Ed caminaba pesadamente por las calles de ciudad central, tras su estela su hermano, los dos llegaban de una misión en el desierto y la suave brisa de primavera de la ciudad era como un vaso de agua para un sediento.
Llegaron a la comisaría, donde al llegar al piso donde tendría que darle el informe al coronel, vio a un montón de gente en la puerta del coronel Mustan, estaba la teniente Hawkeye, Hughes, Havoc y otros más.
Se acerca y dice:
- ¿Qué pasa? ¿El coronel al final recibió calabazas de una chica y se niega a dar la cara? – Lo decía muy divertido.
Riza le mira algo cabreada y dice:
- No es gracioso Elric, el coronel vino ayer de una misión muy dura, se ha encerrado en su despacho y no quiere saber nada de nadie.
- ¿Y no es simplemente posible que algo que no le agrade pasara y que no quiere contárselo a nadie?
Todos los presentes miraron a la gran armadura, Ed se acerca a la puerta y da dos golpes con la mano, una voz en el otro extremo dice:
- ¡Ya he dicho que no quiero ver a nadie!
Ed pone un puchero y dice:
- ¡Esta bien, pero no me venga luego con que me retrasé al darle el informe de la misión, Mustan!
Ed se iba a ir algo cabreado, pero de pronto la puerta se abre, dejando ver a un ojeroso y sudoroso coronel, que dice:
- Espera Elric... pasa.
Le hizo hueco para que pasara, Ed obedece, pasando al interior del despacho, el moreno cerró la puerta enseguida, ignorando las preguntas de sus compañeros.
Ed miró el interior, estaba todo oscuro, las persianas bajadas y un olor extraño, si no lo dudara, juraría que el coronel llevaba ahí encerrado más de dos días.
- ¿Qué demonios?...
- Deja el informe sobre la mesa y vete... ya lo revisaré...
Mustan había interrumpido al rubio, que mirando la pila de informes de su mesa y dice:
- SI, seguro que lo revisará, el año que viene... ¿Oye, que le pasa? ¿Por qué diablos no sale de aquí?
Y le miró, para ver su rostro algo demacrado, a pesar de parecer muy acalorado y sudoroso, estaba abrigado hasta el cuello, Ed se le acerca y le dice:
- SI está enfermo no tenga vergüenza de decirlo, cualquiera enferma.
El moreno niega con la cabeza y dice:
- Edwar, si no tiene nada más que reportarme, por favor, váyase.
Ed le ignora acercándose a él, le tomó la temperatura con el dorso de su mano y le dice, algo alertado:
- ¡Está ardiendo!
- ¡¡Largo!!
El coronel lo tomó del brazo y lo echó de su despacho, Ed se quedó algo pillado y fuera, en el exterior, se quedó paralizado, mira a todos los que le miraban, se acerca de nuevo a la puerta y dice:
- Roy Mustan... no se haga esto... cuídese.
Y Ed se marchó en compañía de su hermano.
Dentro del despacho, un agotado Mustan se apoyaba sobre la puerta, suspirando agotado, estaba al límite...
Ed caminaba por la calle, mirando todos los escaparates, parecía algo apurado, Al le dice:
- Ed, ¿Qué ha pasado ahí dentro? Hawkeye me ha dicho que Mustan ha actuado raro desde que volvió de esa misión.
- Al, no me hagas preguntas, estoy buscando algo...
- ¿Qué buscas?
- Una farmacia...
Y miró a su hermano, este le señala una calle, un poco más adelante y dice:
- En esa calle hay una.
Los dos hermanos caminaron hasta esta, donde una vez dentro, el tendero dice:
- ¿En qué puedo ayudarles?
- Buenos días, me gustaría saber si tienen algo para tratar la fiebre.- Ed.
- Si claro, y dígame, ¿Qué provoca su fiebre?
- No, no es para mi... es para un amigo, no sé muy bien porque tiene fiebre, puede ser una infección, una herida mal curada o vaya usted a saber tratándose de ese idiota ¡Estúpido Mustan ¿Por qué no se lo ha dicho a nadie?!
Ed casi parecía hablar solo antes que al anciano que atendía la farmacia, el hombre le sacó varias medicinas, algunos vendajes, antiinflamatorios, analgésicos, antibióticos y demás potingues.
