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S-Crew por Hotaru

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Notas del capitulo: Sean Lear es uno de los profesores que debe aguantar, en un momento crucial de sus vidas escolares, a los alumnos del colegio Benford. Es muy amable y está dispuesto a ayudar a los demás, sin embargo no es el más responsable y nunca sabe qué hacer cuando obtiene la confianza de la gente que le rodea, entre ellos sus amigos, sus alumnos y su novio.

Presentación.
Sean Lear.

05: Witches and puppies open doors to calamities involving spies.

Un nuevo da, un nuevo curso, mi segundo ao en la preparatoria Benford… dnde est el redoble de tambores y la ovacin?

Son las siete de la maana con algunos minutos de ms. Me he despertado gracias a una alarma de mensaje en mi mvil; de no ser por eso, seguro me hubiese levantado, como mnimo, media hora ms tarde.
Leo el mensaje… “Cario, sabes qu so el da de hoy?... deberas, pues has estado all. Te quiero, que tenga un gran da… tu recuerdo ya ha sido suficiente para alegrar el mo.”. Sonro con satisfaccin. Los mensajes de… no estoy muy seguro de cmo llamarlo. Jaymie es viudo desde hace casi diecisiete aos, su esposa muri durante el parto de su nico hijo. Que cmo es posible que salga conmigo, entonces?... pues fcil, l es bisexual; es algo ms comn de lo que la gente se imagina… es eso o yo hago las cosas ms ligeras de lo que realmente son.

Llevamos saliendo un par de meses; me ha invitado a reuniones familiares y como acompaante a las cenas de la asociacin de padres que l organiza. A veces voy, siempre y cuando no sea un evento especficamente para parejas. De lo contrario, es mejor que ni me presente.
Su hermano es el director del colegio, adems, no me gustara que su hijo se enterara de los nuestro as tan de pronto… aunque realmente no s cul es la situacin de Jaymie con su familia, qu saben de su sexualidad y si lo saben, qu es lo que opinan al respecto.
Prefiero salir fuera de la ciudad o alquilar una habitacin de hotel si de pasar un da juntos se trata. Nuestra relacin no es lo que se considerara como pblica… ni siquiera me gusta caminar tomado de su mano cuando transitamos un vecindario cotidiano. Hasta ahora no hemos tenido mayores inconvenientes a causa de eso, siempre consigo convencerlo de darme un tiempo.

Pasan unos minutos y entonces escucho pasos firmes acercndose con prisa hacia la puerta de mi habitacin. Entra Stephanie, comparto piso con ella, tambin da clases en el Benford, y es mi mejor amiga. Es atractiva, dentro de lo que puedo declarar al ser homosexual, su piel es blanca como el mrmol y su cabello es de color chocolate que hace resaltar sus ojos de avellana.
Me arrebata el celular de las manos sin avisar y se pone a leer con inters. Puedo asegurar que ella se emociona ms que yo con todo ste asunto del hombre que me llama “cario” a espaldas de todo el mundo… creo que es a espaldas de todo el mundo, espero.

– No es Jaymie el hombre ms dulce que existe? – suspira.
Acto seguido, deja caer su cuerpo sobre m.

– Cuntos “hombres dulces” te has comido? – La empujo, pero no recibo respuesta suya – Venga, mujer, que ests pesada. –

Se quita de encima y se acomoda la ropa, tratando de fingir la clase que nunca ha tenido; en realidad, ella es bastante ruda. En preparatoria, ella era la alumna que sola hacerle las bromas a los nuevos.
Me fijo en su ropa detenidamente… noto que ya est lista para salir. Como siempre, dejndome atrs… nunca cambiar.

Me sonre y arroja mi mvil entre mis muslos, haciendo un gesto de tristeza cuando se percata que no me ha golpeado en mi zona ms sensible.
– Y bien… piensas responderle?

Niego con la cabeza. Qu le puedo responder?, “gracias”?; claro que no… no me deja opciones para no sonar meloso o poco espontneo. Adems, no tengo tiempo para responder adecuadamente… me suelo extender ms de lo necesario cuando le quiero decir lo que siento.

