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ETERNIDAD por Tsukino_Sakura

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Notas del fanfic:

Bueno ésta historia fue creada gracias a la inspiración de mis hermosos niños Gackt-san y Hyde-san *-* de la película Moonchild, (todos los derechos reservados xD) Especiales agradecimientos a mi sensei a la fuerza Dulce-chan que sin ella yo no sería nada y a Tierna-chan que siempre está ahí para hacer locuras conmigo xD bien, ¡YOSH! ¡Espero que les guste! ^o^

Notas del capitulo: No tiene capítulos ^^ va todo corrido para comodidad del lector (y también mía xD) espero que les agrade y dejen reviewss *.* jiji ~A leer~

ETERNIDAD

¿Tu necesidad por mi sangre...es lo que te separa de mi corazón?

 

Sho, es el humano con quien vivo ahora, lo conocí cuando era apenas un crío que me devolvió las fuerzas con una simple sonrisa cuando estuve a punto de dejar que el Sol calcinara mis huesos, aún no entiendo por que.

 

Siempre nos llevamos bien y ahora él ah crecido tanto que nos vemos de la misma edad, pero últimamente no sé que le pasa...

 

-Oye! Sho! ¿En verdad no piensas salir a ningún lado? Es Domingo y hace un bonito día-Le dije sarcásticamente fingiendo acercarme a la ventana a abrir las cortinas, distinguí que tal vez ya estaba anocheciendo por que estaba un poco oscuro.

 

-No Kei!, estoy bien aquí, ¡Deja de intentar sacarme de mi propio departamento!-Me reclamó mientras se acercaba a retirarme de las cortinas tomándome por el hombro-Te quemarás...

 

-¡Sé cuidarme solo!-Le reproché arrebatándome de sus manos, ¿Por qué me cuida así? ¡Es tan fastidioso!-¿Qué mas da si me quemo? Será mejor irme antes de que tú lo hagas...-Comenté caminando lentamente por la estancia frente a la cortina, haciendo que se callara con ello completamente-...los años pasarán...envejecerás, te irás a un mejor barrio y yo...aquí me quedaré...solo-

 

-¡Basta!-Me acalló alejándose por fin de mí, sentándose en una silla que estaba contra el muro más cercano a la pared blanca, como todas las demás en nuestro amplio departamento.

 

Sentía su presencia detrás de mí mientras yo sostenía una sonrisa maliciosa en los labios -¿Por qué siempre empiezas a decir cosas como esas?-Susurró encogiéndose en la silla algo nostálgico, intentando prender su cigarrillo sin éxito. Caminé hacia él lentamente y le ofrecí el que yo traía en la boca colocándoselo sobre los labios.

 

-Ya basta de pucheros crío...-Le susurré cuando vi rodar una lágrima por su mejilla

 

-No quiero eso...Kei...no quiero...que te vayas-Me susurró con la voz apagada incapaz de continuar, apartando el rostro de mí, aún así sin rechazar el cigarrillo, de hecho nunca lo hacia...

 

¿Por qué llora? ¿Qué eh dicho? Verlo tan triste me retorcía el corazón gravemente así que sin pensarlo tiré el cigarrillo al piso, lo tomé de la nuca y lo abracé contra mi cuerpo con ambas manos-¿Qué te pasa Sho?-Murmuré con cuidado contra su cabello a la vez acariciándolo suavemente para que no se apartarse, a sabiendas que era incapaz de hacer tal cosa. Entonces se aferró a mis brazos sollozando y eso me distrajo haciendo que me sobresaltara notablemente.

 

-¿Por qué estás conmigo Kei?-A menudo me hacia esa pregunta, ¿Qué respuesta esperaba que yo le diera? Pero está era la situación mas dramática de todas.

 

-Yo que sé...por que me gusta hacerte llorar-Le contesté sarcástico tras un aligera pausa, le vi con intenciones de apartarme de él ante ello pero se quedó quieto cuando le levanté el rostro con una mano para que me mirara a los ojos-Ya contrólate....-Le murmuré secándole una lagrima con mi manga, hizo que me ruborizara cuando cerró los ojos y puso su mano sobre la mía disfrutando de la simple caricia.

