Traición Culpable.
“No hay peor traición, que engañarte a ti mismo
No hay mayor engaño, que ilusionar a otro
No hay mayor error, que atar a alguien por miedo”
By Chaotic Kittie
“Frió, todo lo que tocas se vuelve hielo”
Escuché decir al aire, mientras nos encontrábamos en la terraza del internado, sus lágrimas no cesaban… No fui capaz de reconfortarlo… esta vez no podía…
Yo era el villano de esta historia, no habiendo acción que se pudiera lograr…
Pasmado te observé… sintiendo como llamabas clamando, aunque sea una gota de afecto, un favor, como una plegaría que jamás será escuchada…
Mis brazos cayeron a los lados estáticos, no lloré, no reí, ni siquiera me disculpé… ninguna reacción apareció, siendo eso lo que más dolió, lo que mas ahondo en tu corazón…
Estabas confesando tus sentimientos, aún así… no era capaz de colocar expresión alguna en mis acciones, para con tu persona…
Todo está arruinado…
Volví y me giré para no verte a la cara, estaba haciéndote daño con tan solo estar parado allí, me acerque a la reja que nos protegía de aquella altura, la apreté con mis manos, jugando con ella de forma tranquila, ¡Si¡ ni siquiera el llanto que se escuchaba por el lugar me exasperó…
“¿Qué podía hacer en aquella situación?”
Fingir, quizás era la mejor opción, pero no estaba para mentiras, ni él estaba para engaños, el silencio fue lo único que pude entregarle, espero que note que esto, no es solo indeferencia, pero creo que es demasiado pedir…
Mi mente comenzó a viajar por lo extenso de ese cielo gris; es que simplemente no estaba hecho para devolver un favor a alguien, no sirvo para amar…
Las gotas cayeron, una a una, como miles de dagas traspasaron las telas, los tejidos, la piel, pero nada paso, era verdad simplemente yo era como el hielo, como la escarcha matutina, que se mantiene allí, sin desaparecer, grados bajo cero acompañan a este corazón.
¿Es que nadie comprende?
Pido auxilio entre silencios, entre muecas, entre pequeños gestos disipados por las falsas sonrisas de cada día… Ni siquiera Tú.
¡Amigo Mio!
¿Cómo podría amarte?
Dímelo, ya que lo haría sin chistar, sin desear nada más que tu boca en la mía, pero ni siquiera puedo darte una oportunidad, por ello haz decidido abandonarme…
Veo tu figura lejos de la mía, tu mirada fuera de mi alcance, ahora solo te alejas tratando de olvidar mi frialdad, mientras tanto…
Me consumo…
Degrada mi existencia en la soledad de mis quejidos internos, deseando que te des cuenta que necesito de alguien, de tiempo, de amor, de paciencia
Pasaron los días, las horas, las semanas, los minutos…
Todo se desvanecía, mientras mi voz pedía auxilio, ahora tu sonreías a otros, menos a mi persona, eso dolía tanto…
Soy demasiado egoísta…
No deseo amarte, no deseo hacerte mío, no deseo compartir mi vida en tus hojas…
Pero tampoco soy capaz de dejarte,
No soy capaz de compartir tu amistad con nadie, no soy capaz de dimitirte para que seas feliz….
Y si…
Una idea inoportuna cruzó mi mente, mentirme a mi mismo, quizás con el tiempo podría amarte…
Obligando a mi corazón, me acerqué nuevamente…
Así te arrastre hasta el mismo lugar, dejando a todos atrás, volví a subir por las escaleras contigo a rastras…
“Te necesito”
Te abrace por la cintura, era verdad te necesitaba, pero tampoco te amaba, estaba jugando con tus sentimientos, para que no pudieras irte de mi lado… para que no me abandonarás…
Al final, no deseo perder nada…
Mostrando quizás un lado falso, he mentido, a una de las personas que más quiero, y cada día que pasa es más difícil terminar con ello.
Aún no te amo, pero tu sigues fiel, devoto, frágil, con los sentimientos en cada poro de tu alma, eres tan sencillo y simple, que comprendo tu alegría…
Si supieras que solo por capricho te mantengo a mi lado…
¿Me odiarías?
Soy una vergüenza lo sé, un cobarde sin gracia, pero es tan difícil entender la esencia humana en sí…
Esta mañana he despertado contigo, Ignacio…
Entre mis brazos, tu piel morena se adhiere a mi piel blanquecina haciendo un juego de colores, como las piezas de ajedrez, aunque en este momento la maldad y oscuridad, la lleva los colores angelicales.
Te he hecho mío por primera vez, no he sentido nada nuevo, mi mente ha viajado por muchos lugares, mientras teníamos sexo; jurabas entre versos y acciones románticas… como haciamos el “amor”
No he sido capaz de decir una palabra…
¿Por qué es tan difícil manejar mi corazón?