Dejo el mvil de vuelta en la mesita de noche y me quedo mirando a Stephanie mientras vaga por mi habitacin buscando no s qu.
Por supuesto, se trata de un cambio de ropa.
– Te pones esto, te quedar divino. – me muestra unos vaqueros que yo ni siquiera saba que moraban en mi clset. Son agradables, y el tono de azul me gusta; puntos para ella y su feminidad que se hace presente de vez en cuando. – Y esto, se ver sensual. – su manera de expresarse siempre me hace sonrer con nerviosismo, su furor me cohbe. Yo slo uso palabras fuertes cuando estoy… bueno, en la cama. Lo que me elige adems del pantaln es una camisa gris con mangas tres cuartos que me queda como pintura de tan ceida que es.

Arroja la ropa sobre las sbanas de mi cama y sale de mi habitacin con una elegancia poco comn en ella.
– Que brilles mucho, nos vemos en la escuela. – grita desde el pasillo. Escucho llaves y puertas…
Ahora reina la paz.

Me levanto de la cama y camino hasta el cuarto de bao, que queda al otro extremo del apartamento. Me meto a la ducha y doy un par de saltitos cuando el agua alcanza a tocar mi espalda; no suelen calentar el agua en sta poca del ao por cuestiones de ahorro en el edificio. Al menos me sirve para terminar de despertar.

Voy por el pasillo cuando escucho un repique constante proveniente de mi habitacin. Corro para alcanzar a atender mi telfono mvil, pero deja de timbrar cuando lo tomo en mi mano. Reviso la pantalla y me entero que Jaymie me ha hecho seis llamadas consecutivas… me da un escalofro. Vaya insistencia, ni siquiera tard tanto en ducharme; es que no tiene paciencia se hombre.

Dejo el aparato en la cama e inmediatamente vuelve a sonar. Dejo pasar los segundos y entonces s contesto.
– Hola. – digo al responder. Yo siempre muy natural.
Escucho una risilla del otro lado del telfono y despus un carraspeo.
– Hola. – dice Jaymie, con su hermoso timbre de voz ni muy grave ni de ardilla que se droga con helio. – Has recibido el mensaje y has decidido ignorarlo, o no lo has visto y he echado a perder un bonito detalle? – no cre que de verdad esperara por una respuesta, vaya, qu vergenza.

– Iba camino a la ducha cuando lo escuch timbrar, decid ignorarlo… qu dice? – me hago el inocente. Resultara chocante si le digo “decid no responderte nada porque no me inspiras lo suficiente”. Claro que me inspira, y obviamente lo quiero… pero a altas horas de la maana puedo morder incluso a Stephanie.

– Cosas. – Canturrea, haciendo un nfasis bastante tierno en la segunda letra de la palabra. Lo escucho rer nuevamente. – Sigues desnudo?

– Esto no es una lnea ertica… – bromeo, fingiendo un tono de enfado. Jaymie re otra vez. – Pero s, me has interrumpido cuando buscaba mi ropa interior. – eso hago ahora, revuelvo mis cajones para encontrar uno no muy ajustado pero que no se marque demasiado por encima el pantaln.

– Cul te pondrs?, el blanco con estampado de besitos que tanto me gusta? – se sera perfecto; me lee la mente. Aunque eso me deja pensando… la verdad es que yo no he memorizado su ropa interior ni he decidido cul es mi favorita. Casi siempre usa un bxer blanco… creo que eso cuenta como memorizar.

– Qu bien que nadie lo ve, me siento ridculo usando esto a mi edad. – alzo el bxer por encima de mi cabeza y camino hasta la cama, donde me siento.

– No hablemos de edades, me lastimas… treinta y siete, veinticuatro. – amo cuando alarga las letras de lo que dice, le agrega a las conversaciones telefnicas su actitud tan juguetona. – Puedes usar lo que quieras, a m me encanta… pero no es que sea un viejo pervertido, es que ests muy… apreciable? – dice entre risas, sospecho que es porque la primera palabra que se le vino en mente fue “rico” y no “apreciable”.

– Si tan slo Stephanie supiera la clase de cosas que me dices a sus espaldas. Dejara de pensar que eres el hombre ms dulce e inocente sobre la faz de la Tierra. – advierto, aunque ms bien externo mis pensamientos del instante.

Re un poco y escucho un ruido parecido a un beso tronado con los labios.

– Qu significa eso?, tan rpido te despides de m? – lo cuestiono enseguida. Detesto que me corten las llamadas.

