
Yo creo en esos ojos azules, que se encienden al hablar del futuro.
Yo creo en esa cabellera dorada que se mece con el viento mientras espera la oportunidad de salir de la rutina para encontrar el sendero que lo llevará a la felicidad y la aceptación.
Yo creo en esa voz que no importa dónde estés, siempre la podrás escuchar gritándote un “todo es posible”.
Yo creo en él, creo en el significado de su existencia… la razón por la que se encuentra en este mundo.
Ha cargado con una culpa que no le pertenece y aún así ha sobrevivido y espera con ansias el día en que todos le acepten por lo que es y no por lo que aparenta.
Ha venido a demostrarle al mundo lo que significa la belleza interior, la fuerza de voluntad, y la esperanza por hallar la luz de entre las sombras.
Eres la esperanza.
Por eso hoy es cuando no quiero encontrar tu rostro cerca del mío.
Cuando no quiero divisarte.
Cuando no quiero seguir la luz que me ofreces.
Cuando no quiero verte, ni sentirte, ni olerte.
Cuando no quiero… tenerte cerca.
No quiero que conozcas lo que es sentirse completamente vacío y por decisión propia.
No quiero enseñarte lo que es tomar la decisión errada y perder todo.
No quiero traspasarte mi sufrimiento.
No quiero que me veas así y te culpes.
Deseo jamás volver a verte para que mi sombra no cubra tu presencia luminosa. Si hubiese aceptado quedarme contigo todo sería tan distinto… tan distinto. Pero ya es tarde. Y tú insistes en que debo volver. Aún sigues siendo un niño que no conoce el mundo, que no entiende que ya nada volverá a ser lo que algún día fue.
Insistes en que me llevarás de regreso no importa cuál sea el costo, y no ves que la flor de mi existencia ya se ha marchitado.
No recuerdas que podrías ser también uno de mis objetivos para alcanzar el poder supremo.
Y, por más que lo pienso, creo que debo cuidar la dignidad que me queda. Puede que sea un defecto, pero sigo teniendo mi orgullo. Si decidí algo, debo afrontar las consecuencias, sean cuales sean. Es parte de la vida de un ninja.
Yo creo en ti. Tú no creas en mí.
Mátame con tu indiferencia.
Olvídame con el rencor.
Aléjate lo más posible de mí y convéncete de que ese alguien que algún día fui no volverá.
Conserva tu pureza y deja que siga con mi camino, no deberías sentirte culpable por nada.
Regresar... ya no es una opción.
Yo jamás te diré estas palabras porque quiero conseguir tu odio, nada más. Y tampoco tendría "cara" para decírtelas... el orgullo.
Deja que por lo menos… pueda librarte de mi.
¿En quién crees cuando ya no puedes creer en ti mismo?
Yo creo en ti.