 

-Kei...-

 

-Ya basta no es para tanto -Le espeté devolviéndolo al respaldo de la silla de un empujón brusco y me giré hacia la ventana, pero sus lágrimas siguieron rodando por su rostro ¿¡Qué demonios le pasa!? Me da tanta desesperación que se comporte así

 

-¡Maldita sea! ¡Que no llores!-Le exigí, no lo soportaba, esas gotas cálidas me estaban quemando las entrañas

 

-Lo siento...-Sin embargo sufría, sufría horriblemente ¿Por mí? ¿Por qué...se separaría de mí algún día? Me secó la garganta pensar ello, acometí hacia él furioso acorralándolo contra la pared

 

-¡Ya dime por qué lloras!-Le grité-¿¡Qué te pasa?! ¿¡Qué hice para que me idolatraras tanto?!-Le así de los hombros con desesperación y lo agité un poco-¡No entiendes que esto es sólo una maldita amistad de medio tiempo! ¡No te quedarás conmigo por toda la eternidad! ¡¿O si?!...-

 

-Te amo Kei...-Sus palabras retumbaron en mi mente con todo su peso haciéndome enmudecer, retirar las manos lentamente de su cuerpo y retroceder... ¿Hace cuanto me habían dicho eso?, hacia tantos siglos, como en el principio, cuando era un mortal ¿Amor...? Eso no era...

 

-Eso no es posible...tú no debes...-La simple idea era inaceptable para mí, incluso me asustaba

 

-Es que...-Murmuró con su voz siempre tan grave, ahora hecha un hilillo-no lo puedo evitar...yo...no quiero...no puedo estar sin ti...-Sus palabras, esas palabras...

 

-Cállate...-Casi le supliqué paralizado, entonces me miró, por poco y se me detiene el corazón, esa mirada...-Sho...-Suspiré sin tener la menor idea de que hacer, alguien como él reducido de esa forma ante mí, con los ojos llenos de lagrimas, confesando algo que en verdad pesaba, pesaba mucho para mí...y sabía que también para él.

 

-No seas tonto...-Le murmuré con la vista en el piso, pero él se levantó así de repente de la silla y me estrechó entre sus brazos con fuerza, mojando mi cuello, dejándome sentir esa piel blandita y tibia, tan cerca...esa sangre fresca que corría en su interior. Me remordí los labios siendo lentamente inundado por una sed animal por succionarla.

 

 Fue cuando me di cuenta de que una enorme línea muy catastrófica e imposible nos separaba a ambos, dos mundos completamente distintos y horrendos, yo un demonio inmortal reinando sobre la sangre inocente de un mundo eternamente oscuro...él un simple mortal, lleno de amor, lágrimas y risas efímeras, puras. Tan sólo mi alimento...

 

Pero no se trataba sólo de eso, con él era diferente, por que él era...

 

-Sho...-

 

-Kei...-Se separó de mí...acarició mi cabello rubio mirándome perdidamente y luego con su pulgar mis labios, yo solamente lo miraba atónito a los ojos medio temblando-Sho, detént...-Pero era tarde, rodeándome con una delicadeza extrema me atrajo hacia él con sus manos sobre mi cintura y mi espalda, obligándome a pararme de puntillas para alcanzarlo y me besó suavemente, su sabor...era tan dulce, no podía soportarlo...comenzó a mover esos carnosos labios rojos sobre los míos, se me antojaron tanto, empecé a corresponderle cada vez mas vorazmente, hasta que nos separamos en necesidad de aliento

 

-Sho...-Murmuré perdido, descubrí que en el fondo yo también deseé aquello, subí mis manos a sus mejillas y continué besándolo. Sus finas facciones, esa forma perfecta de su boca resaltando en esa piel blanca, el cabello castaño rojizo que me dejaba apretar en medio de mi desesperación, ese humano torpe...era tan arrebatadoramente bello para mí...

