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“Promesa de Amor” por Chaotic Kittie

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Notas del fanfic:

Solo es un capitulo, la verdad es que no pensaba subirlo, pero aquí se los dejo para que lo disfruten. Los personajes son de Murakami Sensei, yo solo los utilizó para hacer mis locuras.

Notas del capitulo:

Yuki Y Shuichi no se conocen, jamás se habían visto, pero un extraño suceso les hace recordar una promesa del pasado; porque a veces no basta una vida para amarse, y luchando por mantener se vivos de forma inconciente, llegaron hasta el final, cuando su encuentro se volvió un hecho.

“Promesa de Amor”

 

By Chaotic Kittie

 


 

El reencuentro de sus almas.

 

 

La inspiración se había esfumado súbitamente, sus manos pararon en seco marcando una sola tecla que se proyectaba en la pantalla de aquel moderno ordenador, respiro ofuscado estirándose en su cómoda silla, echó su cabeza hacia atrás y sus rubios cabellos se deslizaron alrededor de su cara; suspirando hondo dejó su tarea de lado yendo hacia la cocina de ese desolado departamento. Algo adormilado se propuso tomar un café, ese elixir que lo revitalizaba cada vez que necesitaba energía para conseguir que sus historias salieran a flote, esperó a que el agua quedara tal como le gustaba mientras se arreglaba aquella camisa de marca, de color blanco que lo hacía parecer tan apetecible ante cualquier mirada. Fue cuando el teléfono comenzó a sonar de forma estridente, haciendo que el dolor de cabeza que había comenzado a dar indicios desde que abandonó la tarea de escribir aumentara rápidamente, pero aún así decidió ignorarlo, adoraba la tranquilidad, así que no deseaba que cualquiera quebrante sus sagrados aposentos, sin embargo la terquedad de quien insistía al otro lado de la línea era igualable a la de Eiri cuando usaba su frialdad con su entorno. Más que molesto agarró su gabardina negra, sus lentes oscuros y la billetera que estaba sobre el escritorio, marchándose de aquel lugar que se había vuelto molesto. Encendió un cigarrillo dispuesto a vagar un rato por algunas calles desoladas hasta que la noche llegase, o su inspiración le pidiese volver a su solitario lugar.

 

Sus lentes oscuros le hacían ver misterioso, intrigante, hasta atractivo con ese porte que el sabía de sobra que hacía girar a cualquiera que estuviese a su lado; pero una vez que se acercaban y mantenían una unión más fina con su persona acababan dejándolo, alegando su falta de interés, lo cierto era que Eiri no podía ser cariñoso, ni siquiera atento ya que con ninguna de esas personas se sentía de manera especial, era irónico que siendo un escritor de novelas románticas fuera tan poco sensible; incluso llegaba a ser contradictorio, pero que más podía hacer aquel hombre que sentía vacío un lugar que estaba lleno de telarañas hace tantos años, absolutamente nada, porque era incapaz de esforzarse por ello, según sus propias palabras no lo necesitaba. Iba pensando en la conversación que había tenido con Tatsuha hace unos días. “Hermano, algún día caerás, en lo que tanto blasfemas” si así había acabado con las burlas del escritor cuando le contó sobre uno de sus tantos amores, es que simplemente era gracioso verle enamorarse con tan facilidad, pero al fin y al cabo que era el amor, no era nada, antes de que reaccionase sintió como su cuerpo se tambaleaba un poco sin llegar a perder el equilibrio, alguien había chocado con él, de forma torpe haciendo un estruendoso ruido al caer.

 

—Lo siento —se disculpo aquel bulto que estaba aún el los suelos.

 

—Deberías fijarte por donde vas —fue su comentario, sin agacharse a ayudarlo.

 

—Iba algo distraído —sonrió el chico, mirando hacia arriba por primera vez.

 

Eiri iba a decir algo, pero fue cuando se encontró con, esos hermosos iris de tonos amatista, sorprendido pero sin hacerlo notar, se quedo unos minutos en silencio, un momento oportuno que se convirtió en una eternidad, siendo que la gente a su alrededor seguía pasando, ellos habían creado una atmosfera en la que nadie más podía entrar.

 

—Baka —dijo mientras sonreía de forma petulante

 

—Me llamo Shuichi —recalcó su nombre, molesto por aquella expresión de un tipo que no conocía.

 

El joven se paró una vez que salió de aquella ensoñación, la que se había roto de una manera tan seca, mientras miraba desde abajo su diferencia de alturas, trató de recoger sus cosas, sin siquiera darse el tiempo de seguir aquella discusión que comenzaba de la nada, no tenía tiempo para eso, aunque no podía dejar de verle de reojo, aquel hombre rubio le llamaba a descubrirlo a través de esa mirada reacia que mostraba bajo esos lentes obscuros.  Sacudió sus cabellos de tonalidades rosadas mientras observaba la hora que marcaba su celular; miró por última vez al hombre que se disponía a encender un cigarrillo y sin más, salió corriendo en el extremo opuesto ya que otra vez llegaba tarde a aquel lugar en el que se convertía en alguien diferente a un jovencito torpe, en donde una personalidad que muchos no tenían del todo clara se daba a relucir. Eiri quedo mirando aquella calle fumando su cigarro lentamente, no se explicaba porque había entablado conversación aquel chiquillo tan llamativo, pero estaba claro que era un mocoso torpe ante su jurisdicción, sin embargo su nombre se había clavado en sus pensamientos.

