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EL MATRIMONIO DE CAMUS por Kristal_de_Iris

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*____* Al fin, mi primer fanfic terminado. Y todo se lo debo a mi amiga Neko de Libra, si no fuera por ella no abria terminado este. Por eso se lo dedico enteramente a ella.

CAPITULO I.- NOS VOLVEMOS A ENCONTRAR

Era un dia aburrido como cualquier otro en su departamento, Kristal ya habia limpiado su hogar y cumplido con sus otros quehaceres y ahora se concentraba en cocinar. Era una suerte que fuera temporada de vacaciones, asi al menos podia descansar. El unico problema es que se sentia sola, era independiente es cierto, pero, aun asi no podia evitar sentirse abandonada. Desde joven, cuando se vio sola, se esforzo en vencer las dificultades que se le presentaban, se sentia tan acongojada por su situacion, hasta que lo conocio a él.
Por alguna extraña razon, ese dia, sus pensamientos se encontraban con una de las personas que mas queria, la cual vivia en Europa, lamentablemente muy lejos del continente Americano, en el que se encontraba Kristal.
-¡Como me gustaria verlo!-suspiro, mientras picaba unas verduras-Me gustaria saber como se encuentra. Hace algun tiempo que no me envia cartas.
Fue en ese momento que escucho que tocaban su timbre. Dejo las verduras, se limpio las manos y se dirigio a atender la puerta.
Cuando abrio la puerta se encontro cara a cara con esa persona tan especial en su corazon. Abrio los ojos grandes sorprendida, por un segundo penso que estaba alucinando, no era posible que él estuviera ahi. Pero era la misma cara, los mismos ojos azules, la misma cabellera larga que caia como cascada, tan alto y hermoso como lo recordaba.
-¡¡Camus!!-grito con una sonrisa, mientras se lanzaba a abrazarlo, se colgo de su cuello, mientras sentia como las lagrimas empezaban a salir de sus ojos. Camus correspondio el abrazo con ternura, al fin de cuentas su prima era una de las pocas personas capaces de quitarle esa frialdad tan caracteristica.
-¡Hola Kristal! ¿Me extrañaste?-pregunto con una ligera sonrisa
-¡Como no tienes idea!-respondio ella mientras soltaba un poco su cuello y sonreia abiertamente, haciendo contraste con las lagrimas que salian de sus ojos.
Camus levanto una de sus manos y con delicadeza, limpio esas lagrimas, haciendo que su prima ronriera mas. Luego ella lo invito a entrar al pequeño pero comodo departamento. Cuando estuvieron dentro, Camus deposito en el suelo la mochila que contenia su ligero equipaje, y se sento en uno de los sillones, mientras Kristal se dirigia a la cocina y regresaba con unas refrescantes bebidas.
Camus acepto la bebida gustoso y despues de apaciguar su sed, se puso a charlar con su prima.
-¿Puedo hospedarme aqui?-pregunto directamente Camus, al fin de cuentas el era una persona de pocas palabras.
-¡Pero por supuesto!-contesto Kristal alegremente- Camus, tu sabes que mi casa es tu casa, asi que puedes quedarte todo el tiempo que quieras.
-Te lo agradesco-dijo Camus con una ligera sonrisa y un pequeño suspiro de alivio.
Luego de esto, Kristal guio a su primo a la habitacion que ocuparia, para que se acomode.
-¡Cocinare algo especial para ti!-exclamo Kristal al momento que volvia a la cocina y retomaba su trabajo, tarareando alegremente una cancion. Se sentia tan feliz de que Camus estuviera ahi, y lo mejor es que se quedaria con ella. Aunque aun no sabia por cuanto tiempo, pero eso no importaba, incluso si se quedara tan solo ese dia, ella se sentiria satisfecha, porque pudo volverlo a ver.
Estaba tan sumida en sus pensamientos, que no se dio cuenta que Camus se encontraba detras suyo, apoyado en el marco de la puerta, observando detenidamente lo que ella hacia.
Por un lado, Camus se sentia feliz de haber tomado la decision de ir a visitarla, sabia que Kristal le recibiria con los brazos abiertos, ademas que en verdad sentia cariño por su prima. Por otra parte se sentia aliviado, porque este lugar era el mas indicado para ocultarse, incluso si intentaban buscarlo, lo mas logico seria que lo buscaran en Francia y en Siberia, y no en Sud America.