– Lamentablemente, s. Como no tenemos vdeo-llamada, nada me detiene. Slo llamaba para asegurarme que seguas vivo y para recordarte que tienes que levantarte para impartir clases, querido profesor. Conocers por fin a Stuartzilla y no puedes evitarlo.

Tiene que recordrmelo, por supuesto. Mi sufrimiento le causa placer… y no es que piense as porque practicamos con el sadomasoquismo, que de hecho no, es por razones completamente distintas. Su hijo estar all, en mi curso… y por ms que lo intente no podr evitar ponerme nervioso en cuanto lo tenga frente a m, incluso si l no sabe nada de m.

– Grandioso, me dejas aqu… desnudo, tirado en mi cama… qu poco hombre eres. – finjo despecho, slo un poco ms del que ya siento. – As lo has querido, ir con el vecino del nmero treinta y dos. – Jaymie odia a se tipo, es algo as como mi acosador profesional… molesta ms de lo normal cuando Jaymie me visita.

– En serio?, mira qu lindo… – vuelve a rer. Slo l puede estar de buen humor un lunes en la maana. – Me encanta bromear contigo, pero si no cuelgo voy a ganarme una multa; te quiero mucho, mucho… nos vemos despus, te lo prometo. – vuelve a sonar un beso y entonces la llamada se termina.

Bostezo y me levanto de la cama con pesadez para comenzar a vestirme, aunque antes de eso arroj el mvil contra la almohada… es que en serio me molesta que me corten las llamadas; y encima de un modo tan tajante… ni siquiera me permiti responderle!
Qu molesto puede llegar a ser.

Me veo obligado a tomar el transporte pblico para llegar al instituto, ya que mi amable mejor amiga cometi la osada de llevarse mi coche. Con razn sali con tanta prisa.

- - -


Entro al colegio caminando, saludo al guardia en la caseta y a unos cuantos alumnos que se apresuran al edificio, son alumnos mos del ao pasado. Reconozco a Kevin, a George… en fin.
Antes de subir la ligera elevacin que rodea al edificio de la institucin, escucho un grito… ms bien un alarido casi insoportable. Es la profesora Linda Blair, una mujer delgada, de cabello cobrizo y contrastante piel plida. Tiene problemas arreglando algunas de sus cosas dentro del automvil… no s si aproximarme a ayudarla o burlarme desde lejos.

– Ey!, espera! – dirige hacia m, obligndome por mera cordialidad a esperarla sin rerme.

Me encojo y no hago ms que quedarme de pie sobre el pavimento. Juego un rato con mi mano izquierda, golpendola sin ritmo alguno contra mi pierna.
Siento un ligero impulso de salir corriendo en cuanto la veo caminar con prisa hacia m. El aire le eleva el cabello, despejando su mirada y revelando as su obvio enfado. El timbre para comenzar las clases se escucha hasta afuera de las instalaciones, entonces los alumnos que faltan en entrar se dan prisa para llegar a su primer clase del ao escolar.
En el momento que la maestra pasa junto a m, me toma del brazo con fuerza y me hace dar un par de pasos hacia atrs; slo por suerte evito tropezar con la elevacin, mi maleta cae al suelo pero por suerte no se abre ni dispersa mis pertenencias.

– Qu mierda crees que haces con Jaymie? – pregunta con tono molesto. Casi suena como una presunta retrica… algo as como “aljate de l” pero ms sutil… slo que con mierda, claro.

Me suelto de la misma forma violenta en la que ella me sujet.
– Qu se supone que me ests preguntando?
Ella no tiene por qu estar enterada de nuestra relacin, ni siquiera debera saber que Jaymie y yo nos conocemos.
– Apareci otro rumor sobre m?, como cuando decan que yo golpeaba alumnos en la escuela donde estuve antes que result ser falso porque el ao pasado fue mi primer ao como profesor?

Se lleva un par de dedos a la frente y mantiene su rostro en calma reflexiva, mas sus ojos de pronto se agudizan, apuntando a los mos. Comienza por negar con la cabeza y despus suelta una risilla burlona.
– Tu inocencia yo no me la trago. Podrs ser cuan lindo como quieras, pero no te queda eso de hacerte la vctima; para m eres una rata. A los de tu clase ya los conozco.