 

Estaba tan sumido y resignado en mi propio infierno que había olvidado cuan placenteras eran todas aquellas sensaciones, y que siempre habría alguien dispuesto a dármelas...pero nunca imaginé que sería aquel crío huérfano que me había llegado a amar de ésta forma.

 

Comencé a desordenar su cabello, a aferrarme a su rostro-Sho...Sho!-Lo llamaba en susurros incesantemente mientras él también me acariciaba con su mano a la vez que con su otro brazo me apretaba cada vez mas contra su cálido y esbelto cuerpo, esa figura alta que tanto me atraía de cintura estrecha y espalda amplia.

 

-Kei...-Murmuró finalmente y fue cuando me percaté que me había estado guiando a la pared, ya que sentí el anormal contraste de mi caliente temperatura contra ella, mi mente era un caos de sentimientos y sensaciones que me dejó completamente en blanco, a expensas de esas manos que parecía que me ardían la piel de tan sólo esos ligeros toques, me hacia jadear, hubo un momento en el que se separó de mis labios para besar mi cuello y mis hombros, yo sólo continué jadeando bruscamente acelerado, cediéndole el paso por todo mi cuello echando la cabeza hacia atrás poco a poco al ritmo con el que él lo recorría.

 

-¡Kei!-Gimoteó él mientras yo no dejaba de acariciarlo para que no se detuviera, me atraía hacia él y de nuevo me empujaba contra la pared, se apoderaba de mi cintura y la delineaba deliciosamente, asiéndose de ella para elevarme mas y así poder alcanzar con sus labios mas de mi piel que sometía; hasta que su cuerpo me sostuvo a su altura y yo terminé con las piernas enredadas en sus caderas, me sacó la chamarra roja mal puesta y yo le puse los brazos alrededor del cuello

 

-¿Q...qué haces?-Traté de articular pero me interrumpió al meter tres dedos en mi boca, sumergiéndolos tanto que casi me ahoga, me obligó a aferrarme mas fuerte a él con las manos sobre sus hombros casi rasguñándolo, moví mi lengua un poco debajo de ellos y los succioné humedeciéndolos tal y como supuse que quería que hiciera, hasta que finalmente los retiro haciéndome tomar aire agresivamente, pero mi respiración se volvió a cortar cuando sentí que metía las manos dentro de mi pantalón  sobre mi trasero-mhm! ¡No! ¡Basta!-Traté de exigirle pero mi voz ya no tenía fuerza sobre él, incluso él mismo era incapaz de controlarse a esos extremos de su frenesí. Comenzó a tantear alrededor de mi entrada con sus largos y perfectos dedos de pianista haciendo que me arqueara contra su cuerpo echando la cabeza completamente hacia atrás-Noh! AH! Sho!-Sumergió un dedo en ella haciéndome temblar levemente y perder fuerza en las piernas con las que lo abrazaba, y entonces lo supe, pasara lo que pasara o hiciera lo que me hiciera...yo tampoco iba a detenerlo.

 

Mi cuerpo estaba tan caliente como el de él, las sensaciones me invadían profundamente al borde de la locura como cuando fui un humano y fui poseído por el vampiro que me convirtió en lo que soy, exactamente igual que como Sho estaba haciéndolo en ese momento. Desde entonces había olvidado por completo el total significado de la palabra sexo, nunca mas había intentado hacerlo con nadie, todo el tiempo creí que una criatura como yo de sangre siempre fría pudiera ser capaz, pero sin embargo reaccionaba totalmente a todo lo que me hacia como un fiel amante humano, mi miembro ya estaba tan erguido que me dolía al igual que el de él, y en ese momento no buscaba otra cosa en el mundo aparte de que todo eso no se terminara.

