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Cambio de destino por Lalamy

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Notas del fanfic:

Para los que les gusta los juegos mentales, y las tramas bizarras llenas de secretos oscuros...

Notas del capitulo:

Bueno, este capítulo tomenlo como una introducción a lo que será la historia en si, así que si te gusta la historia agradecería mucho los comentarios, y espero que les agrade, porque lo digo aqui y lo reiteraré varias veces, esto es una historia "Experimental" ustedes entienden, otro género, y si no resulta lo eliminaré y listo. Espero que les guste y muchas gracias por leer, no olviden comentar si les gusta o les desagrada, si les fue indiferente... no comentan y listo, y se acabó ja!...

 

...en serio, espero que lo disfruten.

Cuando David llegó luego de un arduo día de trabajo, vio a su esposa frente al televisor, absorta por la noticia de un hombre que dio su vida por salvar a su hijo, por su cabeza sólo pasó un pensamiento por su mente…

“Debo matarla”

Constantemente tenía ese instinto asesino que lo agobiaba día tras día, noche tras noche, cuando olía el suave aroma de quien sería su víctima, embriagándose de él, girando a su alrededor, dándole vueltas el cerebro.

“Debo matarla”

- David… ¿pasa algo?- le preguntó esta a la hora de dormir, el odiaba que interrumpiese tan súbitamente sus oscuros planes.
- No…-murmuró.
- ¿Entonces por que no me has hablado desde que llegaste?- insistió.
- Estoy… muy cansado…

“Debo matarla ya”

- Entonces duerme, apagaré la luz ¿bueno? Mañana leeré el resto del libro, me faltan 10 páginas, ¿no es sorprendente? Lo comencé antes de ayer y ya lo estoy terminando…
- Si…eres sorprendente- musitó.

Se apagó la luz.
“¿Debía matarla ya?”, se preguntaba, “¿Debía ahogarla con la almohada?”, “¿Sería sensato hacerlo?”.

Ya sabía lo que haría, prepararía todo para que pareciese que había sido abandonado, la descuartizaría y escondería los restos de esta por todos los lugares de la casa, nadie la echaría de menos, no tenía hermanos, sus padre murieron en un accidente, y amigos eran pocos, no era una mujer muy sociable, sentada siempre en el umbral de la ventana sumergida en sus libros, una mujer que si desaparecería ni Dios se daría cuenta.

Se sentó sobre la cama lentamente, tomó la almohada que cada noche acomodaba sus sueños, acercándose como un felino a punto de atacar a su víctima…

- ¿Qué pasa mi amor?- se dio media vuelta con su rostro angelical, sin haberse percatado de la atrocidad de la cual sería víctima por la mente enferma del amor de su vida.
- Bu-buenas noches…-titubeó.
- Buenas noches, amor- y lo besó en la boca.

********************
Sábado.

- ¿Quieres más pan?- le dijo la mujer sonriendo, con la panera en su mano.
- No, no… gracias…
- ¿Sabes una cosa?- dejó el objeto a un lado- otra vez vino el vecino a molestar, que le gusta a ese hombre joder por todo ¿no?
- ¿Que te dijo ahora?- habló distraído.
- Que yo metía mucho ruido con el martillo, le respondí que no tenía la más mínima idea de lo que estaba hablando, pero insistía e insistía que yo martillaba y que no lo dejaba dormir- mordió el pan.
- Te cuidado, ese hombre es peligroso.
- Si sé, pero ¿Qué quieres que haga? Si toca la puerta y aún no ponemos un ojal, tengo que abrir para saber quien toca…
- Si, si…
- Mm…- dijo luego de degustar su té- tiene sabor raro…
- …chale azúcar…
- No…no… es…- tocó su garganta, lo miró a los ojos y cayó al suelo.

El sonrió.

- David, idiota, dejaste la puerta de atrás abierta toda la noche- se oyó la voz de su mejor amigo y vecino Arturo, un tipo delgado y con barba de tres días, que acostumbraba a entrar sin pedir permiso, David no alcanzó ni a levantarse cuando éste apareció en la cocina y miró el cadáver de la mujer con una retorcida cara de sorpresa- ¿Qué…que hiciste?- dijo pasmado, retrocediendo unos pasos.
- No, nado… ¡Un infarto! ¡Le dio un infarto!- fue lo primero que se le ocurrió.

Arturo lo miró asustado.

- No… no fue un infarto- dijo el recién llegado con el corazón agitado, tenía pensado correr.
- ¿Adonde vas?- dijo amenazante.
- Voy a llamar…
- ¡¿A quien?!- gritó David, sus planes se estaban frustrando ¡COMO NO HABÍA PENSADO EN ESE DETALLE!
- Tranquilo…- dijo con las manos al frente- me vas a explicar…
- Tu no viste nada- el asesino habló entre dientes.
- S-si…- estaba sudando helado, luego de esto salió corriendo.

David tomó un cuchillo de cocina al instante, y corrió por el pasillo hacia la puerta de su jardín, su casa era pareada con la de su amigo, pero sabía bien que este vivía solo, lo que no le dificultaba asesinarlo, nadie lo vería.

Arturo atravesó el jardín trasero para dirigirse al suyo, podía oír como David le seguía los pasos, y como relámpago entró por la puerta de su casa, echándole llave por dentro para ganar tiempo. Tomó su celular y salió por la puerta de adelante para salir a la vereda. Luego de esto corrió hacia un lugar que estuviese repleto de gente, y llamó a los carabineros informando sobre un homicidio.

David estaba frente la puerta trasera de la casa de su amigo…
… no estaba resultando como había planeado…

Se dirigió a su casa arrojó el cuchillo carnicero, y subió por las escaleras para buscar una chaqueta, y colocarse zapatos. Al bajar tomó las llaves de su auto, un poco de dinero que ocultaba tras el marco de una fotografía del matrimonio, y salió de la casa completamente tranquilo.

- Buenos días David- dijo la esposa del vecino molestoso, quien estaba regando su antejardín.
- Buenos días Doña Ivonne ¿Cómo le va?-dijo este sonriente, en tanto abría el portón.
- Mm…aquí, con unos dolores de espalda, mañana voy a ver al doctor…
- Tenga cuidado…- advirtió el hombre introduciéndose al vehículo de color rojo platinado para avanzar.
- ¿Y la Marcela? ¿Cómo está?- dijo la señora cuando este salió nuevamente para cerrar la puerta doble.
- Bien… está ahí, en cama la floja.
- ¿Y a donde va tan temprano?
- Eh… al supermercado- se estaba fastidiando- ya nos vemos- sonrió.
- Que le vaya bien.

Y aceleró.

Estaba nervioso, no sabía que hacer, aquel tipo le había arruinado todo, estaba dispuesto a pagarle lo que fuese para que callara, pero no le dio la oportunidad de hacerlo, tenía que pensar en algo, tenía que hacer algo, ¿A dónde ir? ¿Qué hacer? ¿A quien recurrir? ¿Cómo llegó a esto?
Fue cuando de la nada pasó de manera perpendicular a él un bus, y sin darse cuenta…

Todo había acabado.










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