Ed lo pagó todo y guardándolo en la bolsa de papel, se dispuso a volver al despacho del moreno, seguido otra vez por un insistente Al, que le dice:
- Ed, por lo menos dime qué puedo hacer.
- Busca un doctor... Y llévalo al cuartel, esperadme en la puerta del despacho de Mustan, tendré que convencerle, y si tengo que sedarlo, lo haré.
- Pero no has comprado anestésicos.- Al.
- ¿Quién dijo que sería anestesiado con una medicina? Lo haré a golpes si es necesario.
Al se dio media vuelta y corrió a por un doctor, mientras que Ed llegaba de nuevo a la puerta del despacho, Riza dice:
- ¿Ed, que haces aquí de nuevo?
- Nada...
Se acerca a la puerta y aporreándola dice:
- ¡Roy, soy yo, Ed, ábreme la puerta! Hazlo o te juro que la tiraré abajo...
No hubo respuesta, Ed mira a la rubia y dice:
- Te juro que luego lo pagaré.
Se separó unos pasos de la puerta y con su pierna AutoMail dio una fuerte patada al trozo de madera, esta reventó el candado, abriendo la puerta, Ed pasa y cierra la puerta en las narices de la teniente diciendo:
- No pasen por favor.
Ed buscó en la oscura habitación al coronel, viéndolo sentado en el suelo, apoyado contra la pared, ahora sí que estaba desnudo de cintura para arriba, y Ed pudo ver es su torso una venda que ocupaba todo su pecho, estaba ligeramente tintada de sangre, el coronel ríe levemente y dice:
- No se te escapa una Elric.
- Idiota...
Ed se acerca al moreno, se arrodilla entre sus piernas para observar la herida, parecía fea incluso por encima de las vendas, toma de la bolsa de papel una jeringa y un pequeño bote transparente y dice:
- Esto es morfina, es muy fuerte, te quitará todos los dolores, luego trataremos la fiebre y la infección, te limpiaré eso... mira que eres orgulloso.
Ed se quitó la chaqueta roja que llevaba para poder operar bien, (N/a: Por cierto no se si en esa época existe ya la morfina, pero me da igual, aquí si ^w^) llenó la jeringa con la medida que el farmacéutico le había marcado, y se lo inyectó en el brazo al moreno, que solo suspiró al sentir el pinchazo.
Luego le dio unas pastillas para la fiebre, tras eso, quitó las vendas de su cuerpo, viendo las feas heridas... eran quemaduras.
Se las curó debidamente y luego las vendó de nuevo, le puso después su chaqueta militar sobre los hombros, tras eso, vio que el coronel a penas se mantenía despierto, le toma el rostro para que le mire y le dice:
- Roy, Al ido a buscar un medico, escúchame... no te duermas aún. E hecho todo lo que he podido, espero que sea suficiente, la próxima vez llama a un medico antes.
- Edwar... lo has hecho muy bien... mocoso...
Estaba entre la conciencia y la inconsciencia, pero le dice al rubio:
- Si no despierto, yo quería que...
- ¡No seas absurdo, y no digas idioteces!
- Acércate alquimista de acero...
Roy hablaba tan bajito que Ed se acercó a su oído, para que pudiera susurrarle lo que fuera, se apoyó en las rodillas del moreno y le dice:
- Dime...
- ... –
No escuchó nada, simplemente sintió la mano derecha del moreno en su hombro y los labios fríos de este sobre su mejilla, un silencioso “Gracias” fue todo lo que escuchó; el moreno calló hacia un lado dormido o desmayado.
Ed le puso su chaqueta roja a modo de almohada, para después acercarse a la puerta y abrir lentamente, Al ya estaba fuera con el médico, Ed estaba algo ensangrentado y dice:
- Se ha desmayado, pero creo que ha sido por la morfina.
El aspecto de Ed parecía el de un carnicero en medio de su trabajo, todos ahogaron un grito, la teniente se echó las manos a la boca, entrando con el médico al despacho, Ed sale, y Hugues le dice:
- Elric, ¿Qué ha pasado ahí dentro?