 

Llego a casa cuando ya era tarde tenía varios mensajes en la contestadota, todos de Tohma, había supuesto que era él desde un principio por lo mismo lo había ignorado, al menos con ello le quedaría claro que no deseaba ni escuchar su voz. Había comprado varios cajetillas de el vicio que alimentaba su cuerpo cada vez que le pedía nicotina, aún la taza de café yacía en la cocina pero aquella noche solamente tenía ganas de descansar, sin esperar a pedirle permiso a su mente, o a su agenda de obligaciones decidió irse a acostar. La cama estaba tan fría como cada noche, en las que dormía a la intemperie de la soledad, aunque aquel día por una extraña razón se durmió sin problemas con la imagen de Shuichi clavada en su mente.

 

—¿Me esperaras? —preguntó con la frialdad que le caracterizaba.

 

—Sabes que sí, siempre —sonrió aforrándose al cuello del rubio.

 

—Entonces, nos veremos en otra vida —hablo mientras sus ámbares demostraban, lo que sus palabras muchas veces no hacían.

 

—Espero que sea pronto —soltó unas lagrimas, mientras se mantenía aferrado a su cintura—. Te amo

 

Un susurro fue todo lo que se oyó de aquel chico de cabellos inconfundibles, su tristeza se denotaba a leguas de distancia, al igual que la pesadez en el andar de Eiri, la imagen comenzó a hacerse difusa derepente y el agarre de su amante de hacia cada vez menos intenso, sus labios se movían de forma inentendible y todo comenzó a tornarse oscuro.

 

—¡Shuichi!

 

Gritó sentándose en la cama de golpe, estaba seguro le había visto aparecer en un sueño extraño, en el que el sentía un pesar extraño y sus ropas eran aún más raras, tragó saliva  mirando hacia todos lados, se encontraba en su habitación, solo había sido un sueño.

 

****

 

Recién llegaba a casa, estaba tan agotado que sus pies se arrastraban por el pasillo, eran cerca de las dos de la madrugada, suspiro hondamente mientras comenzaba a subir las escaleras sin hacer ruidos para no despertar a su familia. Su cuerpo le pesaba, después de ir al café a cantar como cada tarde, la energía se le iba de las manos, aún así mantenía esa ajetreada agenda tan solo para poder cumplir su sueño sin molestar a nadie, un secreto que tenía guardado de casi todo el mundo, su gusto por cantar era algo que no contaba a nadie ya que muchas veces había sido reprimido por su familia.  Abrió la puerta de su habitación encontrando la oscuridad por unos instantes hasta que encendió una lamparita que tenía cerca de su escritorio, se acerco a la cama y se dejo caer en ella, sonriendo ampliamente y felicitándose internamente por haber cumplido con un maravilloso día, se mantuvo allí por varios minutos en tranquilidad como recuperando esa fuente infinita de energías, sin pensar en nada y al silencio de la noche, comenzó a cerrar los ojos de a poco, siendo iluminado solo por la tenue luz que mantenía con vida el cuarto. Su pecho comenzó a subir y bajar lentamente, pero no pasaron ni diez minutos cuando escuchó su nombre, susurrado de forma lenta y desesperada cerca de su lóbulo derecho.

 

—¡Yuki! —susurró de la nada, sin tener explicación a aquella palabra tan común, pero sintiendo un latido rápido al nombrarlo de forma cariñosa, indudablemente la imagen del rubio había aparecido al frente. No quiso darle más vueltas al asunto, aunque le había dado bastante miedo el escuchar su nombre, echando una ojeada en toda su habitación, se quito los pantalones, quedando solo en polera y unos boxers ajustados, bostezo de manera involuntaria y luego apago la luz y se acostó, sin saber nada más de aquel extraño suceso y de su vida.

 

Era sábado lo que significaba no tener obligaciones con el mundo, solamente con él mismo, pese a que se había acostado tarde el día anterior, su energía estaba devuelta y ya deseaba ir a cantar nuevamente. Sin esperar más bajo a saludar a su familia con una gran sonrisa, saltando y contagiando su alrededor. Se sirvió unas tostadas mientras tomaba un vaso grande de leche, era lo que el llamaba un desayuno nutritivo, sin más apuró su paso para salir de la casa rápidamente con la excusa de irse donde Hiro, no era bueno para mentir pero no tenía otra opción para seguir cantando. El era uno de los pocos que sabía sobre sus actuaciones y había ofrecido su ayuda para que el pudiese seguir con sus actividades. Finalmente sus pasos le llevaron hasta donde aquella noche tendría una de sus presentaciones.