 

-Ah! Ahhh!-Yo seguía gimiendo descontrolado y él sólo rumiaba muy bajo, jadeando bruscamente como yo pero acallándose contra mi piel ya que no detenía sus caricias con sus labios por mi pecho y mi cuello, su mano que ya no tenía la necesidad de sostener mi cintura se había colado por debajo de mi camiseta subiéndola lo mas que pudo. Atrapó uno de mis pezones con sus labios y me hizo ahogar otro grito obligándome a tratar de aferrar la mano en vano a la pared y la otra a continuar apretando sus cabellos-Ah-ah! Sho!...-Ya no trataba de negarle que me gustaba lo que me hacia por que en realidad era todo lo contrario, esos movimientos sensuales, húmedos de su intromisión en mi interior; sus dientes, sus labios, su lengua caliente...excitaban hasta lo mas profundo y dormido de mi cuerpo.

 

Ése dedo que se movía dentro de mí solo, lentamente fue siendo acompasado por otro mas, y el estrecho espacio por el que mi poseedor los inmiscuía se quejó, provocándome una punzada de dolor al estar los dos ya dentro-¡AH!- Volví a ser víctima de otro espasmo y mis piernas se separaron mas por instinto, incluso el dolor, ese asfixiante dolor, era completamente placentero para mí-¡nnh!-Terminé lastimándome mi propia boca con uno de mis colmillos al morderme el labio inferior para no gritar.

 

Retorciéndome por ese bendito placer con la cabeza aún reclinada hacia atrás mi mano dejo de rasguñar la pared y fue lentamente hacia mi pantalón desabrochado metiéndose por dentro de mis prendas hasta alcanzar mi miembro que me estaba suplicando atención, comencé a acariciarlo guiado por instintos, medio lo apretaba y lo rodeaba subía la mano de arriba abajo por toda la extensión provocándome a mi mismo mas gemidos que volvían loco a Sho, que ya había metido otro dedo mas siendo ahora tres los que armonizaban mi deliciosa tortura, a la vez su boca llegó hasta mi cuello y ahora lo besaba y lo succionaba por diferentes lados hasta dejarme ligeras marcas rojas-Kei...Kei!...no puedo...mas...-Creo que lo escuché decirme entre sus jadeos, entonces por fin logré tomar control de mi cuerpo hasta poder besar sus cabellos y cubrirlos con mi aliento cálido a causa de mi respiración fuera de control.

 

-Hazlo...hazlo Sho...-Le dije entrecortado, cerrando un ojo por el placer que me causaba lo que estaba haciendo con sus dedos, pero  luego interrumpió todo lo que yo hacia al sacarme por completo la camiseta por encima de los brazos, así que con ambas manos ya libres lo atraje hacia mí  tomándole el rostro con las manos y lo besé desesperadamente.

 

Deseaba que esa boca que ya le había brindado tanto placer a mi cuerpo ahora se lo brindara a mis labios de nuevo, para que pudiera sentir ese sabor, esa sangre caliente que me moría por probar, pero que algo en mi interior desesperadamente me detenía para no hacerlo, me gritaba que no debía, pero era tarde, había atrapado con mis dientes su labio inferior sin darme cuenta hasta que lo escuché gimotear de dolor cuando le enterré mi colmillo, la herida comenzó a brindarme esa sangre ajena que anhelaba tanto, su sabor, su olor metálico era tan exquisito que lo lamí gustoso y luego metí mi lengua a su boca para que probara su propio sabor.

 

-Es tan deliciosa...-Murmuré entre mi agitación, mientras él volvía a quitarme el habla con los movimientos desesperados de su lengua jugando con la mía y sus labios presionándose una y otra vez contra los míos. Ese fue el beso más exquisito que me hubiera podido haber dado. Beso sabor a sangre.

