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Show me your teeth por LadyHenry

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Notas del fanfic:

 

Por cierto, el título pertenece a una canción de Lady Gaga Teeth que tiene un vídeo clip realmente inspirador *¬* (léase yaoi) si tienen oportunidad veánlo ;)

 https://www.youtube.com/watch?v=0fhrRfTFeug

 

Jair miraba las pobladas aceras desde el ventanal de su habitación, una de las razones por las que detestaba la época navideña eran las mareas de gente en busca de regalos, en esos momentos hubiera dado cualquier cosa por poder mirar hacia el callejón de enfrente con mayor claridad. Tenía la certeza de que alguien les estaba observando, y no le gustaba nada.

Las posibilidades que barajaba no eran muy alentadoras, podría tratarse de ladrones, de algún pervertido... incluso podría ser la loca  ex novia de Aleix. Ésta última posibilidad le dio escalofríos, nunca había entendido cómo su mejor amigo se pudo liar con semejante zorra tarada, durante los dos meses que estuvieron saliendo no paraba de controlar los movimientos de Aleix, tenía que saber qué estaba haciendo y con quién en cada instante, la gota que colmó el vaso fue cuando lo acusó de serle infiel con él, apelando a la reconocida bisexualidad de Jair.

"Quieres llevarlo por el camino del pecado y la sodomía" había argumentado Mary Sue en un alarde de fervor religioso. Aleix se limitó a cagarse de la risa, no entendía qué le hacía tanta gracia, de hecho siempre defendía a Mary Sue alegando que era muy divertida y que su sentido del humor provinciano le propinaba grandes momentos de felicidad. En cambio a Jair le provocaba arcadas, ¿quién coño (exceptuando a los curas y sus fieles)  usaba palabras como "sodomía" o "camino del pecado"?

Cuando Aleix paró de reírse tomó a Jair de la mano y lo acercó hasta rodearle la cintura, mientras ponía voz de falsete para romper su relación con Mary Sue, de la manera más surrealista que hubiera podido imaginarse.

"Mary Darling lo has descubierto, Jair me ha contagiado con sus células ultra gay... ya sabes las culpables de que sus tres últimos ligues sean chicos, las que le disparan la libido en cuanto detecta una buena..."

Eso fue todo lo que atinó a decir antes de que Jair le pellizcara con fuerza haciéndolo gimotear como una niña. Cosa que no hizo más que confirmar las sospechas de Mary Sue de que habían amariconado a su novio.

Decidió distanciarse un tiempo, para recopilar información, tenía que curarlo, en ningún momento pensó en una ruptura definitiva, por eso reaccionó mal cuando supo que otra se le había adelantado. Una semana después Aleix se paseaba por el centro comercial de la mano con una pelirroja a la que le sobaba el trasero cada vez que tenía oportunidad. Lo más lógico bajo su distorsionado punto de vista era echarle la culpa a Jair, ese sarasa rubito de ojos celestes y piel de porcelana no había sido lo suficientemente hombre para contentar a Aleix y se lo iba a restregar, estaba muy feo eso de sacarle la parte a gay a alguien para luego no mantenerlo así.

Eran las doce de la noche cuando Mary Sue aporreó la puerta de Jair, Bob el portero la había dejado subir al verla tan abatida, su falda estaba tan mojada que el estampado floral lucía como el de un cementerio durante una tormenta.

-Maldito mariconazo arrastra tu inservible culo a la puerta-berreó Mary Sue algo entonada por los tres margaritas que se había bebido.

-¡Deja de gritar!-pidió Jair indignado, esta vez había ido muy lejos.

-NO VAS A SILENCIARME SODOMITA INGRATO ¡FRÍGIDO DE MIERDA!

-Oh cállate y entra-ordenó Jair mirándola con aires homicidas.

-¿Cómo has podido dejarle escapar?-reprochó Mary Sue tironeando las mangas del jersey de angora para matar sus nervios.

-De qué coño estás hablando-intentó aclarar Jair.

-De Aleix, ¿sabes dónde está?

-No.

-¿Por qué?

-No había quedado con él...

-¿Y qué importa eso?

