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Quizá algún día. por sakura kinomoto

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Quizá algún día.

No se si algún día podré expresarte estos sentimientos que siento por ti, cada vez que te veo me pongo ansiosa, ese cabello color lila que se mueve con el viento, esos ojos cafés, que cuando me miran me hacen sentir una enorme paz y tranquilidad.
Cuando te me acercas y me abrazas o simplemente con sentir tu presencia cerca, mi corazón se acelera, las manos me sudan y me pongo sumamente nerviosa, aunque yo se que solamente eres mi amiga y que alo mejor tu no sientas lo mismo, solo me basta con saber que por lo menos me estimas y que soy sumamente importante en tu vida.
En estos momentos me encuentro recostada cerca del cerezo donde nos conocimos, si me acuerdo bien, tú estabas llorando y la causa de esas lagrimas que derramabas era por que no eras aceptada socialmente todos te insultaban y te hacían a un lado, te acababas de mudar y el cambio de escuela no era satisfactorio para ti, yo acababa de salir de la escuela iba de camino a mi casa pero escuche a alguien que se encontraba llorando, me acerque y te vi, tu cabeza la tenias entre tu piernas y tus manos las abrazaban, solté mi mochila y deposite mis manos en tus hombros.
Te sobresaltaste al sentir mi contacto, me miraste con aquellos ojos cafés que estaban cubiertos de lágrimas.
Te pregunte ¿Por qué lloras?, bajaste tu mirada y no me contestaste entonces con mí mano alcé tu cara y limpie tus lágrimas y te dije: - no vele la pena derramar esas lágrimas por personas que no se las merecen-, tú solamente me sonreíste y me respondiste: -gracias-.
A partir de ese momento nos hicimos grandes amigas, aunque lo mío sea más fuerte hacia ti.
Cuando me cuentas de los chicos que te gustan o de tus grandes amigas que dejaste en tu antigua casa, no puedo evitar ponerme celosa nada más de pensar que te comparto con alguien y que no eres exclusivamente mía, pero evito ponerme así no quiero que descubras mis verdaderos sentimientos, no se como reaccionarias si lo supieras tal vez me harías a un lado y quizá me dejarías de hablar yo no podría soportar que hicieras eso, mis ganas de vivir se desvanecerían ese es mi gran temor que te alejes de mí.
Recuerdo que una vez me platicaste tu gran noticia que a la vez era mi desgracia, ya tenías novio, cuando me lo dijiste sentí un enorme vacío dentro de mi ser, en ese momento ya no quería seguir viviendo, pero al ver tu cara llena de alegría y emoción descubrí que yo también lo era, aunque supiera que te tenía otro y no yo, me sentía feliz por que tu igual lo eras.
Paso un mes que casi no te veía ni paseábamos juntas ya que tu estabas sumamente ocupada con tu nuevo acompañante, solo me consolaba escuchar tu voz todas las noches cuando me hablabas para platicarme lo bien que te iba en tus citas, me sentía feliz por ti pero a la vez triste por mi.
Esa noche no fue como todas, me llamaste como es tu costumbre pero esa voz no sonaba como la habitual alegría que solía tener, se oía entre cortada gracias a los sollozos que consecutivamente salían de tu boca, entonces intuí lo que te sucedía, me lo platicaste todo de cómo habías encontrado aquel sujeto besándose con otra, en ese instante me embargo una gran ira al saber que te habían hecho sufrir y mas aun pensar que ese sujeto solo había jugado con la persona que yo mas quería. Trate de consolarte pero me di cuenta que todos mis intentos eran en vano, tu lo amabas y yo no podía cambiar eso, me sentía una inútil por no lograr subir tus ánimos, un coraje se refugiaba en mi interior, quería golpear aquel sujeto que te había hecho llorar pero no podía.
Con el paso del tiempo tus ánimos se han ido recuperando aunque ya no son lo mismos, y siempre me lo recuerdas diciéndome:
-Gracias Tsubasa, sin tu amistad no se que haría-.
Yo solo te sonrió y correspondo a tu abrazo, lo que tu no sabes es que yo daría todo por verte feliz aunque no sea a mi lado.
Cuando me encuentro a solas bajo este cerezo empiezo a recordar todas las cosas que he vivido estando contigo, las alegrías y las penas que te suceden, las comparto y las siento tan mías aunque no lo sean.
-Hey Tsubasa!!!!! Que haces ahí?, te he estado buscando-
Oigo que gritas, me levanto y veo que vienes hacia mi, como me gusta que te preocupes de saber en donde ando, me sacudo la falda y agarro mi mochila.
-¿Por qué no entraste a la última clase?-
Me preguntas poniendo cara de severidad como si me estuvieras regañando por mi incumplimiento. Yo solo sonrió y te contesto:
-Es que quería estar a solas un momento para pensar, y no me pongas esa cara Yume no lo vuelvo a ser.
Me regalas esa sonrisa que siempre sueles mostrar, para contestarme y junto a mi caminas platicándome tus planes para el fin de semana, salir con tus amigas y conmigo.
Quizá algún día te diga mis verdaderos sentimientos, o talvez muera sin demostrártelos, yo pienso que el tiempo lo dirá, pero mientras seguiré a tu lado como la gran amiga que soy.

FIN.

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