 

Mientras todo aquello pasaba, repentinamente retiró sus dedos de mi entrada palpitante ansiosa de una intrusión mayor, y con ambas manos deslizó mi pantalón y mi ropa interior hacia mis rodillas dejándome casi desnudo a su merced. Yo aún sin normalizar mi respiración le puse de nuevo las manos alrededor del cuello y le acaricié el cabello temblando ligeramente de nerviosismo y deseo, cuando nos separamos por fin de nuevo le miré intensamente a los ojos suplicándole que continuara y entonces sentí repentinamente la punta de su miembro hirviente a punto de atravesarme haciéndome volver a gemir apretando los ojos-agh! Sho!...-Sólo emití algún sonido ahogado cuando casi toda su extensión terminó en mi interior de un solo movimiento.

 

-Due-le...-Gimoteé volviendo a echar la cabeza hacia atrás, sentía que mi interior ardía y dolía intensamente haciéndome retorcerme de nuevo y desear que se acabara-Ah! Ah!-Me aferré a sus hombros y lo sentí lamiendo una vez más por mi cuello, ahora él también gemía dejando que yo lo oyera y claramente disfrutando a mi par, besó mi maxilar  y me tomó fuertemente de las piernas para embestir con su cadera con mucha fuerza y sin piedad, llegando mas profundo en mi interior y provocándome otra punzada de dolor que a la vez me encantó-¡AH!-

 

-Ah! Kei!-Medio jadeó acomodándome sobre la pared de modo que me dejó sólo recargado en mi espalda, para que él pudiera embestir libremente, entonces comenzó a crear un vaivén lento y tortuoso que dejaba entrar y salir de mi entrada una porción de su miembro lentamente llenándome de una sensación asfixiante de placer y de dolor que me inundaba rápidamente y sin control, hizo que mis gemidos se desbordaran y acelerarán cada vez mas al ritmo con el que él empujaba en mi interior.

 

-Sho...Ah! SI-Ahora si le rasguñé los hombros con tanta fuerza que también lo hice retorcerse, sus embestidas eran repetidas y exactas, cada vez llegando mas profundo donde mis entrañas se forzaban mas contra él oprimiendo su miembro de forma extasiante para ambos. Y las envestidas no cesaban, ni la locura, ni aquel sentimiento obsesivo relacionado con Sho que comenzaba dispersarse por mi ser.

 

-Keii! Ah! Aahhh!-Mordió mi cuello y mi oído y luego jadeando bruscamente tratando de reunir todo el aire que pudo volvió a abalanzarse sobre mis labios en un beso mas salvaje y desesperado que ningún otro, arrastrándome junto con él a una total locura donde me puse a morderle la lengua y los labios, por que ese sabor de antes aún perduraba y me arrebataba toda la razón que aún pudiera conservar en mí, luego ambos nos separamos volviendo a jadear violentamente ante la gloriosa sensación de asfixia.

 

-Ah! Sho! ¡SI! ¡MAS!-Le rasguñé la espalda nuevamente; y con mis piernas lo apreté mas contra mí obligándolo a llegar mas dentro con sus movimientos imparables, logrando llegar a rozar contra el punto mas sensible de mi cuerpo, y ya no dejó de rozarlo haciendo que alcanzara otro nivel de placer que inmediatamente me lanzó directo a la cúspide en lo inevitable-AH!...voy a... voy ah!...-Pero ni siquiera podía respirar así que no logré advertirle de mi desesperación ya que me sentía a punto de llegar a la cima de ese maldito paraíso.

 

-Kei!...Kei! Te...ah-mo-Me dijo nuevamente dificultosamente entre jadeos y gemidos enloquecidos haciendo que me quedara ruborizadísimo y estático a excepción de mi respiración que no lograba controlar, y el momento que había estado a mi asecho llegó, impulsándome a arrojarme a rodear su cuello fuertemente con los brazos-No puedo...!-

 

-¡SHO!-
-¡KEI!-

 

-AH!-Gemí una vez mas aún escondido en su hombro al sentir su semilla llenándome lentamente, estaba hirviendo y la sensación me causó una nueva oleada de placer que sacudió otra vez todos mis sentidos, temblé de pies a cabeza en otro espasmo residual de ese fantástico orgasmo que posiblemente había sido el mejor de todos mis siglos de vida.