-¿A dónde quieres ir a parar?-preguntó Jair intentando penetrar de una manera más directa en la enredada cabeza de Mary Sue.

-Es obvio, convertiste a mi novio...

-EX novio-puntualizó Jair irritado.

-En un trucha.

-Yo no hice nada de eso y Aleix no es... gay.

-Ya lo sé, acabo de verlo con una fulana en el centro comercial, y eso ha ocurrido porque tú no sabes satisfacerlo, así que ha tenido que volver a lo de antes, y yo no estaba preparada para atacar-protestó Mary Sue con rabia.

-Estás muy alterada, intenta calmarte un poco, voy a intentar explicarte por enésima vez que yo y Aleix no nos hemos liado nunca.

-¿Te refieres a que no te acostaste con él?

-Es una manera de decirlo...

Durante media hora más Jair intentó explicarle la situación sin conseguir nada, viéndose interrumpido cuando Mary Sue corrió hacia el baño para vomitar, lástima que la chica no hubiera pasado hasta ahora del recibidor y acabara devolviendo en el exótico terrario de Vera, la madre de Jair. Éste se revolvió los cabellos en un gesto crispado mientras se encaminaba hacia la sala para llamar a Aleix.

"Mary Sue está aquí, y tú vas a estarlo en menos de veinte minutos si no quieres que te haga sufrir hasta el delirio", esa amenaza simple y concisa le arrancó una sonrisa divertida a Aleix, adoraba ése carácter de mierda de Jair. Sin mucho remordimiento cambió un entretenimiento por otro, dejando a la pelirroja en su casa con la excusa de una urgencia familiar.

-Llegas doce minutos tarde-le reclamó Jair nada más traspasar el umbral.

-Yo también te quiero-contestó Aleix en tono jocoso.

-No tiene gracia Aleix, esa demente ha irrumpido en mi casa gritándome, no ha parado de insultarme y reprocharme.

-¿Reprocharte qué?

-Que después de volverte marica no te haya...

-¿No me hayas?

-Contentado...

-No lo capto-negó Aleix.

-Joder, se cree que no te he dado lo tuyo y por eso te has largado con otra, ella estaba esperando para curarte y se le adelantaron.

En ese momento todo cobró sentido y al imaginar la escenita Aleix rompió a reír.

Todo fue delirante. Jair tuvo que llamar a la hermana de Mary Sue para que viniera a buscarla, y mientras le ayudaban a llevarla al coche porque aún estaba mareada, Donna Jo la sermoneaba, reprendiéndola por juntarse con pijos de ciudad, aludiendo a la familia desestructurada de Jair para justificar su conducta amoral, dejándole la tarjeta de una congregación  para limpiar su alma y su conciencia, el padre Elliot siempre estaba dispuesto a redimir pecadores.

Pensar en que Mary Sue podría estar espiándoles desde el callejón empeoraba su humor por momentos. Ajeno a ello Aleix se dedicaba a tirarle palomitas a Roy junior, el perro de Vera, al que le había puesto el nombre de su ex marido y padre de Jair, en un acto de profundo aprecio.

-Aleix deja de joderle la marrana al perro-protestó Jair sin despegar la vista de la ventana.

-Eh a Roy junior le encanta que juegue con él, se lo pasa en grande-contradijo Aleix a pesar de ponerse en pie y dirigirse hacia Jair. -¿Qué llevas tanto rato mirando?

-Creo que hay alguien que nos está observando.

-¿Dónde?

-En el callejón-señaló Jair por la rendija de la cortina.

-Venga hombre, pereces una abuelita, descorre la cortina y mira bien-resopló Aleix haciendo lo propio con la hoja de cortina que ocupaba su parte del ventanal.

En ese preciso instante, el espía del callejón divisó a Aleix, grabando en su retina el atractivo rostro, los ojos pardos, las angulosas facciones, la sonrisa traviesa... ya sabía que buscaba a un joven con buen aspecto, pero tratándose del hijo de Roy esperaba algo más delicado y menos masculino, supuso que la genética de la madre debía ser dominante, no se paró a pensar que no fuese Jair, no creyó que en esas fechas señaladas su mejor amigo anduviera metido en la habitación del chico husmeando hacia el exterior.