Me atrevo a burlarme de sus palabras, pues para m no tiene sentido nada de lo que esta tipa muja. Es una falta grave, al parecer, pues me coge de los hombros y me empuja para dejarme firme contra un muro.
– No son rumores, y eso lo s. No pretendas que te crea que alguien como t podra pagarse siquiera un latillo de se restaurante italiano que tanto le gusta a Jaymie… hace dos das, ustedes dos… ya recuerdas, verdad?, no me voy con juegos cuando se trata de l. No te vas a conseguir nada bueno slo por ser el nuevo juguete del hermano del director, pero si lo que quieres son problemas, te prometo muchsimos. – me suelta por voluntad propia y se aleja en direccin de la puerta principal del edificio. Prefiero no aclarar nada de lo que dice para no ganarme ms disgustos; adems tengo que discutir el asunto de la acosadora con Jaymie.

Su extraa manera de ser no me sorprende, ya tiene mala fama de histrica. Adems su actitud ahora la puedo identificar con su voz de bruja. Lo nico raro aqu es que sepa del lugar favorito para comer de mi… de Jaymie, y que me odie por estar junto a l.

– Que pases un buen da! – le grito desde lejos.
Sin voltear, me responde alzando su brazo y mostrndome el dedo medio de la mano derecha.

Recojo mi maleta, que haba quedado en el pavimento, y sigo a la profesora desde lejos hasta entrar al edificio y decidirme por un pasillo distinto al de ella.

Hay tanta gente an en los pasillos… me hacen extraar esos aos en los que yo era joven y no tena tantas preocupaciones. La renta, los servicios, la gasolina, la comida. Todo se trataba de estirar la mano a mis padres para que me dieran lo que quera; supongo que por eso no desarroll muy bien mi sentido de la responsabilidad.

– De lo que te has perdido. – me sorprende Stephanie apresndome en un abrazo.

– Qu coincidencia, lo mismo iba a decir. – suspiro. Le noto inters por preguntar, pero justo antes de que pregunte la interrumpo. – Qu me perd?

– Pues… el director nos ha dado una pltica a todos… bueno, a la mayora… – hace nfasis para denotar mi ausencia. – Como deca, a la mayora de los maestros… dijo que mantengamos los ojos encima de un alumno de nuevo ingreso. Ni te imaginas la cantidad y variedad de las faltas de conducta que tiene en su registro!... en fin, hasta la madre del muchachito le ha pedido al director que no le d muchas libertades al tal… Seth Halmrast? – me entrega su telfono como si yo supiera muy bien de qu se trata el asunto. – …sta es una foto que tom del proyector, bueno, de la pantalla… no es una lindura la pequea pesadilla? – pude apreciar en la imagen a un chico rubio de ojos azules, mostrando una sonrisa de medio lado. De no ser por Stephanie, seguramente ni me creera que tal alumno fuera capaz de cometer una falta disciplinaria. Porque, por supuesto, la gente bonita nunca hace nada malo.

– Pues… despus de llegar al colegio en transporte pblico, gracias a alguien; me encontr en el estacionamiento con la loca sa de Linda. No te imaginas lo que me dijo… bueno, talvez s… – despus de todo, lleva ms tiempo conociendo a la disfuncional persona que es Linda Blair; al menos tres aos, que es lo que lleva Stephanie como maestra, pero de la otra no estoy muy seguro. – Seguramente se acostar con mi novio y se embarazar para separarnos. – sonro desanimado. Pensar en tal posibilidad me rompe el corazn aunque sepa que, por el momento, eso no es real.

Escucho rer a mi amiga. Parece que no entiende que la bruja sabe que Jaymie y yo…
– Dijiste novio, ay, qu tierno eres!
Me abraza con fuerza y me da un par de besos en la mejilla. Sonro por un instante pero la empujo como si nada.

– Ya, ya… no comprendiste el mensaje.

– Claro que s; pero mira… si ella se embaraza, la llevamos con una amiga, se llama Andrea, ella practica abortos y… no debera estar diciendo esto frente al saln de clases. Nos vemos. – noto que sus alumnos se quedan sin palabras al escucharla decir tal cosa, al menos los ms cercanos a la puerta. Por suerte no dije lo de “novio” frente al aula. – Es broma, un chiste entre amigos… dios, qu chismosos son. – reta a los muchachos, alzando un puo como amenaza, hacindolos rer con su extrao sentido del humor. – Beso, beso. – dice al besar mi mejilla izquierda y luego la derecha.