-Acaso intentaras buscarme amor mio-penso con pena
-¿Que dijiste Camus?-pregunto extrañada Kristal
Camus se recrimino a si mismo. No se dio cuenta que habia expresado su pensamiento en voz alta.
-No, nada-respondio con voz nerviosa-¿Puedo ayudarte a cocinar? Mira que yo tambien soy un buen cocinero-agrego con humor
-¡Claro! Dos manos son mejor que una-contesto alegre
Entonces Camus se adentro en la cocina y comenzo a hacer una ensalada. Ambos se pasaron bromeando todo el tiempo, hasta que la comida estuvo lista. Luego se sentaron a almorzar y comenzaron a contarse las cosas que habian hecho en todo el tiempo que no se habian visto.
Kristal era una de las poquisimas personas que sabia que Camus era un caballero dorado y que servia a una diosa. Desde el dia en que se habian conocido, Camus y Kristal habian entablado un lazo especial, se entendian a la perfeccion, podian mostrarse tal como son, no necesitaban fingir o mostrarse distantes, cuando estaban juntos se sentian libres y capaces de reir o de llorar sin pena alguna. Ya desde hace varios años se comunicaban por cartas, en donde se contaban todo, o al menos lo mas importante.
Pero desde hace algun tiempo que Kristal no recibia noticias de su primo y tenerlo de visita asi de repente era algo raro, pero no se animo a preguntar nada, sabia con certeza que el mismo Camus le contaria lo que habia sucedido, tan solo necesitaba darle tiempo.
Los dias pasaron rapido, sin darse cuenta Camus ya llevaba una semana acompañando a su prima, ambos decidieron aprovechar la ocasion lo mejor posible, asi que en todo ese tiempo, se fueron de paseo. Visitaron museos, fueron al cine, a comer a restaurantes, a conciertos de musica y otras veces tan solo se quedaban en el departamento disfrutando la compañia del otro. La vida era mas alegre y divertida estando juntos, incluso cuando hacian los quehaceres de la casa o iban de compras, era todo risas y sonrisas.
Una noche Kristal se desperto sobresaltada, escucho atentamente los sonidos que provenian de la habitacion continua a la suya, era la habitacion que Camus ocupaba.
Se levanto y se dirigio a esa habitacion, cuando estuvo cerca de la puerta, pudo escuchar con claridad que los sonidos eran sollozos. Preocupada entro a la habitacion sin tocar la puerta, y vio la escena mas triste que pudo imaginar. Ahi en la cama, se encontraba llorando amargamente su querido primo, se encontraba bocabajo ocultando sus lagrimas en la almohada.
Con el corazon estrujado Kristal se acerco y se sento en la cama justo a lado suyo. Cuando Camus noto su presencia se sobresalto, pero al darse cuenta que era ella, se abrazo de mi cintura y siguio llorando apoyado sobre sus rodillas. Al verlo en tal estado, Kristal solo atino a acariciar su cabello y de paso arreglarlo poque al ser tan largo se encontraba desparramado por toda la cama. Mientras realizaba esta tarea, se sorprendio de escucharlo hablar.
-Me...traiciono-dijo entre sollozos-Me traiciono...y yo solo...hui.
-¿Quien te traiciono?-pregunto
-Alguien...a quien...yo amaba mucho-dijo entrecotadamente-Pero él...él me traiciono.
-¡Oh Camus!-dijo tristemente al sentirse impotente de no poderlo ayudar. Y aunque Camus le acababa de confesar de que la persona que amaba era un hombre, no le importo, queria demasiado a su primo como para importarle.
Camus, poco a poco se fue calmando, las caricias de Kristal fueron de gran ayuda, cuando al fin las lagrimas dejaron de salir, ambos se quedaron en silencio. Camus seguia apoyado en las rodillas de Kristal y ella continuaba acariciando de manera tierna su cabello.
-¿No te importa que me haya enamorado de un hombre?-pregunto Camus en tono seco
La pregunta sorprendio a Kristal y tardo algunos segundos en asimilar lo que le decia.