 

*****

 

“Si el cielo me preguntara porque sigo existiendo, no tendría explicación, solo se que mi corazón sigue latiendo”

 

Escuchó desde fuera de un local de esquina, la que se mostraba al finalizar una escalinata en un subterráneo; marcada por un delicado letrero que mostraba el nombre del local; “Café Paraíso”. Con paso seguro se decidió a entrar para disfrutar de aquella melodía que le embelezaba, era difícil explicar como era llamado por aquellas tonterías, pero ahí estaba Yuki Eiri posando su mano en la perilla de un local pequeño; al menos tendría tranquilidad, quizás hasta disfrutar de un buen café, pero cuando cruzo el umbral se quedo de piedra observando a quien se encontraba en el escenario, ya que puedo reconocerlo de inmediato.

 

“Hay cosas que aún no entiendo, Hay lugares que aún no conozco, hay sentimientos que aún no siento…”

 

La balada salía ilógicamente bella desde sus labios, sus piernas delgadas caminaban por aquel pequeño escenario, iluminado por tenues luces azuladas; las miradas se posaban en el chico que cantaba cada noche en aquel café de esquina escondido de las miradas desaprobatorias, envolviendo a cada uno de sus espectadores en una suave y espesa armonía. Todos estaban en silencio mientras Eiri se quedó escuchando un tiempo que no supo definir, ni controlar con exactitud, cuando ya se dio cuenta decidió quedarse hasta el final, aún Shuichi no se daba cuenta de su presencia, es más estaba completamente abducido en su tarea, por lo que se sentó en el rincón más lejano. Sus cabellos rubios cayeron por su piel pálida mientras sus ojos eran descubiertos, de forma elegante  se movió para quedar más cómodo mientras Shuichi seguía cantando con los ojos cerrados, sus ropas ajustadas que resaltaban su esbelta figura le hacían ver de una manera inaudita antes los ojos ámbares que le observaban desde el rincón, el tiempo seguía pasando pero todo parecía una parálisis ínfima en un espacio mundano, el joven cantante se giro hacia la dirección en que estaba Yuki, sin más se miraron nuevamente como la primera vez, pero sus labios se seguían moviendo al compás de la canción, y su voz se elevó aún con más potencia.

 

”Es tan difícil exprimir cada rincón, pero aquí estoy, apareciendo”

“No tengas miedo, elévate, llévame contigo”

 

“Te estoy esperando hace tanto tiempo….”

 

Esa última frase sonó en un susurro dando por finalizada la canción, pero ellos seguían mirándose, Shuichi se había quedado en la mitad del escenario despertando tan solo cuando los aplausos del público en general, le alababan por una hermosa interpretación. El de cabellos rosas bajo del escenario agradeciendo con una sonrisa calida, su corazón latía tan fuerte que era imposible no sentirlo entrar y salir de manera increíble, se llevo inconcientemente las manos al pecho, mientras el escritor se acercaba de manera instintiva, pronunciando su nombre.

 

—Shuichi  —dijo con un extraño brillo en sus ojos.

 

El nombrado se abalanzó sobre el abrazándole de forma casi desesperada.

 

—Yuki, haz venido por fin —lloriqueó acurrucándose en su pecho.

 

 —Te dije que nos veríamos nuevamente, baka —desvió la mirada, ya no se sentía vacío, realmente había una razón para que se sintiese incompleto.

 

Ellos dos habían estado esperando durante siglos encontrarse nuevamente, no había una explicación lógica porque en aquella vida nunca se habían visto antes, ahora que se daban cuenta se habían estado esperando por muchas temporadas, bastando solamente un encuentro para recordarlo, otra vez habían podido unir sus almas, su promesa se había hecho realidad, estaban juntos nuevamente, eso era lo que importaba. Yuki lo tomó por el mentón sin explicar nada le besó por impulso, aún no recordaba cual era la razón de sus palabras y un confundido niño le miraba desde abajo, con un sentimiento inexplicable pero que sabía estaba ahí escondido, al fin y al cabo se habían estado buscando por todo este tiempo, finalmente encontrándose,  sonrió de forma autosuficiente y acercando sus labios nuevamente a los de Shuichi sellaron el reencuentro de sus almas, aquellas que se habían estado llamando desde la primera vez que sus ojos chocaron.

 

 


 

 Nos vemos amando a otros sin pedir nada más, cuando el egoísmo se convierte en capricho es cuando el amor satisface todo a nuestro alrededor, no importa donde lleguemos, no importa donde nos perdamos, cuando tu estés a mi lado nada importará.


 

 

Así comienza una nueva Vida.

Notas finales: Hola, bueno ahí está, espero les guste, estoy pasando por esas crisis de autor así que no se que más decir. Aunque este fic me dejo satisfecha, eso creo O.o. Saludos a todos, espero que sea un lindo día lunes mañana.

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