Entra al aula y me dispongo a ir de una vez a la ma, quince minutos tarde en el primer da no es lo ms apropiado.
Alguien me alcanza por el hombro antes de comenzar a caminar. Es Stephanie, otra vez sorprendindome. Se acerca a mi odo para que no escuchen sus alumnos. – Por cierto, he visto al hombre de jengibre corriendo por ah… se ve divino, y es todo para ti. – sonre pcara y me da un golpecito en la barbilla. – Me saludas al caramelo con pies, cudate.

Yo ni siquiera estaba enterado de que mi… de que Jaymie estara en la escuela. Mientras no se le ocurra aparecer durante mi clase para presentarme a su hijo… no, eso sera demasiado hasta para l.

- - -


Respiro hondo antes de entrar al saln, intentando as aliviar un poco la tensin que he acumulado en menos de una hora.
Al menos todos mis alumnos se encuentran en sus lugares, as no perder tiempo en llamarles la atencin.
– Perdn por el retraso, me ha detenido la urraca… digo, profesora de artes. – Algunos alumnos ren, seguramente slo los que la conocen. En fin, de alguna forma tengo que desahogarme del mal rato que me ha hecho pasar. – Por favor, no le digan que he dicho eso. – suplico despus. No necesito ms problemas con ella, ya es suficiente con que quiere embarazarse de alguien que no le pertenece.

Despus de dejar mi maleta en el escritorio, me pongo al frente de los chicos y respiro con calma otra vez.
– Eh, hola… soy el profesor Sean Lear, imparto la materia de Fsica, como ya habrn ledo en el letrero de la puerta. Tengo veinticuatro aos, bien vividos, soy soltero, y mi telfono es… – saco mi mvil y se lo muestro a la clase entera – …ste.
Una tctica para relajar los nervios propios y ajenos, adems de ganarse a la clase desde el primer da es hacerlos rer, porque entonces nunca te quitan el ttulo de “profesor buena onda”.

Analizo las caras de mis alumnos y me doy cuenta de que Samuel Kifer sigue en el instituto. El ao pasado se caus un revuelo enorme cuando dio a conocer su sexualidad, o ms bien dieron a conocer su sexualidad, o lo obligaron a darla a conocer. Extraamente, hay alguien sentado a su lado, nada menos que… el nio problema. Es distinto verlo de frente a verlo en fotografa… con sa cara de fastidio, de asco a sus compaeros… es obvio que algo anda mal.

Lo sealo varias veces para que se levante de su lugar, pero parece no entenderlo.
– T eres nuevo en el colegio, no? – obviamente que es nuevo, ya lo s de antemano. El chico asiente con la cabeza nada ms.

– Vale, pues… por qu no te pones de pie y nos cuentas algo sobre ti?, te gusta el instituto? – trato de hacerlo sentirse cmodo, pareciera que en cualquier momento lanzar mesas contra sus compaeros. Bueno, en realidad no s qu sea capaz de hacer, Stephanie slo me solt chchara al respecto.

El alumno prcticamente se burla de m y el resto de las personas en el colegio, pero an as sus compaeros ren. Probablemente sea un payaso y nada ms; no parece ser tan grave. Le sonro y contino observando a mis alumnos.
A la izquierda me encuentro con Stuart, a tan slo unas mesas de distancia. Bromea con sus amigos, de ve bastante cmodo en el aula. An as, su mera presencia me pone nervioso, talvez l no le lance mesas a la gente, pero puede llamarme profanador o rompe hogares frente a todos.

Imparto mi clase sobre los conceptos bsicos de la fsica y, despus de un rato, por fin abandonan el aula. Stuart ni siquiera me mir directamente en ningn momento, y qu tranquilo me siento por ello.
Despus de eso, es otra vez lo mismo. Hago como que nada pasa por mi mente mas que la fsica y bromeo con los alumnos. Hablo de la energa, de la materia, de los tipos de fsica… y entonces termino mi clase con una falsa sonrisa de satisfaccin.

- - -


Necesito encontrar a Jaymie y preguntarle muchas cosas de frente, primero darle las gracias por el mensaje, despus reclamarle por colgarme y no haberme avisado que vena a la escuela. Y lo ms importante, preguntarle por qu Linda se muestra tan agresiva respecto a lo nuestro… no, lo ms importante es saber cmo es que ella se enter de lo nuestro.