- Creo que será mejor que el coronel nos lo explique a todos cuando se despierte.
Y se introdujo en el baño para poder limpiarse.
Pasaron unos días en los que el coronel fue trasladado al hospital, el médico comunicó al rubio que de no haber sido por su intervención el moreno podría estar muerto o en coma sin retorno.
Las heridas eran mas problemáticas de lo que todos pensaron en un principio, pero tras una semana, el moreno fue dado de alta.
Ed no sabía si ir a preguntarle su estado o enviarlo a puñetazos de nuevo al hospital, gracias a Al decidió lo primero.
Llegaba, solo esta vez, al edificio militar, entrando pudo ver a Maes atosigando a todo aquel que se le cruzara con fotos de su pequeña hija, lo pudo esquivar, luego vio a Havoc en un rincón leyendo un libro, no lo resistió y pregunta:
- ¿Qué haces ahí?
- Huyo de Maes y las nuevas fotos de su hija... es monstruoso, no le digas que me has visto.
Y huyó a otro rincón más alejado, Ed siguió su camino por los pasillos, para llegar ante la puerta del coronel, fuera, en su mesa, estaba la teniente Riza Hawkeye firmando algunos documentos, y le pregunta:
- ¿Esta el marqués ya más recuperado?
La rubia sonríe y le dice:
- Pregúntaselo tú mismo, esta mañana ha llegado dando órdenes y gritando, supongo que era para evitar que lo riñéramos por ocultarnos sus heridas.
- Entonces está bien.
Dijo Ed acercándose a la puerta y riendo, pica y dice:
- ¿Aun estas vivo?...
Sin decir mucho más, la puerta se abrió de repente, Riza solo vio el brazo de su coronel atrapando al pequeño Ed y metiéndolo a toda prisa para cerrar después.
Una vez dentro Ed dice:
- ¿¡Pero qué modales son esos!?
- Edwar Elric, te agradezco lo de la semana pasada...
- ¡Pues vale, pero no me hagas entrar así!... Que brusco.
Dijo Ed colocándose la ropa, luego dice:
- Venia para ver como estas, pero veo que has recuperado fuerzas.
Ed se quedaba algo cohibido al ver que el moreno no se inmutaba, y le dice:
- ¿Aun te duele algo?
- Bueno, tengo como una espinita clavada aún.
- ¿Espinita? – Ed algo desconcertado.
Ed empezaba a pensar que algo le aceptó al cerebro, Roy dice:
- Bueno, me desmayé con la imagen de mi salvador y me desperté con la ñoña cara de una enfermera mirándome como una bobalicona...
Dijo el moreno recordando los días que había pasado en el hospital, rodeado de enfermeras que lo atosigaban con demasiados mimos.
Ed ríe para decirle muy divertido:
- Si lo veo no lo creo, Roy Mustan renegando de los cuidados de unas hermosas enfermeras.
- ¿Cómo sabes que eran guapas?- Roy.
Ed se queda algo cortado, y muy rojo dice.
- Bueno, que pasa, si, fui a verte un par de veces, pero como estabas medio drogado ni te enteraste.
Roy sonrió, sinceramente, Ed dice:
- ¿Qué es gracioso?
- Te has puesto todo rojo... Oye Ed, estuve pensando muchas veces como agradecerte, asi que como no se me ocurría que decirte, te he escrito una carta.
Le tendió el sobre y dice:
- Me gustaría más que la leyeras cuando estés solo. Buenos días Full Metal Alchemist.
Ed salió autómata por la puerta una vez fuera, había demasiada gente, y todos le miraban, era normal, tenía la carta tomada de los dedos índice y pulgar ( N/a: ¡¡Como L!!) y la boca desmesuradamente abierta.
- Me ha escrito una carta de agradecimiento... ¡Se ha vuelto loco!
Dijo medio histérico, Hawkeye dice:
- Léela Elric.
- Me ha dicho que la lea solo, a lo mejor dice algo de lo que no quiere que otros se enteren.
Dijo medio abriendo el sobre, como si fuera la peste, se asomó dentro y dice:
- Y no hay trampa, empiezo a asustarme.
Se marchó poco a poco aun con las insistencias de Havoc, Maes y Riza de que lo abriera.
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