Te lo digo enserio, si fuera por mí, estaría prendado a ti, a cada segundo, pero este sentimiento de culpa me persigue, llevamos tanto tiempo juntos, aún sin ser capaz de decirte ni siquiera una vez te quiero…
“Te quiero…” “pero no de la manera que deseas”
Susurró cuando me levanto de la cama buscando mis boxers por los rincones de aquella insufrible habitación que sigue a mi culpa cada día…
¿Hasta cuando seré capaz de aguantar?
Tu cara angelical, tus cabellos cayendo graciosamente, tu figura frágil, mi corazón podrido…
El tiempo pasa volando, aún sigo a tu lado mientras observo como mis sentimientos se vuelven más fríos, ahora sufres porque ni siquierate observo de forma calida…
No quiero dejarte…
Suspiro hondo mientras te veo hacer una escena de celos, estas tan inseguro de ti mismo…
Siempre pasa lo mismo, el tiempo sigue transcurriendo, ese reloj que no perdona ni el más mínimo error, haciendo que la culpa aumente, nuestra relación se deforme, y mi amor ni siquiera aparezca…
Y si….
¿Te digo la verdad?
No podría prefiero seguir mintiéndonos a los dos aunque la mentira es la inexistencia real en el mundo de las ilusiones; a veces, el vivir entre ellas es lo adecuado… Se que no te gustan las blasfemias, a mi tampoco, pero será correcto hacerte sufrir…
Hemos caído demasiado hondos, como para volver a la superficie, te arrastre conmigo…
Lo sé… Soy animales en busca de carne… Soy un hechicero en busca de magia… Soy un mentiroso en la irrealidad de una maldita invención.
Te confieso que muchas veces, he obligado a mi mente a serte sincero, a amarte, a dedicarte mi tiempo… No es que haya otra persona… ¿o quizás si?...
No lo sé con exactitud, pero es tan difícil explicarte lo que siento.
Ha pasado un año desde que me parado en esta relación, llena de dolores, de almas postergadas, de sentimientos acallados…
Me arrepiento de atraerte hacia a mí, no dejarte libre, y seguir tratando de colocar una venda sobre los dos…
¿Podrías perdonarme?...
Otra noche que pasamos juntos, ningún choque eléctrico, ninguna sensación, un orgasmo alcanzado por la pura necesidad… otra vez esa palabra, la única que se decirte sin chistar, la única verdad de todo este mar de falsedades…
“Te necesito… no me dejes”
Con mis brazos aferrado a tu hermosa figura, con tus cabellos adornando mi pecho, con tus piernas cruzadas con las mías, y nuestros cuerpos desnudos, en aquella mullida cama; mato cualquier signo de amor, con esas palabras que más que ser cariñosas suenan a un auxilio reprimido por mucho tiempo… siendo como un salvavidas para mi, que me permite respirar, y ser alguien alrededor de esta maldita inexistencia…
“Te amo…”
Susurras y se me rompe el corazón porque trato de mover mis labios para decirlo, no salen, esas dos palabras, esa frase que consta de cinco letras, tan fácil de demostrar por algunos, tan difícil de plasmar en mis labios… No aparece…
Te acurrucas mientras siento ese llanto reprimido alrededor, un aura que siempre nos acompaña después del sexo, después de la desazón, después del “amor” que no soy capaz de profesar…
Tenías razón esa primera vez, en aquella tarde en que las nubes presagiaban por completo este momento, soy hielo aún más congelado que antes… aún así seguiré profesando algo que no siento, mientras el fantasma de la mentira me perseguirá porque solo yo estoy al tanto de lo que verdaderamente soy…
Un monstruo egoísta temeroso de la soledad, de la inexistencia, del olvido…
En silencio mi conciencia me dirá que todo está mal, mientras cada vez más alejada arranca de mí como todos los otros, te estoy arrastrando conmigo…
No me odies… ¡ámame!
No me dejes… ¡quédate!
No me cuestiones… ¡pertenéceme!
No puedo creer hasta donde he sido capaz de llegar pero espero amarte algún dia, con toda mi alma, he deseado entregarme a Ti aunque no vea ninguna luz de esperanza, espero poder corresponderte algún, dejar de sentir esta culpa, hacer latir mi corazón de nuevo, deshacer el hielo que se encuentra a mi alredor…
¡Ayúdame!
Te grito desde el umbral escribiendo estas palabras en mi mente, mientras observo tu figura delineo tus labios, busco un espacio, me mantengo firme…
Quiero amar, pero aún no soy capaz…
Quiero sentir, pero soy como un muñeco sin vida
¿Te haré caer conmigo? ¿Lograrás sacarme de este abismo?
Pese al tiempo aún sigo rígido en este engaño, en esta mentira, esperando como en esos viejos cuentos que leía mi madre, todo termine con un final feliz, aunque mi esperanza se haya hundido…
Cierro mis ojos, me dejo llevar por la corriente de Morfeo…
No sintiendo nada. No soñando nada, solo con el cuerpo de Ignacio a mi lado…
Soy un falso abismo
De inseguridad y crueldad…
De fantasía y necesidad…
Soy injusto contigo…
Soy la victima de mi propio engaño.