Ya va terminando el primer receso y no lo encuentro por ninguna parte. No est en la sala de maestros, no est en el saln de artes con la maestra Blair, y tampoco lo he visto en los pasillos; y vaya que estoy atento a todo rostro que veo pasar… creo que eso asusta a la gente.

Voy bajando las escaleras, me he dado por vencido en encontrarlo. Necesito acomodar un par de cosas en el aula, as que por m est bien.

Las escaleras tienen una forma extraa, dira caracol pero slo tienen una vuelta, realmente no s como explicarlo… nunca me lo he planteado, simplemente son escaleras con dos partes.
En cuanto doy la vuelta en el pequeo descanso, alguien me alcanza a rodear la cintura con su brazo.

– Eh, cuidado, que te puedes caer. – es Jaymie, de verdad que se ve bien… el blanco de su camisa realza el blanco de sus dientes, y los pantalones grises le dan una apariencia curiosamente casual. Me gustan mucho sus ojos, son azules, y me encanta cmo se levantan sus mejillas al sonrer…

Lo tomo del mentn, sintiendo su ligeramente escosa barba. Me gusta mucho ste hombre, de verdad me gusta.
– Gracias, supongo. – murmuro, no muy convencido. No estaba a punto de caer, pero como sea.

Atrapa mi cintura entre sus dos brazos y se acerca para besarme los labios, pero lo esquivo y termina besando mi mandbula.

– Aqu no… – susurro; y entonces suelto su cabeza, esperando que nos separemos, pero el abrazo sigue. – Ya, djame. Tengo algo que preguntar… – apenas comienzo con mi discurso y me planta un beso en los labios, aprovechando que estoy distrado con mis propios pensamientos. La sensacin, aunada a la sorpresa y supongo que tambin el miedo de ser descubiertos; se combinan todas, trayendo en ste momento al Sean ms apasionado y poco reflexivo.
Echo mis brazos por encima de sus hombros y me aproximo para besarlo con efusividad. Sube sus manos hasta mi cuello y me sujeta con firmeza al mismo tiempo que mete su lengua en mi boca. Me estoy yendo al cielo.

Termina el beso abruptamente, me obliga a bajar mis brazos de sus hombros y entonces me rodea con su cuerpo.
– No digas nada, est viendo un alumno. – susurra a mi odo y me deja libre. Noto que baja las escaleras mirando hacia abajo, evitando al intruso… lo imito, as al mismo tiempo evitando enterarme de quin nos observ en un momento que no debi ser.

Me coge de la mano mientras bajamos los escalones, pero termino el enlace con un movimiento brusco. Es obvio que no puedo festejar un evento de exhibicin como el de hace un rato, no s qu pretende que pase ahora.
– Qu queras?... si era joderme el da, date por satisfecho. – reclamo en voz baja, haciendo un ruido extrao con mi garganta para resaltar mi enfado.

Sus ojos se llenan de tristeza, todos los msculos de su rostro se relajan e interpreto su decepcin. Puede que l no tenga la culpa de todo, pero, antes de retractarme de lo que he dicho, prefiero huir…
Necesito una sonrisa an ms falsa para la clase que viene.
Notas finales: Los personajes secundarios que aparecen en el capítulo serían los siguientes:
Stephanie Morgan.
Linda Blair.
Jaymie McMullen.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Seguramente lo he hecho tarde, pero acá está el comentario para “fanatic”, que no me dejó responder el servidor. Me estoy comenzando a imaginar que es un problema por los nombres de usuario. Lo siento de verdad, tendré que contestar tus comentarios por aquí siempre que falle el servidor.

¡Y te creo!... aunque a mí no me gustaría conocer a un Seth personalmente, qué miedo, la verdad, como para llevársela a la ligera. Nuestras identidades chocarían (¿?).

Los antidepresivos no sé qué tan comunes serán, aquí al menos no lo son mucho, al menos no en mi instituto. Aún lo consideran droga… bah, no sé.

Qué bien que te gusten todos los personajes, tampoco es necesario que se defina uno favorito. Y talvez te tome la palabra de escribir sobre Sabine, aunque tendría que ser un capítulo especial (con orden dentro de la historia, eso sí), y nada más… porque después el fic perdería cierta parte de la homoerótica que intento escribir.

Un saludo, muchas gracias por tu tiempo y palabras.


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