-Yo no veo a nadie sospechoso-concluyó Aleix.- Sal de la cortina y echa un vistazo, seguro que el morenazo que está en el callejón te levanta el ánimo.

-Los morenazos no se resguardan en callejones en navidad Aleix, y si lo hacen es porque son unos psicópatas.

-Como quieras, ¿qué te parece si voy a buscar algo del ponche de la señora Prym?

-¿Quieres morir envenenado?

-No es para tanto, ya sabes lo sentimental que soy, si no le hago una visita de cortesía no es navidad...

-Allá tú si te echa al pitt bull no vengas lloriqueando luego.

Ésas fueron las últimas palabras que Jair escucharía salir de la boca de Aleix en mucho tiempo, el morenazo del callejón lo secuestraría después de su visita a la señora Prym.

Aleix era un chico muy alto, rondaba el metro noventa, además estaba en buena forma porque jugaba al jockey y practicaba karate desde los seis años, pero nada de eso le impidió a Dante poder llevárselo por la fuerza, después de todo, los vampiros como mínimo triplican la fuerza humana y son seres precavidos, siempre que van a llevar a cabo un secuestro express van debidamente equipados con un pañuelo impregnado en cloroformo.

Horas después Jair visitaba a la señora Prym, que le comunicaba que Aleix le había dejado por otro desviado, más hombre y más sádico que él, porque para su información a Aleix le van esos rollos raros de atar, amordazar y azotar, y también le gusta que lo llamen nenito de papi.

-Señora Prym, estoy muy preocupado por Aleix siento si la ha molestado y prometo que no le dejaré hacerlo de nuevo, así que dígame qué es lo que ha pasado.

-No finjas chico, Mary Sue me contó lo vuestro, y me pidió que os vigilara. Yo ya lo sospechaba, pasáis demasiado tiempo juntos y a ninguno os duran los ligues...

-¿También le contó lo de la pelirroja?

-Sí, pero no te preocupes, sigue siendo invertido, lo que pasa es que le van machotes y tú eres muy nenaza.

-¿Me está diciendo que Aleix se ha ido con un tipo cachas?-intentó aclararse Jair.

-Sí, moreno y más alto que él, lo tomó del cuello y lo amordazó mientras lo llamaba nenito de papi y le decía que ni forcejeara ni gritara, como si pudiera hacerlo con ese trapo en la boca...

-¿Y no se le pasó por la cabeza que lo estuvieran atracando?

-Claro que no, ése tipo vestía muy bien y tenía un rolex de verdad, se notaba que era uno de esos numeritos que hacen los desvergonzados para ponerse cachondos, si es que la lujuria no conoce límites, sois todos unos depravados... bueno tú no, por eso te has quedado sin novio, sentenció la señora Prym.-Por cierto, el sádico dejó esta nota para Roy.

-¿Para mi padre?

-Si te parece se la habrá dejado al perro... no te fastidia-se quejó la anciana antes de dar un portazo y volver justo a tiempo del final de la ruleta de la fortuna.

Jair desdobló la nota sorprendiéndose al leer el contenido:

"Roy me he llevado a tu niñito como último remedio, si no das señales en menos de 24 horas te juro que lo convierto, y estoy seguro de que no quieres tener a un chupóptero por hijo, llámame, cuanto antes lo hagas menos sabrán, no creo que a tu ex mujer le  haga gracia, y ni se te ocurra intentar jugármela, tú pierdes mucho más que yo si la cagamos. Fdo: Dante."

Algo se le escapaba a Jair, la culpa del lío era de su padre, habían ido a por él y se habían llevado a Aleix, no podría perdonarse que le pasara nada por su culpa, además eso de "convertirlo" sonaba muy siniestro. Tenía que llamar a Roy y solucionarlo. En cuanto recuperasen a Aleix primero lo iba a abrazar  y después lo sermonearía, porque si le hubiera hecho caso y no hubiese apartado la cortina ese morenazo no los habría confundido, como siempre él tenía razón y resultó ser un psicópata secuestrador... o un sádico sodomita como había jurado la señora Prym.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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