-¡Claro que no! Camus yo te quiero, y no me importa en lo mas minimo tus elecciones-exclamo Kristal en tono seguro
-Yo crei que no me aceptarias-dijo Camus esta vez en tono suave
-¿Por eso dejaste de enviarme cartas, verdad?-afirmo mas que pregunto
-Si, no queria que pensaras mal de mi-respondio Camus
-¡Tonto! ¿Tan poca confianza me tienes? -le reprendio, pero el tono dulce de las palabras le quito el efecto.
-¡Perdoname! Debi confiar en ti...en vez de confiar en él-completo con amargura
-¿Quien es él? ¿Quien es esa persona que te hace sufrir tanto?-pregunto deseperada Kristal
Camus se levanto de las rodillas de su prima, se sento a su lado y se quedo en silencio mientras evitaba mirarla.
-El ya no es importante-dijo al fin-Me fui porque decidi olvidarlo. Ahora solo quiero rehacer mi vida-exclamo mirandola a los ojos.
Kristal observo los ojos de Camus y vio sinceridad en ellos, pero tambien tristeza, dolor y desesperanza. Se sintio acongojada porque no sabia como ayudarlo, de repente su mente se ilumino y una idea broto.
-¿Camus, en verdad quieres olvidar a esa persona...la que te traiciono?-pregunto timidamente y cuando vio que Camus movia afirmativamente la cabeza, continuo-Entonces...-tomo aire-¿Crees que yo podria...ayudarte en ese aspecto?
Camus que habia estado en silencio viendo el piso, abrio los ojos como platos, levanto su mirada sobresaltado y la dirigio directamente a Kristal. ¿Habia escuchado bien? ¿Acaso su prima estaba preguntandole, si podia ayudarlo a quitarse esa gran pena que tenia en el alma?
-¿Como?-pregunto Camus, todavia dudando si lo que escuchara fuera cierto.
-¿Que si me permitirias darme la oportunidad de ayudarte?¿De ser...tu novia?-pregunto Kristal con las mejillas sonrojadas.
Camus aun no podia creerlo, sintio que le daba vueltas la cabeza, acaso Kristal que era su prima, su amiga, casi su hermana, a quien conocia de años, le estaba proponiendo ser su novia?
Camus la miro fijamente a los ojos y vio determinacion en ellos. Entonces la propuesta era en serio, y por tanto debia tomar una decision que tal vez cambiaria su vida para siempre.
Por un lado no tenia nada que perder, la persona que mas amaba lo habia traicionado, le habia sido infiel infinidad de veces, preferia seguir su vida de conquistador y mantener su fama de gran amante antes que elegirlo a él, a Camus, a quien juraba amaba con locura. Asi que se canso de sus mentiras, de sus infidelidades y de su falso amor, por lo que con el corazon destrosado, se fue del Santuario sin decirle a nadie, sin despedirse de nadie, abandonandolo todo, con la firme decision de olvidar y tratar de rehacer su vida.
Y ahora, se presentaba una oportunidad en la vida, con la persona a quien aparte de su infiel amante, le habia hecho sentir ternura a su frio corazon. Kristal siempre habia demostrado, ademas de completa confianza, un cariño sincero hacia él. Definitivamente si habia alguien que lo conociera bien era Kristal, él nunca fue capaz de engañarla y mucho menos de hacerla sufrir, en cambio Camus siempre habia tratado protegerla de todo sufrimiento. Sabia con certeza, que ella jamas le traicionaria y que pasara lo que pasara ella siempre lo apoyaria. Pero tambien sabia que si aceptaba esta proposicion, seria definitivo y no habria vuelta atras.
-Kristal yo...-tartamudeo Camus, todavia indeciso
-¡Por favor dejame ayudarte!-exclamo Kristal abrazandolo con fuerza, mientras hundia su cabeza en el pecho tan varonil de Camus-¡Dejame ayudarte...dejame ser tu novia... y quedarme a tu lado!-suplico con la voz quebrada por el llanto que pugnaba por salir.
Camus lo penso un momento mas, no era una decision facil, pero "no tenia nada que perder y si mucho que ganar", asi que correspondio el abrazo de manera amorosa para alegria de Kristal, y utilizando una de sus manos, Camus le tomo la barbilla delicadamente, levantando de esta manera su rostro, le seco las lagrimas que brotaban de sus ojos y le dio un beso en la frente con ternura, aceptando de esta manera la proposicion y haciendo un acuerdo silencioso entre ambos.

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