 

-Dios...ah...ah...-Susurré con mis últimas fuerzas si es que aún tenía, jadeando en busca de recuperar mi respiración normal.

 

-Kei...ah...ahh...-El susurró también provocando que temblara una vez más sin saber por que, tal vez su voz...esa voz suya tan profunda me debilitaba tanto. Tomando de nuevo mis piernas salió lentamente de mí, y el movimiento me arrancó otro gemido haciendo también que notara que mi propio orgasmo había manchado el vientre de ambos, y  ese mismo líquido estaba tibio. Y por primera vez en mucho tiempo, me sentí otra vez humano. Haciéndome pensar que había enloquecido, Sho comenzó a pasar su mano por todo ese líquido sobre el vientre de ambos y después se llevaba gustoso la mano a la boca, no sé cuantas veces hizo eso pero realmente me asustó, estaba muy cansado para decir nada así que sólo lo miré sin respirar hasta que dejo de hacer eso.

 

Después de ello, me sonrió para tranquilizarme al ver mi rostro tan sonrojado e impactado. Tan agotado como yo recargó todo su peso sobre mi y yo sobre él aunque la pared fue realmente quien terminó cargándonos a ambos, completamente cansados y mas satisfechos que nunca. Lo abracé mientras sentía sus tibios jadeos acariciar la piel de mi pecho donde recostaba su cabeza.

 

-Te quiero...-Me dijo él en un suave murmuro rodeando también por la cintura mi estrecho y húmedo cuerpo, yo lo miré con los ojos entrecerrados y perdidos mientras se acercaba lentamente de nuevo hacia mis labios, le correspondí con la misma entrega y lo sentí revolviendo mi cabello, me sonrojé intensamente al distinguir ese sabor especial en sus labios. Entre el beso, volvió a tomar mis rodillas para acomodarlas juntas y poder cargarme mas fácilmente, pero el sencillo movimiento me dolió así que me oculté en su cuello apretando los ojos-humm...-

 

-Tranquilo...-Me susurro como si ahora yo fuera el crió pero en ese momento ya no tenía energías para enojarme así que sólo me dejé hacer. Para esto yo ya estaba de nuevo entre sus brazos, él sujetándome con una mano la espalda y con la otra las rodillas, sentí que me llevaba hacia algún lado pero yo estaba tan cansado que sólo continué apretado contra su cuello, comenzaba a adormilarme cuando sentí que ponía mi espalda contra algo suave acabando recostado sobre ello, entreabrí los ojos de nuevo y distinguí su habitación con la luna y las estrellas de la noche espiando por la ventana.

 

Me arropó y se acostó a mi lado mirándome con ternura, yo tan sólo me acerqué a recostarme sobre su hombro cerrando los ojos ya que tenía frío.

 

-Kei...-Me llamó él sin querer dejarme dormir el desgraciado, con lo cansado que estaba por su culpa.

 

-¿Qué quieres?-Conteste sin fuerzas entreabriendo los ojos, en un murmullo perezoso y apenas audible, encontré su rostro a muy poca distancia del mío, supongo que eso me despertó un poco.

 

-Te amo...-

 

-Lo sé...-Besé su cuello-Ahora déjame dormir...-Él tan sólo rió melodiosamente rodeando mi cintura con su brazo, aquello se sentía tan bien, que pensé que después de eso que nos había pasado tan maravilloso, pero mil veces mas extraño, ya no me incomodaba su extraña declaración. De hecho, en el silencio de ambos, dentro de mí en esa oscura habitación, me di cuenta de que aquel sentimiento obsesivo de siempre querer estar con él y de protegerlo... tenía el mismo nombre que él me había enunciado

 

-Yo también te amo Sho-

 

*FIN*

 

Notas finales: Bueno aquí termina, que tierno Kei-chan verdad? *-* bien ^^ espero volver a verlos pronto ¡Sayônara~! o.-

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